jueves, 29 de octubre de 2015

“Marte: The Martian” (Ridley Scott, 2015)


Una aventura de supervivencia muy bien narrada, en la que se me pasan las dos horas y media en un suspiro, que me apabulla visualmente, que me la creo pese a todo y me emociona, con la que sonrío porque hasta en el drama más angustioso hay cabida para el sentido del humor y la música disco jaja y que me deja plenamente satisfecho a la salida del cine porque, en efecto, en algún momento todo puede irse al garete, pero luchando por sobrevivir uno crece. ¡Me encantan Damon y Chastain!

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Película en 2D y 3D: Marte (The Martian).
País: USA.
Duración: 144 min.
Género: Ciencia-ficción.
Reparto: Matt Damon (Mark Watney), Jessica Chastain (Melissa Lewis), Kristen Wiig (Annie Montrose), Jeff Daniels (Teddy Sanders), Michael Peña (Rick Martinez), Kate Mara (Beth Johanssen), Sean Bean (Mitch Henderson), Sebastian Stan (Chris Beck ) Aksel Hennie, Donald Glover, Mackenzie Davis, Chiwetel Ejiofor (Vincent Kapoor).
Guión: Drew Goddard; basado en la novela de Andy Weir.
Estreno en España: 16 Octubre 2015.
Calificación por edades: No recomendada para menores de 7 años.




Recomendada para quienes disfruten con aventuras al límite, ésta en el espacio, con el protagonista a meses de distancia la ayuda más cercana y para quienes necesiten un empujón metafórico porque a todos algún día se nos "va todo al carajo".


 

Nadie a día de hoy puede dudar que Ridley Scott es uno de los grandes directores de nuestro tiempo (basta con repasar su filmografía para ver que está repleta de grandes títulos), pero sus estrenos no son garantía de que la película vaya a gustarte. Todas tienen una factura envidiable porque rueda con grandes equipos y todo está muy cuidado (hablo de fotografía, encuadre, puesta en escena, ambientación, etc), pero los guiones no siempre son buenos o no siempre entretienen; así que cuando vas a ver una película de Ridley Scott siempre queda el resquemor inicial de que no sea de “las buenas”.

De ésta en concreto se está hablando bastante bien y parece que la gente sale contenta de los cines. Por ese lado, se puede estar más o menos seguro de que uno no se va a arrepentir del pago de la entrada en taquilla. Y hablo de esto porque estoy convencido de que “Marte: The martian” (qué poco me gusta este título) ha de verse en pantalla grande para sacarle todo su jugo. Para mi gusto si no forma parte de los tres mejores títulos de Scott es porque “Alien”, “Blade runner” y “Gladiator” son prácticamente imbatibles y porque, buscándole alguna pega, quizás podría haber sido un pelín más intensa (aunque para ello debería perder algunas cosas que también juzgo más adelante en la reseña como virtudes).

El género de “aventuras espaciales” ha experimentado un importante auge con estrenos recientes como las magníficas “Gravity” o “Interestellar” y casi todo el mundo ha visto o debería ver “2001, una odisea del espacio”, “Alien” y sus continuaciones, “Moon”, “Oblivion”, “Misión a Marte”, “Apolo 13” o “Planeta rojo”. En esta ocasión lo que propone Scott es una aventura al límite, un pulso de supervivencia planteando un drama personal alejado del fantástico y que tiene en su verosimilitud su mejor baza para enganchar emotivamente al público. Para los que os guste descomponer película a partir de títulos previos yo diría que es una mezcla de “Apolo 13” + ”Interestellar” + ”Náufrago” + ”Gravity” con un más que evidente respeto visual por “2001”.


Lo que más me gustó, no obstante, fue el tratamiento de los personajes desde el guión. Para empezar decir que es una película coral a pesar de que el protagonista sea Matt  Damon y sobre él recaiga nuestra atención de inicio a fin, que Ridley Scott maneja admirablemente el fluir de personajes en la narración y que a todos ellos les dota de una entidad y una importancia capital en el devenir de los acontecimientos. Podríamos decir que este es un ejemplo magnífico de cómo conseguir que un argumento crezca gracias a sus personajes, a cómo participan en el desarrollo, a cómo interactúan y se implican en la resolución del problema (en ese sentido es inevitable recordar “Apolo 13”).

La película no deja de ser en ningún momento una aventura muy bien contada (no se pueden explicar mejor las cosas que como lo hace Scott en esta ocasión), pero de pronto se produce un giro y se pone seria y dramática, se respira tensión en las conversaciones y en los silencios y es entonces cuando el personaje de Damon (Mark Watney) se nos gana por completo como hacía el de Tom Hanks en “Náufrago”. Ante la adversidad, Mark lucha con decisión, con un espíritu incansable, con una dedicación intensa y, lo más importante, no pierde nunca el sentido del humor (geniales varias escenas en las que bromea por ejemplo con la música disco que le han dejado, nunca han sonado mejor “Rock the boat” o “Hot stuff”). Con esas escenas o las que habla con Rick Martínez, como espectador estás definitivamente atrapado y eso hace que la película sea más intensa, más emocionante y más cercana.

Otro aspecto que humaniza la película y le aporta un plus es cómo se presentan y desarrollan las interacciones de los personajes. Lejos de los tipos obtusos y poco reflexivos que pueblan otras películas (los típicos y tópicos “malos”) para darle dramatismo a los argumentos, aquí no hay buenos ni malos, sino personas tomando decisiones. Las dificultades del protagonista no surgen porque alguien le quiera hacer la vida imposible, surgen porque los protocolos exigen una actuación concreta que le perjudica, porque la información disponible desaconseja otra forma de actuar o por simple mala suerte. Me fascinaron todas las conversaciones en la NASA buscando una posible solución, me fascinaron los diálogos entre los personajes y me encantó del guión cómo unos y otros a años de distancia plantean una forma de salir del embrollo dentro de sus propias lógicas. Pero sobretodo, hay un detalle, que de pronto me encantó como ese que he dicho del uso del humor....La NASA maneja datos, cifras, cálculos complejos y un equipo humano dispuesto a dejarse horas para salvar a su astronauta, sobretodo hay mucho empeño, mucho trabajo, mucha dedicación, mucha minuciosidad y profesionalidad....y en ese microcosmos de gente preparadísima irrumpe de pronto el talento de un tipo descuidado, cuya habitación está hecha un asco, que escupe a su basura y descubre al cogerla que todo se ha ido al suelo porque es una basura de agujeros (de nuevo el humor). Joer, sabes desde ese mismo momento que este tipo va a dar con la solución, porque el talento no tiene nada que ver con la apariencia o las formas. También es puro tópico, pero no por eso menos real y que sea así te engancha al argumento y humaniza el drama.

Pienso que eso es lo mejor de esta aventura, que a parte de entretenerte como pocas (chico, a mi se me pasaron las dos horas y veinte en un suspiro), te atrapa irremediablemente gracias a buenas decisiones en la confección del guión que te hacen reír, que te emocionan y que te hacen conectar con todos y cada uno de los personajes. Ni que decir tiene que Matt Damon y Jessica Chastain son geniales en eso tan díficil y poco valorado que es que empatices con ellos. Como además, visualmente es magnífica, la música de Harry Gregson-Williams y el soundtrack te envuelven por completo y está magníficamente contada, sales del cine encantado o al menos a mí me pasó.