jueves, 14 de abril de 2016

Cien años de perdón (Daniel Calparsoro, 2015)

Daniel Calparsoro firma su mejor película hasta la fecha. Un relato criminal con garra y nervio, tensión constante y un buen guión que hace multitud de guiños al espectador sobre la actualidad socio-política. Si eso fuera poco el reparto al completo está magnífico con un Rodrigo de La Serna y un Luis Tosar irresistibles. Altamente recomendable.

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País: España.
Duración: 96 min.
Género: Thriller, criminal, policiaco
Reparto: Rodrigo De la Serna, Luis Tosar, Raúl Arévalo, Patricia Vico, José Coronado, Joaquín Furriel, Marian Álvarez, Luciano Cáceres, Luis Callejo, Joaquín Climent.
Guión: Jorge Guerricaechevarría.
Música: Julio de la Rosa.
Estreno en España: 4 Marzo 2016.
Calificación por edades: No recomendada para menores de 12 años.



Tengo que reconocer que me costó decidirme a ver la nueva película de Daniel Calparsoro, el trailer es muy prometedor, pero es un director que nunca me ha terminado de convencer.

En cambio uno se decide rápido a ver películas con argumentos como el de esta película: la corrupción política como telón de fondo (un tema que no puede estar más pegado a la actualidad española), el gancho de un robo a un banco (que siempre ha dado buenos resultados cinematográficos), la promesa de tensión de inicio a fin.....Si la película después te entrega lo que prometía sales del cine con la satisfacción de no haber malgastado tu dinero y eso es precisamente lo que ocurre, te guste más o te guste menos. El guión de Jorge Guerricaechevarría tiene mucho culpa, por supuesto.

Vi en su día el debut de Calparsoro, “Salto al vacío”, una película que sorprendió por su nervio visual (eso no se lo voy a negar en ninguno de sus títulos) y ese viaje a los infiernos con la ascendente Najwa Nimri metida en la piel de una veinteañera que saca adelante a los suyos con el tráfico de armas en un País Vasco angustioso, amenazador e irrespirable. Me zarandeó como a todos, pero me pareció que iba de más a menos y me faltó algo para que saliera contento del cine. Después “A ciegas” y “Guerreros” me confirmaron esa impresión y me quedé con la idea de que los argumentos de sus películas arrancaban fuerte pero acababan perdiéndome poco a poco.


Justa o injusta, esa impresión hizo que no haya querido ver otra película suya hasta la fecha y confieso que quizás debería replanteármelo porque “Cien años de perdón” me ha sorprendido gratamente y supongo que en el camino entre aquellas y ésta habrá habido más aciertos. A mí en estos casos siempre me queda la duda de si un título determinado lo vi en el momento adecuado o no fue así y hablo de momento en lo anímico y en lo vital, porque uno con poco tiempo para ver cine y los amigos esperándole en la calle es menos receptivo a un cine que se disfruta más tiempo después (es un ejemplo de lo que me refiero).

El caso es que se intuye un antes y un después con esta película. Arriesgándome a asegurarlo sin haber visto el resto de su filmografía pero con la confirmación de crítica y público que sí la ha visto, yo diría que estamos ante su mejor película y ante una obra de madurez, en la que ya domina perfectamente el medio y extrae lo mejor de un guión ya de por sí interesante y de un reparto muy muy notable.

Calparsoro consigue hora y media de nervio, intensidad y tensión en la que terminas pegado a tu butaca y sin perder ripio de lo que pasa en pantalla. Gran culpa la tiene el argumento y la adecuada forma de desarrollarlo en escenas, pero yo diría que además ha sabido elegir a un grupo de actores idóneo. Al siempre eficaz Luis Tosar se unen un grupo de secundarios de auténtico lujo: Raúl Arévalo está odioso en su papel (como se pretende), José Coronado de un tiempo a esta parte borda todo lo que hace, Patricia Vico (la mujer del director) borda un personaje a veces frágil y a veces fuerte y los que se salen es el grupo de argentinos comandados por “el uruguayo” Rodrigo de la Serna (me quito el sombrero por él pero también por Joaquín Furriel y Luciano Cáceres), que por sí solos atraparían tu interés aunque la película tratara de algo sin gancho. No son los únicos, es una película coral muy bien llevada y también andan en el reparto Joaquín Climent y Marian Álvarez.


Además, a mi juicio, se acierta también con el metraje y el tono porque intuyo que mayor duración habría perjudicado al conjunto y porque, si tenemos en cuenta esa regla del cine clásico que dice que el “malo” siempre la paga, es muy interesante ese final y la conclusión que pueda extraerse de él.

Quizás se han hecho mejores películas de robos de bancos como “Tarde de perros”, “Plan oculto” o “The town”, pero no recuerdo una española mejor que ésta y desde luego verla no defrauda.