miércoles, 10 de abril de 2013

“Oz, un mundo de fantasía” (Sam Raimi, 2013)

Han pasado ya unos días para rumiarla y no tengo muy claro todavía si me resultó entretenida o sosa, quizás las dos cosas ¿Cómo puede ser eso? Pues lo es, te entretiene, pero te deja un poco indiferente sobretodo si viste la película de Judy Garland y sabes que teje su argumento para acabar dando pie al comienzo de aquella.

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Película en 3D.
Título original: Oz: The great and powerful.
País: EEUU.
Duración: 130 min.
Género: Fantástico, aventuras.
Reparto: James Franco (Oscar Diggs “Oz”), Mila Kunis (Theodora), Michelle Williams (Annie / Glinda), Rachel Weisz (Evanora), Zach Braff (Frank / voz de Finley el mono), Abigail Spencer (May), Joey King (niña en silla de ruedas / voz de la niña de porcelana), Tony Cox (Knuck).
Guión: Mitchell Kapner y David Lindsay-Abaire; basado en la novela de L. Frank Baum.
Producción: K.C. Hodenfield y Joe Roth.
Música: Danny Elfman.
Fotografía: Peter Deming.
Montaje: Bob Murawski.
Diseño de producción: Robert Stromberg.
Vestuario: Gary Jones.
Distribuidora: The Walt Disney Company Spain.
Estreno en USA: 8 Marzo 2013.
Estreno en España: 8 Marzo 2013.
Calificación por edades: No recomendada para menores de 7 años.

Recomendada para peques apasionados con el 3D acompañados de esos padres y familiares nostálgicos que aún recuerdan “El mago de Oz” (Víctor Fleming, 1939) como una de las películas más entrañables de su infancia.


Nos la están vendiendo como uno de los mejores 3D’s de nueva generación hasta la fecha y, aunque no puedo confirmarlo porque no la vi en ese formato, sí hay que decir que es precisamente su poderío visual la gran baza de esta precuela de “El mago de Oz” que se ha sacado de la chistera ese gran ilusionista del cine que es Sam Raimi siguiendo claramente los pasos de Tim Burton tras su particular “Alicia”.


Estas dos películas que comento tienen un clarísimo parentesco en eso que consiste en crear sofisticados y coloridos mundos virtuales en los que ver cualquier cosa que podamos imaginar entra dentro de lo posible y también son parientes de género cinematográfico y narrativo, la fantasía, que goza en estos momentos de las simpatías de las grandes productoras porque lleva mucha gente a las salas.

Siendo producción de Disney encontramos en la película detalles de producción muy cuidados, decorados y efectos que no escatiman gastos, un fondo musical de lujo e imprescindible para este tipo de películas (Danny Elfman) y una dirección  eficiente visualmente (la de Raimi, véanse los “Spiderman”, “Darkman” o “Posesión infernal”). Lo que no tengo claro es que el público salga contento porque quienes vayan a verla lo harán atraídos por lo que cuenta, pero lo que cuenta es bastante simplón y encima se sabe más o menos en qué queda.....eso claro, si no eres un tierno infante que no sabe nada sobre “El Mago de Oz” en cuyo caso sí se percibirá todo como nuevo y exótico.


¿De qué va? El protagonista es Oz (James Franco en su versión más pícara queriendo imitar en cierto modo el estilo interpretativo del Johhny Depp más lúdico) un mago salido de un carromato de feria que huyendo del mismo mundo que lo hacía Dorothy en la película de Víctor Fleming (también en blanco y negro), termina llegando con un globo hasta el mundo al que hace referencia el título (ya en color). Todo lo que viene después nos cuenta lo que se supone que pasó en Oz y al mago años antes de que apareciera Dorothy.

La película arranca relativamente bien, ya los créditos son prometedores y el tramo inicial mantiene el tipo, pero después la cosa va perdiendo fuelle ya sea porque el desarrollo no logra interés suficiente, porque el despliegue de personajes secundarios diluye la intensidad del relato o por un problema grave de casting (particularmente no me convencen nada ni Mila Kunis, ni Michelle Williams y mucho menos Rachel Weisz ¡¡¡Dios, nunca pensé que llegaría a decir esto!!! que parece desubicada por completo en su personaje).....la mejor actuación puede que sea la de la muñeca de porcelana, al menos es la más emotiva, la que más nos llega.

Como espectador asistes a los hechos con un cierto interés, pero también con creciente desgana porque realmente la historia carece de verdadera emoción hasta casi el final cuando se revelan los trucos de Oz. Una pena porque la película no logra desplegar esa magia que poseía la película del 1939  ¡¡¡Ya ha llovido!!! pese a contar con muchos más medios para noquearnos visualmente y porque se echa de menos esa emoción que sí le supieron dar Judy Garland, el hombre de hojalata, el león cobarde y ese inolvidable hombre de paja (genial Ray Bolger).

Si a eso sumamos que en esta ocasión la acción tampoco está a la altura de los números musicales que filmó Víctor Fleming....en términos de comparación, sigue ganando el clásico y por goleada, pero buen intento...si sirve para que los chavales vean la película original se da todo por bueno.