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Nunca decepcionan los guiones de Aaron Sorkin y esta vez tampoco porque logra escarbar con tino a base fundamentalmente de diálogos en la vida profesional y sentimental de Lucille Ball y Desi Arnaz en los tiempos en los que rodaban aquella serie cómica archipopular en Estados Unidos que se llamaba "I love Lucy". No sólo eso, además la recreación de época está a la altura de producciones que se están fijando en los años 50's (hay muchas películas y series que lo bordan) y tanto Nicole Kidman como Javier Bardem están al nivel, alto, que se les exige. Pero.....el pero, y es cuestión de gustos, deriva de un metraje demasiado largo y a mi juicio de la excesiva atención que el director y guionista pone en sus personajes y su entorno sin lograr una verdadera conexión con nosotros como espectadores. Asistimos a una descripción de gentes y situaciones que terminan por dejarnos algo indiferentes, no porque no haya profundidad dramática o buenos actores, sino porque permanecemos fríos a una trama que en muchos momentos se nos queda distante y nos deja fríos. Sorkin es capaz de mucho más.
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