País: USA.
Duración: 123 min.
Género: Biopic, drama.
Interpretación: Sandra Bullock (Leigh Anne Tuohy), Tim McGraw (Sean Tuohy), Quinton Aaron (Michael Oher), Kathy Bates (Sra. Sue), Jae Head (S.J. Tuohy), Lily Collins (Collins Tuohy), Ray McKinnon (Burt Cotton), Kim Dickens (Sra. Boswell), Catherine Dyer (Sra. Smith).
Guión: John Lee Hancock; basado en el libro “The blind side: Evolution of a game” de Michael Lewis.
Producción: Broderick Johnson, Andrew A. Kosove y Gil Netter.
Música: Carter Burwell.
Fotografía: Alar Kivilo.
Montaje: Mark Livolsi.
Diseño de producción: Michael Corenblith.
Vestuario: Daniel Orlandi.
Distribuidora: Warner Bros.
Pictures International España.
Estreno en USA: 20 Noviembre 2009.
Estreno en España: 18 Junio 2010.
Defender una película como “The blind side” es lo que podríamos llamar un acto de suicidio dialéctico a tenor de lo que los críticos piensan de la película y si no sólo hay que abrir los Fotogramas de Junio y Julio-Agosto por la tabla de “La opinión de nuestros críticos” y comprobar qué puesto ocupa en sus preferencias. Seguramente me destrozarían dando mil razones para ello que no podría rebatir porque está claro que se trata de una película facilona, ñoña, sentimentaloide (gracias al cielo no lacrimógeno, eso la hubiera matado) y tremendamente previsible. Dicho esto la puntilla sería decir que la protagoniza, Sandra Bullock, que particularmente me ha resultado auténtico “veneno” casi siempre a la hora de decidir si iba o no a ver una película, pero hete aquí que, contra todo pronóstico, incluso sorprendiéndome a mí mismo, he decidido romper una lanza por ella basándome única y exclusivamente en mi primera impresión (craso error, lo terminaré pagando seguro).
Modulo la cuestión, me ha gustado, pero entendámonos, si le pongo tres estrellas sobre cinco tampoco quiero dar a entender que es una película imprescindible (me permito una vía de escape por lo que pudiera pasar).
La verdad es que el argumento no sé si lo he visto antes pero suena a “ya visto” y eso es algo que se mantiene desde el principio de la película hasta los créditos finales, pero en esta ocasión son otros los méritos que explicaré después. Así a bote pronto he recordado una película que sí me parece mejor, protagonizada por Michelle Pfeiffer con el racismo como telón de fondo y que sí os recomendaría con menos reparo: “Por encima de todo” (Love field, 1993) con la que fue nominada en los óscars a mejor actriz. Sea como fuere lo sorprendente del caso es que se trata de una historia basada en un hecho real, lo cual impacta porque viendo la película uno no deja de pensar que sólo en un cuento de hadas puede haber gente que, como la protagonista, esté tan dispuesta a ayudar a los demás (¿o quizás sentirse bien ayudando a los demás sea más una forma de autosatisfacción que un acto caritativo? Hay un momento puntual en el que “The blind side” lanza abiertamente este debate).
Mike Oher es un chico pobre de 17 años, sin familia y con un futuro incierto, pero unas grandiosas cualidades deportivas. Escolarizado en una escuela cristiana en la que no encaja, Big Mike se convierte en el “bicho raro”, pero la familia Tuohy lo acoge en su casa y su “madre adoptiva”, Leigh Anne, consigue que aproveche todas sus facultades.
Me ha parecido un poco el reverso amable y entrañable de otra película que este año ha arrasado, “Precious”, en la que el fondo argumental es similar aunque mucho más realista, duro y dramático. Sin embargo, aunque aquella sea mejor película, ésta me parece el necesario reducto de un tipo de cine que cada vez se estila menos y que hace unos años abundaba más. “The blind side” es una de esas películas que te hacen pensar que todo es posible, que te empujan hacia delante, que te animan la tarde y te cargan las pilas. Es sentimental y ñoña, sí, pero a veces viene bien ver este tipo de historias emotivas que te hacen sentir mejor. Este año, 2009, sólo recuerdo “Invictus” que poseyera características similares y como no andamos muy sobrados de este tipo de cine uno lo recibe con especial agradecimiento porque se echan de menos aquellas “feel good comedies” que hoy parecen en extinción de Frank Capra y otros clásicos, que te encogían el corazón en un puño al tiempo que te hacían sonreír; la comedia sofisticada de Billy Wilder o los clásicos de Audrey Hepburn y ya más cercanos en el tiempo esos títulos de los 80’s y 90’s que te hacían salir del cine con mejor ánimo del que habías entrado: “Campo de sueños”, “Cowboys de ciudad”, “Pretty woman”, “Los amigos de Peter”, “La boda de mi mejor amigo”, “Mejor...imposible”, “Big”, “Jerry Maguire”, “Cadena perpetua” y tantas otras.
Lo mejor sin duda de “The blind side” es que te anima el día, que no es poco, y eso aún cuando de fondo hay un problema real y existe un poso de tristeza que se vislumbra en algunos momentos y por supuesto, Leigh Anne Tuohy, porque yo diría que más que la oscarizada interpretación de Sandra Bullock, que no lo hace mal, lo que le da fuerza a la película es su personaje, que ilumina por completo la historia y es el que consigue conectar contigo como espectador (en casi todo momento salvo cuando se pone a dar lecciones a los entrenadores, que es cuando te dan ganas de cambiar de canal, con total seguridad el peor tramo de película).
Dicho esto entiendo perfectamente las críticas furibundas de todos aquellos que la ponen a parir por previsible y tontorrona, pero por suerte o por desgracia hay un tipo de cine para cada momento y ésta película ha acertado con el tono idóneo en un momento como el actual en el que no abundan este tipo de películas y en el que el cine “serio” parece optar sólo por los dramas realistas. De acuerdo, no es una película redonda ni mucho menos y como te pille de non y con un mando cerca puedes abandonarla antes de que te enganche; pero en un cine hacía tiempo que no me atrapaban en plan “facilón” y que menos que agradecerlo. La adaptación de la novela en que se basa me parece correcta, la narración también, entretiene y cumple con su objetivo, lo demás poco me importa. Ya sé que no pasará a la historia y que la olvidaremos pronto y que tiene factura de película televisiva de sobremesa (lo cual, admitámoslo, suele ser diana perfecta para nuestras iras) pero algo tiene, aunque sólo sea el defender un tipo de cine que ya no es habitual y desde luego los resultados en taquilla son porque gusta. El taquillazo conseguido es importante aunque luego el público esté dividido entre los que se emocionan más de lo que pensaban que iban a hacerlo y los que se sienten decepcionados ante una película blandengue, que no ofrece mucho más allá de su argumento edulcorado y sentimental. “The blind side” no deja indiferente a nadie, pero está siendo una de las películas más vistas del 2009 (tono sentimental + deporte es una fórmula muy buena).
Modulo la cuestión, me ha gustado, pero entendámonos, si le pongo tres estrellas sobre cinco tampoco quiero dar a entender que es una película imprescindible (me permito una vía de escape por lo que pudiera pasar).
La verdad es que el argumento no sé si lo he visto antes pero suena a “ya visto” y eso es algo que se mantiene desde el principio de la película hasta los créditos finales, pero en esta ocasión son otros los méritos que explicaré después. Así a bote pronto he recordado una película que sí me parece mejor, protagonizada por Michelle Pfeiffer con el racismo como telón de fondo y que sí os recomendaría con menos reparo: “Por encima de todo” (Love field, 1993) con la que fue nominada en los óscars a mejor actriz. Sea como fuere lo sorprendente del caso es que se trata de una historia basada en un hecho real, lo cual impacta porque viendo la película uno no deja de pensar que sólo en un cuento de hadas puede haber gente que, como la protagonista, esté tan dispuesta a ayudar a los demás (¿o quizás sentirse bien ayudando a los demás sea más una forma de autosatisfacción que un acto caritativo? Hay un momento puntual en el que “The blind side” lanza abiertamente este debate).
Mike Oher es un chico pobre de 17 años, sin familia y con un futuro incierto, pero unas grandiosas cualidades deportivas. Escolarizado en una escuela cristiana en la que no encaja, Big Mike se convierte en el “bicho raro”, pero la familia Tuohy lo acoge en su casa y su “madre adoptiva”, Leigh Anne, consigue que aproveche todas sus facultades.
Me ha parecido un poco el reverso amable y entrañable de otra película que este año ha arrasado, “Precious”, en la que el fondo argumental es similar aunque mucho más realista, duro y dramático. Sin embargo, aunque aquella sea mejor película, ésta me parece el necesario reducto de un tipo de cine que cada vez se estila menos y que hace unos años abundaba más. “The blind side” es una de esas películas que te hacen pensar que todo es posible, que te empujan hacia delante, que te animan la tarde y te cargan las pilas. Es sentimental y ñoña, sí, pero a veces viene bien ver este tipo de historias emotivas que te hacen sentir mejor. Este año, 2009, sólo recuerdo “Invictus” que poseyera características similares y como no andamos muy sobrados de este tipo de cine uno lo recibe con especial agradecimiento porque se echan de menos aquellas “feel good comedies” que hoy parecen en extinción de Frank Capra y otros clásicos, que te encogían el corazón en un puño al tiempo que te hacían sonreír; la comedia sofisticada de Billy Wilder o los clásicos de Audrey Hepburn y ya más cercanos en el tiempo esos títulos de los 80’s y 90’s que te hacían salir del cine con mejor ánimo del que habías entrado: “Campo de sueños”, “Cowboys de ciudad”, “Pretty woman”, “Los amigos de Peter”, “La boda de mi mejor amigo”, “Mejor...imposible”, “Big”, “Jerry Maguire”, “Cadena perpetua” y tantas otras.
Lo mejor sin duda de “The blind side” es que te anima el día, que no es poco, y eso aún cuando de fondo hay un problema real y existe un poso de tristeza que se vislumbra en algunos momentos y por supuesto, Leigh Anne Tuohy, porque yo diría que más que la oscarizada interpretación de Sandra Bullock, que no lo hace mal, lo que le da fuerza a la película es su personaje, que ilumina por completo la historia y es el que consigue conectar contigo como espectador (en casi todo momento salvo cuando se pone a dar lecciones a los entrenadores, que es cuando te dan ganas de cambiar de canal, con total seguridad el peor tramo de película).
Dicho esto entiendo perfectamente las críticas furibundas de todos aquellos que la ponen a parir por previsible y tontorrona, pero por suerte o por desgracia hay un tipo de cine para cada momento y ésta película ha acertado con el tono idóneo en un momento como el actual en el que no abundan este tipo de películas y en el que el cine “serio” parece optar sólo por los dramas realistas. De acuerdo, no es una película redonda ni mucho menos y como te pille de non y con un mando cerca puedes abandonarla antes de que te enganche; pero en un cine hacía tiempo que no me atrapaban en plan “facilón” y que menos que agradecerlo. La adaptación de la novela en que se basa me parece correcta, la narración también, entretiene y cumple con su objetivo, lo demás poco me importa. Ya sé que no pasará a la historia y que la olvidaremos pronto y que tiene factura de película televisiva de sobremesa (lo cual, admitámoslo, suele ser diana perfecta para nuestras iras) pero algo tiene, aunque sólo sea el defender un tipo de cine que ya no es habitual y desde luego los resultados en taquilla son porque gusta. El taquillazo conseguido es importante aunque luego el público esté dividido entre los que se emocionan más de lo que pensaban que iban a hacerlo y los que se sienten decepcionados ante una película blandengue, que no ofrece mucho más allá de su argumento edulcorado y sentimental. “The blind side” no deja indiferente a nadie, pero está siendo una de las películas más vistas del 2009 (tono sentimental + deporte es una fórmula muy buena).