Luis García Berlanga murió el pasado día 13 en Madrid a la edad de 89 años, tras un vida dedicada al cine y una filmografía envidiable que le ha convertido en uno de los mejores directores españoles de todos los tiempos.
Tras su paso por el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas de Madrid y tres cortometrajes rodó junto a Juan Antonio Bardem su primera película, “Esa pareja feliz”, en 1951 en cierto modo una parodia del cine de “cartón piedra” que se estilaba por entonces y a continuación comenzó su carrera en solitario tras las cámaras con un título emblemático del cine español, “Bienvenido Mr. Marshall”, considerada una de las mejores comedias que se han hecho en este país y que revela ya las características que definen su cine.
En la renovación de los años 50 y 60 Berlanga y Bardem son los nombres clave puesto que sus películas españolizan las tendencias realistas que vive el cine europeo y aportan una nueva sensibilidad fílmica a parte de que son bien recibidas en festivales internacionales, como ocurrió con “Bienvenido Mr. Marshall”, que fue muy alabada en Cannes y se convirtió en una de las primeras películas españolas en conquistar los mercados internacionales.
El resto de su filmografía es extraordinario gracias a títulos que son ya clásicos hispanos de visión obligatoria como “Calabuch”, “Los jueves milagro”, “Plácido”, “El verdugo”, “Tamaño natural”, “La escopeta nacional” o “La vaquilla” (Y las cito porque son mis favoritas).
El cine de Berlanga se caracteriza por la facilidad para recrear microcosmos sociales típicamente hispanos en los que a través del humor, la caricatura y un punto de vista mordaz con las instituciones pero casi siempre compasivo con los personajes se critica las miserias de nuestra sociedad. Gracias precisamente al humor y la ironía, Berlanga sorteó las dificultades que le puso la censura franquista y supo hacer visibles muchos de los males de la idiosincrasia española sin resultar molesto en exceso, cosa que se nota en películas como “Plácido”, aunque con “El verdugo” la conveniencia de su cine se puso en duda y no trabajó con plena libertad ya hasta la muerte de Franco en 1975. Más tarde siguió con su espíritu crítico con obras como “La escopeta nacional” o “Todos a la cárcel” que ponen en solfa actitudes de regímenes políticos completamente opuestos demostrando que su cine no era de un signo político sino más bien de un bando ético y moral.
Esencialmente la fuerza del cine de Berlanga radica en su capacidad para hablar de asuntos que son serios, pero que están siempre tamizados por un punzante sentido del humor, casi siempre mordaz y satírico. Los personajes que pululan por sus películas conmueven y te hacen reír, pero a la vez son un muestrario de los males sociales y a través de ellos es posible reconocer incluso momentos concretos de la sociedad española con sus vergüenzas al aire.
Ver una película de Berlanga no deja indiferente y crea en ti como espectador la sensación de que director y guionista te toman por alguien inteligente, capaz de ver más allá de la sorna que tienen sus argumentos. Esa sensación se incrementa cuando entra en escena Rafael Azcona como guionista de sus películas ya que la ternura que emana de los argumentos de sus primeros títulos se transforma en un humor negro que en el fondo es despiadado. Así sucede para al que muchos es su mejor película, “El verdugo”, un alegato contra la pena de muerte que filmó en plena época franquista y que la censura quiso enmascarar sin conseguirlo.
A nivel estilístico Berlanga utiliza admirablemente el plano secuencia, cosa que destaca en los títulos que hizo tras la etapa franquista, casi todo ellos comedias corales de crítica costumbrista muy divertidas como la trilogía de la escopeta nacional, “La vaquilla” o “Todos a la cárcel”, por la que ganó un buen puñado de Goyas (no me parece su mejor película, pero supuso el particular homenaje de la Academia española a uno de sus mejores creadores).
Y antes de repasar su obra, comentar a modo de curiosidad que su “marca de la casa” es que en sus películas siempre hay un personaje que cita al imperio austrohúngaro.
Berlanga, descansa en paz y gracias por tu cine.
Tras su paso por el Instituto de Investigaciones y Experiencias Cinematográficas de Madrid y tres cortometrajes rodó junto a Juan Antonio Bardem su primera película, “Esa pareja feliz”, en 1951 en cierto modo una parodia del cine de “cartón piedra” que se estilaba por entonces y a continuación comenzó su carrera en solitario tras las cámaras con un título emblemático del cine español, “Bienvenido Mr. Marshall”, considerada una de las mejores comedias que se han hecho en este país y que revela ya las características que definen su cine.
En la renovación de los años 50 y 60 Berlanga y Bardem son los nombres clave puesto que sus películas españolizan las tendencias realistas que vive el cine europeo y aportan una nueva sensibilidad fílmica a parte de que son bien recibidas en festivales internacionales, como ocurrió con “Bienvenido Mr. Marshall”, que fue muy alabada en Cannes y se convirtió en una de las primeras películas españolas en conquistar los mercados internacionales.
El resto de su filmografía es extraordinario gracias a títulos que son ya clásicos hispanos de visión obligatoria como “Calabuch”, “Los jueves milagro”, “Plácido”, “El verdugo”, “Tamaño natural”, “La escopeta nacional” o “La vaquilla” (Y las cito porque son mis favoritas).
El cine de Berlanga se caracteriza por la facilidad para recrear microcosmos sociales típicamente hispanos en los que a través del humor, la caricatura y un punto de vista mordaz con las instituciones pero casi siempre compasivo con los personajes se critica las miserias de nuestra sociedad. Gracias precisamente al humor y la ironía, Berlanga sorteó las dificultades que le puso la censura franquista y supo hacer visibles muchos de los males de la idiosincrasia española sin resultar molesto en exceso, cosa que se nota en películas como “Plácido”, aunque con “El verdugo” la conveniencia de su cine se puso en duda y no trabajó con plena libertad ya hasta la muerte de Franco en 1975. Más tarde siguió con su espíritu crítico con obras como “La escopeta nacional” o “Todos a la cárcel” que ponen en solfa actitudes de regímenes políticos completamente opuestos demostrando que su cine no era de un signo político sino más bien de un bando ético y moral.
Esencialmente la fuerza del cine de Berlanga radica en su capacidad para hablar de asuntos que son serios, pero que están siempre tamizados por un punzante sentido del humor, casi siempre mordaz y satírico. Los personajes que pululan por sus películas conmueven y te hacen reír, pero a la vez son un muestrario de los males sociales y a través de ellos es posible reconocer incluso momentos concretos de la sociedad española con sus vergüenzas al aire.
Ver una película de Berlanga no deja indiferente y crea en ti como espectador la sensación de que director y guionista te toman por alguien inteligente, capaz de ver más allá de la sorna que tienen sus argumentos. Esa sensación se incrementa cuando entra en escena Rafael Azcona como guionista de sus películas ya que la ternura que emana de los argumentos de sus primeros títulos se transforma en un humor negro que en el fondo es despiadado. Así sucede para al que muchos es su mejor película, “El verdugo”, un alegato contra la pena de muerte que filmó en plena época franquista y que la censura quiso enmascarar sin conseguirlo.
A nivel estilístico Berlanga utiliza admirablemente el plano secuencia, cosa que destaca en los títulos que hizo tras la etapa franquista, casi todo ellos comedias corales de crítica costumbrista muy divertidas como la trilogía de la escopeta nacional, “La vaquilla” o “Todos a la cárcel”, por la que ganó un buen puñado de Goyas (no me parece su mejor película, pero supuso el particular homenaje de la Academia española a uno de sus mejores creadores).
Y antes de repasar su obra, comentar a modo de curiosidad que su “marca de la casa” es que en sus películas siempre hay un personaje que cita al imperio austrohúngaro.
Berlanga, descansa en paz y gracias por tu cine.
Cortometrajes
- Tres cantos (1948).
- Paseo por una guerra antigua (1948) (codirigido con Juan Antonio Bardem, Florentino Soria y Agustín Navarro).
- El circo (1949).
- Se vende un tranvía (1959). Cortometraje para TV
- El sueño de la maestra (2002). Cortometraje.
Largometrajes
- Esa pareja feliz (1951). Codirigida con Juan Antonio Bardem.
- Bienvenido, Mister Marshall (1953) *****
- Novio a la vista (1954)
- Calabuch (1956) ****
- Los jueves, milagro (1957) ****
- Plácido (1961) *****
- Las cuatro verdades ("Les quatre vérités", 1963), episodio La muerte y el leñador.
- El verdugo (1963) *****
- Las pirañas (La boutique, 1967). Coproducida con Argentina.
- ¡Vivan los novios! (1969).
- Tamaño natural ("Grandeur nature", 1974) ****
- La escopeta nacional (1977) ***
- Patrimonio nacional (1981).
- Nacional III (1982).
- La vaquilla (1985) ****
- Moros y cristianos (1987).
- Todos a la cárcel (1993) ***
- París Tombuctú (1999) ***
TV
- Blasco Ibáñez, la novela de su vida (para televisión, 1997).
- Villarriba y Villabajo (1994) Fue el creador de la serie