Un claro ejemplo de cómo el Hollywood clásico convertía un argumento criminal relativamente simple sobre el deseo obsesivo en una película sugerente gracias a la atmósfera, al hipnótico blanco y negro y a unos actores en estado de gracia (no solo Bogart, Sydney Greenstreet también). No obstante lo simple no siempre están tan bien desarrollado. La película tiene algunas escenas de Bogart con sombrero y gabardina saliendo de entre la niebla en la noche que se han convertido en icónicas con el paso del tiempo.
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