Tras el enorme éxito mundial de "El caso Bourne" (1992) la entonces pareja de guapos del momento (Brad Pitt y Angelina Jolie) se unió al director de aquella, Doug Liman, para hacer caja con esta comedia de acción aparatosa y espionaje en la que un matrimonio aburrido por la rutina del día a día de pronto se ve obligado a luchar uno contra otro al pertenecer a organizaciones secretas enfrentadas entre sí. El punto de partida, a priori, no está mal y viene a ser lo que ya hizo Danny de Vito con "La guerra de los Rose" (1989) pero llevado al límite; el problema es que el guión patina de forma estrepitosa porque el humor que se pretende es forzado y tontorrón, el enfrentamiento - atracción funciona porque los dos actores tienen una indudable química (terminaron siendo pareja) pero no porque se presente un juego de equívocos brillante ni situaciones verosímiles y la acción entretiene, pero cuando la ves intuyes rápidamente que había muchas más posibilidades para sacarle muchísimo más jugo a la idea. Por lo que a mí respecta la fórmula termino aburriéndome.