lunes, 22 de agosto de 2011

“Cuenta conmigo” (Rob Reiner, 1986)

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Título original: Stand by me
País: Estados Unidos
Duración: 89 min.
Género: Drama, Aventuras
Reparto: Wil Wheaton (Gordie Lachance), River Phoenix (Chris Chambers), Corey Feldman (Teddy Duchamp), Jerry O´Connell (Vern Tessio), Kiefer Sutherland (Ace Merrill), Casey Siemaszko (Billy Tessio), Gary Riley (Charlie Hogan), Bradley Gregg (Carambola Chambers), Jason Oliver (Vince Desjardins), Marshall Bell (Sr. Lachance), Frances Lee McCain (Sra. Lachance), Bruce Kirby (Sr. Quidacioluo), William Bronder (Milo Pressman), Scott Beach (Alcalde Grundy) y Richard Dreyfuss (El escritor). Guión: Raynold Gideon, Bruce A. Evans
Distribuidora: Columbia Pictures
Productora: Columbia Pictures Corporation, Act III Communications, Act III, The Body
Fotografía: Thomas Del Ruth
Montaje: Robert Leighton
Música: Jack Nitzsche


Tras unos años 70’s de un cine norteamericano dominado por guiones dramáticos, trascendentales, muchas veces de corte político o reivindicativo, los 80’s vivieron un quiebro argumental hacia un cine más emotivo, afectuoso y familiar para el que los éxitos en taquilla de Steven Spielberg fueron fundamentales sobretodo tras el fenómeno social de “ET”. Los estudios de pronto se dieron cuenta que lo que le pasaba a Elliot con ET interesaba a toda la familia (y que todos pasaban por caja, claro) y las correrías de los chavales, adolescentes y jóvenes se convirtieron de pronto en germen de numerosas películas dirigidas a toda la familia entre las que se me ocurren sin pensar demasiado “Los goonies” (1985), “Karate kid” (1984), “El club de los cinco” (1985), “Todo en un día” (1986), “Regreso al futuro” (1985), “El secreto de la pirámide” (1985), “Los Gremlins” (1984) y la película que nos ocupa “Cuenta conmigo” (Hay muchas más).

El director Rob Reiner, encadenó sus mejores películas a mediados de los ochenta y su mejor racha comenzó precisamente con “Cuenta conmigo” (a continuación llegarían nada menos que “La princesa prometida”, “Cuando Harry encontró a Sally”, “Misery” y “Algunos hombres buenos”), su particular aportación a este tipo de cine para toda la familia, a partir de una novela corta un tanto atípica de Stephen King (“El cuerpo”) por aquello de que no se trata de una de terror, sino que habla de la historia de amistad de un grupo de chicos de un pueblo de Oregón en la frontera entre la infancia y la adolescencia.


























Aparentemente la película trata un asunto bastante nimio: es verano y el grupo de amigos se entera de que un chico ha muerto arrollado por un tren a unas millas de su pueblo, así que parten en una particular excursión para encontrar el cuerpo, pero como dice Gordie (que hace las veces de narrador) “Quizás la búsqueda de un chico muerto no es una fiesta”.

No se trata tampoco de una película “trascendental”, pero aunque adopta forma de aventura y por momentos de comedia infantil, es en realidad un canto a la infancia, es la reflexión de una persona adulta (Gordie interpretado por Richard Dreyfuss) sobre los paraísos perdidos en el pasado y eso queda claro desde el primer fotograma, esa imagen nostálgica y agridulce del protagonista dentro de su coche junto a un maravilloso paisaje de un cálido atardecer recordando a uno de sus amigos de infancia, muerto en una reyerta en un bar, mientras suena muy pausadamente el “Stand by me” de Ben E. King que da título a la película (magnífica por cierto la banda sonora, tan exquisita como la propia ambientación de la época).

La BSO:

1. Everyday - Buddy Holly
2. Let the good time roll - Shirley & Lee
3. Come go with me - The Del Vikings
4. Whispering bells - The Del Vikings
5. Get a Job - The Silhouettes
6. Lollipop - The Chordettes
7. Yakety yak - The Casters
8. Great balls of fire - Jerry Lee Lewis
9. Mr.Lee - The Bobbettes
10. Stand by me - Ben E. King

Por la simple razón de que todos hemos tenido infancia, todos nos hacemos adultos y todos hemos perdido o perderemos amigos esta película llega a lo más hondo, te toca la fibra, porque además no es ni lacrimógena ni sensiblera y se hace simpática desde el primer fotograma: “Tenía doce años, estaba a punto de cumplir los trece cuando vi por primera vez un ser humano muerto. Sucedió en el verano del 59, hace muchísimo tiempo, pero sólo si lo medimos en años”.













Seguramente el gran acierto de esta película es precisamente ese, el conectar rápidamente con cualquiera de nosotros, el convertirse en una película que pese a ser norteamericana y desarrollarse en Estados Unidos se te hace próxima y afín, que te susurra cosas que te suenan ¿Quién no ha tenido amigos en su infancia? ¿Quién no ha echado alguna calada furtiva a un cigarro? ¿Quién no se ha aventurado a hacer algo poco conveniente pero a la vez apasionante, quizás por ello mismo? ¿Quién no le ha parecido que su pueblo o su ciudad eran lo más grande y terminaron por quedarse pequeños”. Gordie dice al comienzo: “Vivía en un pueblo de Oregón llamado Castle Rock. Tenía sólo 1281 habitantes, pero para mí representaba el mundo entero”. A partir de ese momento todos hemos conectado ya con el personaje porque todos hemos pasado o, mejor aún, estamos pasando por esa sensación.

El resto del argumento es sencillo, ciertamente, pero cuenta la aventura de un grupo de cuatro amigos, que por todo lo que les pasa es la aventura que cualquiera de nosotros hubiéramos querido vivir con nuestros propios amigos en nuestra infancia. Por supuesto detrás de la historia hay un novelista reputado que sabe muy bien lo que se hace, un Stephen King que en lo que a mí respecta siempre me ha gustado casi más cuando habla de sentimientos que cuando se dedica a asustar por mucho que lo que le haya dado fama sea el terror. Para provocar interés en la banda de chicos utiliza algunos tópicos, pero el caso es que le funcionan porque representa con ellos distintos tipos de chavales: Gordie es el chico sensible, el protagonista con el que casi todos nos identificamos, escribe (lo que hace pensar que quizás es un personaje con algunos rasgos del propio Stephen King) y tiene que superar la pérdida reciente de su hermano mayor, que le ha alejado en cierta forma de sus padres; Chris (River Phoenix) es el chico duro, el jefe del grupo, el problemático y sin futuro (robo el dinero de la merienda en la escuela); Teddy (Corey Feldman) es extravagante y sufre el estigma de un padre con problemas derivados de su participación en Vietnam y por último Vern (gordito e irreconocible Jerry O’Connell) es el prototipo del chico miedoso y apocado, diana de las burlas de sus colegas. Frente a ellos los chicos mayores liderados por un desafiante Ace Merrill encarnado por un Kiefer Sutherland que da mucho juego como matón de medio pelo.

El reparto echando hoy la vista atrás es espectacular teniendo en cuenta lo famosos que han sido todo los chicos posteriormente tanto en series de televisión como el cine. De todos ellos el que parecía tener un futuro más prometedor era River Phoenix, pero falleció años después debido a las drogas cercenando una carrera cinematográfica que se prometía espectacular y en la que fue el mismísimo Indiana Jones en “La última cruzada”. De todos ellos al que mejor le ha ido ha sido a Kiefer Sutherland, pero todos sus rostros son reconocibles y famosos por trabajos posteriores.

























Evidentemente el argumento sólo da para una pequeña aventura que acontece durante el último fin de semana del verano, pero los personajes están tan bien definidos y desarrollados que se nos presentan varias cuestiones importantes: la aceptación de uno mismo, el sentido del compañerismo, la amistad y la comprensión entre los chicos, el futuro que les depara a cada uno de ellos en función de sus características y sobrevuela en todo momento el final de la infancia y el trance que supone dejarla atrás y penetrar en la etapa siguiente que es un camino sin vuelta atrás no siempre fácil de asumir. La película emociona por todo ello pero sobretodo porque uno intuye que cuando los cuatro chicos se están despidiendo al final no sólo es el adiós tras un fin de semana memorable, es el adiós de una etapa de sus vidas y por eso pasamos todos ineludiblemente, es algo que nos pertenece a todos.

Otro punto a favor es la luminosidad con la que está rodada, siempre con sol, con buen tiempo, aprovechando unos paisajes naturales maravillosos y con esa banda sonora de fondo de la época tan bien escogida y selecionada. La película parece rebosar alegría, esperanza, ilusión, aventura. El hecho de llevar la pistola del padre de Chris es todo un acontecimiento, todo lo que les pasa a los chavales lo es y Reiner sabe transmitirlo con imágenes.

Es imposible no guardar esta película entre los mejores recuerdos vistos en una sala de cine y ahí lo prueba la puntuación de la Interney Movie Database: más de 100.000 votaciones le dan una nota media de 8.2 colocándola entre las 200 mejores películas de todos los tiempos. Para tener un argumento tan sencillo es un magnífico resultado, quizás no sea tan fácil llegar a tanta gente sin caer en la lágrima fácil o la ñoñería.

Al final de la película Gordie, ya adulto, escribe sus recuerdos en un ordenador mientras sus hijos le esperan (se cierra el círculo y se abre otro nuevo con ellos): “Aunque no le había visto desde hace más de diez años, sé que siempre le echaré de menos....Nunca he vuelto a tener amigos como los que tuve cuando tenía doce años, Dios mío ¿los tiene alguien?” y suena la música de Ben E. King, el “Stand by me”, es uno de los finales más agridulces y nostálgicos de la historia del cine.





MIS ESCENAS FAVORITAS

- Gordie como adulto comenzando a recordar en su coche al comienzo de la película.
- El primer encuentro de Gordie y Chris con Ace Merrill, que le quita la gorra a Gordie y se enfrenta con Chris: “Voy a darte la oportunidad de pedirme perdón”.
- Los chicos caminando por las vías del tren (una imagen icónica de esta película) y haciendo cuentas de cuánto dinero tienen para comprar comida.
- Teddy decidido a “esquivar” en tren.
- Los matones de Ace Merrill rompiendo buzones a batazos de beisball.
- Echando a suertes quién va a comprar comida: “Cruz en las cuatro, madre mía eso es un chuzo. Ha sido un chuzo, eso es malísimo”
- La huida del perro en el recinto del chatarrero.
- Los dos momentos en que Gordie y Chris se sinceran uno a otro. Gordie se pregunta si es raro y Chris sufre el estigma de ser un Campbell.
- El paso del puente por el que debe pasar el tren.
- La conversación en la hoguera: “Si Micky Mouse es un ratón, Donald es un pato y Pluto es un perro, qué demonios es Goofy?”
- El cuento de “Culograsa” que les cuenta Gordie junto a la hoguera por la noche.
- La escena de las sanguijuelas.
- La carrera de coches en la recta por la que viene el camión, homenajeando en cierto modo a “Rebelde sin causa”.
- El enfrentamiento de los chavales con los mayores cuando encuentran el cuerpo y Chris preguntándose por qué tuvo que morir.
- El regreso y las despedidas de los cuatro chicos justo antes de que terminen las vacaciones de verano y haya que empezar el colegio.