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Era muy difícil conseguirlo, pero esta segunda temporada mejora a la primera y es un alarde en todos los sentidos: producción, ambientación, actuaciones, guiones, giros argumentales....una auténtica delicia. Arranca en París, regresa a estados Unidos y nos cuenta cómo son las vacaciones de la familia de Midge en un complejo de vacaciones para familias ricas, sigue al personaje en una peculiar tourné que le prepara su fiel Susie y acaba con algún escarceo en la televisión. Cada episodio es magnífico visto de forma aislada y el conjunto una excepcional temporada de diez episodios en la que evolucionan los personajes que ya nos presentaron en la primera, van surgiendo sorpresas de toda índole y la trama se encamina hacia nuevos derroteros que dan a entender que esta fórmula de divertida comedia excéntrica está lejos de agotarse. El éxito radica en unos guiones brillantes, en personajes irresistiblemente atractivos y en la gracia y elegancia que emana de todo. Irla viendo día a día viene a ser algo así como paladear un dulce.
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