domingo, 28 de febrero de 2010

“Shutter island” (Martin Scorsesse, 2010)

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País: USA.
Duración: 139 min.
Género: Drama, thriller, suspense
Interpretación: Leonardo DiCaprio (Teddy Daniels), Mark Ruffalo (Chuck Aule), Ben Kingsley (Dr. John Cawley), Michelle Williams (Dolores Chanal), Patricia Clarkson (Rachel), Max Von Sydow (Dr. Naehring), Jackie Earle Haley (George), Emily Mortimer (Rachel).
Guión: Laeta Kalogridis; basado en la novela de Dennis Lehane.
Producción: Mike Medavoy, Arnold W. Messer, Bradley J. Fischer y Martin Scorsese. Fotografía: Robert Richardson.
Montaje: Thelma Schoonmaker.
Diseño de producción: Dante Ferretti.
Vestuario: Sandy Powell.
Distribuidora: Vértice Cine.
Estreno en USA: 19 Febrero 2010.
Estreno en España: 19 Febrero 2010. No recomendada para menores de 13 años.



Desde el minuto uno de película de lo último de Scorsesse te meten de lleno en un ambiente de pesadilla que se deja ver ya en un arranque con cielo surreal, banda sonora inquietante (imitando el sonido de los barcos) y de fondo con la isla del título, toda ella un centro penitenciario del que presumiblemente y a juzgar por los acantilados que lo rodean es imposible escapar. Como espectadores avispados que somos sabemos desde el trailer y los anuncios de promoción que los agentes federales que interpretan Leonardo di Caprio y Mark Ruffalo se meten de lleno en un zancocho del quince, por lo que aunque comienza como policiaco a nadie escapa que “Shutter island” tiene mucho de suspense y de thriller claustrofóbico. Los críticos dicen que ésta es la película más hitchcockiana de Scorsesse.

Una vez en la isla hay esencialmente dos recursos que Scorsesse utiliza para mantener alto el listón del suspense con el que arranca y que funcionan a la perfección: por un lado una serie de flashbacks del protagonista que no anticipan nada bueno (me refiero a que rezuman drama denso) y por otro una serie de tipos (policías, médicos y enfermeros) que tienen una geta que no provoca la más mínima confianza, siendo especialmente desconcertantes Ben Kingsley y Max Von Sydow (los doctores Cawley y Naehring), aunque quien se lleva la palma es una paciente anciana en los jardines que con unos ojos de alma en pena recomienda a Teddy que sea discreto (desde que la ves sabes que lo que se te viene encima es algo insano, mórbido y para nada plácido). En ese momento comprendes que estás en manos de Scorsese y que te va a conducir por los recovecos argumentales de una historia asfixiante.

Anticipo desde ya que lo mejor de la película es mejor no contarlo, así que me quedo con las ganas de explicar qué te supone como espectador el plato fuerte, que llega avanzada la mitad de la película; pero sí puedo avanzar que cuando crees tener en tu mano todos los cabos para atarlos, el argumento da un bandazo y te los desata todos de golpe con lo que tienes que volver a recogerlos y empezar de nuevo.

Reconozco que pese a los indudables aciertos de esta película hubo un momento en que me desenganché ligeramente, quizás porque me empezó a pesar el tono kafkiano y la atmósfera de irrealidad que invaden todo hacia la mitad (el pasaje del pabellón de alta seguridad a mí particularmente me distancia), pero recomiendo que no se pierda la fe porque todo adquiere un sentido y cada hecho termina por cobrar lógica dentro del relato.

Scorsesse sin duda ha conseguido una de las películas más impactantes de su carrera y es muy probable que tenga su efecto en taquilla porque se verá beneficiada casi con toda seguridad por el boca a oreja.

Hay que destacar que Leonardo di Caprio realiza una interpretación muy convincente e intensa, que ayuda a que el relato posea la fuerza que tiene y convenza. Seguramente con otro actor el resultado no hubiera sido el mismo y si se piensa detenidamente borda un personaje que le permite desarrollar un abanico de matices y estados de ánimo. Por contra Mark Ruffalo y Emily Mortimer me parecen sólo correctos y sí están bien, como casi siempre, Ben Kingsley, Max Von Sydow y Jackie Earle Haley.

Como curiosidad decir que la película estaba previsto que se estrenara en octubre de 2009 en Estados Unidos, pero su distribuidora allí decidió postponer el estreno a este mes de febrero para, según razonamientos “oficiale”, no perjudicar comercialmente a la película alejándola en el tiempo a los estrenos fuertes de las candidatas a los óscars que por allí son entre octubre y diciembre (aunque la verdadera razón es que coincidía con el estreno de “Up in the air” y no tenían dinero para promocionar ambas, siendo además que Leonardo di Caprio no podía dar entrevistas de promoción por estar rodando la nueva película de Christopher Nolan; es decir, razones económicas, vamos).

Por cierto, un buen consejo, no veais el trailer antes de ver la película.



martes, 23 de febrero de 2010

“Río helado” (Courtney Hunt, 2008)

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Guión: Courtney Hunt.
País: USA.
Año: 2008.
Duración: 97 min.
Género: Drama, thriller.
Interpretación: Melissa Leo (Ray Eddy), Misty Upham (Lila), Charlie McDermott (T.J.), Mark Boone Junior (Jacques Bruno), Michael O'Keefe (Trooper Finnerty), Jay Klaitz (Guy Versailles), John Canoe (Bernie), Dylan Carusona (Jimmy), Michael Sky (Billy), Nancy Wu (Chen Li).
Producción: Heather Rae y Chip Hourihan.
Música: Peter Golub y Shahzad Ali Ismaily.
Fotografía: Reed Morano.
Montaje: Kate Williams.
Diseño de producción: Inbal Weinberg.
Vestuario: Abby O'Sullivan.
Estreno en USA: 1 Agosto 2008.
Estreno en España: 4 Septiembre 2009.



“Río helado” (Frozen river) pasó sin pena ni gloria por los cines españoles, víctima de una campaña de distribución prácticamente nula y es un buen ejemplo de las películas que se “pasan” sin ver mereciendo la pena porque no logran tener el apoyo mediático preciso, váyase usted a saber por qué.

Particularmente no conozco a nadie que la haya visto, ni he escuchado o visto nada sobre ella que no haya sido lo que yo mismo me he preocupado en rebuscar y todo porque suelo hacerlo con aquellas películas que tienen alguna nominación para los óscars (en este caso estaba nominada Melissa Leo como mejor actriz y Courtney Hunt como mejor guionista en los óscars del 2009). Las películas que nomina la Academia de Hollywod no siempre son las mejores, pero no suelen defraudar, su lista es un buen punto de partido, una buena referencia.

Se trata de una ópera prima y lo es de una realizadora que, además, firma el guión.

La película va sobre una mujer (Ray), que queda prácticamente en la miseria al cuidado de sus dos hijos mientras su marido, aficionado a las apuestas, la abandona tras una pelea familiar. En situación al límite, con una casa destartalada, en mitad del frío invierno de una localidad fronteriza cercana a Québec, Ray tiene que ingeniárselas para subsistir y lo hace aceptando la oferta de dinero fácil que le hace Lila Littlewolf, una chica de la reserva mohawk, para lo que tendrán que trasladarse diariamente sobre un río helado.

“Río helado” es una película de corte realista y trata sobre una problemática real, lo que hoy en día se ha convertido en cine de segunda fila porque no “vende” tanto como el fantástico, la acción y los efectos especiales....por así decirlo el mundo del cine ha vuelto sus preferencias del revés. Lo que se valoraba en los 70’s y primeros 80’s ha pasado a un segundo término y lo que se denostaba (el cine de evasión) ha ocupado el lugar preferencial y hombre, ni una cosa ni la otra. Hay películas como “Río helado” que merecen la pena porque plantean asuntos que nos son más cercanos por el mero hecho de ser reales. En este caso es la problemática de una madre “coraje” que tiene que hacer frente a su situación traspasando la frontera de la ley. Pese a ello no es un dramón (impresionante e ilustrativa es esa primera escena en la que se ve un primer plano de Melissa Leo, con la cara descompuesta llena de arrugas y ojeras en la que caen un par de lágrimas sin llanto, que son la mejor demostración de dolor interno pero a la vez determinación por seguir adelante), más bien se trata de una película con un cierto suspense, el que provoca la incertidumbre de saber qué le va a pasar a la mujer y a sus hijos y se adentra en terreno de película “criminal” o “policiaca” con ciertos toques “costumbristas”.

A esta película la hacen diferente su planteamiento, su humanidad y dos aspectos definitorios de su identidad: la localización geográfica (que es tan protagonista de los hechos como lo era en “Fargo”) y los temas de la inmigración (desdoblado también hacia la situación de los pueblos indios) y de la descomposición familiar. Estoy seguro que por ello, hace veinte años, esta película habría sido mucho más importante de lo que lo ha sido en los tiempos que corren.

También destacar que fue la vencedora en el Festival de Sundance, un festival que surgió como iniciativa de Robert Redford para premiar a los nuevos talentos del cine norteamericano independiente y que ha sido el vehículo que nos ha permitido descubrir pequeñas maravillas como “Precious” (ganadora el año pasado), “Man on wire”, “Thirteen”, “American splendor” o “Los hermanos McMullen” entre otras.

En definitiva un título interesante, por encima de la media del cine norteamericano, pero olvidado por las salas, lo cual siempre hace “simpática” a nuestros ojos a cualquier película que lo merezca como ésta.

“En tierra hostil” (Kathryn Bigelow, 2009)

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Título original: The hurt locker.
País: USA
Duración: 131 min.
Género: Acción, bélico, drama.
Interpretación: Jeremy Renner (sargento William James), Anthony Mackie (sargento J.T. Sanborn), Brian Geraghty (Owen Eldridge), Ralph Fiennes (Jefe de equipo), Guy Pearce (sargento Matt Thompson), David Morse (coronel Reed), Evangeline Lilly (Connie James), Christian Camargo (coronel John Cambridge).
Guión: Mark Boal.
Producción: Kathryn Bigelow, Mark Boal, Nicolas Chartier y Greg Shapiro.
Música: Marco Beltrami y Buck Sanders.
Fotografía: Barry Ackroyd.
Montaje: Bob Murawski y Chris Innis.
Diseño de producción: Karl Júlíusson.
Vestuario: George Little.
Distribuidora: DeAPlaneta.
Estreno en USA: 26 Junio 2009.
Estreno en España: 29 Enero 2010.

Como mínimo sorprendente está siendo la distribución de esta película hasta la fecha tanto en España como en Estados Unidos a tenor del reducido número de cines en los que se ha estrenado y se mantiene o ¿quizás sea una estrategia comercial para comenzar el verdadero despliegue después de los óscars? Desde luego no creo que el reducidísimo número de salas y horarios en los que se exhibe responda a que el público le haya dado la espalda porque si la ves te impacta y acabas hablando bien de ella.

Estoy hablando a dos semanas de los óscars para los que es la favorita junto a “Avatar” y para los que ha cosechado 9 nominaciones que incluye mejor película, mejor director (Kathryn Bigelow), mejor actor principal (Jeremy Renner), mejor guión original, mejor fotografía, mejor banda sonora, mejor montaje, mejor sonido y mejores efectos sonidos, casi nada al aparato.

No sólo eso, la crítica ha opinado sobre la película de manera prácticamente unánime y la considera uno de los mejores títulos de los últimos meses, si no el mejor; premios está recibiendo por doquier y recientemente ha conseguido el BAFTA de la Academia británica y además, cuando la ves te deja noqueado, o al menos eso es lo que me pasó a mí.

La película, para quien no lo sepa y sin destripar nada, trata sobre un comando de artificieros estadounidenses que operan en la devastada Irak. Argumentalmente no hay mucho más que contar, pero aseguro que la película da para mucho de inicio a fin porque no sólo cuenta el quehacer diario de los soldados, hay mucho más de fondo sobre lo que el espectador puede dar vueltas: el sinsentido de la guerra, la dureza del mundo militar, las desigualdades sociales y culturales....y sobretodo algo que Bigelow propone como terrible realidad para la reflexión: la adrenalina que produce la guerra, que aquí es entendida algo así como una droga y un sentido para vivir (al menos así lo es para el sargento William James, para quien resulta un mayor impulso vital que tener su propia familia). En concreto la película se inicia con la cita del libro que escribió el periodista Chris Hedges: “La anticipación por la batalla es una adicción potente y a menudo letal, porque la guerra es una droga”. Hay algo terrible en todo ello, pero lo más terrible es que esto va unido a la condición humana. Aunque no compartamos el sentir de James, todos entendemos viendo la película qué es lo que le pasa y por qué para él desactivar bombas es un subidón (puntazo a favor de Bigelow).

Lo que más me ha gustado de la película (y digo desde ya que me ha gustado muchísimo) es el extraordinario clima de tensión que consigue Bigelow desde el minuto uno. Las primeras escenas son de hecho hipnóticas (sensacional la minuciosidad con la que se cuenta la desactivación de la bomba, las escenas del robot y la presencia de Guy Pearce en unos minutos sencillamente geniales) y uno no se relaja ya hasta que no sale por la puerta del cine, lo cual, es de un mérito extraordinario porque significa que todo, argumento, montaje, ritmo fílmico, desarrollo han cuadrado de manera perfecta como un auténtico mecanismo de relojería. Sólo hay un momento en que la película parece “detenerse” hacia la segunda mitad, quizás porque Bigelow quiere que haya un “parón” antes del desenlace, pero a mí particularmente no me molesta y tampoco me parece que las imágenes del protagonista en Estados Unidos sobren o se alarguen en exceso, como he leído en alguna crítica, son necesarias para entender el desenlace y el tema central de la película.

Bigelow apuesta por una filmación “realista”, muy del gusto del cine actual que pretende contar historias que sean creíbles y próximas. Aunque la película se filmó en lugares como Jordania o Kuwait uno siente estar en Irak realmente porque aunque uno nunca haya estado allí se comprende, se intuye, que así debe ser. En ese sentido la película logra un extraordinario clima de tensión que se “respira” en todas y cada una de las escenas y que, por así decirlo, “estalla” en más de un momento a causa de la temeridad o valentía del sargento James, que se adentra en el peligro como pez en el agua. Hay en ello también una cierta dosis de ironía porque en este caso el héroe es un tipo al que realmente parece no importarle nada que le incumba personalmente a cambio de recibir su dosis de adrenalina diaria, a pesar de que tiene una familia, ya sea poder explotar en su trabajo siguiente o recibir una paliza de un compañero...su única ansia es vivir al límite...lo cual es lo que hacen los artificieros de esta película, pero también mucha otra gente que sólo encuentra en el riesgo y en la aventura una motivación para seguir adelante. En ese sentido la película plantea de manera inteligente lo que probablemente sea un problema o una característica de los tiempos actuales, una cierta deshumanización de la sociedad occidental.....En fin, se me ha ido la bola, pero me parece interesante que una película genere este tipo de ideas o pensamientos.

Otro aspecto a destacar de “En tierra hostil” es que presenta “recovecos” que exigen al espectador “atar” cabos: ¿por qué James se comporta como lo hace? ¿por qué se enfrenta al peligro por sí mismo sin usar el robot? ¿por qué utiliza en su primera misión la bomba de humo? ¿por qué se preocupa por Beckham? (apasionante episodio aquel en el que busca la casa de sus padres) ¿por qué en la casa de Beckham le dicen lo que le dicen? ¿qué hay detrás del almacén de explosivos que encuentran los artificieros?... Bigelow consigue una suerte de suspense interno en la película al mostrarnos los hechos tal cual, pero no explicar nada que nos obliga a interpretar lo que vemos. Las imágenes hablan por sí solas y explican todo lo que necesitamos saber, nos convierten en espectadores activos y nos hacen tomar una posición en la que podemos comprender mejor motivaciones y conductas, en la que somos testigos de un pueblo destrozado con dos facciones contrapuestas, un ejército que pretende establecer el orden según el criterio occidental y un escenario de pesadilla que permite desarrollar una de las películas más tensas, emocionantes e intensas que recuerdo. En muchos momentos de esta película entendemos que sí, hay gente con más o menos escrúpulos, pero eso ocurre en los dos bandos, queda claro que el verdadero enemigo, incluso en Irak, es la propia guerra.

A nivel técnico la película es espectacular porque aunque la filmación da la impresión de haberse realizado con una mera cámara al hombro hay un sinfín de escenas de una grandísima complejidad. Hay que tener en cuenta que la alternancia de primerísimos planos con otros más generales obliga en cine a complejos procesos y juegos con las lentes, la fotografía, el encuadre y el montaje y en ese sentido esta película es impresionante y hay detrás de ella un trabajo descomunal. Como ejemplos me gustaría citar la ya mencionada primera escena con el robot y Guy Pearce en la desactivación de la bomba, la escena en la que son emboscados en el desierto y se unen a una compañía británica inglesa (en la que aparece por sorpresa Ralph Fiennes) y la escena nocturna en la que penetran por las calles de la ciudad para perseguir a un grupo de insurgentes. En todas ellas y en algunas más la puesta en escena es brillante, pero más lo es cómo se ha jugado con todos los aspectos fílmicos para conseguir la máxima tensión y el máximo impacto, cosa que además tampoco sería posible sin un sonido espectacular.

Ignoro que ocurrirá en la próxima edición de los óscars y si finalmente Kathryn Bigelow le quitará el premio a mejor director a su exmarido, James Cameron, pero lo que sí ha dejado claro con ésta película es que su capacidad tras la cámara no sólo está fuera de toda duda, sino que probablemente se ha minusvalorado su talento, que ya demostró en películas tan infravaloradas como “Días extraños” o “K-19, the widowmaker”. Pocas películas se han visto en los últimos tiempos con la capacidad de ésta para encogerte el ánimo y mantenerte en tensión durante dos horas. Vaya subidón!!!

jueves, 18 de febrero de 2010

“El gran dictador” (Charles Chaplin, 1940)




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Título original: The great dictator
Dirección, producción y guión: Charles Chaplin (Estados Unidos, 1940)
Fotografía: Karl Struss y Roland Totheroh
Música: Meredith Wilson y Charles Chaplin
Dirección artística: J. Russell Spencer
Montaje: Willard Nico
Interpretación: Charles Chaplin (El barbero judío / Adenoid Hynkel, dictador de Tomania), Paulette Goddard (Hannah), Jack Oakie (Benzino Napaloni, dictador de Bacteria), Reginald Gardiner (Schulz), Henry Daniell (Garbitsch), Billy Gilbert (Herring), Maurice Moscovich (Señor Jaeckel), Emma Dunn (Señora Jaeckel), Bernard Gorcey (Señor Mann).
Duración: 124 minutos


“El gran dictador” es una de las obras maestras de Charles Chaplin, sobretodo por el momento en que se realizó, recién comenzada la segunda guerra mundial, y por la acertada sátira política que hace del nacionalsocialismo. Particularmente no es de mis películas preferidas de Charles Chaplin, entre las que sí se encontrarían “La quimera del oro” o “Luces de la ciudad”, que me parecen más redondas, pero hay que reconocer que películas como ésta demuestran que Chaplin era un genio. Cabe destacar que fue casi en exclusiva el alma de este proyecto al producir, dirigir y firmar el guión.

Al margen de que guste más o menos (a mí me parece exquisita la primera parte, pero un tanto pesado el tramo final en la que se centra más en los trapicheos políticos), hay que reconocer que “El gran dictador” es un proyecto complejo y difícil del que Chaplin salió más que airoso. Debemos tener en cuenta que era la segunda película hablada de Chaplin y que en la anterior, “Tiempos modernos”, había utilizado todavía el personaje de Charlot y apenas hablaba. A parte llegó en un momento muy difícil y desarrollaba una temática de la que era muy complicado extraer motivos para reír. La película ridiculiza la figura de Hitler y ataca al nacionalsocialismo al tiempo que apuesta por la democracia y la libertad, pero lo hace, como es habitual en Chaplin, con inteligencia, un fino sentido del humor y sobretodo mucha humanidad. Se estrenó en octubre de 1940 en Nueva York.

El argumento trata sobre un barbero judío que tras salvar a un superior (oficial Schultz) en la primera guerra mundial y permanecer amnésico durante 20 años en un hospital, regresa a su casa en Tomania en plena ascensión del dictador Astolfo Hynkel, que pretende discriminar a los judíos de los ghettos pero que antes, les concede un periodo de paz, con el fin de conseguir un préstamo de uno de ellos para subvencionar la conquista del país libre de Osterlich, que también pretende Benzino Napaloni, el dictador de la aliada Bacteria.

Chaplin reconoció que de haber sabido la situación de los campos de concentración nazis seguramente no habría rodado la película puesto que la tragedia era mucho peor de lo que en ese momento se pensaba (Así lo aseguraba en sus memorias publicadas en 1964: "Si hubiera tenido conocimiento de los horrores de los campos de concentración alemanes no habría podido rodar la película: no habría podido burlarme de la demencia homicida de los nazis; no obstante, estaba decidido a ridiculitzar su absurda mística en relación con una raza de sangre pura".) En cualquier caso y pese a que, conocidos los acontecimientos históricos, sea dudoso hacer una comedia basada en la tragedia judía “El gran dictador” logra su propósito al cien por cien y pone en tela de juicio no sólo el nazismo sino cualquier dictadura, cualquier comportamiento ajeno a la democracia o la libertad que deben reinar en toda sociedad. El discurso que al final de la película hace el personaje del barbero, haciéndose pasar por Astolfo Hynkel, es el único posible en una sociedad avanzada y seguramente fue un buen punto de apoyo ideológico para muchos norteamericanos que después tuvieron que luchar contra los nazis. Hoy resulta grandilocuente y puede parecer un tanto exagerado aunque es un discurso brillante y cargado de emotividad y lo más sorprendente y a la vez terrible es que en su momento fue absolutamente necesario, sobretodo por puro contraste con el discurso nacionalsocialista, idéntico en forma pero opuesto en contenido:

DISCURSO DEL MINISTRO DE PROPAGANDA GARBITSCH

"Hoy en día, democracia, libertad y igualdad son palabras que enloquecen al pueblo. No hay ninguna nación que progrese con estas ideas, que le apartan del camino de la acción. Por esto las hemos abolido. En el futuro cada hombre tendrá que servir al Estado con absoluta obediencia"

DISCURSO DEL BARBERO

"Lo lamento, pero yo no quiero ser un emperador, ése no es mi negocio, no quiero gobernar o conquistar a alguien. Me gustaría ayudar a todos si fuera posible: a los judíos y a los gentiles, a los negros y a los blancos. Todos deberíamos querer ayudarnos, así son los seres humanos. Queremos vivir con la felicidad del otro, no con su angustia. No queremos odiarnos y despreciarnos. En este mundo hay sitio para todos, y la tierra es rica y puede proveer a todos. El camino de la vida podría ser libre y hermoso..."

“Nos hemos de ayudar los unos a los otros, los seres humanos somos así. Queremos hacer felices a los demás, no hacerlos desgraciados. No queremos odiar ni despreciar nadie. En este mundo hay sitio para todo el mundo (...) El camino de la vida puede ser libre y bonito, pero lo hemos perdido. La codicia ha envenenado las almas, ha levantado barreras de odio, nos ha empujado hacia la miseria y las matanzas. Hemos progresado muy deprisa pero nos hemos encarcelado a nosotros mismos: el maquinismo que crea abundancia nos deja en la necesidad. Nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos, nuestra inteligencia, duros y secos. Pensamos demasiado y sentimos muy poco. Más que máquinas, necesitamos humanidad, más que inteligencia, tener bondad y dulzura. Sin estas cualidades, la vida será violenta, se perderá todo. (...) La desgracia que padecemos no es nada más que la pasajera codicia y la amargura de los hombres que tienen miedo de seguir el camino del progreso humano. El odio de los hombres pasará y caerán los dictadores y el poder que tomaron al pueblo será reintegrado al pueblo y así, mientras el hombre exista, la libertad no desaparecerá".

Se cuenta que el mismísimo Adolf Hitler pidió ver la película en un par de ocasiones y guardaba una copia en su filmoteca particular aunque no se conoce su opinión sobre la misma y en Alemania no se estrenó hasta 1958 y en lo que a España respecta, mientras medio mundo la veía, estuvo prohibida hasta la muerte de Franco en 1975 consiguiendo de esa forma una especial relevancia e interés para quienes no pudieron verla durante décadas. El rodaje no fue fácil para Chaplin y mucha gente le insistió para que no la rodara, aunque se sabe que el propio presidente norteamericano Franklin D. Roosevelt le animó para que siguiera delante.

La película estuvo nominada a cinco óscars entre los que estaba mejor película (venció “Rebeca” de Alfred Hitchcock), guión original, actor (Chaplin hace un doble papel como barbero y como Astolfo Hymler), actor secundario (Jack Oakie como Benzino Napaloni) y banda sonora.

La importancia de esta película como canto de esperanza por la paz fue minimizado en su día al ser prohibida por todos los países afines a Alemania e Italia, pero ha quedado después como un título indispensable y un símbolo para la posteridad y es seguramente junto a “Ser o no ser” de Ernest Lutbisch y a “La vida es bella” de Roberto Benigni las comedias que mejor han “desmontado” el sinsentido nazi.

A nivel esencialmente cinematográfico representa en muchos aspectos una dualidad: la del cine mudo y la del cine sonoro, la del mundo político y la del mundo del hombre de la calle, la del dictador y la de un simple barbero. La película de hecho se divide en dos argumentalmente en función de estos dos personajes mencionados y o bien nos cuenta los tejemanejes políticos de Astolfo Hymler o los cotidianos del barbero (particularmente me quedo más con todo lo que tiene que ver con el segundo, en cuyos skecths me parece que Chaplin está más cómodo y puede desarrollar un humor con el que está más familiarizado. En esta película, no obstante, la escena que probablemente quede en recuerdo de todos es aquella en la que Hymler ejecuta una curiosa danza con un globo terráqueo o aquella en la que desarrolla sus discursos en un idioma inventado por Chaplin que hace toser siempre al personaje.

A mí personalmente me encanta el arranque, cuando el barbero y Schultz huyen en el avión boca abajo y me parecen geniales las peleas del barbero con los guardias de asalto en la calle, todo lo que tiene que ver con éste y Hannah (maravillosa Paulette Goddard, tercera mujer de Chaplin) y por supuesto dos escenas que me parecen antológicas: aquel en que realiza un afeitado siguiendo los compases de la Danza húngara nº 5" (Brahms) y cuando se juegan quién realizará una tarea de sabotaje comiendo un pudín que contiene una moneda. Todo lo que forma parte de la crítica a la clase política al final de la película, con Hymler y Napolini enfrentados, aunque es tremendamente eficaz me parece menos sobresaliente.

En definitiva, una película que puede gustar más o menos en función del tipo de humor que más guste, pero que es absolutamente magistral y absolutamente necesaria.

ESCENA DEL DISCURSO FINAL



ESCENA DEL AFEITADO



ESCENA DEL GLOBO TERRAQUEO

miércoles, 17 de febrero de 2010

“Precious” (Lee Daniels, 2009)

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Título original: Precious: Based on the novel ‘Push’ by Sapphire.
País: USA.
Duración: 109 min.
Género: Drama.
Interpretación: Gabourey Sidibe (Clareece “Precious” Jones), Mariah Carey (Sra. Weiss), Lenny Kravitz (John), Susan L. Taylor, Mo’Nique (Mary), Paula Patton (Srta. Rain), Sherri Shepherd, Stephanie Andujar (Rita), Chyna Layne (Rhonda), Angelic Zambrana (Consuelo).
Guión: Damien Paul; basado en la novela “Push” de Sapphire.
Producción: Lee Daniels, Sarah Siegel-Magness y Gary Magness.
Música: Mario Grigorov.
Fotografía: Andrew Dunn.
Montaje: Joe Klotz.
Diseño de producción: Roshelle Berliner.
Vestuario: Marina Draghici.
Distribuidora: Filmax.
Estreno en España: 5 Febrero 2010.


No me cabe ninguna duda que si la presente edición de los óscars hubiera mantenido el formato de ediciones previas con cinco nominadas a mejor película una de ellas habría sido ésta, probablemente junto a “Avatar”, “En tierra hostil”, “Up in the air” y Malditos bastardos”. Con esto no digo que sea mejor que otras (particularmente me gustan más “Up” o “Distrito 9”), pero hay que reconocer que es uno de los títulos imprescindibles del 2009.

“Precious” fue la gran triunfadora del pasado festival de Sundance y es la bandera que este año ondea el cine independiente estadounidense, tras llevarse un buen puñado de premios de la crítica.

El máximo responsable de esta película es Lee Daniels, un director que comenzó como representante de actores y que debutó brillantemente como productor con “Monster’s ball”, otro dramón de tomo y lomo con el que Halle Berry ganó el óscar a mejor actriz. Ahora, en su segunda película como director, aborda un tema comprometido, el de la marginación social.

Lo primero que llama la atención de “Precious” es su planteamiento como drama. A pocos minutos de comenzar su visionado uno se da cuenta que el personaje principal se encuentra atrapado en un auténtico infierno personal, sobretodo y más que por sus características físicas por su situación social y por la presencia de esa madre cuasi demoniaca que borda Mo’Nique (debería ganar todos los premios de este año) y sin embargo hay en la película algo que la hace llevadera pese a su dureza, que te permite “respirar” a pesar de lo terrible que es la situación de Precious. Seguramente ese algo es la esperanza, que late en la película gracias a la rotunda presencia de Gabourey Sidibe desarrollando un personaje que, pese a todo, intuyes que no se va a rendir. Quizás esto uno lo sepa por las inserciones de esos momentos oníricos en los que Precious sueña con una realidad mejor y que terminan por ser algo repetitivos, pero lo cierto es que lo que le da fuerza a esta película es el espíritu de autosuperación de toda ella.

El director adapta una novela de la poetisa Sapphire y lo hace de una manera realista, sin evitar toda la crudeza del argumento pero sin buscar la lágrima fácil, lo cual para mi gusto tiene un enorme mérito porque fácilmente podría haberse convertido su película en un dramón lacrimógeno y no lo es. Es más bien un documento duro e impactante de una realidad terrible que es de una chica negra pero que bien podría haber sido de cualquiera.

Es curioso, he leído recientemente que parte de la comunidad negra estadounidense ha dado la espalda a la película por el tratamiento que se hace del personaje de Precious ya que rechazan su actitud derrotista o victimista y porque quizás no encajan la buena acogida que ha tenido la película entre la clase media blanca (por cierto, en el pase en que vi la película aquí en España el espectador tipo era una mujer blanca, de entorno a los sesenta años, cosa que no deja de ser digna de estudio)....Yo la verdad es que me hago cruces. Me parece que Precious no es derrotista, aunque el personaje sufre una evolución e inicialmente no está preparado para luchar contra su situación (¡por Dios, tiene 16 años!) y esta película desarrolla todo menos una cuestión racial como se deja claro en el momento en que la asistenta social (sorprendente Mariah Carey) pregunta a Precious si cree que es blanca o negra.....es que da exactamente igual. Precious es negra sí, pero lo que expone la película son las dificultades para salir adelante cuando eres diferente a los demás, cuando la gente te llama “vaca o elefante”, cuando tu padre se aprovecha de ti y tu madre te odia, cuando vives en la miseria y cuando tienes dos hijos no deseados con apenas 16 años y no sabes cómo afrontarlo porque no tienes pareja.

A parte de un drama intenso e impactante, “Precious” me parece un soplo de esperanza, una película conmovedora que llega y emociona desde la sensibilidad y que hace comprender mejor a los demás y conciencia mejor que mil campañas publicitarias de que hay personas que viven en condiciones muy duras y precisan ayuda.

La relación de Precious con la Señorita Rain (Paula Patton, también vista en “Reflejos”, “Deja vu” y “Hitch”) es de lo mejor a nivel emotivo y sentimental que hemos visto este año en un cine porque, como ya he dicho, sin recursos facilones para buscar la lágrima, conmueve y convence y demuestra por comparación con la relación de Precious con su madre (absolutamente terrorífica) que el afecto consigue lo que nunca conseguirá la violencia y la imposición. Cuando está por fin preparada para explicar su dolor a los demás Precious dice “El amor no ha hecho nada por mí. El amor me ha golpeado, me ha violado, me ha llamado animal, me ha hecho sentir despreciable, me ha hecho enfermar”, pero las personas que conoce a lo largo de esta película le permiten cambiar ese punto de vista.

En definitiva una película muy recomendable, que impacta, que emociona, que trasmite muchas cosas y que permite relativizar los problemas propios y entender mejor los de los demás. Una película necesaria.

Por cierto, en los créditos uno de los personajes dice que es ¡¡¡Lenny Kravitz!!!! No he podido comprobar si es el cantante ¿Es así?

La película ha sido nominada a 6 óscars: mejor película, mejor director, mejor actriz, mejor actriz secundaria, mejor guión adaptado y mejor montaje.


"Nine" (Rob Marshall, 2009)




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País: USA.
Duración: 118 min.
Género: Drama, musical, romance.
Interpretación: Nicole Kidman (Claudia Jenssen), Kate Hudson (Stephanie), Daniel Day-Lewis (Guido Contini), Penélope Cruz (Carla), Marion Cotillard (Luisa Contini), Sophia Loren (la mamma), Judi Dench (Lilli), Fergie (Saraghina), Ricky Tognazzi (Dante), Giuseppe Cederna (Fausto), Elio Germano (Pierpaolo).
Guión: Michael Tolkin y Anthony Minghella; sobre el libreto de Arthur Kopit para el musical “Nine”; basado a su vez “8 ½” (1963) de Federico Fellini.
Producción: Marc Platt, Harvey Weinstein, John DeLuca y Rob Marshall.
Música: Andrea Guerra.
Fotografía: Dion Beebe.
Montaje: Claire Simpson y Wyatt Smith.
Vestuario: Colleen Atwood.
Distribuidora: Wide Pictures y DeAplaneta.
Estreno en USA: 25 Diciembre 2009.
Estreno en España: 22 Enero 2010.

Desde hace unos años y en concreto desde el éxito de “Moulin rouge” (2001) y el triunfo de “Chicago” en los óscars allá por 2002, el musical ha experimentado un importante auge en el cine estadounidense después de los 90’s, en los que pareció caer un poco en el olvido salvo contadas excepciones como “The commitments” o los clásicos de Disney, siempre enfocados al musical gracias a la aportación de Alan Menken y Howard Ashman. Cada año alguna productora apuesta por un musical para el que se aportan los mejores recursos y el mejor equipo técnico, pensando en que tendrá repercusión en taquilla y en los premios de la industria. Es lo que ha pasado con “Ray” (2004), “Rent” (2005), “En la cuerda floja” (2005), “Dreamgirls” (2006), “Sweeney Todd” (2007), “Hairspray” (2007), “Encantada” (2007), “Cadillac records” (2008), “Mamma mia” (2008) y ahora con “Nine”.

Rob Marshall, director de “Nine” fue el responsable precisamente de “Chicago” y tras el relativo fracaso que supuso “Memorias de una geisha”, que estuvo por debajo de lo que se esperaba de ella, ha querido repetir viejos éxitos.

“Nine” está basada en el musical ideado por Maury Yeston en los años 70’s, que trasladaba a Broadway el bloqueo creativo que Fellini explicaba en su película semi-autobiográfica “Ocho y medio” y que curiosamente interpretó Antonio Banderas durante algún tiempo en Estados Unidos.

Desde el primer fotograma se nota el lujo y los medios técnicos con los que cuenta Rob Marshall, parecidos de hecho a los que tuvo en sus películas anteriores, toda la maquinaria de producción del todopoderoso Harvey Weinstein a su disposición. En ese sentido la película es una auténtica gozada porque todo está muy cuidado y se nota un grandísimo esmero en los detalles, desde el vestuario a los decorados, la fotografía, la puesta en escena, las coreografías.....es de esas películas luminosas, festivas, espectaculares desde su propia concepción y por supuesto, el reparto es absolutamente irrepetible, quita el hipo. Solo por esto habrá mucha gente que irá a ver la película y que dará por bueno el pagar la entrada.

Ahora bien ¿es “Nine” una película a la altura de todo el despliegue realizado? Particularmente pienso que no o al menos, me parece, que no está a la altura de lo que pretendían conseguir especialmente porque flojea creo yo el componente dramático y me explico: la interpretación de Daniel Day Lewis, que no entro en si es buena o mala, resulta fría y distante, cierto es que el personaje de Guido Contini difícilmente puede caer bien porque en definitiva es un hombre que no respeta a su mujer y que se debate entre sus amantes y una crisis creativa que no llegamos a comprender porque no se nos explica bien, el caso es que termina dándonos un poco igual lo que le pasa cuando no debería ser así. Además todas las actrices salvo quizás Marion Cotillard, a quien sí se le ve un brillo especial en los ojos y se “nota” el sufrimiento de su personaje y un poco Penélope Cruz, que tiene un personaje agradecido con el que también puede trasmitir cierta “pasión”, parecen simplemente cumplir con su parte sin el arrebato necesario (tampoco sus papeles les dan mucho juego salvo en los números musicales).

Lo que es puramente la parte “narrativa” resulta pesada, por momentos lenta y demasiado preocupada por los encuadres y poco por el desarrollo dramático y como espectadores, hay que decirlo sin rodeos, nos aburrimos. Sólo con los números musicales parecen Marshall y los actores encontrarse a gusto y la película cobra vida. Si uno lo piensa es lo que verdaderamente vale la pena, es cuando en el cine parece surgir una fuerza especial de la pantalla. Me gustaron especialmente los números de Fergie “Be italian” (seguramente lo mejor de la película) y de Kate Hudson (dispone del número con más fuerza visual y musical), pero realmente el plato fuerte es Marion Cotillard, que es la que se come literalmente la pantalla y expresa sentimientos en su actuación (por el contra una pena lo poco aprovechada que está Nicole Kidman). El número de Penélope Cruz es correcto y lo resuelve bien, sin más, y el resto me parecen correctos pero no me gusta demasiado que todos se resuelvan en un decorado, que creo que es como si Marshall prefiriera expresarse en el decorado de un teatro y eso le quita posibilidades a la película como musical.

Vamos, que aunque los números musicales están bien, aunque cualquiera apreciará el esfuerzo que se realizado en todos los aspectos de producción en esta película y aunque el reparto de por sí es ya interesante la película resulta larga y los personajes no terminan de llegar lo suficiente. Podríamos decir que se trata de una fiesta musical sin “alma”.

"El hombre lobo" (Joe Johnston, 2009)




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Título original: The Wolfman.
Países: Reino Unido y USA.
Duración: 104 min.
Género: Suspense, terror.
Interpretación: Benicio del Toro (Lawrence Talbot), Anthony Hopkins (Sir John Talbot), Emily Blunt (Gwen Conliffe), Hugo Weaving (Abberline), Geraldine Chaplin (Maleva), Elizabeth Croft (Ophelia), Art Malik (Singh), Anthony Sher (Dr. Hoenneger), David Schofield (Nye).
Guión: Andrew Kevin Walker y David Self; basado en el guión de Curt Siodmak para la película “El Hombre Lobo” (1941).
Producción: Sean Daniel, Benicio del Toro, Scott Stuber y Rick Yorn.
Música: Danny Elfman.
Fotografía: Shelly Johnson.
Montaje: Dennis Virkler y Walter Murch.
Diseño de producción: Rick Heinrichs.
Vestuario: Milena Canonero.
Distribuidora: Universal Pictures International Spain.
Estreno en USA: 12 Febrero 2010.
Estreno en España: 12 Febrero 2010. No recomendada para menores de 13 años.


Me preocupa un poco que esta revisitación del hombre lobo me haya dejado tan indiferente como lo hizo y me preocupa porque es una película pensada por y para entretener (es algo que se nota en los detalles técnicos, en el montaje, en el ritmo argumental y en los recursos que se usan para que haya agilidad visual). En estos casos uno se pregunta ¿soy yo o es la película lo que falla? ¿Quizás ambas cosas? Quizás me he vuelto muy exigente a fuerza de ver mucho cine, seguramente sí, pero pensando en cambio en que pueda ser la película la que flojea ¿qué es lo que falla? Uno se sienta en su butaca y no paran de pasar cosas en pantalla, el ritmo de los acontecimientos es trepidante, los sustos están garantizados (yo también me sobresalté varias veces) y en definitiva la película entretiene aún intuyendo desde el principio lo que vas a ver, que lo intuyes..

“El hombre lobo” es una película de estudio, confeccionada bajo los parámetros de lo que hoy en día se entiende como cine de evasión y entretenimiento, lo que se llama en términos cinéfilos y frikies una película “palomitera”, espectáculo visual, entretenimiento puro y duro, atracción de feria pensada para el gran público. Eso en principio no me parece ni bueno ni malo, que todo tiene que haber, pero sí pienso que en estos casos se pone excesivo celo en lo puramente técnico y en fórmulas que los datos de taquilla dicen que funcionan. Es decir, cada susto viene acompañado de un efecto de sonido o de un truco visual que te hace saltar en tu butaca (te asustas porque cuando para el sonido y la banda sonora se relaja de pronto algo aparece de improviso en la pantalla con un estruendo); se busca lo truculento porque es impactante (en esta película el hombre lobo es una auténtica “bestia parda” que descuartiza, destroza extremidades y arranca cabezas de cuajo, lo cual siempre noquea claro); se elimina todo lo que argumentalmente pueda ralentizar la acción (en pantalla no hay un momento de calma o de reflexión, todo es dinámico); se acude a escenas que impresionen siempre, que visualmente llamen la atención (no hay imagen que no tenga un tono lúgubre o inquietante, que no sea impactante o en la que no acontezca una acción intensa, lo cual es fácil con los efectos visuales de los que se dispone hoy en día) y el final está pensado para ser el no va más (espectacular es, por su puesto, pero me da la sensación que los guionistas se toman muchas licencias para que el final sea ese y no otro sólo porque así es más impactante). Esto garantiza que el ritmo sea ágil, que sea difícil apartar la atención de la pantalla, pero siempre he pensado que centrarse demasiado en estos recursos sin cuidar personajes y sus relaciones o la trama causa el efecto contrario y hace perder interés, que es lo que a mí me sucedió viéndola.

Por informaciones que he ido leyendo el rodaje fue bastante complicado. Al parecer Benicio del Toro, tras ganar el óscar como mejor secundario por “Traffic”en el año 2000, ganó el peso específico suficiente como para que la Universal se pensara volver a rodar una película sobre el hombre lobo con él como protagonista, pero el proyecto tuvo bastantes problemas para salir adelante y aunque Mark Romanek, director de “Retratos de una obsesión” se hizo cargo del mismo originalmente, al final se le cedió el testigo a Joe Johnston, un director “de encargo” que previamente había filmado “Jumanji” y “Parque jurásico III” y que se encontró con todo planificado ya. No sólo hubo problemas en la gestación de la película, al parecer también la postproducción fue difícil, tuvieron que filmarse escenas adicionales para corregir defectos detectados en los pases de prueba y el estreno se retrasó cinco veces debido a remontajes y todo tipo de cambios. Pienso que estas cosas no se notan a simple vista, pero afectan al resultado y en concreto los actores no brillan, como si el asunto no fuera con ellos y se limitaran a cumplir con su contrato, realmente están eclipsados por toda la parafernalia técnica y eso a pesar de que el reparto es de relumbrón: Benicio del Toro, Anthony Hopkins, Hugo Weaving o Geraldine Chaplin. A los productores parece interesarles más la transformaciones o la atmósfera nebulosa o la acción trepidante que la relación entre Lawrence Talbot y su cuñada o su padre, que deberían ser el auténtico plato fuerte de la función. La historia que se nos cuenta arranca cuando Lawrence vuelve de Estados Unidos a la mansión de su padre para descubrir qué le ha pasado a su desaparecido hermano. Ni el drama de su fallecimiento en extrañas circunstancias, ni la relación de Lawrence con su padre y su cuñada, ni la investigación que tienen lugar son a la postre tan importantes como el envoltorio escénico (en concreto el episodio del especialista que trata de probar que Lawrence Talbot es solamente una persona trastornada es un buen ejemplo de lo que es esta película: se trata de un momento espectacular sí, pero poco verosímil y completamente previsible y más que dramático o terrorífico tiene un cierto punto irónico y hasta cómico, vamos que no funciona como debería).

Por supuesto dicho lo dicho, a nadie se le escapará que lo mejor de la película es lo puramente técnico. La ambientación está realmente lograda tanto en interiores como en exteriores y en concreto las tomas nocturnas tienen una gran fuerza visual como ocurre con aquella en la que se produce el ataque en el poblado gitano y desde luego la labor de Rick Baker con el maquillaje es absolutamente espectacular. Para quien no lo sepa, Baker causó auténtica fascinación hace 30 años con la transformación de “Un hombre lobo americano en Londres” y ahora, tras un porrón de premios y magníficos trabajos para un sinfín de películas, de alguna manera se homenajea a sí mismo yendo un poco más allá de lo que hizo gracias a los avances de los efectos visuales.

En la puesta en escena e incluso en la resonante banda sonora tampoco escapa el intento por hacer algo así como lo que Francis Ford Coppola hizo con “Drácula”, aunque el resultado más bien es a la leyenda del hombre lobo como lo que Stephen Sommers perpetró con “Van Helsing” respecto al mundo vampírico y me parece una lástima. Pienso que los efectos y la ambientación deben estar al servicio de un argumento y no al revés, que es la sensación que me produce esta película, pero está claro que como la hora y pico que dura se pasa rápida mucha gente dará por bueno haber pagado la entrada porque es lo que realmente quieren sin darse cuenta que el drama personal de los personajes podría haber sido mucho más intenso y el suspense mucho más efectivo.

martes, 16 de febrero de 2010

“La strada” (Federico Fellini, 1954)

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Titulo original: La strada
Nacionalidad: Italia
Duración: 94 min
Género: Drama, comedia, neorrealismo
Guión: Federico Fellini, Tullio Pinelli, Ennio Flaiano
Intérpretes: Giulietta Masina, Anthony Quinn, Richard Basehart, Aldo Silvani, Marcella Rovere
Música: Nino Rota
Fotografía: Otello Martelli
Montaje: Leo Catozzo



"La strada" es uno de los títulos más famosos, asequibles y destacados de Federico Fellini y sin duda la película que lanzó a la fama a Giuletta Masina, su mujer, auténtica "alma" de esta película.

Producida por Dino de Laurentiis y Carlo Ponti, es uno de los más destacados títulos de la etapa neorrealista de Fellini y cosechó un importante éxito. En 1957 ganó el óscar a mejor película de habla no inglesa y fue también nominada al mejor guión.

El argumento es sencillo en apariencia ya que trata sobre Gelsomina (Giuletta Masina), una chica joven y un puntín estrafalaria y peculiar, que es comprada a su madre por el artista ambulante Zampanó (Anthony Quinn) por mil liras cuando muere su padre, para que le haga compañía mientras viaja de pueblo en pueblo con su motocicleta, que tira de un chinringuito en el que viven.

La historia le permite a Fellini mostrar el mundo de la calle (la strada) y de los artistas ambulantes tal cual era, acomodándose a esa corriente neorrealista tan típica del cine italiano de la época que mostraba los ambientes y comportamientos de personas humildes como documento de una realidad que estaba ahí pero que era muy diferente de lo que el cine hollywoodiense solía mostrar. Evidentemente lo que se cuenta del ir y venir de Zampanó y Gelsomina es simple y sencillo, la cámara presta atención únicamente a sucesos cotidianos; pero el guión, de una manera sútil expresa mucho más. De fondo hay una reflexión existencial expresada de forma sencilla por “el loco” funambulista del que se hace amiga Giselmina: todo y todos servimos para algo y eso es algo de lo que Zampanó se da cuenta en la última escena de la película en la playa.

Probablemente el gran acierto de Fellini es el tratamiento de los tres personajes principales: Zampanó, Gilsemina y el “loco”, que proporcionan a la película la carga dramática que completa el retrato realista y social que también aborda el director. Lógicamente los tres actores protagonistas, Giulietta Masina, Anthony Quinn, Richard Basehart; adquieren una importancia esencial en el éxito de la película con tres interpretaciones fabulosas entre las que destaca la de Giuletta Masina porque su personaje es el alma del relato pero además su presencia en pantalla es hipnótica e inolvidable y proporciona toda la carga emotiva y sentimental que requería la historia para llegar al público. Por su puesto Anthony Quinn también está brillante, en la que es una de las mejores interpretaciones de toda su carrera bordando de manera plenamente convincente su tosco y rudo Zampanó.

Podríamos decir de esta película que es esencialmente conmovedora puesto que une a dos personajes opuestos y contradictorios a los que unen las dificultades y la necesidad de afecto, aunque el argumento es un viaje de descubrimiento, en especial para Zampanó, mucho más práctico y preparado para subsistir pese a las inclemencias de la vida en que se mueve, pero menos hábil para comprender lo que necesita realmente y asumirlo. Probablemente el gran acierto de Fellini es que logra conectar con el espectador trasmitiendo una gran sensibilidad pero sin caer nunca en el dramatismo ni en la lágrima fácil. Como en la vida misma comedia y drama se entremezclan de una manera natural y pese a sus circunstancias los personajes siguen adelante y la película no se convierte en un dramón lacrimógeno, que es lo que podría haber llegado a ser si no hubiera sido por el equilibrio que consigue Fellini, algo mucho más complicado de hacer de lo que parece y que en esta película me parece un acierto mayúsculo.

En el viaje de Zampanó y Giselmina por los pueblos italianos, podemos ver también un retrato social de la época, por lo que la película tiene también una importancia llamésmole “documental” que es uno de los aspectos más reseñables y positivos del neorrealismo. Se detecta en ella un poso de melancolía quizás derivado de la miseria en la que vivía mucha gente en la postguerra, en un país vencido por la historia; pero también una cierta esperanza y alegría, que es la que nos trasmite siempre el personaje de Giselmina, que en su inocencia, sabe sacarle a todos una sonrisa.

Zampanó es un tipo rudo, bruto y práctico que sabe sobrevivir, a menudo de forma inmisericorde, a todas las inclemencias de la dura vida que le ha tocado vivir pero que tiene una lección por aprender y es que, como todos, él también precisa una Gilsemina, porque en ocasiones lo más importante se oculta tras la apariencia de la sencillez y lo intrascendente. Gilsemina es pelele e inocente, tiene cara de “coliflor” y se muestra siempre sorprendida y alelada ante todo, pero atesora en su interior la inocencia, la ilusión, cariño por los demás, una humanidad y sentido de la moral que nunca debe faltarnos. La escena en que Zampanó lo descubre es seguramente una de las más emotivas y arrebatadoras de la historia del cine.

En lo puramente técnico destacar la extraordinaria fotografía en blanco y negro de Ortello Martelli que da cuenta de un país de alguna manera destartalado y esa maravillosa banda sonora de Nino Rota, en la que sobresale el triste y melancólico tema que Giselmina toca con su trompeta.





miércoles, 10 de febrero de 2010

“Up in the air” (Jason Reitman, 2009)

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País: USA.
Duración: 108 min.
Género: Comedia dramática, romántica.
Interpretación: George Clooney (Ryan Bingham), Vera Farmiga (Alex), Anna Kendrick (Natalie Keener), Jason Bateman (Craig Gregory), Danny McBride (Jim), Melanie Lynskey (Julie Bingham), Amy Morton (Kara Bingham), Sam Elliott (Maynard Finch), J.K. Simmons (Bob), Zach Galifianakis (Steve), Chris Lowell (Kevin).
Guión: Jason Reitman y Sheldon Turner; basado en la novela de Walter Kirn.
Producción: Ivan Reitman, Jason Reitman, Daniel Dubiecki y Jeffrey Clifford.
Música: Rolfe Kent.
Fotografía: Eric Steelberg.
Montaje: Dana E. Glauberman.
Diseño de producción: Steve Saklad.
Vestuario: Danny Glicker.
Distribuidora: Paramount Pictures Spain.
Estreno en USA: 23 Diciembre 2009. Estreno en España: 22 Enero 2010.



Después de “Gracias por fumar” (2006), de “Juno” (2007) y de esta “Up in the air” (2009) Jason Reitman (para más señas el hijo de Ivan Reitman) se ha convertido en una de las referencias básicas de la reciente comedia estadounidense con permiso claro de Judd Apatow, director de “Virgen a los 40”(2005), “Un lío embarazoso” (2007), “Hazme reír”(2009) y productor y guionista de títulos como “Año uno” (2009), “Zohan, licencia para peinar” (2008), “Superfumados” (2008), “Supersalidos” (2007) o “Pasado de vueltas” (2006).

El principal punto a favor de Reitman es que es además guionista de sus películas y suele construir sus guiones con gran mimo en los personajes y lanzando siempre alguna reflexión social que supone el valor añadido de su cine. El tono irónico del título “Gracias por fumar” hace evidente la sátira que hizo del mundillo de las tabacaleras, en “Juno” cuestionó en clave de comedia juvenil las reacciones sociales ante los embarazos no deseados y ahora en “Up in the air” presenta un problema muy de nuestros días, la de quién está sólo en compañía de todos.

Aunque he comparado antes a Jason Reitman con Judd Apatow nada tienen que ver uno con otro, simplemente son representantes de la nueva comedia norteamericana. Así como el segundo es gamberro y hereda en parte el tono de los Farrelly de “Algo pasa con Mary” y otras, Jason Reitman es más serio en fondo y formas lo cual le hace más propicio para sonreír que para la carcajada. Aviso de esto porque “Up in the air” puede etiquetarse como comedia, pero también como drama y en el fondo desarrolla un conflicto personal de una manera desenfadada y simpática que se nos hace cercana y creíble.

Es posible que la indefinición genérica haga que mucha gente quede algo desubicada al ver la película. Si te venden una comedia esperas reírte, pero es que no se trata de eso o no únicamente. El argumento trata de un tipo, Ryan Bingham, que se dedica a viajar de estado en estado para despedir empleados de las empresas que requieren sus servicios. Su vida está por ello deshumanizada de algún modo, puesto que vive solo, viaja solo y se dedica a destrozar la vida laboral de los demás y sin embargo el resorte argumental de la película es que, a pesar de ello, surge en él un atisbo de humanidad cuando sus jefes aceptan el proyecto de una recién llegada, Natalie Keener, que pretende imponer un sistema de despedido telemático por el que Bingham y sus compañeros ya no tendrán que viajar.

El gran acierto de “Up in the air” puede que sea precisamente la forma en que el protagonista, con el que resulta bastante difícil empatizar inicialmente, va ganando interés progresivamente conforme le surgen los problemas (hay otro más del que no voy a comentar nada que es la “puntilla” que le hace replantearse todo). George Clooney logra perfilar a la perfección un personaje que al principio es frío, meticuloso, distante y su única aspiración es “acumular millas”, pero que termina siendo humano y próximo en la que es sin duda una de las mejores interpretaciones de su carrera y junto a él brillan a gran altura Vera Farmiga (a la que muchos recordaréis por “Infiltrados”) y Anna Kendrick, que es la auténtica revelación de la película. Los tres han sido nominados a los óscars en los apartados de interpretación y han cosechado diversos premios este año y están brillantes en sus papeles.

La película ha sido nominada a tres óscars más, mejor película, mejor director y mejor guión adaptado y ha ganado ya diversos premios pues muchos críticos la consideran la mejor película del recientemente acabado 2009. Yo no diría tanto, pero sí pienso que es una propuesta más que interesante y que, aunque puede descolocar inicialmente, si se “masca” a fondo uno le encuentra un jugo mucho más denso del que en principio podría parecer.

El comienzo todo el mundo estará de acuerdo que es espectacular con el personaje de Clooney explicando a lo que se dedica y dando una lección visual que también es en lo cinematográfico de montaje sobre cómo preparar la maleta para un vuelo. Como dice en una conferencia para viajar hay que saber qué echar en la mochila para que no pese demasiado y ¡ojo! porque en esta simple exposición está un poco la clave de lo que es esta película puesto que ¿está hablando literalmente de viajar en avión o está hablando de algo más? Os doy una pista, habla de algo más, de mucho más y uno lo ve claro conforme avanza el argumento.

Después de ese brillante inicio la película (títulos de crédito incluidos) parece caer y bajar un poco el listón, parece sólo porque en realidad el conflicto o los conflictos surgen después y son los que hacen que el personaje de Clooney entre en crisis y deba replantearse las cosas. En el proceso hay una mezcla de ilusión y desilusión, de alegría y tristeza que otorgan al conjunto un cierto tono agridulce que hace a esta película distinta y especial. Yo diría que su tono de una cierta melancolía, la caracterización de los tres personajes principales y las líneas de diálogo, así como su poso en nosotros la convierten, en efecto, en una de las mejores propuestas cinematográficas del año.

“Si os paráis a pensar en vuestros mejores recuerdos, en los momentos clave de vuestra vida ¿estabais solos? La vida es mejor en compañía”

martes, 9 de febrero de 2010

“La carretera” (John Hillcoat, 2009)

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Título original: The road.
Dirección: John Hillcoat.
País: EEUU.
Duración: 108 min.
Género: Drama, suspense.
Interpretación: Viggo Mortensen (hombre), Kodi Smit-McPhee (chico), Robert Duvall (anciano), Guy Pearce (veterano), Charlize Theron (esposa), Garret Dillahunt (miembro de la banda), Molly Parker (mujer maternal), Michael Kenneth Williams (ladrón). Guión: Joe Penhall; basado en la novela “La carretera” de Cormac McCarthy. Producción: Nick Wechsler, Paula Mae Schwartz y Steve Schwartz.
Música: Nick Cave y Warren Ellis.
Fotografía: Javier Aguirresarobe.
Montaje: Jon Gregory.
Diseño de producción: Chris Kennedy.
Vestuario: Margot Wilson.
Distribuidoras: Wide Pictures y Universal Pictures International Spain.
Estreno en USA: 25 Noviembre 2009.
Estreno en España: 5 Febrero 2010.


“The road” se filmó entre febrero y abril de 2008 y era uno de las apuestas que parecían atractivas para los óscars del año pasado, pero no sólo quedó fuera de aquellos sino que ni siquiera se estrenó. Esto pasa en ocasiones, un proyecto que levanta mucha expectación de pronto queda “aparcado” y se estrena mucho tiempo después. Ignoro a qué se ha debido en esta ocasión pero una posibilidad es que los productores no llegaran a tiempo de la campaña de promoción para los óscars del año pasado y la quisieran vender en los de éste. Para quienes no estéis familiarizados con los mecanismos de los óscars, comentar que es más fácil hacer que los miembros de la academia tengan en cuenta una película estrenada en los últimos meses del año, que es cuando se les mandan las papaletas con las encuestas para votar.

Sea cuales fueren las razones del retraso, el caso es que en estados Unidos se presentó en noviembre del año pasado (2009) y no sólo no ha sido nominada para los óscars sino que su recepción en taquilla ha sido correcta sin más, lo que supone seguramente un duro revés para quienes pensaron que la novela de Cormac McCarthy tenía el gancho suficiente como para convertirse en una gran éxito en pantalla (McCarthy ganó el Pulitzer en 2007, se hizo mundialmente famoso gracias a la adaptación de los Coen de “No es país para viejos” y “The road” está considera una novela magnífica).

Lo cierto es que “La carretera” me parece una película notable, pero dura, muy dura de pelar. Para que se me entienda rápido, vendría a ser como un “Mad max” en versión existencialista y pesimista. Lo que en la saga de George Miller protagonizada por Mel Gibson era aventura y épica se convierte en “La carretera” en un intenso drama de suspense y terror psicológico. Quizás por eso no sea una película fácil de recomendar ni fácil de ver ya que desde el comienzo el espectador se introduce en un ambiente de pura pesadilla, en el que late la desesperanza, el miedo, la inquietud. No recuerdo de hecho una película tan inquietante, que te obligue a estar tan “alerta” desde el primer al último minuto, siempre angustiado por lo que vas a ver en el siguiente fotograma.

El personaje que interpreta Viggo Mortensen (magníficamente por cierto, es un grandioso actor) no es el típico héroe sino todo lo contrario, un tipo normal que lucha contra la peor de las realidades aunque más bien habría que decir que es la peor de las irrealidades porque semejante mundo mejor que solo exista en una pantalla o en las páginas de un libro y de tan horrible es surrealista, deshumanizado e infernal. Es este un aspecto que le da a esta película su mayor virtud y su peor defecto. En la parte positiva está el hecho de romper un poco con la tendencia habitual del cine a mostrarnos personajes fuera de serie que pueden con todo y contra todos y situaciones límites de las que se escapa con tenacidad y en la parte negativa está lo difícil que es asimilar que, realmente, el Apocalipsis nos derrotaría a muchos como lo hace con los seres que pueblan el mundo de esta película y una cosa es ser conscientes de ello y otra pagar para verlo en un cine.

Es cierto que después de ver esta película nadie va a tener ganas de que pueda haber desastre planetario alguno, pero también es cierto que verla supone asumir que se van a pasar casi dos horas de tensión y angustia permanente y lo cierto es que te quedas “tocado” al final.

Hay tres aspectos esenciales que contribuyen decisivamente a que la película sea como es. Por un lado, por supuesto su argumento (un padre y un hijo huyendo hacia la costa de la pesadilla de la América profunda, más profunda que nunca); por otro lado su puesta en escena y ambientación de auténtica pesadilla con paisajes desolados y desoladores y una fotografía impresionante de Javier Aguirresarobe en la que el color ha dejado de existir y por último un pulso narrativo lento y asfixiante que se recrea en el terror psicológico, en lo que no se ve, en lo que se presiente y se intuye (impresionantes varias escenas sobrecogedoras como la marcha de la mujer penetrando en la oscuridad, los gritos de fondo de varias ocasiones o ese túnel en el que se ve aparecer un camión).

Por todo esto se le puede hacer pesada y dura a mucha gente, porque en definitiva es lenta y agobiante, pero en cambio logra una atmósfera muy especial de tensión y da pie a interesantes preguntas de las que uno no puede escapar: ¿qué haría uno en una situación semejante? ¿tiende el hombre desesperado a la maldad o es capaz de mantener la esperanza y la cordura aún en la peor de las situaciones? ¿estamos preparados para seguir siendo humanos y éticos cuando todo a nuestro alrededor deja de serlo? (atención a la resolución de las escenas más tensas de la película, ¿haríamos lo mismo?).

“La carretera” es un drama de suspense duro y deshumanizado, pero no deja de ser una muy interesante película.

viernes, 5 de febrero de 2010

"Invictus" (Clint Eastwood, 2009)

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País: USA.
Duración: 134 min.
Género: Biopic, drama.
Interpretación: Morgan Freeman (Nelson Mandela), Matt Damon (François Pienaar), Marguerite Wheatley (Nerine), Patrick Lyster (Sr. Pienaar), Matt Stern (Hendrick Booyens), Julian Lewis Jones (Etienne Feyder), Penny Downie (Sra. Pienaar), Tony Kgoroce (Jason Tshabalala), Patrick Mofokeng (Linga Moonsamy), Adjoa Andoh (Brenda), Leleti Khumalo (Mary).
Guión: Anthony Peckham; basado en el libro “El factor humano” de John Carlin. Producción: Clint Eastwood, Lori McCreary, Robert Lorenz y Mace Neufeld.
Música: Kyle Eastwood y Michael Stevens.
Fotografía: Tom Stern. Montaje: Joel Cox y Gary D. Roach.
Diseño de producción: James J. Murakami.
Vestuario: Deborah Hopper.
Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España.
Estreno en USA: 11 Diciembre 2009.
Estreno en España: 29 Enero 2010.

De acuerdo, "Invictus" no es de los títulos redondos de Clint Eastwood, aunque descontextualizada esa afirmación es casi un engaño porque estamos hablando probablemente de uno de los más grandes directores y es muy difícil estar siempre a la altura de “Million dollar baby” (2004), “Mystic river” (2003), “Los puentes de Madison” (1995), “Un mundo perfecto” (1993), “Sin perdón”(1992) o “Gran torino” (2008) ¡¡¡¡Por dios, qué filmografía la de este hombre!!!!

Con motivo de su estreno he leído comentarios en los que se habla de un guión flojo, de un tono en exceso “didáctico” o de una película simple, sin complejidades....y yo digo ¿y qué? El hecho es que “Invictus” es lo que es, es un homenaje a Mandela y un canto a la concordia y lo que pretende es exactamente, ni más ni menos, lo que consigue. No entiendo por qué para que una película sea “buena” tenga que ser compleja y me pongo serio...

Estos días “La cinta blanca” de Haneke se lleva todos los halagos de la crítica, gana premios y provoca admiración, no sin méritos, que los tiene y muchos. Pero es una película difícil como pocas, de ritmo lento, poco obvia, que exige un espectador comprometido y cinéfilo porque todo encuadre es significativo y da información fuera y dentro de la pantalla y porque resulta fría y distante. “Invictus” está en el otro lado del espectro fílmico por cuanto es una película asequible, facilona de ver y trasmite con claridad ideas y emociones para que el mayor público posible las asimile con facilidad. Particularmente me niego a considerar a un tipo de cine mejor y al otro peor sencillamente porque tampoco es fácil conseguir lo que consigue “Invictus”.




A la salida del cine un grupo de mujeres mayores comentaban con regocijo si no se habrían vuelto “futboleras” después de pegarse los últimos veinte minutos de película viendo rugby, la final del campeonato del mundo de 1995 en Sudáfrica ¿A ver quién es capaz de conseguir eso? Y a ver quién es capaz de contar mejor lo que cuenta esta película, que no lo olvidemos, está basada en hechos reales y en personajes reales, lo que vemos en pantalla es lo que ocurrió, ni más ni menos, no es una dramatización ni es un argumento urdido para gustar. No me parece para nada sencillo hacerlo como lo hace Eastwood, porque para convencer y emocionar es preciso dar con el ritmo, el tono y la sensibilidad adecuados y el caso es que me sorprendí (y como yo creo que casi todo el público en el cine porque hay cosas que se palpan en el ambiente) emocionándome en numerosas escenas y quedando absolutamente atrapado de principio a fin de la película por personajes y argumento.

Evidentemente la película no llegaría tanto como lo hace si no fuera por Eastwood, pero en esta ocasión creo que la música de Kyle Eastwood y Michael Stevens es esencial y Morgan Freeman y Matt Damon están sublimes en sus respectivos papeles de Madiba y el capitán François Pinaar y contribuyen decisivamente a sobredimensionar emotivamente la historia. En concreto, el primero logra trasmitir a la perfección la humanidad desbordante del líder sudafricano en una colección de escenas que para mí gusto son antológicas, aunque para otros serán el principal motivo para ponerle peros a la película. En fin, no sé si el guión es una buena adaptación del libro en de John Carlin en que se basa, “The human factor”, pero tengo claro que las líneas de diálogos y monólogos consiguen lo que pretenden a la perfección.



Costa Gavras, seguramente el director más “político” de la historia del cine, dice que en todas las películas se hace política porque todas trasmiten ideas y una manera de pensar. Ese es el gran mérito de “Invictus” puesto que lo que trasmite es precisamente lo que la convierte en una película necesaria, independientemente de que guste más o menos o de que se considere mejor o peor. Y no sólo trasmite ideas y una línea de pensamiento sino que convence de que es el rumbo más adecuado.

La lucha de Nelson Mandela (Madiba) contra el apartheid y su mensaje de concordia son historia y están ahí en los libros de texto, pero esta película los hace mucho más reales y emotivos para todos los que vemos la película y eso tiene un valor incalculable y es mucho más complejo de conseguir de lo que parece. Estoy convencido que lo que muchos juzgan como una filmación rápida (le costó apenas dos meses) no es sinónimo de sencillez porque yo no creo que la cámara se mueva de manera caprichosa. Siempre me ha parecido que Eastwood estudia mucho cómo quiere moverla, aunque luego ruede deprisa. Basta con comprobar como los travellings dan espacialidad y grandiosidad a las escenas en el campo de rugby, como siguen a Mandela saludando al público y no es casualidad que al entrar en los vestuarios se alce para encuadrar la bandera de Sudáfrica o como muestra las dos realidades del país: por un lado los blancos jugando al rugby con sus impolutas camisetas verdes en campos de césped y por otro los negros jugando al fútbol con cuatro trapos en polvorientos campos de tierra y todos hacen “paseíllo” al nuevo presidente Mandela, destinado a unirlos a todos.

En fin, donde muchos han visto una película facilona y de segunda fila, yo veo un peliculón. Sé que no soy objetivo, pero me quiero dejar llevar que a veces hace falta: hacía mucho tiempo que no me emocionaba tanto en una película (ni si quiera con “Gran torino”) y tuve las meninges de corbata durante muchas escenas, si la película pretende engrandecer la figura de Mandela conmigo lo ha conseguido; si quería acercarme a la realidad de Sudáfrica y compartirla también; si quería convencer de que todos necesitamos una inspiración cualquiera que sea para seguir adelante pese a los reveses, pienso lo mismo y si quería trasmitir pasión y emoción lo ha logrado. Si una película es buena o mala en función de lo que pretende para mí ésta es de las mejores películas de Clint Eastwood y del año, aunque no la hayan nominado más que para los óscars de mejor actor y actor secundario. Allá cada cual con sus gustos y preferencias, a mí esta película me ha llegado.

Meditando en los porqués también he encontrado un motivo puramente subjetivo y es que encantándome el deporte, esta película tiene un especial encanto para los que como a mí les apasione el tema. No sólo es fascinante el proceso por el que el equipo sudafricano de rugby va ganando fe en sí mismo sino también la manera en que se convierte en un símbolo y la forma en que es arropado por el presidente Mandela primero y por toda la comunidad, blanca y negra. Además el enfrentamiento final se ve potenciado por la dimensión del enemigo,al tener enfrente al oponente más grande posible dirigido por esa presencia casi sobrenatural que es Johan Lomu al frente de los All Blacks de Nueva Zelanda. Se dice que una victoria es mayor o menor en función del adversario que se tiene enfrente. En la película los "antagonistas" (y esta para nada es una película maniquea) son terribles tanto en el campo de rugby como en la política porque el odio, el racismo y la incomprensión a los que tuvo que hacer frente Nelson Mandela lo son.



Son muchas las escenas que destacaría, pero me parece fabuloso el crescendo que se va produciendo en segundo plano, con la sociedad sudafricana uniéndose progresivamente. La escena de los sprinboks corriendo por las calles jaleados por todos después de haber sido sólo el orgullo de la minoría blanca es emocionante aún en su simplicidad, pero lo es mucho más todo el final de la película, que me parece de una fuerza y una emotividad arrebatadora. Puede quedar rimbombante, pero no sé explicar mejor con palabras las sensaciones que me produjo y creo que pocas veces se ha filmado mejor una competición deportiva en una pantalla de cine (hace ridículas por ejemplo las alambicadas escenas que hiciera Oliver Stone para "Un domingo cualquiera"). Y que nadie se vaya del cine nada más acabar, tras algunos créditos surge una imagen de fondo que es el mejor final posible: un grupo de chicos negros jugando al rugby (quien vea la película entenderá perfectamente en contraste con el principio por qué lo digo).

En suma, una película imprescindible. Gracias Clint Eastwood.

“Invictus” es un poema del poeta británico William Ernest Henley:

Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.
Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.
It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.
“Soy el maestro de mi destino, el capitán de mi alma”






martes, 2 de febrero de 2010

Canción "The weary kind" de Crazy heart

Canción "Loin de Paname" de "París, París"

Cancion "Take it all" de Nine

Canción "Down in New Orleans" (Tiana y el sapo)

Canción "Almost there" (Tiana y el Sapo)

Óscas 2010 - Nominaciones













Ya se han dado a conocer las 38 películas nominadas para la edición de los óscars que se entregarán en la madrugada del 7 al 8 de marzo.

Este año han sido diez las películas que se han elegido en el apartado de mejor película, lo cual quizás sea excesivo sobretodo porque entran en el saco algunos títulos a los que simplemente se pretende dar un "empujón" artístico-comercial y porque en comparación con los años 30's y 40's (1943 fue el último año en que hubo diez nominadas) la decena de este año no admite comparación en lo que a calidad se refiere. Está claro que los óscars son un vehículo de propaganda de los grandes estudios, que en definitiva son un espectáculo y que lo que importa es que la gente vea cine.

En líneas generales este año no ha estado mal, no sólo hay un puñado de buenas películas en estos óscars sino también otras que ni siquiera están nominadas y que merecen la pena como "(500) days of summer", "La carretera", "Brothers", "Ponyo en el acantilado", "Enemigos públicos" o "Donde viven los monstruos". El caso es que cinco películas parten como favoritas, aquellas nominadas a mejor película y director, que son seguramente las cinco mejores del año.

Entre las curiosidades cabe destacar que por segunda vez, tras "La bella y la bestia", una película de animación se cuela entre las mejores (y ya era hora porque varias lo merecían y en concreto "Wall-e" hubiera sido una gran candidata), Meryl Streep con 13 nominaciones como actriz ha batido el record de doce de Katherine Hepburn y Kathryn Bigelow se enfrenta a su ex marido, James Cameron, en el apartado de mejor director.

En lo que a España se refiere, Penélope Cruz ha conseguido una nueva nominación (es la tercera después de las de "Volver" y "Vicky Cristina Barcelona) y el cortometraje "La dama y la muerte" se ha metido entre los finalistas de animación. Mención especial merecen también "El secreto de sus ojos" y "La teta y la luna" representando a Argetina y Perú respectivamente en el apartado de mejor película de habla no inglesa.

Ahora y hasta el 7 de marzo es tiempo de porras y apuestas.

MEJOR PELÍCULA

"Avatar"
"The blind side"
"District 9"
"An education"
"En tierra hostil"
"Malditos bastardos"
"Precious"
"Un tipo serio"
"Up"
"Up in the air"

MEJOR DIRECTOR

Kathryn Bigelow "En tierra hostil"
James Cameron "Avatar"
Lee Daniels "Precious"
Jason Reitman "Up in the air"
Quentin Tarantino "Malditos bastardos"

MEJOR ACTOR PROTAGONISTA

Jeff Bridges "Corazón rebelde"
George Clooney "Up in the air"
Colin Firth "Un hombre soltero"
Morgan Freeman "Invictus"
Jeremy Renner "En tierra hostil"

MEJOR ACTRIZ PROTAGONISTA

Sandra Bullock "The blind side"
Helen Mirren "The last station"
Carey Mulligan "An education"
Gabourey Sidibe "Precious"
Meryl Streep "Julie & Julia"

MEJOR ACTOR SECUNDARIO

Matt Damon "Invictus"
Woody Harrelson "The messenger"
Christopher Plummer "The last station"
Stanley Tucci "The lovely bones"
Christopher Waltz "Malditos bastardos"

MEJOR ACTRIZ SECUNDARIA

Penélope Cruz "Nine"
Vera Farmiga "Up in the air"
Maggie Gyllenhaal "Corazón rebelde"
Anna Kendrick "Up in the air"
Mo´nique "Precious"

MEJOR GUIÓN ORIGINAL

"En tierra hostil"
"Malditos bastardos"
"The messenger"
"Un tipo serio"
"Up"

MEJOR GUIÓN ADAPTADO

"Up in the air"
"Precious"
"An education"
"In the loop"
"District 9"

MEJOR PELÍCULA DE ANIMACIÓN

"The secret of kells"
"Coraline"
"Fantastic Mr. Fox"
"Tiana y el sapo"
"Up"

MEJOR PELÍCULA DE HABLA NO INGLESA

"El secreto de sus ojos" (Argentina)
"A prophet" (Francia)
"La cinta blanca" (Alemania)
"Ajami" (Israel)
"La teta asustada" (Perú)

MEJOR FOTOGRAFÍA

"Avatar"
"Harry Potter and the Half-Blood Price"
"La cinta blanca"
"En tierra hostil"
"Malditos bastardos"

MEJOR BANDA SONORA

"Avatar"
"Fantastic Mr. Fox"
"En tierra hostil"
"Sherlock Holmes"
"Up"

MEJOR CANCIÓN

"Almost there" Tiana y el sapo
"Down in New Orleans" Tiana y el sapo
"Take it all" NINE
"The weary kind" A Corazón rebelde
"Loin de parame" de París, París

MEJOR MONTAJE

"Avatar"
"District 9"
"En tierra hostil"
"Malditos bastardos"
"Precious"

MEJOR DIRECCIÓN ARTÍSTICA

"Avatar"
"The imaginarium of Doctor Parnassus"
"Nine"
"Sherlock Holmes"
"The young victoria"

MEJOR VESTUARIO

"Bright star"
"Coco Before Chanel"
"The imaginarium of Doctor Parnassus"
"Nine"
"The young victoria"

MEJOR MAQUILLAJE

"Il divo"
"Star Trek"
"The young victoria"

MEJORES EFECTOS VISUALES

"Avatar"
"Star Trek"
"District 9"

MEJOR SONIDO

"Avatar"
"Star Trek"
"En tierra hostil"
"Malditos bastardos"
"Transformers 2: Revenge of the fallen"

MEJOR MONTAJE DE SONIDO

"Avatar"
"En tierra hostil"
"Malditos bastardos"
"Star Trek"
"Up"

MEJOR PELÍCULA DOCUMENTAL

"The Cove"
"Burma VJ"
"Food Inc."
"The most dangerous man in America: Daniels Elsberg and the Pentagon Papers"
"Which way home"

MEJOR CORTOMETRAJE DOCUMENTAL

"China´s unnatural disaster: The tears of Sichuan Province"
"The last campaign of governor Booth Gardner"
"The last truck: closing of a GM plant"
"Music by prudence"
"Rabbit á la Berlin"

MEJOR CORTOMETRAJE

"The door"
"Instead of Abracadabra"
"Kavi"
"Miracle fish"
"The new tenants"

MEJOR CORTO ANIMADO

"French roast"
"La dama y la muerte"
"Logorama"
"A matter of loaf and death"
"Granny O´Grimm´sleeping beauty"


TOTAL NOMINACIONES

1. AVATAR 9
2. EN TIERRA HOSTIL 9
3. MALDITOS BASTARDOS 8
4. UP IN THE AIR 6
5. PRECIOUS 6
6. UP 5
7. DISTRITO 9 4
8. NINE 4
9. STAR TREK 3
10, AN EDUCATION 3
11. CORAZÓN REBELDE 3
12. THE YOUNG VICTORIA 3
13. TIANA Y EL SAPO 3
14. THE BLIND SLADE 2
15. UN TIPO SERIO 2
16. INVICTUS 2
17. THE LAST STATION 2
18. THE MESSENGER 2
19. FANTASTIC MR. FOX 2
20, LA CINTA BLANCA 2
21. SHERLOCK HOLMES 2
22. EL IMAGINARIO DEL DR. PARNASSUS 2
23. TRANSFORMERS 2 1
24. UN HOMBRE SOLTERO1
25. JULIE & JULIA 1
26. THE LOVELY BONES 1
27. IN THE LOOP 1
28. THE SECRET OF KELLS 1
29. CORALINE 1
30. IL DIVO 1
31. COCO BEFORE CHANEL 1
32. EL SECRETO DE SUS OJOS 1
33. A PROPHET 1
34. AJAMI 1
35. LA TETA ASUSTADA 1
36. HARRY POTTER Y EL PRÍNCIPE MESTIZO 1
37. PARÍS, PARÍS 1
38. BRIGHT STAR 1