Tercer y último capítulo de la primera temporada de la serie, esta vez conjeturando sobre un futuro en el que todos llevan tras la oreja un "grano" que les permite revisar sus recuerdos. Eso hace que un joven abogado con problemas en su matrimonio se obsesione repasando situaciones vividas tanto por él como por su mujer. El capítulo es intenso psicológicamente pues asistimos al proceso con el que el protagonista entra en una espiral de inseguridades y neuras que terminan afectándole profundamente. Un claro ejemplo de cómo la tecnología mal utilizada puede condicionar y arruinar nuestras vidas, idea que maneja la serie a lo largo de todos sus capítulos pero que se observa de manera muy explícita en esta ocasión ya que el continuo repaso de lo vivido se convierte en algo enfermizo y contraproducente.