lunes, 7 de junio de 2010

“Si la cosa funciona” (Woody Allen, 2009)


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Título original: “Whatever works”
Guión: Woody Allen.
Países: USA y Francia.
Duración: 92 min.
Género: Comedia costumbrista.
Interpretación: Larry David (Boris), Evan Rachel Wood (Melody), Ed Begley Jr. (John), Patricia Clarkson (Marietta), Conleth Hill (Leo Brockman), Michael McKean (Joe), Henry Cavill (Randy James), John Gallagher Jr. (Perry), Jessica Hecht (Helena), Carolyn McCormick (Jessica), Christopher Evan Welch (Howard).
Producción: Letty Aronson y Stephen Tenenbaum.
Fotografía: Harris Savides.
Montaje: Alisa Lepselter.
Diseño de producción: Santo Loquasto.
Vestuario: Suzy Benzinger.
Estreno en USA: 19 Junio 2009.
Estreno en España: 2 Octubre 2009.

Lo de Woody Allen es de auténtica antología tanto por la calidad de las películas que filma como por su ritmo de película al año. Tras “Vicki Cristina Barcelona” filmó esta película, la cuadragésima en su filmografía, que de alguna manera recupera algunos de sus temas argumentales y ambientes favoritos como las relaciones de pareja o las calles de Manhattan (siempre he pensado que Allen se crece cuando filma Nueva York, quizás porque es un lugar que se nota que le encanta).

Su guión es de los más divertidos y sarcásticos que ha escrito recientemente y recuerda en algunos aspectos a películas anteriores como “Desmontando a Harry”, “Poderosa Afrodita”, “Hannah y sus hermanas” o “Annie Hall” con las que de alguna manera guarda un cierto parentesco genérico. En realidad el guión es de los años 70’s y se nota porque remite al Allen de aquella época más que al de ésta.

Aunque Allen ha experimentado con otros géneros en sus últimas películas, ésta es claramente una comedia costumbrista con la que de alguna manera ironiza sobre las relaciones personales y deja caer algunas interesantes teorías propias, siempre con un sano sentido del humor que comparte con nosotros y mucho más en esta ocasión, porque el protagonista, ante el asombro de sus amigos, se dirige a nosotros como público mirando a cámara para contarnos su historia reciente y al final trasmitirnos la moraleja de la película, que la tiene y viene encerrada en el título.

El personaje principal es Boris Yellnikoff, interpretado por Larry David (perfecto en su papel aunque podría haber sido interpretado también por el propio Woody Allen) y resulta un tipo misántropo, desengañado del mundo y de la gente a quienes considera cretinos y submentales (considera que la gente es lerda ya que incluso han tenido que poner sistemas automáticos en los retretes públicos porque no saben ni tirar de la cadena y “al ritmo que van, dice, se autodestruirán solos”), antiguo genio de la mecánica cuántica aspirante al novel. Ya nos lo avisa al comienzo: “No soy un tipo agradable, y si usted es uno de esos idiotas que sólo quiere sentirse bien, vaya a que le hagan masajes”. A priori el prototipo de protagonista que no nos interesaría para nada en una película, pero que gracias a la ironía y al sentido del humor con que le envuelve la pluma de Woody Allen se convierte en motivo de sonrisa permanente. No puede ser de otro modo con un personaje que se intenta suicidar sin éxito, que canta dos veces el cumpleaños feliz mientras se lava las manos para eliminar los gérmenes, que anda por la calle en gayumbos y que se dedica a dar clases de ajedrez a niños a los que llama “cretinos y mini gusanos”.

Los resortes argumentales activan la rutinaria vida del personaje y la película cuando acoge en su casa a la típica jovencita rubia tonta del sur, Melodie St. Ann Celestine (magníficamente interpretada por Evan Rachel Wood), que Larry considera una “majorette subnormal” pero que en las conversaciones con sus amigos irá pasando de un cinco pelado a un siete o un ocho. La historia viene a demostrar lo absurdo del azar en la vida y recrea de forma desenfadada el momento en que cambian las vidas de varios personajes (no anticipo cuáles porque forman parte de las sorpresas que encierra el argumento).

La película, por supuesto, es muy Allen, con una banda sonora plagada de canciones de jazz y swing de los años 30’s y 40’s, con escenas de tono muy teatral que se desarrollan en interiores o en unas luminosas calles en Manhattan y con su gusto habitual por los diálogos irónicos en los que dos personajes muy diferentes conversan creando un sinfín de contrastes dialécticos que resultan cómicos para el espectador. En ese sentido pienso que hacía mucho que Woody Allen no lograba un guión tan redondo y entretenido, por no hablar que la película está llena de reflexiones y frases interesantes:

“Las enseñanzas básicas de Jesús son maravillosas, a propósito, igual que la idea original de Carlos Marx, ¿vale? Si ¿qué hay de malo? Todos deberíamos compartir, ayuda al prójimo, democracia, el gobierno del pueblo, todo grandes ideas, todo son grandes ideas, pero todas tienen un fallo enorme y garrafal y es que todas se basan en la falaz idea de que las personas son básicamente éticas, que si les das la oportunidad de obrar bien, lo harán”.

“El amor, a pesar de lo que se diga, no lo conquista todo, ni siquiera suele durar. Al final las aspiraciones románticas de nuestra juventud quedan reducidas a .....si la cosa funciona....”

“Mezclarse con todos esos submentales en bicicleta es como llevar un coche, esos imbéciles hostiles y agresivos tienen permiso de conducir, ahora bien, para tener hijos no necesitas permiso, ni pruebas, ni nada, lo necesitas para pescar, lo necesitas para ser barbero y para vender perritos calientes....mira, cuando lees lo de esos pobres niños maltratados y hambrientos te preguntas por qué permiten a esos padres que los tengan”.

“Creedme, odio las fiestas de año nuevo. Todos desesperados por divertirse, tratando de celebrarlo de algún modo mísero, ¿celebrar qué? ¿Un paso más hacia la tumba? De ahí que nunca me canse de decir, aprovecha todo el amor que puedas dar o recibir, toda la felicidad que puedas birlar o brindar, cualquier medida de gracia pasajera si la cosa funciona y no te hagas ilusiones, no depende de tu ingenuidad humana, ni mucho menos, más de lo que te gusta admitir es suerte en tu existencia. ¿Conoces la probabilidad de que entre millones de espermatozoides de tu padre, uno encontrara el óvulo que te creó? No lo pienses, te daría un ataque de pánico”.

Al margen de todo, de la moraleja evidente que trasmite Woody Allen, de la diversión que emana de las situaciones y de los diálogos para quien le guste este tipo de cine que, admitámoslo, no a todo el mundo le gusta, me gusta además algo en este tipo de películas que construye el director neoyorquino y es que se demuestra que todos tenemos algo que aportar. Es decir, el misántropo desagradable tiene una gran experiencia acumulada e interesantes ideas que trasmitir y la chica tontaina del sur tiene la alegría de vivir, el don de gentes y la capacidad de hacer feliz a quienes la rodean. En realidad mi moraleja es que lo que convierte en interesante a esta película es lo mismo que la hace divertida....el contraste entre los personajes y todo lo que se deriva de ello.

Una gran película de Woody Allen y van.....muchas, para suerte de los que nos gusta su cine.

miércoles, 2 de junio de 2010

“Prison break” (2005-2009)


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4 Temporadas
82 episodios
Género: acción, policiaco, thriller, suspense, espionaje
Creado por Paul Scheuring
País: EEUU
Producción ejecutiva Marty Adelstein, Neal H. Moritz, Dawn Parouse, Brett Ratner, Paul Scheuring, Matt Olmstead, Kevin Hooks, Michael Pavone
Producción: Garry A. Brown, Karyn Usher
Cadena: FOX
Fechas de emisión: 29 de agosto de 2005 a 22 de mayo de 2009
Actores: Dominic Purcell (Lincoln Burrows), Wentworth Miller (Michael Scofield), Amaury Nolasco (Fernando Sucre), Robert Knepper (Theodore "T-Bag" Bagwell), Sarah Wayne Callies (Dra. Sara Tancredi), Wade Williams (Capitán Brad Bellick), William Fichtner (Agente Alexander Mahone), Paul Adelstein (Agente Paul Kellerman), Marshall Allman (LJ "Lincoln Junior" Burrows), Rockmon Dunbar (C Note), Jodi Lyn O’Keefe (Gretchen Morgan), Leon Russom (El general), Robin Tunney (Veronica Donovan), Stacy Keach (Warden Henry Pope), Michael Rapaport (Don Self), Phillip Edward Van Lear( Louis Patterson), Peter Stormare (John Abruzzi), Barbara Eve Harris (Felicia Lang)

El otro día terminé de ver “Prison break”, una serie que comenzó a emitir la Sexta con importante éxito en septiembre del 2006 (un año después que en Estados Unidos) y que consta de cuatro temporadas y 79 episodios.

El alma de la serie es Paul Scheuring, que en base a la idea de una amiga, desarrolló el argumento de un tipo que entra en la cárcel para salvar a su hermano. Aunque la Fox no aprobó en un principio su punto de partida, finalmente el guión y la fuerte irrupción en otras cadenas de series como “Lost” hizo que reconsideraran la decisión y se dio vía libre a la misma en 2004.

Los dos protagonistas de la serie son los hermanos Burrows. Lincoln (Dominic Purcell) es encarcelado en la cárcel de Fox River por un crimen que no cometió (el del hermano de la vicepresidenta de los Estados Unidos) y sentenciado a muerte, así que su hermano pequeño Michael (Wentworth Miller) entra en prisión con un alambicado plan para rescatarlo.

La serie está pensada como entretenimiento, como producto de acción y evasión, es en realidad un constante rizar el rizo centrado en un grupo de fugitivos que luchan por regularizar su situación para no tener deudas con una justicia y un gobierno estadounidense en el que nadie es lo que parece y con el que es difícil por no decir imposible quedar impune una vez dentro del huracán de intereses en el que se entremezclan los hermanos Burrows.

La primera temporada me parece de lo mejor que se ha hecho para la televisión y lo tiene todo, un guión milimétrico y plagado de sorpresas y cliffhangers (ya sabéis, esos finales que te dejan a los personajes “colgados en el abismo” y con los que quedas con ganas de más), magníficos personajes, una realización modélica que consigue el ritmo adecuado para el desarrollo de la trama, emoción, intriga, suspense....Wow! es muy difícil no quedar completamente atrapado de inicio a fin. Además es un homenaje a todas las películas de cárceles y engloba a lo largo de sus veintidós episodios muchas situaciones que nos pueden sonar de infinidad de títulos previos, pero también otras nuevas con no menos fuerza. Yo diría que es de las mejores temporadas que he visto en mi vida de cualquier serie en la que podamos pensar.

La segunda temporada se nota más como un añadido del éxito de la primera temporada y lógicamente hay un cambio de escenario y de factura, ya no hay que presentar y hacer evolucionar a los personajes, así que se va a la acción pura y dura. Los productores son ambiciosos y quieren mantener el listón logrado en la primera temporada e incluso superarlo, así que se centran en una fuga en la que aumentan la emoción y la tensión con numerosas persecuciones, casi siempre centradas en la figura del implacable agente del FBI Alexander Mahone (William Fichtner) que es un gran fichaje para la serie. Además se mantiene la atención en varios personajes, como ya se había empezado a hacer en la primera temporada y el guión multiplica los focos de interés argumentales. Pienso que esto en lugar de ser un problema hace que la serie gane en interés y resulte muy entretenida, pero sí que es cierto que los guiones no son tan redondos, quizás también porque las “sorpresas” convierten en algo inverosímiles ciertos giros, pero en cualquier caso no se pierde interés porque cada episodio sigue siendo una montaña rusa .

El final de la segunda temporada hacía prometer mucho para la tercera, sin embargo la acción vuelve a situarse en una cárcel, esta vez la Penitenciaría de Sona (Panamá), con los papeles cambiados (Michael encerrado y Lincoln tratando de liberarle) y poco a poco las situaciones se van volviendo repetitivas y la audiencia se fue cansando. Como entretenimiento la serie mantiene el interés, pero ya no resulta ni tan apasionante ni tan redonda como fueron las dos primeras temporadas, así que podemos decir que le vino muy bien quedar reducida a trece episodios como consecuencia de la huelga de guionistas que sufrió Hollywood en el 2007.

La cuarta temporada recupera parte de la factura de la segunda, pero esta vez la historia se centra más en el meollo de fondo que es la conspiración que afecta a la vida de los hermanos Burrows. Definitivamente la serie se convierte en una sucesión de rizos que rizan el rizo y pierde credibilidad a pasos agigantados. El argumento se va estirando y los 22 episodios resultan excesivos por lo que parece como si los guionistas se vieran forzados a sacarse de la manga cada vez situaciones más alambicadas (esto se nota sobretodo a mitad de temporada cuando el McGuffin inicial de “Scylla” parece llegar a su fin y pareciendo todo acabado hay aún una vuelta de tuerca más que se alarga durante otros diez episodios o más y no es la última porque el final aún depara más sorpresas a la audiencia). Utilizando el símil que usábamos de la montaña rusa esta temporada viene a ser como un descenso en caída libre en el que, cuando la atracción parece que va a llegar a su final aún desciende más, en otra caída inesperada. Sin embargo, aunque garantice acción “non stop” los guiones no son ni de lejos los del comienzo de la serie y eso provoca cansancio, desinterés e incluso el deseo de que concluya la historia (una pena teniendo en cuenta lo que habían sido los primeros episodios).
CUIDADO SPOILER El final de la serie, con la muerte de Michael sacrificándose para salvar a Sarah consciente de que sufre un cáncer terminal, resulta lacrimógeno y adecuado para la cancelación, pero considero que es un error porque no cuadra con lo que es la serie en sí, esencialmente un trepidante thriller de acción. El componente emotivo y romántico siempre acompaña a los personajes y en concreto a Sarah y Michael, pero tiene un papel secundario y cuando le quieren dar un papel principal los propios mecanismos narrativos se vuelven contra él. Un final emocionante como este requería de más minutos y un mayor detenimiento para lograr la intensidad requerida, pero los capítulos están "constreñidos" a una fórmula y esa fórmula impide que el final sea de ese estilo. Uno queda sorprendido viendo la conclusión, en efecto, pero el torrente de emoción que debería existir brilla por su ausencia y es una pena FIN SPOILER

Pienso que el problema esencial de esta serie es el altísimo listón al que se encuentra la primera temporada a todos los niveles. Es un problema, especialmente para los guionistas, porque ir a más, rizar el rizo, sorprender a una audiencia ya noqueada con los acontecimientos se convierte en una misión prácticamente imposible y lo hacen a costa de sorpresas y giros argumentales que hacen perder credibilidad a la historia. Una vez acaba de ver uno tiene la sensación de haber asistido a una serie entretenida, eso sin duda, pero en la que se han tantos requiebros en pos de la acción y la intriga que muchos de ellos resultan excesivamente rebuscados y excesivos. Seguramente haber quitado cierta espectacularidad le habría dado a la serie más coherencia interna, pero claro, no hubiera sido trepidante, que es lo que pretendían.


Lo mejor sin duda la factura (se nota el esmero en la producción, en los detalles técnicos, fotografía, banda sonora, montaje, filmación...), el despliegue de personajes (magnífico reparto coral) y el buen uso de distintos recursos argumentales para mantener la tensión e ir desarrollando infinidad de situaciones al límite (quizás demasiadas vista la serie al completo). Los guiones pienso que van de más a menos y el final finiquita bien la serie pero me parece otro rizo con tirabuzón argumental y aunque resulta valiente de cara a la audiencia deja un poco frío cuando no debería ser así sino todo lo contrario (pienso que no han sabido aprovechar bien los dos últimos episodios que deberían haber sido más intensos y emotivos).

También hay que dar un sobresaliente a un extraordinario ir y venir de personajes, todos magníficamente interpretados porque eso sí, el reparto de esta serie es excepcional y sumando apariciones de personajes que influyen en la acción tendremos cerca de un centenar si no más, muchos de ellos, apasionantes, la mayoría con dobleces que hay que ir descubriendo aunque muchas veces se tiende a que los malos sean muy malos lo cual creo que termina siendo tan perjudicial como los giros argumentales excesivos, aunque es bueno para dar tensión. En el apartado de personajes, por su puesto, nuestros favoritos los hermanos Burrows, pero yo diría que estar serie tiene presencias con mucha fuerza como T-Bag, Sucre, Bellick, Kellerman, Mahone, el General o Gretchen y otras que son ya míticas en la televisión o el cine como son, en la primera temporada, Peter Stormare y Stacy “Mike Hammer” Keach.

En suma, una serie de acción pensada para entretener y diseñada para ser una montaña rusa constante en la que los personajes tienen que estar saliendo continuamente de los más alambicados “marrones”. Hubiera sido una obra maestra si hubiera mantenido el listón de sus primeros capítulos pero como eso es imposible, lo que sí ofreció hasta el final fue un pasatiempo como pocos ideal para pasar cuarenta minutos en un suspiro.

CUIDADO CON EL VIDEO....CONTIENE SPOILERS