martes, 23 de agosto de 2011

“El origen del planeta de los simios” (Rupert Wyatt, 2011)

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Título original: Rise of the planet of the apes.
País: EEUU.
Duración: 107 min.
Género: Ciencia-ficción.
Reparto: James Franco (Will Rodman), Freida Pinto (Caroline Aranha), Brian Cox (John Landon), Tom Felton (Dodge Landon), Andy Serkis (César), John Lithgow (Charles Rodman), David Hewlett (Hunsiker), David Oyelowo (Steven Jacobs), Tyler Labine (Robert Franklin), Jamie Harris (Rodney).
Guion: Rick Jaffa y Amanda Silver; inspirado en la novela “El planeta de los simios”, de Pierre Boulle.
Producción: Peter Chernin, Dylan Clark, Rick Jaffa y Amanda Silver.
Música: Patrick Doyle.
Fotografía: Andrew Lesnie.
Montaje: Conrad Buff y Mark Goldblatt.
Diseño de producción: Claude Paré.
Vestuario: Renée April.
Distribuidora: Hispano Foxfilm.
Estreno en USA: 5 Agosto 2011.
Estreno en España: 5 Agosto 2011.
No recomendada para menores de 7 años.


Esta precuela que es a la vez homenaje, nueva versión y continuación de la saga “El planeta de los simios” se ha convertido casi por sorpresa y casi contra pronóstico en una de las sorpresas más gratas de este verano del 2011 (con permiso de “Super 8”) gracias al director británico Rupert Wyatt (prácticamente desconocido, antes sólo había rodado “The escapist”), a unos efectos especiales muy logrados de Weta Digital aprovechando la tecnología de captura de movimiento que desarrollaron con Gollum en “El señor de los anillos” y a la participación de James Franco, John Litgow y Andy Serkis (éste último dándole expresividad cuasi humana al mono Caesar, el auténtico protagonista de la película).

Para quienes no lo sepan “El planeta de los simios” en la versión de Franklin J. Schaffner de 1968 protagonizada por Charlton Heston es una de las películas de ciencia-ficción más populares de todos los tiempos. Se basaba en una novela distópica (=sobre un futuro ficticio no deseado y anti utópico) del francés Pierre Boulle que se publicó en 1963 y dio lugar a una saga que tuvo hasta cuatro continuaciones que aprovecharon su éxito con mucho menor acierto: “Regreso al planeta de los simios” (1970), “Huida del planeta de los simios” (1971), “La rebelión de los simios” (1972) y “La conquista del planeta de los simios” (1973) e incluso un par de series de televisión.





















En 2001 Tim Burton participó en un “reboot” de la saga, ya sabéis, un reinicio, propuesto por la productora y protagonizado por Mark Wahlberg y Helena Bonham-Carter. Aunque el presupuesto se disparó la 20Th Century Fox quedó contenta con el resultado, sobretodo porque la película funcionó en taquilla, pero a Tim Burton le salió su película menos personal (de hecho apenas parece suya salvo por ciertos guiños argumentales) y cuando se le ha ofrecido continuarla ha manifestado literalmente: “prefiero saltar de una ventana”.

En tal tesitura, con la imposibilidad de resucitar la saga, estancada por la negativa de Burton a continuar, la 20Th Century Fox decidió dejar el proyecto en stand by hasta que recientemente el productor Scott Frank decidió darle un nuevo empujón. Para ello apostaron desde el estudio respetar tanto la versión de Burton (fijaros que el diseño de los títulos de crédito por ejemplo se mantiene y argumentalmente no se desdicen la una de la otra) como la película original. En esta ocasión, no obstante, lo que sí se ha evitado es hacer una película de “autor” como sin duda trató de hacer Burton y lo que se ha querido es ofrecer simplemente un gran hit comercial de entretenimiento, utilizando los medios más actuales para conseguir la máxima espectacularidad. Lo sorprendente es que la película no es un mero entretenimiento, va de menos a más con un interés creciente resultando siempre entretenida y eficaz y tiene un “valor añadido” (cuando veais “Super 8” entenderéis qué es eso jeje) que consiste en la capacidad que ha tenido el director con su cámara y Andy Serkis con su actuación de convertir lo que les pasa a los monos en algo atractivo para el espectador.

Como he apuntado antes creo que el mérito tiene nombres y apellidos. El argumento no es especialmente original, de hecho pienso que en manos de otro director de encargo quizás hubiera sido una película mediocre, pero en cambio Rupert Wyatt consigue una puesta en escena francamente lograda con el uso de una cámara juguetona que persigue al mono protagonista, que lo acompaña, que muestra sus sentimientos, su toma de conciencia, su deseo de ser algo más que una mera mascota, que un animal de compañía.






















Creo que gran parte del éxito de la película es que a parte de lo bien rodada que está, demuestra que a veces los humanos somos muy primarios y que, en cambio, unos primates a los que se estimula el cerebro pueden ser muy humanos y éste en realidad es un punto de partida que sirve para explicar el comienzo del planeta de los simios, en efecto, pero que es también una de las grandes preguntas de la ciencia-ficción, una cuestión recurrente en infinidad de novelas y utilizada en sus mejores obras por maestros como Phillip K. Dick (leáse “¿Sueñan los androides con ovejas mecánicas?”) o Isaac Asimov (léase toda su saga de Robots): ¿En qué consiste ser humano?

Si la emotividad y la humanidad se refieren a la capacidad para empatizar con otros lo que está claro es que los responsables de esta película logran que unos seres que están hechos con ordenador y las últimas técnicas de animación empaticen con nosotros y eso, admitámoslo, es un pequeño milagro.

Es decir, que uno cuando va a ver esta película ya puede intuir lo que se va a encontrar, pero lo que quizás no se intuya es que se va a entretener, que le van a interesar los personajes, que se le va a pasar la película en un suspiro y además que se olvidará de todos sus problemas siguiendo durante gran parte del metraje las correrías de un mono digital. No es de extrañar que se hable de nominación en los óscars para Andy Serkis (lo hace francamente bien), como ya ocurrió cuando hizo de “Gollum”, aunque, en fin, sería un buen guantazo para el sindicato de actores y dudo que se dejen pegar sopapos sobretodo cuando se demuestra definitivamente que James Franco era algo más que una mera comparsa en “Spiderman”, siempre me ha parecido un buen actor y lo refrenda título a título. Por cierto, en el apartado interpretativo, la oportunidad de ver a Tom Felton, el actor que hacía de Draco Malfoy en la saga de Harry Potter en un papel secundario.






















Vamos, que merece la pena ir a verla. Como mínimo asegura una tarde entretenida, lo cual no es poco.....además el guión está repleto de posibilidades para secuelas que seguramente habrá. El director ya lo ha confirmado y el tramo final parece un mero preámbulo a algo mucho más espectacular.

Ah atentos al guiño que conecta con “El planeta de los simios”. Hay un momento en que se lee una noticia en un periódico que hace referencia a los astronautas que andan....”¿Perdidos en el espacio?”.





MIS ESCENAS FAVORITAS ¡¡¡¡CUIDADO, SPOILERS!!!!!


- La escena de Caesar saliendo por primera vez a la jaula común y todas aquellas en las que interactúa con el resto de monos.
- Por supuesto, toda la escena en el puente de San Francisco, concebida para ser el plato fuerte de la película.
- El mono del centro de investigación poniéndose nervioso y arruinando la primera demostración de la empresa.
- Casi todas las escenas cenitales, viendo como los monos se extienden por la ciudad.

Federico Luppi, un actor interesantísimo

Lo estaría escuchando y leyendo durante horas...

Entrevista en EL PAÍS
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lunes, 22 de agosto de 2011

“Cuenta conmigo” (Rob Reiner, 1986)

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Título original: Stand by me
País: Estados Unidos
Duración: 89 min.
Género: Drama, Aventuras
Reparto: Wil Wheaton (Gordie Lachance), River Phoenix (Chris Chambers), Corey Feldman (Teddy Duchamp), Jerry O´Connell (Vern Tessio), Kiefer Sutherland (Ace Merrill), Casey Siemaszko (Billy Tessio), Gary Riley (Charlie Hogan), Bradley Gregg (Carambola Chambers), Jason Oliver (Vince Desjardins), Marshall Bell (Sr. Lachance), Frances Lee McCain (Sra. Lachance), Bruce Kirby (Sr. Quidacioluo), William Bronder (Milo Pressman), Scott Beach (Alcalde Grundy) y Richard Dreyfuss (El escritor). Guión: Raynold Gideon, Bruce A. Evans
Distribuidora: Columbia Pictures
Productora: Columbia Pictures Corporation, Act III Communications, Act III, The Body
Fotografía: Thomas Del Ruth
Montaje: Robert Leighton
Música: Jack Nitzsche


Tras unos años 70’s de un cine norteamericano dominado por guiones dramáticos, trascendentales, muchas veces de corte político o reivindicativo, los 80’s vivieron un quiebro argumental hacia un cine más emotivo, afectuoso y familiar para el que los éxitos en taquilla de Steven Spielberg fueron fundamentales sobretodo tras el fenómeno social de “ET”. Los estudios de pronto se dieron cuenta que lo que le pasaba a Elliot con ET interesaba a toda la familia (y que todos pasaban por caja, claro) y las correrías de los chavales, adolescentes y jóvenes se convirtieron de pronto en germen de numerosas películas dirigidas a toda la familia entre las que se me ocurren sin pensar demasiado “Los goonies” (1985), “Karate kid” (1984), “El club de los cinco” (1985), “Todo en un día” (1986), “Regreso al futuro” (1985), “El secreto de la pirámide” (1985), “Los Gremlins” (1984) y la película que nos ocupa “Cuenta conmigo” (Hay muchas más).

El director Rob Reiner, encadenó sus mejores películas a mediados de los ochenta y su mejor racha comenzó precisamente con “Cuenta conmigo” (a continuación llegarían nada menos que “La princesa prometida”, “Cuando Harry encontró a Sally”, “Misery” y “Algunos hombres buenos”), su particular aportación a este tipo de cine para toda la familia, a partir de una novela corta un tanto atípica de Stephen King (“El cuerpo”) por aquello de que no se trata de una de terror, sino que habla de la historia de amistad de un grupo de chicos de un pueblo de Oregón en la frontera entre la infancia y la adolescencia.


























Aparentemente la película trata un asunto bastante nimio: es verano y el grupo de amigos se entera de que un chico ha muerto arrollado por un tren a unas millas de su pueblo, así que parten en una particular excursión para encontrar el cuerpo, pero como dice Gordie (que hace las veces de narrador) “Quizás la búsqueda de un chico muerto no es una fiesta”.

No se trata tampoco de una película “trascendental”, pero aunque adopta forma de aventura y por momentos de comedia infantil, es en realidad un canto a la infancia, es la reflexión de una persona adulta (Gordie interpretado por Richard Dreyfuss) sobre los paraísos perdidos en el pasado y eso queda claro desde el primer fotograma, esa imagen nostálgica y agridulce del protagonista dentro de su coche junto a un maravilloso paisaje de un cálido atardecer recordando a uno de sus amigos de infancia, muerto en una reyerta en un bar, mientras suena muy pausadamente el “Stand by me” de Ben E. King que da título a la película (magnífica por cierto la banda sonora, tan exquisita como la propia ambientación de la época).

La BSO:

1. Everyday - Buddy Holly
2. Let the good time roll - Shirley & Lee
3. Come go with me - The Del Vikings
4. Whispering bells - The Del Vikings
5. Get a Job - The Silhouettes
6. Lollipop - The Chordettes
7. Yakety yak - The Casters
8. Great balls of fire - Jerry Lee Lewis
9. Mr.Lee - The Bobbettes
10. Stand by me - Ben E. King

Por la simple razón de que todos hemos tenido infancia, todos nos hacemos adultos y todos hemos perdido o perderemos amigos esta película llega a lo más hondo, te toca la fibra, porque además no es ni lacrimógena ni sensiblera y se hace simpática desde el primer fotograma: “Tenía doce años, estaba a punto de cumplir los trece cuando vi por primera vez un ser humano muerto. Sucedió en el verano del 59, hace muchísimo tiempo, pero sólo si lo medimos en años”.













Seguramente el gran acierto de esta película es precisamente ese, el conectar rápidamente con cualquiera de nosotros, el convertirse en una película que pese a ser norteamericana y desarrollarse en Estados Unidos se te hace próxima y afín, que te susurra cosas que te suenan ¿Quién no ha tenido amigos en su infancia? ¿Quién no ha echado alguna calada furtiva a un cigarro? ¿Quién no se ha aventurado a hacer algo poco conveniente pero a la vez apasionante, quizás por ello mismo? ¿Quién no le ha parecido que su pueblo o su ciudad eran lo más grande y terminaron por quedarse pequeños”. Gordie dice al comienzo: “Vivía en un pueblo de Oregón llamado Castle Rock. Tenía sólo 1281 habitantes, pero para mí representaba el mundo entero”. A partir de ese momento todos hemos conectado ya con el personaje porque todos hemos pasado o, mejor aún, estamos pasando por esa sensación.

El resto del argumento es sencillo, ciertamente, pero cuenta la aventura de un grupo de cuatro amigos, que por todo lo que les pasa es la aventura que cualquiera de nosotros hubiéramos querido vivir con nuestros propios amigos en nuestra infancia. Por supuesto detrás de la historia hay un novelista reputado que sabe muy bien lo que se hace, un Stephen King que en lo que a mí respecta siempre me ha gustado casi más cuando habla de sentimientos que cuando se dedica a asustar por mucho que lo que le haya dado fama sea el terror. Para provocar interés en la banda de chicos utiliza algunos tópicos, pero el caso es que le funcionan porque representa con ellos distintos tipos de chavales: Gordie es el chico sensible, el protagonista con el que casi todos nos identificamos, escribe (lo que hace pensar que quizás es un personaje con algunos rasgos del propio Stephen King) y tiene que superar la pérdida reciente de su hermano mayor, que le ha alejado en cierta forma de sus padres; Chris (River Phoenix) es el chico duro, el jefe del grupo, el problemático y sin futuro (robo el dinero de la merienda en la escuela); Teddy (Corey Feldman) es extravagante y sufre el estigma de un padre con problemas derivados de su participación en Vietnam y por último Vern (gordito e irreconocible Jerry O’Connell) es el prototipo del chico miedoso y apocado, diana de las burlas de sus colegas. Frente a ellos los chicos mayores liderados por un desafiante Ace Merrill encarnado por un Kiefer Sutherland que da mucho juego como matón de medio pelo.

El reparto echando hoy la vista atrás es espectacular teniendo en cuenta lo famosos que han sido todo los chicos posteriormente tanto en series de televisión como el cine. De todos ellos el que parecía tener un futuro más prometedor era River Phoenix, pero falleció años después debido a las drogas cercenando una carrera cinematográfica que se prometía espectacular y en la que fue el mismísimo Indiana Jones en “La última cruzada”. De todos ellos al que mejor le ha ido ha sido a Kiefer Sutherland, pero todos sus rostros son reconocibles y famosos por trabajos posteriores.

























Evidentemente el argumento sólo da para una pequeña aventura que acontece durante el último fin de semana del verano, pero los personajes están tan bien definidos y desarrollados que se nos presentan varias cuestiones importantes: la aceptación de uno mismo, el sentido del compañerismo, la amistad y la comprensión entre los chicos, el futuro que les depara a cada uno de ellos en función de sus características y sobrevuela en todo momento el final de la infancia y el trance que supone dejarla atrás y penetrar en la etapa siguiente que es un camino sin vuelta atrás no siempre fácil de asumir. La película emociona por todo ello pero sobretodo porque uno intuye que cuando los cuatro chicos se están despidiendo al final no sólo es el adiós tras un fin de semana memorable, es el adiós de una etapa de sus vidas y por eso pasamos todos ineludiblemente, es algo que nos pertenece a todos.

Otro punto a favor es la luminosidad con la que está rodada, siempre con sol, con buen tiempo, aprovechando unos paisajes naturales maravillosos y con esa banda sonora de fondo de la época tan bien escogida y selecionada. La película parece rebosar alegría, esperanza, ilusión, aventura. El hecho de llevar la pistola del padre de Chris es todo un acontecimiento, todo lo que les pasa a los chavales lo es y Reiner sabe transmitirlo con imágenes.

Es imposible no guardar esta película entre los mejores recuerdos vistos en una sala de cine y ahí lo prueba la puntuación de la Interney Movie Database: más de 100.000 votaciones le dan una nota media de 8.2 colocándola entre las 200 mejores películas de todos los tiempos. Para tener un argumento tan sencillo es un magnífico resultado, quizás no sea tan fácil llegar a tanta gente sin caer en la lágrima fácil o la ñoñería.

Al final de la película Gordie, ya adulto, escribe sus recuerdos en un ordenador mientras sus hijos le esperan (se cierra el círculo y se abre otro nuevo con ellos): “Aunque no le había visto desde hace más de diez años, sé que siempre le echaré de menos....Nunca he vuelto a tener amigos como los que tuve cuando tenía doce años, Dios mío ¿los tiene alguien?” y suena la música de Ben E. King, el “Stand by me”, es uno de los finales más agridulces y nostálgicos de la historia del cine.





MIS ESCENAS FAVORITAS

- Gordie como adulto comenzando a recordar en su coche al comienzo de la película.
- El primer encuentro de Gordie y Chris con Ace Merrill, que le quita la gorra a Gordie y se enfrenta con Chris: “Voy a darte la oportunidad de pedirme perdón”.
- Los chicos caminando por las vías del tren (una imagen icónica de esta película) y haciendo cuentas de cuánto dinero tienen para comprar comida.
- Teddy decidido a “esquivar” en tren.
- Los matones de Ace Merrill rompiendo buzones a batazos de beisball.
- Echando a suertes quién va a comprar comida: “Cruz en las cuatro, madre mía eso es un chuzo. Ha sido un chuzo, eso es malísimo”
- La huida del perro en el recinto del chatarrero.
- Los dos momentos en que Gordie y Chris se sinceran uno a otro. Gordie se pregunta si es raro y Chris sufre el estigma de ser un Campbell.
- El paso del puente por el que debe pasar el tren.
- La conversación en la hoguera: “Si Micky Mouse es un ratón, Donald es un pato y Pluto es un perro, qué demonios es Goofy?”
- El cuento de “Culograsa” que les cuenta Gordie junto a la hoguera por la noche.
- La escena de las sanguijuelas.
- La carrera de coches en la recta por la que viene el camión, homenajeando en cierto modo a “Rebelde sin causa”.
- El enfrentamiento de los chavales con los mayores cuando encuentran el cuerpo y Chris preguntándose por qué tuvo que morir.
- El regreso y las despedidas de los cuatro chicos justo antes de que terminen las vacaciones de verano y haya que empezar el colegio.

viernes, 12 de agosto de 2011

Películas que tienes que ver - "Ben Hur" (William Wyler, 1959)

Grandes escenas - Si lo construyes, él vendrá en "Campo de sueños" (Phil Alden Robinson,1989)

“Medianoche en París” (Woody Allen, 2011)

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Guión: Woody Allen.
Países: España y EEUU.
Duración: 94 min.
Género: Comedia romántica, fantástico.
Reparto: Owen Wilson (Gil), Marion Cotillard (Adriana), Rachel McAdams (Inez), Kathy Bates (Gert), Michael Sheen (Paul), Adrien Brody (Salvador), Nina Arianda (Carol), Mimi Kennedy (Wendy), Kurt Fuller (John), Carla Bruni (guía del museo), Léa Seydoux (Gabrielle), Tom Hiddleston.
Producción: Letty Aronson, Stephen Tenenbaum y Jaume Roures.
Fotografía: Darius Khondji.
Montaje: Alisa Lepselter.
Dirección artística: Anne Seibel.
Vestuario: Sonia Grance.
Distribuidora: Alta Classics.
Estreno en USA: 20 Mayo 2011.
Estreno en España: 13 Mayo 2011.
Apta para todos los públicos.


No sé si lo hará así, pero me imagino a Woody Allen siguiendo año a año una misma rutina, como si hacer películas fuera sencillo..... Lo visualizo una vez acabadas las promociones de su último estreno pasando unos días por Europa o tocando el jazz en algún local de Manhattan y al poco, con la chispa de una idea en la cabeza, de nuevo enfrascado en su escritorio preparando un nuevo guión, diseñando el rodaje, dialogando con la productora para buscar actores, localizaciones..... Ahora mismo tendrá avanzada ya la siguiente y así un año tras otro y que dure.

Es evidente que ese ritmo creativo sólo puede seguirlo un auténtico genio capaz de idear uno tras otro un guión interesante al año y resulta literalmente imposible mantener el nivel siempre por lo que en ocasiones se le perdona a Allen que su última película en lugar de brillante se quede en meramente entretenida o ingeniosa, un poco lo que pasó con la anterior, “Conocerás al hombre de tus sueños” que para mi gusto le quedó ligeramente insulsa sobretodo teniendo en cuenta que en 2009 rodó esa delicia del humor irónico que es “Si la cosa funciona” y que os recomiendo efusivamente.
























Este año su película se ha convertido en algo especial, en un acontecimiento y es así porque no sólo nos regala un argumento entretenido como pocos sino porque parece que ha dado en la diana y se ha metido en el bolsillo a público y crítica a los dos lados del gran charco, lo cual, muy pocas veces le había pasado hasta ahora.

“Midnight in Paris” nos gusta a los europeos, les gusta a los estadounidenses (es su película más vista por allí), gusta a grandes, a jóvenes y a chicos y es que en esa constante reinvención que Allen lleva a cabo en su cine con cada título, en esta ocasión ha metido en el cocktail un poquito de todo lo que antes le ha funcionado en una mezcla con muchos ingredientes que podemos reconocer en su cine anterior: ironía, romanticismo, guerra de sexos, evocación del pasado, esteticismo, fascinación por los viajes y incluso fantástico.

Particularmente y sólo porque a tramos decae un poco para mi gusto la encuentro un peldaño por debajo de sus mejores títulos, entre los que citaría “Manhattan”(1979), “Hannah y sus hermanas” (1986), “Annie Hall”(1977), Match Point (2005), “Broadway Danny rose”(1984) y “Si la cosa funciona” (2009) pero seguro que está entre sus mejores títulos.

La película comienza con unos minutos en los que se recorre París a golpe de bellas imágenes yuxtapuestas una tras otras que nos llevan a los lugares más emblemáticos como si estuviéramos recorriendo un álbum de postales y con música de jazz de fondo (exquisita como siempre la banda sonora con temas magníficos de Cole Porter, Sydney Bechet o Josephine Baker que resuenan en tu mente al salir del cine). No se puede empezar mejor, se gana desde ese momento al público y penetramos en la película por las calles de la ciudad más bella del mundo. Es imposible ir a París y que no te enamore, pero mucho más haberla visitado y que las imágenes de esta película te dejen indiferente (Allen sabe muy bien lo que hace, nos conquista con lo que pone delante de su cámara y de paso viaja por los lugares más atractivos del mundo).






















A continuación nos encontramos con Gil e Inez, una pareja prometida que se encuentran de viaje en París con los padres de ella. Parte del atractivo a priori de la película es ese giro que nos pide la publicidad de la película que no contemos. Yo tampoco lo voy a hacer, pero es lo que le da la chispa al argumento y lo convierte en único. Intuyo que gracias a él y a los diálogos es muy probable que Woody Allen acumule una nueva nominación al óscar como mejor guionista (al menos es lo que ya se rumorea). Particularmente no es eso sólo lo que me convence sino además las reflexiones en alto que nos cuela de tapadillo Woody Allen en su cine y que tienen un poso existencialista y serio aunque nos lo disfrace de comedia romántica: la, en ocasiones, falsa y a la vez muy humana sensación que todos tenemos de que podríamos estar mejor viviendo otro tipo de vida o con otra compañía y eso tan manido de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Lo que me gusta es que precisamente porque comprobarlo es imposible sin arriesgar el presente, Woody Allen ironiza sobre ello y lo convierte en una fantasía muy divertida.

Como viene siendo habitual en muchas de sus últimas películas Allen ya no se dirige a sí mismo, pero vuelve a “salir” encarnado en el cuerpo de Owen Wilson y pienso que esta elección de casting es otro acierto de la película de cara a enganchar a más gente y lo cierto es que Wilson cumple a la perfección con su personaje y conecta bien con nosotros porque es un tipo muy normal, muy como cualquiera de los que estamos en el cine.




















Las otras grandes bazas del reparto, sin contar con que, como en todas las películas de Allen, el elenco al completo está magnífico, son por motivos distintos Marion Cotillard, Michael Sheen y Carla Bruni. La primera porque es una actriz que por sí misma hace subir enteros cualquier título en el que participa, el segundo porque su personaje de galán intachable es fuente inagotable de momentos de una ironía desbordante y la tercera porque su fama como primera dama de Sarkozy seguro que va más allá de lo puramente fílmico. Con esto no digo que Rachel McAdams, Kurt Fuller, Kathy Bates o Adrian Brody no estén brillantes, que también. Al loro con Adrian Brody en concreto, su personaje tiene unas intervenciones inolvidables jeje

Y a parte de la dirección, del guión, de los actores, de la banda sonora me gustaría destacar también la puesta en escena....La verdad es que esta película lo tiene todo....El equipo artístico de Woody Allen en esta película hace un grandioso trabajo y nos traslada literalmente a lugares lejanos con todo su glamour y encanto haciendo que las imágenes no deleiten la visual.

Vamos, que esperando encontrar una buena película más de Woody Allen a comienzo de este verano (se estrenó con éxito en cannes) nos topamos con algo así como un dulce, un comedia deliciosa e inolvidable con un París resplandeciente, una música y unos escenarios evocadores y nostálgicos y un argumento entretenido ante todo pero también inspirador para que le demos al coco......es posible que ningún otro lugar y ningún otro tiempo pasado fuera realmente mejor, pero sin duda mereció la pena vivirlo.



MIS ESCENAS FAVORITAS ¡¡¡¡CUIDADO, CONTIENE SPOILERS!!!!!!

- Las imágenes iniciales del recorrido por los lugares emblemáticos de París culminados por la ciudad bajo la lluvia con la música de jazz de fondo.

- Esas en las que Gil tiene que aguantar al pedante e insoportable de Paul mientras a Inez se le cae la baba sobretodo el momento en que Gil trata de zafarse de él sin fortuna porque tienen muchos “compromisos”, el de la fiesta nocturna y ese en el que discute con la guía (Carla Bruni) acerca de Rodin.
- La primera noche en la que Gil se marcha caminando por las orillas del Sena y el momento en que le invitan a subir al coche.
- Los encuentros con Dalí, Luis Buñuel, Picasso y Man Ray.
- Al final de la película el detective perdido en la corte de Luis XIV.
- Gil encontrando pareja de forma insospechada en París.

Grandes escenas - El amanecer de la humanidad en "2001" (Stanley Kubrick, 1968)

Grandes escenas - Comienzo de "Sed de mal" (Orson Welles, 1958)



jueves, 11 de agosto de 2011

“Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, parte 2” (David Yates, 2011)

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Título original: Harry Potter and the Deathly Hallows: Part 2.
País: Reino Unido.
Duración: 130 min.
Género: Aventuras, fantástico.
Reparto: Daniel Radcliffe (Harry Potter), Rupert Grint (Ron Weasley), Emma Watson (Hermione Granger), Ralph Fiennes (lord Voldemort), Michael Gambon (Albus Dumbledore), Bill Nighy (Rufus), John Hurt (Sr. Ollivander), Helena Bonham Carter (Bellatrix Lestrange), Robbie Coltrane (Rubeus Hagrid), Imelda Staunton (Dolores Umbridge), Jason Isaacs (Lucius Malfoy), Alan Rickman (Severus Snape), Maggie Smith (Minerva McGonagall), Timothy Spall (Peter Pettigrew), Julie Walters (Sra. Weasley), Bonnie Wright (Ginny Weasley), Matthew Lewis (Neville), Tom Felton (Draco Malfoy), Evanna Lynch (Luna Lovegood), Mark Williams (Arthur Weasley). Guion: Steve Kloves; basado en la novela de J.K. Rowling.
Producción: David Barron, David Heyman y J.K. Rowling.
Música: Alexandre Desplat.
Fotografía: Eduardo Serra.
Montaje: Mark Day.
Diseño de producción: Stuart Craig.
Vestuario: Jany Temime.
Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España.
Estreno en Reino Unido: 15 Julio 2011.
Estreno en España: 15 Julio 2011.

Por suerte o por desgracia hace unas semanas se puso punto y final a la saga cinematográfica de Harry Potter con la segunda parte de “Las reliquias de la muerte”, la adaptación del séptimo y hasta la fecha último libro de J. K. Rowling sobre el niño mago (ya no tan niño).

Con esta última entrega y antes de hablar de la película en sí permitámonos un instante para analizar toda la saga desde una perspectiva global ¿Ha sido un éxito? ¿Ha funcionado en taquilla? ¿Ha merecido la pena seguirla? Reflexionando sobre estos asuntos creo que tanto productores como seguidores podemos concluir que sí, al margen de que haya gustado más o menos que, como siempre, no deja de ser algo muy personal.

En términos económicos los números no engañan y se ha convertido en la franquicia más rentable de todos los tiempos, lo cual demuestra que ya hace años había un público potencial deseoso de ver este tipo de cine, de corte fantástico, dirigido a los chavales pero también a los que no lo son tanto (las últimas entregas no han sido precisamente para niños) y en el que la aventura y la acción son ingredientes esenciales. No nos engañemos, esto no siempre fue así y si no que les pregunten a los chavales de los 70’s y 80’s si se hacía este tipo de cine (alguna película había, pero pocas, tampoco había medios técnicos para hacerlas en condiciones). La saga de Harry Potter, que nos ha acompañado desde aquel ya lejano 2001, representa de algún modo el nuevo cine de entretenimiento y se ha convertido en una referencia del género a lo largo de toda la primera década del siglo XXI.






















Además estamos ante todo un fenómeno sociológico de trascendencia mundial en el que se unen cine, literatura, merchandising en lo que constituye un negocio global. Así pues, la respuesta es sí, ha sido un éxito en toda regla.

En cuanto a si ha merecido la pena seguir la saga cada cual tiene su propia respuesta en función de lo que quiere y lo que espera y pienso que ninguna es definitiva. Particularmente yo me solidarizo con todo ese público que quería ver este tipo de cine y leer este tipo de novelas porque eran y son necesarias por muchos motivos, pero sobretodo porque nunca se debe de dejar de ser niño del todo.

Con aciertos y desaciertos, que de todo ha habido a lo largo de ocho películas, el regusto final es bueno y positivo, máxime cuando han guardado lo mejor de la pirotecnia disponible para el final, para cerrar la historia como merece, con el público marchándose satisfecho de las salas. A estas alturas no dudo ni por un momento que un gran estudio como Warner Bros sabe perfectamente a quién debe contratar para firmar un buen guión, para lograr los mejores decorados y efectos especiales y para introducirnos en la historia con el mejor sonido envolvente y desde luego no se ha reparado en gastos y éstos lucen en la pantalla.





















Yendo ya en concreto al meollo de esta última entrega lo más sorprendente para mi gusto es que David Yates, al que juzgamos como simplemente correcto tras “La orden del Fénix” (una de las novelas más complicadas de adaptar todo hay que decirlo) y al que quisimos “despedazar” tras “El misterio del príncipe” (la peor película de la franquicia sin género de dudas) haya podido culminar a tan buen nivel el proyecto, aunque tengo la sospecha de que las dos películas en las que se ha dividido la última novela le han permitido desarrollar todo mucho mejor y quizás Yates sólo sea un empleado más de Warner y tenga poco que decir en la resolución de muchas cosas (quizás deberíamos fijarnos más en la labor de productores como David Hayman o la propia autora de las novelas). Sea de un modo u otro el caso es que la primera parte de “Las reliquias de la muerte” me pareció que resolvía bastante bien el guión, pero es que esta segunda parte lo resuelve casi a la perfección logrando un plausible equilibrio entre tramas y subtramas, personajes principales y secundarios y haciendo que nuestro interés se mantenga de principio a fin, entreteniéndonos en todo momento y además haciéndonos disfrutar o dejándonos con el alma en un vilo según toca.

Al comienzo de la película hay todavía una fase de cierta investigación y suspense heredada de la trama de la entrega anterior, los acontecimientos se toman su tiempo y aunque también hay momentos intensos y emocionantes como la entrada en Gringotts existe una cierta morosidad que ralentiza la resolución de la historia (a cambio disfrutamos de las emociones de los personajes porque los tres protagonistas andan ya muy zarandeados por las circunstancias y es preciso que se note). En mi opinión hay un momento, no obstante, a partir del cual, el argumento y la película, que han ido subiendo como el carromato de una montaña rusa, de pronto, se lanzan al vacío y ya no paran hasta el final en una sucesión de subidas y bajadas espectaculares. La película te entretiene, te sobrecoge, te zarandea, te emociona, te encoge el ánimo y te suelta para volverte a apabullar...es justo lo que el espectador espera, lo que quiere ver y disfrutar y creo que esa es precisamente la razón por la que casi todo el mundo sale contento del cine.

Tanto el argumento como la pirotecnia visual desplegada por Sony Pictures Imageworks e Industrial Light & Magic (compañías encargadas de los efectos especiales) disponen de “dinamita” de sobra para ofrecer la mejor traca final posible y como espectadores lo apreciamos. A poca gente he oído que ande disgustada, más bien lo contrario, ha gustado bastante la resolución y yo diría que no sólo porque los efectos sean más espectaculares que nunca sino también porque se sufre con los personajes, porque nos transmiten emociones y siempre se vive mucho más una historia cuando es esto sucede. Habrá quien aprecie más y quien menos al elenco, pero todos cumplen, todos están como mínimo correctos en sus papeles y ninguna actuación “chirría” como ocurría en otras ocasiones. Si acaso sí resulta un poquito chirriante Voldemort, con esas muecas y esa voz de falsete que harán las delicias de los imitadores (José Mota puede “salirse” a poco que se lo proponga) pero pienso que eso tiene mucho más que ver con el maquillaje que le han puesto a Ralph Fiennes que con su actuación.






















Del argumento no pienso decir nada, por supuesto, aunque sí adelanto que el final me pareció incluso mejor que el del libro y me diréis, si más o menos es lo mismo, pues sí y no y me explico. En la novela me resultó el final un tanto previsible pese a todo e incluso un poquito acelerado. En la película creo que queda mejor, que la conclusión está mejor desarrollada, que puede ser previsible igualmente pero cuadra mejor como cierre de la saga en cierta forma jugando con la idea del eterno retorno y trabajando mejor la explicación con las imágenes, evitando un sentimentalismo en el que fácilmente se podría haber caído y que se quiebra con sentido del humor. No sé si será así, pero me gustaría pensar que el responsable de ello es Steve Kloves, que ha firmado casi todos los guiones de la saga y que me parece un grandioso guionista (véanse además “los fabulosos Baker boys” y “Jóvenes prodigiosos” para corroborarlo).

Sí hay que decir que ni el argumento ni la ambientación son apropiados para niños pequeños como tampoco lo eran en las dos películas anteriores. Hay que pensar que J. K. Rowling escribió su primera novela para niños y que las siguientes las confeccionó pensando en que esos niños que las iban a leer irían creciendo, así que la trama se va tornando oscura, asfixiante, terrorífica en algún momento y en esta última entrega todo se “oscurece” al máximo. En cualquier caso no es una pega para el público que empezó a ver la saga siendo niño y ya ha crecido y tampoco para los adultos, más bien todo lo contrario.

En definitiva que la última película no defrauda, que ofrece lo que uno espera ver e incluso sorprende y que es el cierre perfecto para uno de los proyectos más logrados de la industria del cine en los últimos años, que nos ha mantenido en vilo durante una década y que será difícil que se repita al mismo nivel.




MIS ESCENAS FAVORITAS ¡¡¡CUIDADOOOOO, CONTIENE SPOILERS!!!!

- La entrada y, por supuesto, la salida de Gringotts con el dragón, todo un festín de efectos visuales.
- El ataque a Hogwarts al completo, una batalla espectacular como pocas.
- La resurrección de Potter utilizando una de las reliquias y la conversación que tiene con Dumbledore en la que le explica su plan.
- La escena de la sala de los menesteres, otro plato fuerte de efectos visuales.
- El enfrentamiento final entre Potter y Voldemort sobretodo porque supone, gracias a las intervenciones de los secundarios, de una auténtica pugna entre lo inhumano y lo humano. Podríamos decir que la amistad es el arma que esgrimen en los de Hogwarts y el miedo la que esgrimen los mortífagos.
- La escena final, contra todo pronóstico no resulta ñoña, emociona en cierto modo y es una buena forma de cerrar el círculo.

Grandes escenas - "You're talking to me" en "Taxi driver"

Grandes escenas - Fight scene en "Oldboy"

sábado, 6 de agosto de 2011

Películas que tienes que ver - "El gran dictador"

“Capitán América: el primer vengador” (Joe Johnston, 2011)

***
Título original: Captain America: The first Avenger.
País: EEUU.
Duración: 126 min.
Género: Acción, fantástico.
Reparto: Chris Evans (Steve Rogers / Capitán América), Hugo Weaving (Johann Schmidt/Cráneo Rojo), Tommy Lee Jones (coronel Chester), Stanley Tucci (Abraham), Richard Armitage (Heinz Kruger), Hayley Atwell (Peggy Carter), Dominic Cooper (Howard Stark), Toby Jones (Arnim Zola), Natalie Dormer (Lorraine), Neal McDonough (Dum Dum Dugan), Derek Luke (Gabe Jones), J.J. Feild (James Montgomery Falsworth), Kenneth Choi (Jim Morita), Sebastian Stan (James Barnes). Guion: Christopher Markus y Stephen McFeely; basado en el personaje de Marvel creados por Joe Simon y Jack Kirby.
Producción: Kevin Feige.
Música: Alan Silvestri.
Fotografía: Shelly Johnson.
Montaje: Jeffrey Ford y Robert Dalva.
Diseño de producción: Rick Heinrichs.
Vestuario: Anna B. Sheppard.
Distribuidora: Paramount Pictures Spain.
Estreno en USA: 22 Julio 2011.
Estreno en España: 5 Agosto 2011.
No recomendada para menores de 7 años.


En esa peculiar tarea que consiste en poner estrellas a una película a “Capitán América” para mi gusto le queda un poco grande el cuatro y un poco pequeño el tres. Quizás es un buen ejemplo de 3,5 ó de notable justito hablando en otros términos. De un modo u otro la recomiendo, es más o menos lo que esperaba y lo que quería ver.

“Misión cumplida” podría ser la conclusión a esta película sobre el Capitán América que ha firmado Joe Johnston, lo cual no deja de ser un alivio para los que nos temíamos que este director pudiera tener otro resbalón como el que tuvo con “El hombre lobo”, en la que ni el mismísimo Benicio del Toro salvaba la función o como el que sufrimos con la tercera parte de “Parque jurásico” y eso que vista en posteriores ocasiones cada vez tengo más la sensación de que lo que era flojo era el guión y no tanto la labor de Johnston. Sea como fuere el caso es que este “Capitán América” es una película más que correcta, de lo mejor de su filmografía junto a “Jumanji”.

Por otro lado hay que decir que, en cualquier caso, no se trata de una película de “autor”, así que Joe Johnston es más bien un empleado más que coloca su cámara y dirige a un equipo bajo las órdenes del estudio y en esa labor cumple. El mérito de que “Capitán América” sea una película que funciona, que nos entretiene y cuyos personajes nos interesan yo diría que queda repartido entre una dirección de producción inteligente (Marvel para Paramount), un guión bastante aceptable (no sé qué diréis los que habéis leído los cómics pero a mí sin leerlos no me ha disgustado) y un reparto muy atinado (no voy a cantar las excelencias evidentes de Stanley Tucci, Tommy Lee Jones y Hugo Weaving, pero sí me gustaría destacar a Hayley Atwell, vista por ejemplo en la serie “Los pilares de la tierra” y a un correcto Chris Evans en el papel protagonista).













Una película de superhéroes evidentemente va dirigida a la chavalería, pero dado que los estudios las han convertido en plato fuerte de cada verano, somos muchos más los que acudimos a verlas y pienso que cualquier tipo de público puede quedar si no contento sí al menos satisfecho con el pago de la entrada. La película da lo que promete, está muy cuidada en todos los aspectos de producción, entretiene y no comete esos fallos de bulto que hemos visto en otras películas con superhéroes y muchos efectos especiales en las que los excesos hacen que se pierda interés en el argumento. Yo diría que en esta película todo está bastante ajustado para no quedarse ni largo ni corto. De hecho me parece una película modélica del género si no a la altura de los dos primeros “X men” que son las que más me gustan probablemente, sí de los dos primeros “Spiderman” que con sus virtudes y defectos eran blockbusters muy recomendables para todos los públicos.

Seguramente lo que más me ha gustado de “Capitán América” es que los personajes están bien desarrollados, que te interesas por ellos, que el Steve Rogers escuchimizado enternece y enseguida cae simpático y que el Steve Rogers Capitán América impresiona y es creíble como ídolo de masas, como referencia, como el héroe que todos querríamos ser. Y no sólo él, todos los personajes tienen peso específico, resultan creíbles y aportan cosas positivas a la película. Desde las intervenciones geniales muchas veces de ese Coronel Phillips interpretado por Tommy Lee Jones hasta la ambición sin límites de un villano excéntrico pero interpretado con contención por el siempre fantástico Hugo Weaving. Y no se quedan atrás Stanley Tucci como Abraham Erskine, Richard Armitage como Heinz Kruger, Dominic Cooper como Howard Stark y sobretodo Hayley Atwell como Peggy Carter, actriz por la que tengo especial interés desde que vi “Los pilares de la Tierra” y que me parece que puede formar muy pronto parte del firmamento hollywoodiense.

Los actores, los personajes y su interacción en la historia son los que permiten que el argumento funcione, que emocione ver cómo el Capitán América acude a rescatar a su amigo atravesando las líneas enemigas o que Peggy quede preocupada por ello; que entendamos que Heinz Kruger no tenga otra opción que trabajar para Johann Schmidt o que resulte creíble el cambio de bando de Abraham Erskine. Por supuesto el guión también es de destacar porque evita personajes estereotipados y al apostar por los personajes y una historia que contar más que por la acción por la acción evita esa sensación que tenemos en muchas películas de que sólo importa la espectacularidad a toda costa. En “Capitán América” hay imágenes espectaculares claro (véase la persecución del asesino que escapa en un coche, la escena de los aviones o la persecución de las motos que por un momento nos recuerda a la de “El retorno del jedi” por cierto), pero todas ellas se integran en el argumento y no parecen incrustadas por el mero fin de asombrar a la platea.

Sobre la calidad del entretenimiento ahí ya cada cual tendrá sus preferencias. La película se toma su tiempo para explicar motivaciones, situaciones y personajes así que la acción propiamente dicha, que es lo que buscan muchos, tarda un poquito en arrancar pero lejos de ser un problema a mí me parece un acierto. El cambio que se opera en Steve Rogers por ejemplo no sería tan efectivo de no ser explicado de esta forma, por poner un ejemplo.




















Otro acierto es el sumo cuidado con el que se ha hecho la reproducción de época, cierto que es muy de estudio, muy elegante, muy atractiva y quizás poco realista, pero logra evadirnos como lo haría un cómic. Es curioso, me hace reflexionar como el género fantástico, el cine de superhéroes termina siendo de factura clásica por eso mismo, porque nos sumerge en una realidad con una estética idealizada como lo hacían las películas del Hollywood clásico frente a las películas de no ficción, que apuestan por una estética más realista. Las dos cosas funcionan según se quiera uno evadir o disfrutar de un drama verosímil. “Capitán América” no es de factura “realista”, pero las relaciones de sus personajes sí lo son, por eso funciona.

Parece que lo que está claro es que Marvel pretende cuidar al máximo sus películas de superhéroes tras los flojos flojísimos títulos de “Los cuatro fantásticos” (me perdonen los fans) y lo demuestra el hecho de que los “Iron man” de John Favreu, el “Thor” de Keneth Branagh y este “Capitán América” son películas tomadas “en serio”, en las que se invierten notables esfuerzos de producción, y no meros productos de evasión que se hacen como churros. El objetivo final está claro, se llama “Los vengadores” y tras la cámara se ha escogido a Joss Whedon, director de “Serenity” y guionista de cómics y películas, para alegría de los fans de “Buffy cazavampiros”, serie en la que hacía un poco de todo.

En el apartado de anécdotas decir que el estudio decidió cambiar el título de “Capitán América” a “Capitán América: El primer vengador” en muchos países por aquello de que el título original resulta excesivamente patriótico, lo cual demuestra el complejo que están adquiriendo los estadounidenses en un mundo en el que ya no representan como antaño la promesa de la tierra prometida. Es curioso, en cierto modo, los superhéroes norteamericanos son ya producto de otro tiempo, pero caja, lo que es caja, siguen haciendo y siguen siendo una de las ofertas de evasión más aplaudidas.

Vamos, que “Capitán América” puede gustar más o menos pero no creo que defraude. Es una película que está bien trabajada y que da lo que promete, no se puede pedir mucho más.



MIS ESCENAS FAVORITAS ¡¡¡CUIDADOOOOO SPOOOOILERS!!!!!

- Las dos escenas en las que Steve Rodgers demuestra a sus superiores por qué es la persona perfecta para convertirse en Capitán América (la escena de la granada y la de la bandera).
- La escena en la que el Dr. Erskine habla con Rodgers antes de la “prueba”.
- La escena de la prueba (la forma en que Peggy mira a Rodgers después de la misma es impagable).
- La persecución del asesino por las calles de Nueva York
- El asalto al tren desde una montaña (los efectos “cantan” un poquito pero lo importante es lo que pasa dentro del tren).
- La persecución de las motos.
- El regreso del Capitán América con los hombres que ha liberado tras traspasar las líneas enemigas.
- La escena de acción en el avión del Cráneo rojo y la subida a éste cuando el coronel Phillips le dice al Capitán América “No te voy a besar”.
- La parte final de la película desde que Rodgers hace el sacrificio hasta la última imagen.

martes, 2 de agosto de 2011

Rodaje de "El Hobbit" (Peter Jackson) - Videoblog 1 y 2



Películas que tienes que ver - "Centauros del desierto" (John Ford)

Grandes escenas - El horror en "Apocalypse now" (Francis Ford Coppola, 1979)

Grandes escenas - Tema principal de "Cowboy de medianoche"

“Cisne negro” (Darren Aranofsky, 2010)

*****
Título original: Black swan.
País: EEUU.
Duración: 110 min.
Género: Drama, thriller psicológico.
Reparto: Natalie Portman (Nina), Vincent Cassel (Thomas Leroy), Mila Kunis (Lily), Barbara Hershey (Erica), Winona Ryder (Beth).
Guión: Mark Heyman, Andrés Heinz y John McLaughlin; basado en un argumento de Andrés Heinz.
Producción: Mike Medavoy, Arnold W. Messer, Brian Oliver y Scott Franklin.
Música: Clint Mansell.
Fotografía: Matthew Libatique.
Montaje: Andrew Weisblum.
Diseño de producción: Thérèse DePrez.
Vestuario: Amy Westcott.
Distribuidora: Hispano Foxfilm.
Estreno en USA: 3 Diciembre 2010.
Estreno en España: 18 Febrero 2011.
No recomendada para menores de 12 años.


Sí, la verdad es que me lo he tomado con calma para reseñar una de las mejores películas del último año, candidata a 5 óscars entre los que estaba el de mejor película y por la que Natalie Portman ganó el premio a mejor actriz.

En pleno estado de gracia tras conquistarnos a muchos con su fantástica “El luchador”, Darren Aranofsky redondeó su trayectoria previa con esta película que pasará a la historia por la actuación de Natalie Portman y en la que, de alguna forma hizo confluir sus logros fílmicos tanto en el drama (véase la mencionada “El luchador”) como en la exploración psicológica de personajes (véase la no menos excelente aunque difícil de digerir “Réquiem por un sueño”).

“Cisne negro” es lo que parece pero también resulta sorprendente porque no te topas con lo que esperas si sólo te sueltan de qué va sin profundizar en los intríngulis. Hagamos la prueba: os puedo decir a quienes no la hayais visto que trata sobre una bailarina de ballet (Natalie Portman) que ansía conseguir un papel en la representación de “El lago de los cisnes” que organiza un prestigioso director artístico de una compañía de Nueva York (Vicent Cassel). Quienes la hayáis visto os daréis cuenta que así es, pero que sólo he descrito la punta del iceberg y es que el argumento tal cual sólo es eso, la punta de un gigantesco iceberg con el que Aranofsky explora los claroscuros de un personaje con luces y sombras.






















Particularmente esta película me pareció magnífica, te atrapa, te zarandea, te noquea y te abruma y convierte un drama en una auténtica pesadilla. Alerta quien la quiera ver porque seguramente termine descuadrando y porque seguramente no se esperan los excesos tanto estilísticos como argumentales con los que Aranofsky transforma la narración. El director usa todo tipo de recursos a su alcance (cámara, iluminación, puesta en escena, montaje, interpretaciones e incluso decoración) para desconcertarnos y llevarnos a su terreno, que consiste esencialmente en la exploración fílmica de una obsesión enfermiza.

Seguramente la mejor forma de ver “Cisne negro” es sin información previa, dispuesto a dejarse llevar, que pienso que es la manera en la que el impacto anímico es mayor pero lo que probablemente más me gustó de la película es que aún con algo de información a priori terminas KO a posteriori. Verla es en cierto modo una experiencia traumática, pero también fascinante. Literalmente penetras en el interior del personaje de Natalie Portman (Nina Sayers) y acabas compartiendo sus fantasmas, sus anhelos y sus deseos más que verlos en cabeza ajena y desde luego el resultado es más terrorífico que dramático.

Aranofsky demuestra toda su valía tras la cámara porque nos maneja a su antojo provocándonos distintas sensaciones que son un camino hacia el conocimiento. En el fondo la película es una exploración del interior del Nina, de su luz y de su oscuridad, de su parte positiva y de su parte negativa, de su cisne blanco y su cisne negro y en ese juego Aranofsky está representando también el propio “Lago de los cisnes”.

La actuación de Natalie Portman es por supuesto sobresaliente y pocas veces ha habido más justicia en la concesión de un óscar (por cierto el doblaje es magnífico, pero la versión original espectacular), pero sería injusto no destacar también a Vicent Cassel y sobretodo a Barbara Hershey y Mila Kunis (por mucho que su relación con Macaulay Culkin y la declaración que le hizo un marine hayan sido los motivos por los que más se ha hablado de ella). En mi opinión el reparto trabaja al completo a un altísimo nivel.




















Aclarado en las líneas anteriores que sólo se parece a clásicos del cine sobre ballet como “Paso decisivo” o “Las zapatillas rojas” en el tema central yo diría que esta película se acerca más bien a otras como “Eva al desnudo”, “Repulsión”, “El inquilino” o el anime “Perfect blue” (Aranofsky reconoce la influencia de las dos películas de Polanski en concreto) pero barnizada por un toque de thriller psicológico que sólo podía conseguir Aranofsky, un amante de los excesos con la cámara y la puesta en escena, que en más de un momento pueden producir un notable agobio en función de la sensibilidad del espectador. En concreto la historia parece perder “suelo” de pronto en su tramo final y se tambalea en una suerte de loca ensoñación que torna en pesadilla (¡¡¡malditos dibujos!!!) y que hace que todo a partir de ese momento resulte de digestión difícil. Seguramente ahí reside su magia y también da razones a detractores para argumentar todo lo contrario y también los hay porque es una película que no deja indiferente porque o fascina o se la tacha de plato de mal gusto.

Tan importantes como las actuaciones son la posición de la cámara, la intensidad de la iluminación, los juegos de luces y sombras, el montaje, el contraste entre lo que parece y lo que es...Una puesta de escena muy estudiada en suma que habla muy bien de todo el equipo técnico y mucho mejor si cabe de Aranofsky.

Y desde luego la película es la inmersión en el interior de un personaje, pero también la materialización del propio “Lago de los cisnes” y la exploración del blanco y el negro, de las luces y las sombras, del bien y el mal que reside realmente en todos nosotros.

Recomiendo verla a toda costa, pero que conste que en la videoteca nunca ocupará las estanterías del drama sino del thriller psicológico y que hay que tener un poco de estómago ¡¡¡Cuidado con esto!!!! Y ya he dicho mucho, hubiera sido mejor toparse con el “pastel” de sopetón, aunque tampoco es recomendable si se es especialmente impresionable.



MIS ESCENAS FAVORITAS ¡¡¡¡¡¡CUIDADO, CONTIENE SPOILERS!!!!!!

- Las primeras escenas en las que Nina se enfrenta a la prueba primero y a su madre después.
- Nina quedándose sola a ensayar.
- El enfrentamiento de Nina con su madre cuando vuelve a casa después de una noche de diversión.
- Casi todas las escenas de Barbara Hershey (Erica Sayers) con su hija, pero sobretodo aquella que le corta las uñas.
- Nina masturbándose sola en su habitación (una de las escenas criticadas por “excesivas” pero que resulta especialmente reveladora).
- La paranoia expresada de mil formas de manera visual con los cuadros, con espejos que no devuelven la imagen real, con imágenes intercaladas en el montaje, con sombras....
- La escena final en la que Nina se transforma literalmente en el cisne negro.