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Doug Liman nos cuenta la historia de un traficante real, un tipo que contactó con los carteles de droga de Sudamérica, la CIA y la DEA y se hizo tan rico que tenía problemas para guardar el dinero que ganaba. La película va al grano sin complejos acudiendo siempre a lo más atractivo para el espectador sin perder demasiado tiempo en presentaciones, tiene un montaje adrenalítico y está confeccionada para no aburrir ciñéndose en todo momento a lo anecdótico con un tono sarcástico e irónico y por tanto entretiene; pero se hecha de menos suspense y drama. La sensación final es que has visto un divertimento intrascendente con Tom Cruise haciendo de Barry Seal, más que un biopic de Barry seal interpretado por Tom Cruise, sutil diferencia, pero definitoria.
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