miércoles, 23 de marzo de 2011

BSO - "Chim chim cheer-ee" (Mary Poppins, 1964)

Elizabeth Taylor (1932-2011)

















Nombre real: Elizabeth Rosemond Taylor

27 de febrero de 1932 (Londres, Inglaterra)
23 de marzo de 2011 (Los Ángeles, Estados Unidos)


Hollywood está de luto porque ha desaparecido una de las estrellas más brillantes de su firmamento, una actriz que brilló con luz propia desde muy joven y se convirtió en un icono durante los años 50 y 60’s siendo portada y noticia durante toda su vida.

Sus trabajos cinematográficos fueron tan comentados como sus matrimonios (a los diecisiete años se casó con un millonario y a los veinticinco ya acumulaba dos divorcios), pero realmente estamos hablando de una actriz brillante que comenzó a los 12 años y mantuvo su fama durante toda su vida gracias a sus trabajos, a su fotogénica belleza y a su vida privada, primero por sus numerosas relaciones (entre las que destaca la que tuvo con Richard Burton) y después por su actividad pro humanitaria luchando por causas como el sida.

Nominada a los óscars como mejor actriz en cinco ocasiones ganó dos estatuillas. La primera fue en 1960 por “Una mujer marcada” arrebatándoselo según ella misma de forma injusta a la Shirley McLaine de “El apartamento” quizás porque la academia quería compensarle el no haberle premiado anteriormente por “El árbol de la vida”, “la gata sobre el tejado de zinc” y “De repente el último verano” y la muerte de su tercer marido, el productor Michael Todd (aunque se convirtió en heredera del sistema de proyección Tod-Ao y de sus derechos de exhibición). Su segundo óscar fue indiscutible gracias a la memorable actuación junto a Richard Burton en esa pesadilla sobre el matrimonio que es “¿Quién teme a Virginia Wolf?”.

No obstante son seguramente “Un lugar en el sol”, “Gigante” y “Cleopatra” los papeles que más contribuyeron a convertirla en la estrella fulgurante que siempre fue y su apasionado romance con Richard Burton lo que permitió que durante muchísimos años ocupara las primeras páginas de revistas especializadas y de la prensa en general.

Desde los 70’s su actividad se redujo notablemente en el cine y aumentó en papeles de poco fuste en televisión, desarrolló una más intensa vida social a favor de algunas causas humanitarias y todo el mundo conoció su estrecha amistad con Michael Jackson, que se convirtió en “El rey del Pop” después de que ella así lo denominara en una entrega de premios.

En definitiva se ha ido una actriz inolvidable, considerada por el American Film Institute en 1999 una de las diez estrellas femeninas más grandes de la historia del cine por detrás de Katherine Hepburn, Bette Davis, Audrey Hepburn, Ingrid Bergman, Greta Garbo y Marilyn Monroe.
















FILMOGRAFÍA

There's One Born Every Minute (1942)
La cadena invisible (1943)
Alma rebelde (1943)
Jane Eyre (1944)
Las rocas blancas de Dover (1944)
Fuego de juventud (1944)
El coraje de Lassie (1946)
Recursos de mujer (1947)
Cynthia (1947)
Así son ellas (1948)
Julia se porta mal (1948)
Mujercitas (1949) ****
Traición (1949)
The Big Hangover (1950)
El padre de la novia (1950) ****
El padre es abuelo (1951) ***
Un lugar en el sol (1951) ****
Quo Vadis (1951) (cameo) ****
Love is Better than Ever (1952)
Ivanhoe (1952) ****
The Girl who had Everything (1953)
Rapsodia (1954)
La senda de los elefantes (1954)
Beau Brummell (1954)
La última vez que vi París (1954)
Gigante (1956) *****
El árbol de la vida (1957) ****
La gata sobre el tejado de zinc (1958) *****
De repente el último verano (1959) ****
The Scent of Mystery (1960)
Una mujer marcada (1960)
Cleopatra (1963) *****
Hotel internacional (1963)
Castillos en la arena (1965) ***
¿Quién teme a Virginia Woolf? (1966) ****
La mujer indomable (1967)
Doctor Fausto (1967)
Reflejos en un ojo dorado (1967)
Los comediantes (1967)
La mujer maldita (1968)
Ceremonia secreta (1969)
Ana de los mil días (1969) (cameo) ****
El único juego en la ciudad (1970)
Salvaje y peligrosa (1972)
Bajo el bosque lácteo (1972)
Pacto con el diablo (1972)
Una hora en la noche (1973)
Miércoles de ceniza (1973)
La masoquista (1974)
El pájaro azul (1976)
Dulce Viena (adaptación del musical A Little Night Music, 1977)
El espejo roto (1980)
El joven Toscanini (1988)
Los Picapiedra (1994) **

Trailer - Inside job ( Trabajo confidencial, 2010)

martes, 22 de marzo de 2011

“127 horas” (Danny Boyle, 2010)

*****
Título original: 127 hours.
Países: EEUU y Reino Unido.
Duración: 96 min.
Género: Drama.
Reparto: James Franco (Aron Ralston), Amber Tamblyn (Megan), Kate Mara (Kristi), Clémence Poésy (Rana), Kate Burton (madre de Aron), Lizzy Caplan (Sonja).
Guión: Danny Boyle y Simon Beaufoy; basado en el libro “Between a rock and a hard place”, de Aron Ralston.
Producción: Christian Colson, Danny Boyle y John Smithson.
Música: A.R. Rahman.
Fotografía: Anthony Dod Mantle y Enrique Chediak.
Montaje: Jon Harris.
Diseño de producción y vestuario: Suttirat Larlarb.
Distribuidora: Hispano Foxfilm.
Estreno en USA: 12 Noviembre 2010.
Estreno en España: 4 Febrero 2011.
No recomendada para menores de 12 años.

Si una película me ha sorprendido en la reciente carrera e los óscars ha sido “127 horas” no porque sea extraño en Danny Boyle y tampoco porque no lo esperara, sino porque en esa peculiar pugna entre lo que esperamos y lo que vemos finalmente gana de goleada y es que te sorprende, te “secuestra” al comienzo y ya no te “suelta” hasta que se acaba.

Hay que reconocer que Danny Boyle es uno de los directores más inclasificables y eclécticos de la actualidad. Su filmografía está trufada de películas de lo más variopinto en temática y argumento (“Transpoitting”, “La playa”, “28 días después”, “Sunshine”) y parece como si en todas ellas se autoimpusiera un nuevo reto. En esta ocasión era además un reto doble porque tras ganar 8 óscars con “Slumdog millionaire” en el 2008 no sólo debía cumplir sus propias expectativas sino también las de un montón de gente que esperaba su nuevo trabajo y no ha defraudado.

“127 horas” trata sobre un personaje real, Aron Ralston, un escalador y aventurero norteamericano, una suerte de Jesús Calleja ahora que tan de moda está “Desafío extremo” (investigad la programación de Cuatro, que aparece en ella y desaparece por sorpresa), que en 2003 se fue de fin de semana a recorrer un cañón al sureste de Utah y tuvo un percance que casi le cuesta la vida y que es el que cuenta la película. Aunque todo el mundo ha oído hablar de él porque es el “gancho” que se usa para ver el film no lo explico por si a alguien le coge de sorpresa, que supongo que el impacto será aún mayor si cabe.

Argumentalmente poco pasa, eso es cierto, se nos cuentan 127 horas en un lugar lejano del mundanal ruido; pero lejos de que tan pocos acontecimientos narrados nos aburran, Danny Boyle logra que sintamos un rosario de sensaciones y vivamos la experiencia del protagonista como propia disfrutando o sufriendo según toca.

El inicio de la película me parece memorable y adrenalítico. Uno ya intuye en él que Boyle va a usar todos los procedimientos técnicos, visuales y auditivos a su alcance para lograr sus propósitos. El montaje, que es un muy importante a lo largo de toda la película, y la banda sonora de A R Arman (ya colaboró con Boyle y ganó el óscar gracias a “Slumdog millionaire”) nos “meten” en situación. Es viernes y Aaron se prepara para pasar un fin de semana apasionante lejos de la ciudad en la que vive, suena “Never hear surf music again”, coge sus cosas sin un segundo que perder (atentos a esa aparentemente trivial sucesión de escenas en cadena porque se olvida de algo importante que Boyle nos enfoca en primer plano desde una posición de cámara inverosímil, otro de los puntos fuertes de la película) y sale en su coche para acercarse ya de noche a su destino, donde despertará para recorrerlo en bici o a pie, acompañado o solo como ha hecho decenas de veces. De pronto sientes desde la butaca un deseo irrefrenable de acompañar a Aarón en su aventura, es fin de semana, es el momento de disfrutar.

La fisicidad es muy importante, el sol, la noche, el frío y la forma en que inciden en el estado del protagonista se convierten de pronto en los personajes de la película. Para lograrlo Danny Boyle combina el estilo realista que está tan de moda en el cine actual de la cámara en mano con otro más clásico que nos cuenta las cosas desde la posición más elaborada para que no perdamos detalle. El montaje le permite saltar de una posición a otra o incluso juntar dos perspectivas en la misma imagen con el recurso de la cámara partida, a menudo utiliza grandes angulares para mostrarnos imágenes desde la perspectiva de una simple hormiga o la cámara parece elevarse hacia el cielo en grúa para mostrarnos una perspectiva a vista de pájaro. Me gusta mucho como ha trabajado todo eso Danny Boyle porque consigue dar dinamismo a lo que cuenta y además establece de forma implícita una comparación entre lo general y lo particular, entre el detalle y la visión panorámica, entre cómo ve Aaron lo que hace y como le vemos a él. Con alguno de estos, llamémosles, juegos visuales, nos damos cuenta como espectadores de cuán sólos podemos quedarnos en un momento determinado, de cuán minúsculos somos perdidos en la inmensidad de la naturaleza (esa escena en la que Aaron sufre el accidente y la cámara se eleva mientras grita para que veamos su posición desde arriba es espectacular) y también podemos “sentir” sensaciones que en cierto modo quedan ajenas a la experiencia del visionado de una película: el paso del tiempo, el frío, la soledad, la añoranza, la sed (por cierto, cada vez que Boyle nos muestra el interior de la cantimplora de Aaron me acordaba de algunas imágenes de “Réquiem por un sueño” de Aranofsky aunque sólo por el parecido estilístico).

“127” horas es en realidad más que una narración al uso, se trata de un proceso de aprendizaje y también una experiencia de la que se nos hace participes. Su importancia radica en lo que nos hace sentir y en lo que nos hace pensar y te cala más o menos en función de que vivas con mayor o menor intensidad lo que le pasa al personaje, un magnífico James Franco que logra expresar un sinfín de sensaciones en el tiempo que dura la película. Evidentemente hay un momento que todo el mundo comenta una vez vista, un suceso ante el que hay un antes y un después y que provoca el impacto definitivo en el espectador. Está audiovisualmente muy conseguido porque sobrecoge, te zarandea y te noquea puntualmente; pero lo mejor es que la película te lleva hasta ese momento haciéndote comprender que es la única vía posible, la única puerta de salida, el único modo de escapar de lo inevitable.

Pienso que, a pesar del fabuloso trabajo técnico de Boyle y su equipo con las cámaras y lentes, con la fotografía, el soundtrack y el montaje, que tiene su momento cumbre en el “suceso” del que todo el mundo habla y yo no diré (todo un ejemplo de lo que puede conseguir el cine que sintamos y que ha hecho que la gente vomitara, cierre los ojos o se vaya de la sala víctima de mareos y un agobio claustrofóbico) la gran baza de la película es una actuación memorable de su protagonista, que revive en propias carnes las circunstancias que vivió Aaron Ralston, haciéndolas suyas y transmitiéndolas con gran verosimilitud. Hay que tener muy en cuenta a James Franco, viene demostrando desde “Spiderman” que es un actor importante, aun cuando en la gala de los óscars se mostrara tan soso y desganado (esa sí que es una buena forma de que no te llamen más para presentar los premios, no como la de Ricky Gervais en los Globos de oro).

En definitiva una película atípica, distinta, que ofrece una experiencia a modo de montaña rusa anímica y que usa todos los recursos audiovisuales imaginables para lograr que el espectador sienta la aventura y también el calvario del protagonista (qué curioso, en cierto modo recuerda también a “Buried”, quizás han inventado un nuevo género). Puede gustar más o menos en función de que atraiga o no la experiencia, pero sin duda para mí ha sido una de las mejores y más sorprendentes películas del ya pasado 2010.

6 nominaciones a los óscars pero ningún premio: mejor película, actor (James Franco), guión adaptado, banda sonora, canción ("IF I rise") y montaje.

MIS ESCENAS FAVORITAS:

- Todo el arranque de la película con Aaron preparándose y viajando hacia el cañón con su coche con "Never hear surf music again" de fondo.

- Aaron y sus amigas lanzándose al vacío entre rocas.

- Aaron sufriendo el frío de la noche y recibiendo el calor de la mañana con alivio.

- La escena clave de la película, sobrecogedora e impactante combinación de sonido e imagen en un montaje extraordinario que te noquea literalmente en tu butaca....eso si no te marea, te hace vomitar o te obliga a salir de la sala como ha pasado con algunos espectadores ¿Puede ser que esto haya reducido su recaudación?

NO VEAS EL TRAILER SI NO HAS VISTO LA PELÍCULA Y NO QUIERES SABER NADA

viernes, 18 de marzo de 2011

jueves, 17 de marzo de 2011

“Ispansi” (Carlos Iglesias, 2010)

**
Película: Ispansi (Españoles).
Guión: Carlos Iglesias.
Países: España y Suiza.
Duración: 101 min.
Género: Drama.
Reparto: Esther Regina (Paula), Carlos Iglesias (Álvaro), Isabelle Stoffel (Ludmila), Doris Dragos (médico), Eloísa Vargas (Piedad), José de Felipe (tártaro), Bruto Pomeroy (Ángel), Isabel Blanco (Rosario), Iñaki Guevara (Jorge).
Producción: Antonio P. Pérez, José Triana y Robert Boner.
Música: Mario de Benito.
Fotografía: Tote Trenas.
Montaje: Miguel Santamaría.
Dirección artística: Vicente Mateu y Lala Obrero.
Vestuario: Eva Arretxe.
Distribuidora: Alta Classics.
Estreno en España: 4 Marzo 2011.


El otro día fui a ver “Ispansi” cometiendo el “pecado” de no haber visto aún la primera película de Carlos Iglesias “Un franco, 14 pesetas”, de la que he oído y leído muy buenas cosas y que por ello veré en breve.

Debo reconocer que me esperaba más, sobretodo por las imágenes que había visto en el trailer, por la historia que se cuenta y por lo que sabía de la ópera prima del director. Permanecí a lo largo de toda la película esperando ese momento en el que te enganchas y quedas ya asido de la historia hasta el final, pero aunque hay varios amagos de que puedo suceder eso no sucedió, muy a mi pesar, y digo esto porque nada me hubiera gustado más que salir del cine hablando maravillas de esta película.

Por lo pronto Carlos Iglesias es un tipo que me cae muy bien ya desde su irrupción televisiva en “Esta noche cruzamos el Mississippi” y en el que intuyo las ganas de trascender con su trabajo, de currárselo a fondo y conciliar una labor de autor con lo que es puramente cine de evasión (arte y espectáculo vamos) y, en efecto, nadie puede decir que no haya puesto toda la carne en el asador, que todo en esta película no esté trabajado y hecho con mucho mimo, que no haya dedicación y empeño, que no se haya puesto la máxima ilusión para conmover y agitar conciencias y también para impresionar con una minuciosa y atractiva puesta en escena; sin embargo algo inexplicable incluso hace que el conjunto no funcione como se pretendía y aquí entra eso tan difícil que es buscarle razones a lo abstracto, a eso tan inasible que consiste en que algo que lo tiene todo para gustarte no termine de funcionar.

El punto de partida del argumento es muy sugerente y quienes disfruten con este tipo de historias más grandes que la propia vida (un poco a lo “Doctor Zhivago” salvando las distancias) seguro que le van a encontrar sentido a pagar la entrada; pero quizás lo que está haciendo que la película se resienta en la taquilla apenas en su tercera semana en cartel sea que el boca a oreja no está funcionado porque a pesar de estar ante un drama con una carga emotiva potencial de muchos kilates, la explosión que se espera tras cada escena no llega a producirse o a mantenerse.

A grosso modo, para quienes quieran saber de qué va, se nos cuenta en primera persona la historia de Álvaro, un comisario político, encargado de conducir a un grupo de niños y republicanos, que declarada la Guerra Civil en España, la República manda a la Unión Soviética en pleno estallido de la 2ª guerra mundial. Carlos Iglesias, que firma también el guión, desarrolla una historia con vocación de trascendentalidad, que es una aventura, un drama, romance y melodrama, comedia a pequeñas dosis y documento pseudohistórico por aquello de que está basado en hecho reales.

Es posible que Iglesias haya querido echarse sobre sus hombros un proyecto demasiado ambicioso en su segundo film como director. Se observa una notable capacidad para trabajar la puesta en escena, para lograr encuadres que exprimen la belleza de los escenarios naturales o las posibilidades interpretativas de los actores (se ha destacado sobretodo el trabajo de Esther Regina e Iglesias no está mal tampoco); pero es como si la carga dramática de su historia se fuera escapando por los intersticios de las escenas. Pongo un ejemplo: la escena en la que cae el tarro al paso del tren (no digo más para no destripar nada) es una buena metáfora de lo que ocurre, un ejercicio de estilo fílmico; pero no transmite toda la emoción del momento quizás porque no hemos tenido tiempo para implicarnos emotivamente y así ocurre a lo largo de casi todo el metraje, salvo quizás al final porque hay que ser un témpano para no conmoverse con esa tristeza nostálgica que posee toda película sobre una/unas vidas y sus alegrías y penas.

Sin duda lo más positivo de la película es su mensaje, sus intenciones, su deseo de tender puentes emocionales y abrazos entre dos bandos que durante mucho tiempo fueron irreconciliables. No es algo muy habitual en las películas de esta índole hechas en España y ello es de agradecer.

Estoy convencido que Carlos Iglesias es un grandísimo director en ciernes y un ligero revés no debe ser obstáculo para una carrera que con la ilusión que demuestra se antoja muy prometedora. Quizás asumiendo proyectos menos ambiciosos logre un mejor resultado. En una entrevista le escuche que pretendía hacer una trilogía y que la tercera película de la misma sería en tono de comedia. Es posible que sea un terreno más apropiado para su impronta cómica, pero en cualquier caso estoy convencido que su mejor cine, el que aún está por llegar, merece la pena y habrá que seguirle la pista.

MIS ESCENAS FAVORITAS:

- Aquella en la que los chicos roban en una granja y tratan de huir de su perseguidora cruzando la vía del tren.
- La escena en la que los nazis atrapan al grupo de Álvaro y los disponen para dispararles en la cabeza.
- Álvaro espiando desde una ventana.
- Las escenas en escenarios naturales son todas muy grandilocuentes

Ojalá Iglesias no desespere aunque vengan mal dadas, hacen falta directores con sus propósitos en el cine español. Ánimo!!!

miércoles, 16 de marzo de 2011

lunes, 7 de marzo de 2011

"The fighter" (David O. Russell, 2010)

****
Titulo original: The fighter.
País: EEUU
Duración: 115 min.
Género: Drama. Interpretación: Mark Wahlberg (Micky Ward), Christian Bale (Dicky Eklund), Amy Adams (Charlene Fleming), Melissa Leo (Alice Ward), Jack McGee (George Ward).
Guion: Scott Silver, Paul Tamasy y Eric Johnson; basado en un argumento de Keith Dorrington, Paul Tamasy y Eric Johnson.
Producción: David Hoberman, Todd Lieberman, Ryan Kavanaugh, Mark Wahlberg, Dorothy Aufiero y Paul Tamasy.
Música: Michael Brook.
Fotografía: Hoyte Van Hoytema.
Montaje: Pamela Martin.
Diseño de producción: Judy Becker.
Vestuario: Mark Bridges.
Distribuidora: TriPictures.
Estreno en USA: 17 Diciembre 2010.
Estreno en España: 4 Febrero 2011.

Las películas “de boxeo” les pasa un poco lo mismo que a las de la mafia, que se han hecho tantas que casi podrían considerarse por sí mismas como un género a parte. Evidentemente se han dado todos los enfoques posibles y las hay para todos los gustos así que resulta muy complicado ofrecer un enfoque nuevo o ver un argumento que resulte novedoso o parezca nunca visto.

El director David O. Russell (“Tres reyes”, “Extrañas coincidencias”) se atrevió el año pasado a hacer su película de boxeo apostando por una historia real basada en las vidas de los hermanos Micky Ward y Dicky Eklund y su apuesta acabó siendo premiada con dos óscars (mejor actor y actriz secundaria) y siete nominaciones (a parte de los óscars conseguidos las de mejor película, director, otro de actriz secundaria, guión original y montaje).

Lo curioso es que el boxeo realmente ocupa un segundo plano en todo momento y sería lo que Hitchock llamaría el “McGuffin” argumental que permite al director hablar de otras cosas, las que verdaderamente le interesan. Por así decirlo la acción y los golpes ceden protagonismo a los diálogos y los enfrentamientos personales. Esta película descansa esencialmente sobre una historia de perdedores que tratan de abrirse camino y se centra en una familia disfuncional de los suburbios de Massachussets para hablar no sólo de boxeo sino de relaciones personales, de familia, de ambición, de droga, de afán de superación y su principal baza radica en su capacidad introducir al espectador en una realidad distinta a aquella en la que se mueve habitualmente. En cierto modo me recordó a otra película reciente sobre boxeo “El luchador” de Darren Aranofsky y a otra que no lo es tanto, “Fat city”, una de las películas menos conocidas de John Houston, pero en cambio un magnífico drama también de “perdedores”.

La película creo que no ha funcionado demasiado bien en España antes de los óscars (no había nadie más en la sala cuando yo la vi hace unas semanas) y pienso que quizás tanto el tono realista como el propio argumento no sean del gusto del público mayoritario que acude a las salas; sin embargo merece la pena sobretodo por el extraordinario trabajo desarrollado por los actores. No obstante en Estados Unidos ha sido un éxito indiscutible puesto que durante su primer mes en cartelera ya había triplicado su presupuesto.

Evidentemente todo el mundo recordará dentro de unos años que Christian Bale y Melissa Leo (recuperad si podéis “Río helado” para observar el contraste de actuaciones) ganaron su óscar con esta película; pero pienso que es justo destacar también a Mark Whalberg (un actor que casi siempre está correcto pero del que sólo parece que vemos sus malas actuaciones) y sobretodo a Amy Adams, que a base de magníficos papeles de reparto es de suponer que algún día también consiga la estatuilla dorada.

Le encuentro no obstante dos pegas: el argumento en sí es bastante sencillo y tópico y no hay una historia muy amplia que contar y además asistes a los conflictos personales tan desde tu butaca como a los combates de boxeo así que uno nunca se implica del todo porque realmente no hay una identificación emotiva con ningún personaje. Esto seguramente ha perjudicado a la película en el boca a oreja y provoca que en algún momento durante su visionado se noten altibajos de interés; pero esta película hay que valorarla en su conjunto y precisamente desde la distancia, no sólo como película de boxeo, que casi es lo de menos; no como una drama personal ya que en todo caso serían varios los dramas que se ilustran, sino más bien como testigos de un drama. En ese sentido sí tiene un valor añadido porque nos sitúa con bastante acierto en un contexto, en una situación familiar, en una serie de dramas personales que son el cogollo del relato y que aunque se sientan ajenos resultan realistas y verosímiles.

Dicho ha quedado que las actuaciones de Melissa Leo y Christian Bale son el plato fuerte de la función, incluso mucho más que el propio argumento. La primera incluso no parece ella misma (verla después recogiendo su óscar lo demuestra) y en cuanto a Christian Bale sólo decir que vuelve a adelgazar hasta lo inverosímil como ya hiciera en “The machinist” (película que pasó sin pena ni gloria y que cuando menos resulta impactante por los kilos que llegó a perder, muchos más incluso que ahora) y se transforma en el personaje que interpreta, un tipo noqueado por las drogas pero que encuentra su redención en el boxeo. Quizás sea esto lo más importante de la película y es que demuestra que aunque se caiga en lo más bajo, el deporte y el deseo de alcanzar un sueño en cabeza propia o ajena puede ser el motor que active la ilusión para seguir adelante.

Como curiosidad comentar que Micky y Charlene salen del cine de ver “Belle epoque” (esto sitúa la película en torno a 1993) y ella comenta que no le ha gustado porque es “una jodida película con subtítulos”. Es curioso evidentemente porque salir de ver la película de Fernando Trueba, pero también porque se usa para definir de algún modo a los personajes, su cultura y sus inquietudes.

Para resumir la esencia de la película quiero citar a Oto Rodríguez Marchante, que escribe en ABC, pienso que una de sus frases se ajusta a lo que es la película a la perfección: “A uno le suena la música de esta película, su estribillo, pero la letra es sorprendente”. Su crítica aquí

UN AVISO: EL TONO ÉPICO DEL TRAILER ENGAÑA

domingo, 6 de marzo de 2011

"Los chicos están bien" (Lisa Colodenko, 2010)

****
Título original: The kids are all right
País: EEUU.
Duración: 109 min.
Género: Comedia costumbrista dramática
Interpretación: Julianne Moore (Jules), Annette Bening (Nic), Mark Ruffalo (Paul), Mia Wasikowska (Joni), Josh Hutcherson (Laser), Yaya DaCosta (Tanya).
Guion: Lisa Cholodenko y Stuart Blumberg.
Producción: Gary Gilbert, Jeffrey Levy-Hinte, Celine Rattray, Jordan Horowitz, Daniela Taplin Lundberg y Phillipe Hellmann.
Música: Carter Burwell.
Fotografía: Igor Jadue-Lillo.
Montaje: Jeffrey M. Werner.
Diseño de producción: Julie Berghoff.
Vestuario: Mary Claire Hannan.
Distribuidoras: Emon y Vértigo Films.

Podríamos decir que “Los chicos están bien” es junto a “The blind side” o “Un tipo serio” del año pasado, una de las primeras películas favorecidas por el hecho de que la Academia de Hollywood decidiera aumentar a diez las nominadas a mejor película el año pasado.

Hace un par de años se hubiera hablado de ella por las actuaciones de Julianne Moore, Annete Benning y Mark Ruffalo y por su guión, pero habría quedado relegada a un segundo plano quedando con el protagonismo las “Origen”, “El discurso del rey” o “Cisne negro”, pero al ampliarse a diez las propuestas como mejor film del año y entrar en ellas se sobredimensiona de algún modo su interés e importancia (creo que en esto radica la decisión de la Academia, hay más películas que llaman nuestra atención).

La película de Lisa Cholodenko, hasta ahora una directora que ha sabido conjugar lo independiente y lo comercial, a pesar de que todavía no es muy conocida por el gran público (“High art” y “La calle de las tentaciones” pasaron algo desapercibidas por las carteleras), es ante todo y sobretodo una de esas películas que te dejan con un buen sabor de boca aunque cuando la analizas a fondo es correcta en todo pero no resulta sobresaliente en ningún aspecto. Digamos que es una buena comedia costumbrista con fondo dramático que retoma un tipo de comedia que fue muy habitual en los 80’s tras las oscarizadas “Gente corriente”, “La fuerza del cariño” o “Kramer contra Kramer”en la que los problemas cotidianos de gente normal y corriente se convierten en los “fuegos de artificio” argumentales que alimentan la sonrisa o que te encogen el ánimo.

“Los chicos están bien” nos sitúa de pronto dentro de la casa de una familia de clase media norteamericana formada por un matrimonio de dos mujeres (Nic y Jules) cada una de las cuales ha dado a luz a un hijo mediante inseminación in vitro (Laser y Joni, Mia Wasikowska, la protagonista de “Alice in wonderland”). Evidentemente el punto de partida es original, no recuerdo a bote pronto películas que lo hayan desarrollado, pero la directora escoge presentarnos la situación con un estilo clásico, con completa normalidad, asumiendo que en el siglo XXI ha de ser así y evitando en gran medida el tono reivindicativo que podría tener por lo que estamos ante una película “clásica” en cierto sentido, ante una comedia costumbrista cuyos resortes dramáticos derivan de los problemas lógicos en una familia como la presentada, en principio, una propuesta argumental bastante sencilla. El añadido que le da su condimento para que nos haga reír o pensar es la aparición de Paul (Mark Ruffalo), el padre de alquiler de Joni y Laser, un tipo que regenta un bar, que siempre se ha dado a la buena vida y que a sus cuarenta y pico años se encuentra en un momento en el que quiere sentar cabeza.

La película se ve de inicio a fin con interés y utiliza a menudo el sexo de una forma despreocupada y divertida para crear situaciones cómicas (en otros tiempos las dos escenas en las que se usa una cinta de video porno gay hubiera causado cierto sonrojo e incomodidad en las salas de cine, pero hoy nos reímos a gusto con ellas) y la sensación final que deja la película es la de haber pasado un rato entretenido, no obstante no termina de impactar, quizás porque Cholodenko se limita a mostrarnos las situaciones sin penetrar demasiado en las consecuencias de ellas en los personajes y eso que pese a la factura de comedia hay un fondo dramático muy claro: los chicos quieren conocer a su padre biológico y de alguna manera viven las consecuencias de una familia como la que tienen, el personaje de Mark Ruffalo, Paul, (brillante y enternecedor en su actuación el actor) debe afrontar las consecuencias de su pasado y un presente que no es realmente el que quiere; la novia de Paul, Tanya se ve afectada por la indecisión de éste (la verdad es que resulta difícil creer la atracción de Paul con Jules estando por en medio la sugerente y bellísima Yaya DaCosta haciendo de Tanya) y a parte está el hecho de que el matrimonio de Nic y Jules entra en crisis y que Joni está a punto de irse de casa para marchar a una Universidad.

Ni que decir tiene que los actores y actrices están a un gran nivel. No sé si Annette Benning tenía muchas opciones para quitarle votos a Natalie Portman, pienso que no pese a ser su cuarta nominación sin premio, y el caso es que al final no venció en la candidatura de mejor actriz, pero borda su personaje de “madre-padre” y como ya he dicho Mark Ruffalo consigue enternecer y llegarte como no lo hace ningún otro personaje (también tuvo nominación no premiada como secundario). Lo que no entiendo muy bien es que Julianne Moore quede en un segundo plano y no se le nominara, siendo que resulta imposible decidir si está mejor o peor que el resto.

En suma, una comedia con poso dramático y en la que se nos cuentan problemas muy de andar por casa con un estilo a medio camino entre lo clásico (esto es novedad hoy en día que se ha puesto de moda el tono “realista” y la cámara en mano para contar historias de este tipo) y lo indie (aunque de “cine independiente” quizás solo tenga esa fotografía peculiar que posee y el argumento) y que esencialmente deja un buen regusto pese a tratarse de una película aparentemente sencilla y modesta en prespuesto y aspiraciones. De algún modo una correcta seguidora de la línea de “Litte miss sunshine”.

No consiguió ningún óscar pese a sus cuatro nominaciones (película, actriz, actor secundario y guión original)

MIS ESCENAS FAVORITAS:

- El matrimonio viendo una película porno y lo que ocurre con el mando.

- El momento de la cena cuando Nic sospecha algo extraño y se marcha al baño.

- Paul explicándole a Tanya lo que representa realmente para él.

- Joni se despide abrúptamente de su familia al llevar a la universidad pero recapacita y sale a darles un abrazo.

MI FRASE FAVORITA:

"El matrimonio es la leche: dos personas atravesando juntas toda esta mierda, año tras año, envecejiendo al mismo tiempo, es como una maratón"




martes, 1 de marzo de 2011

Jane Russell (1921-2011)

Nombre real: Ernestine Jane Geraldine Russell

21 de junio de 1921 (Bemidji, Minnesota, Estados Unidos)


28 de febrero de 2011 (Santa María, California, Estados Unidos)













Ha fallecido Jane Russell a la edad de 89 años y a causa de un fallo cardiaco . Fue uno de los rostros que más buscaron las cámaras allá por los años 50's y una actriz cuya fama superó a sus méritos gracias a un rostro tan bello como peculiar, unas curvas rotundas y unas piernas kilométricas.

Repasando su filmografía o comentarios que ella misma hizo sobre su carrera nos damos cuenta que sólo "El forajido", "Las fronteras del crimen" y sobretodo "Los caballeros las prefieren rubias" son títulos de mención, pero el caso es que Jane Russell se labró fama y estrellato gracias a su porte y está considerada una de las actrices más bellas de mediados del siglo XX.

Para el recuerdo queda sobretodo la película que protagonizó con Marilyn Monroe y dirigió Howard Hawks, "Los caballeros las prefieren rubias".

Descanse en paz


FILMOGRAFÍA

1943 - El forajido ****
1946 - Young Widow
1948 - Rostro pálido
1951 - Las fronteras del crimen
1951 - Don Dólar
1952 - Las Vegas
1952 - Una aventurera en Macao
1952 - El hijo de Rostro Pálido
1952 - Montana Belle
1952 - Camino a Bali
1953 - Los caballeros las prefieren rubias ****
1953 - The French Line
1955 - La sirena de las aguas verdes
1955 - Foxfire
1955 - Los implacables
1955 - Los caballeros se casan con las morenas
1956 - Sangre caliente
1956 - The Revolt of Mamie Stover
1957 - The Fuzzy Pink Nightgown
1966 - Johnny Reno
1966 - Waco
1967 - The Born Losers
1970 - Más oscuro que el ámbar