domingo, 11 de septiembre de 2011

“Super 8” (J. J. Abrams, 2011)

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Dirección y guion: J.J. Abrams.
País: EEUU.
Duración: 114 min.
Género: Ciencia-ficción.
Reparto: Joel Courtney (Joe Lamb), Kyle Chandler (Jack), Amanda Michalka (Jen), Elle Fanning (Alice), Gabriel Basso (Martin), Ron Eldard (Louis), Noah Emmerich (Nelec), Riley Griffiths (Charles), Zach Mills (Preston), Ryan Lee (Cary).
Producción: J.J. Abrams, Steven Spielberg y Bryan Burk.
Música: Michael Giacchino.
Fotografía: Larry Fong.
Montaje: Maryann Brandon y Mary Jo Markey.
Diseño de producción: Martin Whist.
Vestuario: Ha Nguyen.
Distribuidora: Paramount Pictures Spain.
Estreno en USA: 10 Junio 2011.
Estreno en España: 19 Agosto 2011.
No recomendada para menores de 7 años.


Si tuviéramos que elegir la película del verano 2011 teniendo en cuenta la trayectoria comercial y lo que se ha hablado de ella, sin duda esa película sería “Super 8”, superando “El origen del planeta de los simios”, “Midnight in Paris”, la conclusión de la saga de Harry Potter o “La boda de mi mejor amiga”.

Aunque en general ha gustado y ha dejado contentos a quienes hemos ido a verla, unos terminamos más rendidos que otros y es posible que todo tenga que ver con una simple cuestión generacional o nostálgica. Pienso que bien trabajada está, quizás lo que convence más o menos es su argumento y lo que te rinde o no es su capacidad para conmover y para llevarte de vuelta al tu propio pasado.























El director y guionista J. J. Abrams, responsable de la acertada última versión de “Star Trek” y también de un puñado de éxitos televisivos entre los que se encuentran “Alias”, “Perdidos” y la muy recomendable y en emisión “Fringe”, ha querido con esta película rendir un homenaje a aquellos que rodaron y vieron ciertas películas en los 80’s y para ello ha contado ni más ni menos que con Steven Spielberg como socio en la producción. Juntos han hecho posible una ambientación y una puesta en escena que tiene mucho de aquellos clásicos infantiles y juveniles de los 80’s tanto en lo estilístico como en lo argumental (es inevitable viendo “Super 8” recordar “Los Goonies”, “Cuenta conmigo”, “Encuentros en la tercera fase” o “ET”) por lo que para muchos la experiencia es casi una vuelta al pasado.

Tiene no obstante “Super 8” algo de homenaje y de toque nostálgico, pero no renuncia al superespectáculo audiovisual casi necesario hoy en día en cualquier película de aventuras y/o acción y por ello, más o menos a mitad de película, no renuncia ya a nada y se lanza a una pirotecnia que para algunos será excesiva y para otros resulta necesaria. Es curioso comprobar que los defensores de una y otra forma de hacer este tipo de cine son casi en su mayoría representantes de dos generaciones distintas.













El tratamiento pausado, centrado en los personajes y sus diálogos o en su entorno (la pequeña población en la que viven en este caso), el tono de intriga, el suspense creciente son más valorados por aquellos para los que esta película supone la recuperación de paraísos ya perdidos. En cambio, el ritmo acelerado, la acción, el desenfreno audiovisual en el que casi todo es posible es en cambio mejor valorado para aquellos que nacieron al borde del cambio de siglo. En realidad “Super 8” fusiona dos formas de entender el cine, dos sensibilidades, dos épocas y lo hace tratando de utilizar a los personajes como columna vertebral de un relato en el que lo importante no es realmente la acción sino la interrelación entre los protagonistas y hablo tanto de los niños como de sus padres.

“Super 8” pienso que tiene esencialmente dos grandísimas virtudes: lo bien rodada que está con una puesta en escena vistosa y espectacular (efectivos y grandiosos casi todos los movimientos y posiciones de la cámara) y el absoluto respeto que muestra por todos y cada uno de los personajes, que están desarrollados con esmero y sensibilidad para que nos impacte al máximo lo que les ocurre. Los protagonistas son un grupo de chavales pero la historia podríamos decir que pivota sobre tres de ellos: Joe (magnífico acierto de casting por la expresividad que el chaval demuestra ante la cámara), Alice (una Elle Fanning que consigue eso tan mágico que consiste en que su personaje te vaya cayendo mejor conforme avanza la película) y Charles (haciendo de un director que muy bien podría ser el propio Spielberg, cosa que hace pensar por ejemplo lo parecida que es la escena de su casa con las que rodaba éste).























El argumento sigue las andanzas del grupo de chicos haciendo una película de super 8 sobre zombies (brillante contrapunto cómico a la trama principal y cuyo acabado puede verse en los títulos de crédito para goce de los que nos gusta quedarnos hasta que sale la última letra) pero este no es sino el punto de partida porque sucede algo más grave, que es el giro a partir del cual cambian los acontecimientos. Ese giro es el que le da “salsa” a la película y sobre él no se puede hablar, primero porque es mejor acudir al cine sin saber nada de él y segundo porque los que no hayan visto “Super 8” querrían someterme a todo tipo de torturas si lo dijera. Sólo voy a avanzar que me parece todo mucho más interesante cuando sólo se intuye, quizás porque lo sugerido siempre me ha resultado mucho más apasionante que lo explícito.

Desde luego esta es una película que hay que ver en pantalla grande. En fin, sí, todas están hechas para ser vistas de ese modo, pero me refiero a que un visionado en televisión, sin las excelencias de imagen y sonido de un cine le va a quitar puntos a la impresión final casi con toda seguridad aunque particularmente adelanto que todo eso que han urdido para dar espectacularidad a la historia casi por mí se lo podrían haber ahorrado porque creo que es precisamente lo que resiente en cierto modo la credibilidad de muchos momentos (véase la escena del tren, que es abrumadora, sí, pero también excesiva o aquella en la que los chavales corretean bombardeados por el pueblo ¿era absolutamente imprescindible incluir esa escena en el montaje final?).

En definitiva, puede “no ser para tanto” como dicen muchos y puede que vaya siendo peor conforme avanza su metraje, aunque los apasionados con “Super 8” me consta que no la defendemos como la última obra maestra del cine; pero para muchos de nosotros sí es una película con alma, con personajes que se nos hacen más próximos que los de otros títulos en teoría importantes, con una historia que nos devuelve a otros tiempos que quizás fueron mejores, con una ambientación que nos pone nostálgicos y es un homenaje de cine dentro del cine a aquellos que nos enseñaron a amar esto de ver películas que será algo poco importante, pero en lo que ¡!!!anda que no invertimos tiempo!!!! Puede gustar más o menos, pero me parece que es una película hecha con las vísceras, con ilusión y amor a lo que se está haciendo, que pretende y que consigue conectar con el público. No se hacen tantas películas de éstas en la actualidad, así que para una que hacen ¡¡¡chapeu!!! por Abrams y Spielberg y que cunda el ejemplo.



MIS ESCENAS FAVORITAS ¡¡¡¡CUIDADO, CONTIENE SPOILERS!!!

- El comienzo: con un simple cambio en el cartel de accidentes de una empresa y la escena siguiente de Joe triste, sentado en un columpio, sabemos qué ha ocurrido sin que nadie nos lo tenga que explicar.
- La escena del accidente de tren antes de que este ocurra por muchas cosas, pero esencialmente por lo maravillosamente trabajada que está la puesta en escena (todo lo que es el accidente en sí no me parece tan grandioso aunque haga tanto ruido y sea tan espectacular).
- La escena del ataque a la gasolinera es escalofriante y eso que no se llega a ver nada, una brillante muestra de cómo manejar el suspense y el terror.
- Hay varias escenas de los chavales hablando entre ellos que son magníficas tanto por los diálogos como por la expresividad que demuestran (en especial Joel Courtney, que transmite muchísimas cosas sin apenas gestos) y lo a flor de piel que quedan todos los sentimientos con simples miradas.
- Magnífico el suspense en la primera parte de película, pero sobretodo con todas y cada una de las escenas en las que aparecen esas extrañas formas que al final cobran significado.
- La última escena recuerda a alguna otra película (no digo cuál), es previsible, incluso facilona, pero el caso es que funciona, que concluye bien la historia y que te deja con los congojos en la garganta.