De entrada resulta difícil empatizar con una princesa aficionada la bebida que se resiste a casarse, con un elfo que prefiere vivir desventuras a ser feliz y con un pequeño diablo al que todo el mundo confunde con un gato, pero el humor negro, a veces negrísimo e incluso truculento obra el milagro y acabas la primera temporada de diez episodios con ganas de más (también porque queda abierta). Ante todo y a parte de su adulto sentido del humor (esta serie no es para niños), Matt Groening se caracteriza en esta nueva propuesta tras "Los Simpsons" y "Futurama" por su capacidad para sorprender a cada momento con un relato imprevisible en el que cada personaje (y hay muchos) va provocando giros inesperados. No obstante esta peculiar visión desmitificadora de la Edad Media no ha contentado a todos y de momento las críticas han sido contradictorias.
Entradas
