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#MartinScorsese #LeonardoDiCaprio #RobertDeNiro #LilyGladstone #JessePlemons #Cinedrama
Ya sin nada que demostrar, con un equipo artístico de primer nivel a su lado y con licencia para hacer lo que guste, Martin Scorsese se saca de la manga una película de tres horas y pico en la que hace un alarde a varios niveles, pero sobretodo con la que explica muchísimas cosas de la idiosincrasia estadounidense a partir de un argumento que en primer plano retrata a un grupo de sinvergüenzas con poder y sin escrúpulos dispuestos a hacer un trasvase de riqueza de lo indios Osage a sus bolsillos en el estado de Oklahoma de comienzos de siglo XX. Te puede gustar más o menos el tema, te puede convencer más o menos el tempo de la película, que es el que él precisa para contar lo que quiere (a mí me entretuvo pese a la duración porque encontraba mil detalles interesantes en cada escena, pero quizás a tí te aburra), lo que es indiscutible es que si la ves podrás apreciar lo grandes que son director y actores. Básicamente porque la narración es magnífica, la ambientación impecable y las actuaciones soberbias. Si además le encuentras mil detalles fantásticos y lo que te cuenta te remueve como me pasó a mí no te queda más remedio que admitir que estamos ante una de las películas del año y ante uno de los últimos grandes directores de la historia. En un momento en que el cine norteamericano está de capa caída, una auténtica joya. Obtuvo 10 nominaciones en los óscars pero ningún premio (mejor película, director, actriz principal, actriz de reparto, montaje, fotografía, banda sonora, canción, diseño de producción y vestuario).
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