domingo, 17 de agosto de 2008

“Star Wars Episodio II: el ataque de los clones” (George Lucas, 2002)



****
País: USA.

Duración: 136 min.
Interpretación: Ewan McGregor (Obi-Wan Kenobi), Natalie Portman (Senadora Padmé Amidala), Hayden Christensen (Anakin Skywalker), Ian McDiarmid (Canciller Supremo Palpatine / Darth Sidious), Samuel L. Jackson (Mace Windu), Pernilla August (Shmi Skywalker), Jack Thomson (Cliegg Lars), Christopher Lee (Conde Dooku / Darth Tyranus), Anthony Daniels (C-3PO / Teniente Dannl Faytonni), Frank Oz (Yoda; voz versión original), Andrew Secombe (Watto; voz v.o.), Oliver Ford Davies (Sio Bibble), Silas Carson (Nute Gunray / Ki-Adi-Mundi), Kenny Baker (R2-D2), Ahmed Best (Jar Jar Binks; voz v.o.), Jimmy Smits (Senador Bail Organa), Ayesha Dharker (Reina Jamillia), oel Edgerton (Owen Lars), Bonnie Piese (Beru Whitesun), Temuera Morrison (Jango Fett), Daniel Logan (Boba Fett).
Guión: George Lucas y Jonathan Hales; basado en una historia de George Lucas.
Producción: Rick McCallum.
Producción ejectiva: George Lucas.
Música: John Williams.
Fotografía: David Tattersall.
Montaje: Ben Burtt.
Diseño de producción: Gavin Bocquet.
Dirección artística: Phil Harvey y Jonathan Lee.
Vestuario: Trisha Biggar.
Decorados: Joanne Tastula y Peter Walpole.

Tras la dispar acogida que tuvo “La amenaza fantasma” con muchos frikies de la saga defraudados por el cambio de planteamiento de Star Wars, Lucaas seguramente tuvo que plantearse que camino seguir. Una opción era volver al estilo y espíritu de la trilogía original, más basada en lo puramente aventurero y envuelta siempre en un cierto suspense como motor argumental y la otra opción era seguir apostando por la renovación, derivando la saga más en un drama de intrigas políticas y acción, aprovechando las nuevas posibilidades de los efectos especiales para asombrar a los nuevos públicos.

En esta tesitura creo que Lucas optó por no echar la vista atrás y seguir hacia delante, tratando eso sí, de contentar a los frikies que se manifestaban contrarios de ese cierto tono pueril que achacaban al Episodio I. Desde luego a lo que renunció fue a aprovechar estos tres primeros episodios para tratar de avasallar visualmente a los espectadores con las posibilidades de Industrial Light and magic, ahora capaces de hacer escenas tan brillantes como la persecución de vehículos por los cielos de Coruscant al comienzo de la película o la de Obi Wan y Jango Feet por el cinturón de asteroides, para crear un mundo marino como Camino o una legión de clones o para mostrarnos por primera vez cómo fueron las guerras clon.


Pienso que esa decisión de no volver a la línea de trabajo del pasado es una apuesta arriesgada pero era necesaria. Lo que ocurre es que gran parte del trabajo de Lucas queda condicionado por su deseo de contentar a la gente adoptando más la posición de un productor que de un autor. Creo que ese es el principal problema de la nueva trilogía, ya que para hacerlo, para asombrar visualmente, los efectos especiales cobran especial protagonismo y algunas escenas se alargan demasiado o parecen excesivamente pensadas para la galería como Episodio I la carrera de vainas o en Episodio II el momento en que Annakin y Amidala tienen que evitar las máquinas de Geonosis o en la peculiar escena del circo al final, donde además, los efectos “cantan” y eso perjudicará un poco a la película con el paso del tiempo.

Hay en este sentido una escena visualmente impactante pero que cambia por completo nuestra percepción del universo de Star Wars. Me refiero a la escena de la persecución del asesino cambiante por los cielos de Coruscant. Creo que esta escena supone un cambio radical respecto a la trilogía original. Por primera vez vemos a un jedi desafiando las leyes de la gravedad consciente de que “la fuerza” lo mantendrá a salvo. El hecho de que Obi Wan se lance por la ventana para atrapar a la sonda espía sin que le importe el hecho del vacío que tiene bajo sí, el hecho de que Annakin pilote como lo hace, de que se lance de su vehículo para atrapar el del asesino que se encuentra metros más abajo, el hecho de que salga indemne del aterrizaje forzoso confieren a los jedis unas capacidades que les acercan más a los poderes de los superhéroes que a seres humanos. Eso aumenta las posibilidades de la espectacularidad de las acciones que vemos y permite que por ejemplo en la primera versión animada de “Clone wars” Mace Windu nos sorprenda desafiando la gravedad, pero también nos hace a los personajes más ajenos a nosotros y se disuelve en gran parte un cierto tono realista que rezumaba en la primera trilogía pese a que también fuera ciencia-ficción o fantástico a fin de cuentas.


No obstante, lo que si mejora respecto a Episodio I es la densidad de los sucesos narrados. Lucas renuncia a un narración tan sencilla y lineal como la de Episodio I, película que está concebida para ser disfrutada por sí misma, para multiplicar los hilos argumentales y convertir esta segunda parte en un nudo narrativo que no puede ser disfrutado independientemente por los temas que deja en el aire, un poco en la línea de “El imperio contraataca” en su día, con la que algunos críticos quisieron ver una cierta proximidad que más allá de esta circunstancia yo no veo.

Vista la película sin las ansias del estreno y vista también “La amenaza fantasma” con la perspectiva de haber visto ya toda la saga y estarla disfrutando indagando en sus resortes internos, cada vez más me parece que lo que es el argumento propiamente dicho y sobretodo los entresijos políticos y el plan de Darth Sidious está francamente bien urdido. De hecho creo que es lo que mejor funciona de esta primera trilogía. Tiene sentido, una cierta densidad que le da verismo y es la espina dorsal de todos los acontecimientos que se nos narran.


A parte de ello Episodio II concentra su atención en otros dos asuntos narrativamente hablando. Por un lado la historia de amor entre un arrogante Annakin y una Amidala rendida a los sentimientos que no controla y por otro lado la investigación de Obi Wan para descubrir quien trata de asesinar a Amidala nada más comenzar la película, impulsada por el consejo Jedi. La alternancia de estas dos líneas narrativas hace avanzar la película a un buen ritmo y no se hace pesada en ningún momento, salvo quizás por su duración.



Podríamos hablar además de una cuarta línea argumental que se va explicando y es el proceso de derrumbamiento de Annakin Skywalker que será un asunto central en Episodio III. Aquí ya se anticipan sus miedos, su arrogancia, cómo crece la rabia en él al perder a su madre, cómo aumenta su ego alentado por el canciller Palpatine, como desafía a la autoridad de Obi Wan y el consejo Jedi. Hayden Christensen cumple en su papel y le acompaña bien una Natalie Portman que es la que fortalece las escenas de amor en las que Christensen flojea más, pero hay esencialmente cinco presencias más que revalorizan lo que vemos en pantalla. Por un lado Ewan McGregor, que se muestra ya como el Obi Wan que queríamos ver; Temuera Morrison como Jango Feet que realmente es un personaje que consigue un notable desasosiego en nosotros y que se podría haber aprovechado más y mejor; Christopher Lee, magnífico como Conde Dooku mejorando en lo que ha amenaza suponía Darth Maul y favoreciendo la dimensión dramática de la historia al ser un antagonista por motivos idealistas y ser además nada menos que el padawan de yoda; Ian McDiarmind, que en todo momento está grandioso en su papel de Canciller Palpatine y de manera inesperada Yoda, que tiene un gran protagonismo en este Episodio II y pese a ser un personaje digital y notarse está francamente logrado por las expresiones que consiguen mostrar a través de su rostro.


A parte de la acción propiamente dicha y del ritmo narrativo, que como ya dije en Episodio I me parece que están realmente conseguidos y dejando de lado esas pegas aquí y allá que todos, seguro, podemos verle creo que “El ataque de los clones” no desmerece a la saga y sí, aunque le da un nuevo impulso al nuevo planteamiento, más acorde con los nuevos tiempos, se ve con interés y pienso que no defrauda. Además tiene un cierto tono agridulce potenciado por la magnífica, una vez más, banda sonora de John Williams, que la hace especialmente adecuada antes del desenlace que se verá en “Episodio III” y anticipa perfectamente los trabajos de animación de las guerras clon, que fue un acierto de Lucas dejarlas de lado porque aunque fuera lo que muchos frikies querían ver me parece más acertado concentrarse en lo que lo hizo, en definitiva el meollo del asunto.


jueves, 14 de agosto de 2008

“Batman: el caballero oscuro” (Christopher Nolan, 2008)

****
TITULO ORIGINAL: Batman: The Dark Knight

DURACIÓN 142 min.
PAÍS: Estados Unidos
GUIÓN Christopher Nolan, David S. Goyer, Jonathan Nolan (Personajes: Bob Kane)
MÚSICA James Newton Howard, Hans Zimmer
FOTOGRAFÍA Wally Pfister
REPARTO Christian Bale, Heath Ledger, Aaron Eckhart, Michael Caine, Gary Oldman, Maggie Gyllenhaal, Morgan Freeman, Eric Roberts, Cillian Murphy, Anthony Michael Hall, Michael Jai White, William Fichtner, Edison Chen, Monique Curnen, Chin Han, Nestor Carbonell, Ritchie Coster, Keith Szarabajka, Colin McFarlane, Joshua Reese, Melinda McGraw, Nathan Gamble, Michael Vieau
PRODUCTORA Warner Bros. Pictures / Legendary Pictures


Hay que reconocer que “El caballero oscuro” está francamente bien con sus pegas, pocas, que para mí las tiene y luego hablo de ellas.

Lo primero que hay que destacar es que ésta, como en parte ocurrió con “Batman begins”, también de Christopher Nolan, no es propiamente una película de Superhéroes si entendemos por ello la típica película de ficción con mucha acción y con el protagonismo argumental de un héroe y su contrincante. Si esperáis ver eso ésta no es vuestra película y probablemente os defraudará porque es más un drama policiaco que una película de superhéroes con todo lo que ello implica. Estoy hablando del género exclusivamente y no de que una película de superhéroes no pueda ser lo que vemos en ésta.

Irónicamente y teniendo en cuenta ese dato que dice que el público medio que llena ahora las salas de cine tiene catorce años de media de edad, tampoco es una película hecha para ellos dando por hecho que alguien de catorce años va al cine a que le avasallen visualmente con las imágenes y a que le entretengan con un argumento trepidante (sólo generalizo porque siempre hay excepciones). Este Batman es una película para un público al que le guste introducirse en un argumento denso repleto de personajes que interactúan y que tienen intereses diversos y a veces opuestos y que conforman una tupida red de interrelaciones, es una película para alguien que disfrute de la acción pero también de los entresijos de la política y la corrupción y que no se plantee el cine sólo como evasión sino también como forma de expresión y para quien interesa más la dimensión dramática de un protagonista que su dimensión heroica.


Este Batman no es un Batman por así decirlo (quien quiera entenderme lo hará), esta película se llama “El caballero oscuro”, lo cual es una pista de por donde van los tiros, de qué es lo que ha querido hacer Christopher Nolan, que no es otra cosa que dar una dimensión real y dramática a Batman. Por así decirlo no es una película de ficción o no trata de ser sólo eso, procura ir más allá con todo lo bueno y lo malo que eso supone. Mañik, que escribe poquito en Vianews, pero sigue dando magníficas opiniones off the record, me lo ha explicado muy bien esta mañana: la única pega de esta línea de trabajo que se ha impuesto Nolan es que en esta realidad más real que nunca en una adaptación de superhéroes, no caben los superpoderes y por tanto, va a ser difícil ser fiel a los precedentes textuales si se sigue el estilo con algún argumento posterior, aunque si sigue con ello Nolan saldrá indemne porque ya ha demostrado que maneja el asunto a la perfección.

Christopher Nolan ha hecho algo parecido a lo que hizo Tim Burton, pero dándole la vuelta. Ambos han regalado a Batman una expresión cinematográfica de cine de “autor” (de los demás Batman podemos olvidarnos porque eran mero “churro” de productora interesada en hacer caja). Burton optó por dar al universo del superhéroe su particular visión un tanto excéntrica y peculiar de esos tipos que nos parecen poco comunes e introdujo un cierto tono humorístico casi autoparódico en algún momento. Nolan le da la vuelta y convierte a Bruce Wayne en un tipo con una serie de angustias vitales con las que tiene que lidiar y sus películas se convierten en dramas cuyo protagonista es, casualmente un superhéroe. No sé si he explicado bien la diferencia, pero es un detalle muy importante saber entenderla porque condiciona por completo el disfrute y la comprensión de la película.

“El caballero oscuro” comienza con una escena de un robo absolutamente magistral en la que ya quedan al descubierto todas las claves de la película, su fuerza visual, su argumento de impacto, su tono realista y aparece abriéndose paso ante nuestros ojos como un elefante en una cacharrería ese joker único e irrepetible que traza Heath Ledger. Por Dios, rindámonos ante él y no sólo porque su presencia es hipnótica, abrumadora e inolvidable, sino porque es imposible superarla y eso lo ha hecho después de que Jack Nicholson se apuntara en su haber un joker también fantástico en la versión de Tim Burton, aunque bien distinto de éste. Ahora todo el mundo habla bien de Ledger, máxime tras su muerte, y se especula con la casi segura nominación a mejor secundario en los próximos óscars. su fallecimiento ha contribuido a forjar una leyenda que se hará más grande con esta actuación y que ya ha beneficiado a la película en las taquillas seguro, pero ni es casualidad esta pedazo de actuación ni esta película es sólo Ledger (luego hablo de eso). Sólo basta comparar cómo actúa en esta película y como lo hizo en Brokeback mountain, con una interpretación en las antípodas del Joker. Está claro que se ha perdido un gran actor y parece como si toda su energía se hubiera desbordado en este Batman con una presencia fascinante que no dejará a nadie indiferente. Aceptad el reto y probad a apartar la mirada de la pantalla cuando aparece el Joker de Ledger ¡¡¡imposible!!!! Como si de un agujero negro se tratara sus apariciones atrapan toda la atención de todos los espectadores gracias a un milagro de interpretación.


Pero decía que Ledger no es lo único en esta película. Por su puesto que no, ni siquiera a nivel interpretativo porque ahí tenemos ese fabuloso reparto formado por nada menos que Michael Caine, Christian Bale, Morgan Freeman, Aarón Eckhart, Magige Gyllenhall y Gary Oldman y todos ellos magníficos en cada uno de sus papeles con especial mención para mi gusto para Michael Caine y Gary Oldman que también rayan la perfección en sus papeles. No es nada fácil conseguir esto aunque sea un reparto sencillamente maravilloso, porque Nolan tiene que hacer frente a una tupidísima red de interrelaciones y resulta muy complicado mantener un argumento así a flote.

Por aquí llegamos a las “pegas” que yo le veo a la película. Admitiendo que Nolan ha tratado de sacar adelante un guión lleno de hilos argumentales, de temas que van surgiendo, con multitud de acciones y efectos colaterales; admitiendo lo complicadísimo que es hacerlo además dotando al conjunto de un tono realista pero sin olvidar la acción ni el tono épico que en algunos momentos se precisa, creo que en algún momento no ha podido con todo. La película es muy muy muy densa, requiere incluso un visionado atento para “pillar” todo y es exigente porque dura dos horas y media y aún así tengo la sensación que mucho metraje que podría haber hilado todo mejor se ha ido a la basura en la sala de montaje. Quizás el talón de aquiles de Nolan ha sido ser muy ambicioso y querer poder con todo. Lo pienso porque Cilllian Murphy que aparece al principio parece “recortado” en su actuación porque quizás la subtrama de los falsos batman sobrecargaba la película, lo pienso porque el detenimiento narrativo que se vislumbra en las mejores escenas (y hay varias antológicas que no hace falta ni enumerarlas porque sabréis cuáles son cuando veais la película ya que se te erizan todos los pelos del cuerpo. Sólo digo una: la explosión del hospital) no lo mantiene a lo largo de todo el metraje y lo digo porque sobretodo al final parece como si a base de tanto material con el que trabaja Nolan no consiguiera cerrar su película del todo bien. He tenido la sensación de que más que cabos sueltos en el guión, quedaban imágenes sueltas (podéis entenderme un poco si pensáis en la última escena del joker, que uno se queda viendo los créditos esperando una reaparición que no se produce).

En cualquier caso son pegas puramente personales, muy quisquillosas si queréis, las de alguien que le busca las cosquillas a lo que en sí mismo es perfecto o simplemente mi reflexión ante una película que me parece sensacional pero que no siento como redonda quizás por razones puramente subjetivas. Pero, en fin, si habéis entrado en Vianews y mucho más si sois habituales esta película es de visión obligatoria. No sólo os gustará y mucho sino que la recordaréis por mucho tiempo y eso aunque sólo sea porque el Joker de Ledger va a ser una referencia cultural, un icono cinematográfico para siempre, para toda la vida porque desgraciadamente nunca más volveremos a verlo.

martes, 12 de agosto de 2008

Star Wars Episodio I: La amenaza fantasma (George Lucas, 1999)

****
Título original: Star Wars. Episode I: The phantom Menace
Duración: 130
Compañía Productora: Lucasfilm
Distribuidora: Hispano Foxfilm S.A.E.
Reparto: Liam Neeson (Qui-Gon Jinn), Ewan McGregor (Obi-Wan Kenobi), Natalie Portman (Padmé Amidala), Jake Lloyd (Anakin Skywalker), Ian McDiarmid (Palpatine), Frank Oz (Yoda), Ahmed Best (Jar Jar Binks), Kenny Baker (R2-D), Silas Carson (Virrey Nute Gunray), Samuel L. Jackson (Mace Windu), Pernilla August (Shmi Skywalker), Anthony Daniels (C-3PO).
Productor: Rick McCallum,
Guión: George Lucas,
Música: John Williams (ll),
Fotografía: David Tattersall,
Montaje: Ben Burtt, Paul Martin Smith,
Dirección artística: Ben Scott, Fred Hole, John King, Phil Harvey, Rod McLean,
Nacionalidad: Estados Unidos








lunes, 11 de agosto de 2008

“La momia: la tumba del emperador dragón” (Rob Cohen, 2008)

**
Título original: The Mummy: Tomb of the Dragon Emperor
País: Estados Unidos, Canadá, Alemania
Duración: 114 min.
Género: Aventura
Reparto: Brendan Fraser, Russell Wong, Jet Li, Michelle Yeoh, John Hannah, Maria Bello, Luke Ford, Isabella Leong, Anthony Wong Chau-Sang, Albert Kwan, Tian Liang
Guión: Alfred Gough, Miles Millar
Distribuidora: Universal International Pictures
Productora: Universal Pictures, Alphaville Films, The Sommers Company, Relativity Media, Giant Studios, Nowita Pictures, Sean Daniel Company
Diseño de Producción: Nigel Phelps
Fotografía: Simon Duggan
Montaje: Joel Negron, Kelly Matsumoto
Música: Randy Edelman
Productor: Bob Ducsay, James Jacks, Josette Perrotta, Sean Daniel, Stephen Sommers
Productor asociado: Marc Pitre
Productor ejecutivo: Chris Brigham
Vestuario: Sanja Milkovic Hays


“La momia” se convirtió en 1999 en un soplo de aire fresco al recuperar el cine de aventuras que tan bien había funcionado en los ochenta con la saga de Indiana Jones. La propuesta era algo diferente, con un guión en el que se combinaban francamente bien la acción y una cierta comicidad, pero llenaba un hueco que estaba vacío desde “Indiana Jones y la última cruzada”. Sólo por ello era una película bienvenida y más lo fue en taquilla su continuación “El regreso de la momia” (2001).

Está claro que la fórmula funciona porque cine de aventuras debería haber siempre disponible para nuestros ojos en los cines. Así lo entendió Universal, productora que ha tratado de sacar adelante esta tercera parte durante mucho tiempo y que, finalmente lo ha hecho este verano con un estreno cercano en el tiempo a “Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal” aunque ya sin su creador, Stephen Sommers (sólo en labores de producción) ni Rachel Weisz, que no quiso hacer esta tercera parte.

Se nota en esta tercera entrega que la fórmula que ideó el director, productor y guionista Stephen Sommers se ha agotado o ya no funciona como lo hizo. Pienso que en la taquilla esta película tendrá una buena acogida porque durante los meses de verano al público le apetece ir al cine a ver productos de evasión y esta tercera entrega ofrece lo que promete, ni más ni menos; pero digamos que es más de lo mismo y yo diría que está uno o dos peldaños por debajo de sus predecesoras. Además el ámbito cinematográfico en el que quiere abrirse hueco está más sobrecargado de títulos similares que cuando se estrenó la primera parte y esa mezcla de ficción y aventura ha dado títulos recientes de gran calidad con los que es inevitable comparar.

La película empieza bien, con uno de esos preámbulos ya característicos de esta saga, en el que se narran los precedentes que debemos conocer para disfrutar la acción posterior y la película parece tomarse su tiempo para explicar la situación de los protagonistas, que ha cambiado respecto a las entregas anteriores. Hasta ahí nada que objetar y de hecho hay varias escenas realmente conseguidas como el descubrimiento de los guerreros de Terracota por parte del joven Alex O’Connell que en algunos momentos recuerda al primer Indiana Jones, aunque he tenido la sensación en esta película que ninguno de los actores (salvo la siempre extraordinaria Mihelle Yeoh) parecen muy “metidos” en la historia y desde luego se echa mucho de menos el magnetismo de Rachel Weisz (esto sin desmerecer el trabajo de Maria Bello que es mucho mejor actriz de lo que puede demostrar aquí).

Mi problema como espectador llega cuando la película quiere volverse trepidante, que es bastante pronto, todo hay que decirlo, y es que pienso que Rob Cohen (el director sustituto de Stephen Sommers) comete el error que se comete en muchas películas de acción y aventuras, en las que se quiere rizar el rizo respecto a otras películas o respecto a lo que ya se ha hecho y en ese intento se fracasa porque lo importante estoy convencido que no es lo que se ve, sino cómo se cuenta. Si nos ceñimos a lo que se ve desde luego la persecución por las calles de Shanghai o la avalancha de nieve que se ven en esta película suponen un tremendo esfuerzo, sobretodo para la sección de efectos especiales, para superar lo que ya habíamos disfrutado en las entregas anteriores de “La momia”, pero existe una sensación de que cualquier cosa puede pasar y que los protagonistas saldrán indemnes de ello, realmente no hay tensión, no se siente sensación de peligro y ese es el principal mal que encuentro a esta tercera parte donde además la comicidad, no tan bien insertada en el guión, lo que hace es aumentar esa sensación y anular en parte la emoción. Por así decirlo, el calificativo que asociaría a las escenas de acción es “excesivas”, como pasaba por ejemplo con “XXX”.

Al hilo de ello creo que Rob Cohen es un director irregular que pese a títulos con impacto en taquilla como “Dragonheart” (1996), “Daylight” (1996), “A todo gas” (2001) o “XXX” (2002) no ha logrado todavía su mejor película y ésta no lo es. Pienso que tratando de ser espectacular con sus imágenes da mucha más importancia a lo que se ve que la relación causa/efecto que provoca las escenas que es a la postre lo que da emoción e intensidad a cada situación y así nos encontramos en muchos momentos con una alocada sucesión de momentos de acción de gran espectacularidad pero que se suceden de forma atropellada. Esto también podría ser responsabilidad del montaje, aunque me arriesgo a pensar que ha sido Cohen, quien en alguna entrevista ha reconocido que por ejemplo introdujo el “Foo dog” y al dragón de tres cabezas que se pueden ver en esta película para aumentar la presencia de criaturas fantásticas en la película. No sé, me parece una decisión caprichosa y basada en un intento desesperado por buscar la espectacularidad a toda costa, algo que puede gustar a mucha gente, pero que a mí me parece “cogido por los pelos”.

La sensación final que te deja esta tercera parte es que la franquicia está pues agotada y aunque se ha intentado hacer algo diferente (desde luego “El rey escorpión” parece más tercera parte que ésta) no creo que sea el camino a seguir por muy buenos resultados de recaudación que tenga la película, que es lógico pensar que los tendrá. Este es el típico caso en el que pienso en ¿Por qué no han iniciado otra saga sin la presión de superar a los títulos precedentes y buscando nuevas líneas argumentales y otros personajes? Seguramente quienes han trabajado en esta película se han visto ceñidos a la idiosincrasia de la serie y no han podido sacar todo el jugo a lo que podrían haber hecho. Seguramente a Rob Cohen le habría salido mejor su “Sinbad”, que era el proyecto que tenía entre manos y que quería hacer antes de aceptar este encargo. Y seguramente y pese a todo, la película dará dinero, lo cual demuestra que a los cines hoy en día se va a entretenerse dando por hecho que una película de aventuras es entretenida de por sí, lo cual es muy cierto si uno no ha visto muchas y no puede comparar. Por eso también muchos títulos de hoy en día triunfan gracias al público más joven.

Por cierto, no hay que perderse los títulos de crédito de Karin Fong y Steve Fuller, están francamente bien, en la línea gráfica de “300”.

martes, 5 de agosto de 2008

“La brújula dorada” (Chris Weitz, 2007)

***
País: USA.

Duración: 113 min.
Género: Aventuras, fantástico.
Interpretación: Nicole Kidman (Marisa Coulter), Dakota Blue Richards (Lyra Belacqua), Sam Elliott (Lee Scoresby), Eva Green (Serafina Pekkala), Daniel Craig (lord Asriel), Tom Courtenay (Farder Coram), Derek Jacobi (emisario magisterial), Simon McBurney (Fra Pavel), Jim Carter (John Faa), Ben Walker (Roger), Clare Higgins (Ma Costa).
Guión: Chris Weitz; basado en el libro "Luces del norte" de Philip Pullman.
Producción: Deborah Forte y Bill Carraro.
Música: Alexandre Desplat.
Fotografía: Henry Braham.
Montaje: Anne Coates.
Diseño de producción: Dennis Gassner.
Vestuario: Ruth Myers.
Estreno en USA: 7 Diciembre 2007.
Estreno en España: 5 Diciembre 2007.


Sinopsis sacada de http://www.labrujuladorada.com/: Adaptación de "Luces del Norte", la primera entrega de la Triloga "La Materia Oscura". Esta fantástica aventura transcurre en un mundo paralelo al nuestro, cuya tecnología y forma de vida ha evolucionado de forma diferente, aunque a la vez similar. Pero hay algo completamente extraño en ese universo: las almas de las personas se manifiestan como pequeños animales, los daimonions. Por otro lado, también existen osos acorazados, con una astucia superior a la humana son grandes guerreros del Norte, y brujas, que surcan los cielos montadas en sus daimonions o en una nube de pino. La Brújula Dorada narra la historia de Lyra Belacqua, que inocentemente sigue las instrucciones de una brújula dorada, el Aletiómetro, que le conduce hacia norte para salvar a su mejor amigo, o eso cree ella... porque pronto descubrirá su verdadero destino.


Es impresionante el auge que ha experimentado el cine fantástico en los últimos años sobretodo a raíz del tremendo éxito mundial que tuvo la saga de “El señor de los anillos” o de “Harry Potter”. Los títulos que han llegado a rebufo de la trilogía de Peter Jackson o de la serie de Potter están siendo numerosos y es motivo de alegría para los que nos gusta este género, que durante mucho tiempo estuvo relegado a un segundo plano porque los argumentos con los que se trataba de atraer al público a los cines eran más serios y realistas o al menos más acordes a un gusto “adulto” (nunca he entendido muy bien por qué el género fantástico se asocia a los niños y no entiendo porque se ha hecho para quitarle importancia ya que la imaginación no creo que sea bueno costreñirla a una franja de edad).

Por suerte o por desgracia (todo tiene sus pros y sus contras), el público que acude ahora a los cines en masa y los llena tiene una media de catorce años de edad (esto según un estudio norteamericano del que supe hace poco), lo cual significa que los argumentos que los grandes estudios preparan para llenar sus arcas son aquellos que pueden entretenerles tanto a ellos como a los que les acompañan, sus padres. La mayoría de películas de fantástico y aventuras que vemos ahora están por ello mismo cuidadísimas, se invierte muchísimo en su acabado y en los efectos especiales y se procura partir de novelas del género que ya hayan tenido éxito. Es lo que pasó en el 2007 con “La brújula dorada”, una película que costó 180 millones de dólares y en la que se nota esa inversión en pantalla gracias a sus efectos especiales (ganadores del óscar por cierto) pero aunque dobló la cantidad que costó estuvo por debajo de lo que se esperaba de ella tanto en acogida como en recaudación.

Últimamente los mayores éxitos del género a parte de los ya mencionados han sido “Las crónicas de Narnia” de las que ya se han hecho dos películas a un buen nivel; “Eragon”, que no salió muy lograda pero obtuvo buena taquilla; o “Sturdust”, que al menos en mi recuerdo va mejorando aunque sigo pensando que es algo así como una película “menor” del género. “La brújula dorada” pretendía ser el gran título del 2007 pero no consiguió el taquillón que sus productores esperaban a pesar de reportar suficiente dinero para una más que probable segunda parte. La acogida entre el público fue tibia y defraudó a mucha gente.

He de reconocer que a mí nunca me atrajo ni el trailer ni lo que oía o leía de ella y quizás he experimentado el efecto contrario al verla. Esperaba tan poco que no me ha disgustado, aunque desde luego dista mucho de mis títulos preferidos.

Muchas de las opiniones que se dan sobre ella se centran en que es una mala o floja adaptación de la novela. Yo puntualizaría al respecto que lo es porque tiene que introducir una gran cantidad de personajes e información y no lo hace del todo bien. En el guión no se sintetiza bien todo lo que necesitamos saber en las escenas y se pierde demasiado tiempo en algunas de ellas (sobretodo cuando sale a escena Nicole Kidman) mientras que otras se despachan muy rápidamente. Esto puede ser también culpa de los montadores. La sensación es que el ritmo se acelera y ralentiza quizás cuando no debe.

Otro problema que le veo a esta película es que no puede funcionar en solitario, necesita una continuación y está planificada para ella con lo que el espectador termina ligeramente defraudado y si no, cuando menos, molesto por la cantidad de flecos argumentales que no se cierran. Es cierto que hay otras sagas en las que ocurre lo mismo, pero en casi todas ellas cada película forma una unidad en sí misma y esto no ocurre en esta ocasión en la que el final queda completamente abierto.

Por último el universo en el que se mueven los personajes, sus normas internas, que recuerdan a muchas otras historias y parecen un remedo de ellas no termina de funcionar, no termina de apasionar y el espectador asiste a los hechos sin demasiada implicación emocional porque desconoce gran parte de lo que mueve a los personajes, de lo que les motiva. Por así decirlo, no hay un suspense interno y tampoco una emotividad, al menos hasta que aparece el oso, que es el verdadero plato fuerte de la película y trasmite mucha más intensidad que cualquiera de los protagonistas humanos lo cual no dice nada bueno ni de Daniel Craig, ni de Nicole Kidman que parecen un poco desinteresados con sus personajes. Están mejor en cambio Eva Green y Sam Elliott. Las mejores escenas, las más espectaculares e impactantes son las que tienen que ver con los efectos especiales y las criaturas Dimons y eso que no son los mejores efectos especiales que hemos visto porque “cantan” un poquito.

La película no es desdeñable de todos modos, simplemente no llega al nivel que nos gustaría, pero se puede disfrutar como cine de evasión que es y resulta entretenida. Simplemente es que no supera un análisis más profundo y exigente porque su narración no está a la altura de otros títulos a los que ya nos hemos acostumbrado y resulta algo atropellada y de intensidad algo “plana”. No siempre se puede conseguir el máximo nivel, pero al menos con este tipo de películas la pujanza de este género se mantiene en los cines, lo cual no es mala noticia.

Sea como fuere yo es una película que sí recomendaría al público al que le gusten este tipo de historias. Aunque habrá personas a las que defraude, habrá otras muchas que sabrán disfrutarla.