No le recuerdo a Gracia Querejeta una película desenfadada, tontorrona e intrascendente y menos una comedia negra como ésta y, aunque se aplaude el intento, en el cambio de registro lo que le funciona mejor es el desparpajo de los actores, gracias a un reparto con muchos quilates encabezado por una Maribel Verdú que hace bien cualquier papel que le des; pero pienso que no acaba de funcionar porque en mi opinión no consigue lo que pretende y recurre demasiado a situaciones histriónicas. De todos modos hacen falta más comedias de enredo en un cine español que es muy capaz de bordar el género.