miércoles, 22 de julio de 2020

"Los valientes andan solos" (David Miller, 1962)


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No es de las películas más conocidas de Kirk Douglas pero curiosamente el actor indicaba que era su preferida de entre las que había hecho. Basada en una novela de Edward Abbey adaptada por Dalton Trumbo, fue un proyecto muy personal de Douglas y cuenta el regreso de un cowboy a su pueblo y su intento de rescatar de la cárcel a un amigo al que han encerrado por ayudar a unos mexicanos a cruzar la frontera. Amante de los espacios al aire libre y de la vida nómada, este cowboy es un tipo resuelto y optimista que vive al margen de la sociedad, pero ésta ha cambiado, son los años 50 y está evolucionando rápidamente y alguien como él ya no encaja en un nuevo modelo más familiar y urbano así que ha de luchar contra los que opinan que su osadía está fuera de la ley y el orden. En realidad el asunto es atemporal, no ha perdido vigencia porque el mundo sigue avanzando y sólo es posible tener un lugar en él si te sabes adaptar a las nuevas exigencias. El tono nostálgico por la añoranza de un mundo perdido que tan sólo se insinúa y que el espectador conoce por otras películas del género western y la radiante personalidad del personaje que interpreta Kirk Douglas hacen de esta película un título muy interesante en su visionado y especialmente significativo en su desenlace final que, realmente, da que pensar porque muestra lo implacable que es el tiempo con el pasado. Muy probablemente influyó después a Clint Eastwood en su, también magnífica, "Un mundo perfecto" o en títulos como "Acorralado".