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Título Original: Where the Sidewalk Ends
Año: 1950
Nacionalidad: Estados Unidos
Intérpretes: Dana Andrews, Gene Tierney, Gary Merrill, Bert Freed, Tom Tully, Karl Malden
Guión: Rex Connor
Música: Cyril Mockridge
Fotografía: Joseph LaShelle
Productora: 20th Century Fox
Duración: 92 minutos
Esta es una de esas películas que no son muy conocidas, que nadie señala en las enciclopedias de cine y que ni siquiera los cinéfilos incluyen en sus listas de preferidas, pero que hacen grande la filmografía de un director o a un género, en este caso a Otto Preminger y el cine negro.
Otto Preminger es un gran director de policiaco y cine negro, como demuestran títulos como “Cara de ángel”, “Anatomía de un asesinato” o “Laura” y también es el responsable de otras grandes películas como “Río sin retorno”, “El hombre del brazo de oro”, “Éxodo”, “Carmen Jones” o “El cardenal”.
“Al borde del peligro” se basa en la novela “Night cry” y repite la pareja protagonista de “Laura”, Dana Andrews y Gene Tierney y aunque es un título menor o, como poco, menos intenso que aquel, mantiene la elegancia en la puesta en escena con una atmósfera muy apropiada, lograda en gran parte por el director de fotografía, Joseph Laselle, también responsable de la de “Laura”.
El argumento de la película gira en torno a Max Dixon (Dana Andrews), un policía degradado por sus malos modos con los delincuentes en la ciudad de Nueva York, que se topa con una difícil situación cuando un caso se le complica en el preciso momento en que ascienden a un nuevo teniente (Karl Malden). No doy más detalles del argumento para que cada cual lo descubra por sí mismo, pero sí decir que, como es habitual en el género el protagonista se ve atrapado en un dilema ético y tiene que hacer auténticos equilibrios en la cuerda floja que separa lo correcto y lo incorrecto, lo que está dentro o fuera de la ley.
Sin duda lo mejor de la película es su desarrollo narrativo, perfectamente ajustado, interesante y significativo en todo momento. Por explicarlo llanamente no falta ni sobra nada, la película tiene un metraje idóneo (hora y media) y en cada escena y cada toma se da la información precisa que como espectadores necesitamos para seguir la trama. Y por supuesto, el dilema moral, es el fuerte de la película y del género ¿Qué haríamos nosotros en el caso de encontrarnos en la situación del protagonista?
No funciona tan bien la película en algún otro aspecto, en concreto no me convence del todo la relación entre Morgan Taylor (Gene Tierney) y Max Dixon, es como si le faltara intensidad y el componente puramente dramático quedara aliviado; quizás porque el guión no desarrolla adecuadamente las escenas entre ellos o porque los actores no están a la altura de otras ocasiones (en este sentido creo que el recuerdo de “Laura” les perjudica aunque a decir verdad, Dana Andrews, con una actuación algo inexpresiva consigue no obstante, que su personaje nos enternezca de algún modo), el caso es que lo puramente policiaco es superior al resto. Y con esto sólo pongo un “pero” que evita que hablemos de la enésima obra maestra del género.
En cualquier caso es una buena película, injustamente olvidada, y que conviene reivindicar por lo bien desarrollada, por la atmósfera que se respira en ella, por la magnífica presentación de ambientes y personajes (fabulosos todos los secundarios), por lo bien desgranados que están los acontecimientos y por la excelente planificación de tomas (destacar en este sentido los magníficos primeros planos y lo bien que se sitúa la cámara en todo momento como cuando se ve entrar el coche en el ascensor o se indica que una casera no llega a ser fiel testigo porque se encuentra dormida).
Muy interesante película
Año: 1950
Nacionalidad: Estados Unidos
Intérpretes: Dana Andrews, Gene Tierney, Gary Merrill, Bert Freed, Tom Tully, Karl Malden
Guión: Rex Connor
Música: Cyril Mockridge
Fotografía: Joseph LaShelle
Productora: 20th Century Fox
Duración: 92 minutos
Esta es una de esas películas que no son muy conocidas, que nadie señala en las enciclopedias de cine y que ni siquiera los cinéfilos incluyen en sus listas de preferidas, pero que hacen grande la filmografía de un director o a un género, en este caso a Otto Preminger y el cine negro.
Otto Preminger es un gran director de policiaco y cine negro, como demuestran títulos como “Cara de ángel”, “Anatomía de un asesinato” o “Laura” y también es el responsable de otras grandes películas como “Río sin retorno”, “El hombre del brazo de oro”, “Éxodo”, “Carmen Jones” o “El cardenal”.
“Al borde del peligro” se basa en la novela “Night cry” y repite la pareja protagonista de “Laura”, Dana Andrews y Gene Tierney y aunque es un título menor o, como poco, menos intenso que aquel, mantiene la elegancia en la puesta en escena con una atmósfera muy apropiada, lograda en gran parte por el director de fotografía, Joseph Laselle, también responsable de la de “Laura”.
El argumento de la película gira en torno a Max Dixon (Dana Andrews), un policía degradado por sus malos modos con los delincuentes en la ciudad de Nueva York, que se topa con una difícil situación cuando un caso se le complica en el preciso momento en que ascienden a un nuevo teniente (Karl Malden). No doy más detalles del argumento para que cada cual lo descubra por sí mismo, pero sí decir que, como es habitual en el género el protagonista se ve atrapado en un dilema ético y tiene que hacer auténticos equilibrios en la cuerda floja que separa lo correcto y lo incorrecto, lo que está dentro o fuera de la ley.
Sin duda lo mejor de la película es su desarrollo narrativo, perfectamente ajustado, interesante y significativo en todo momento. Por explicarlo llanamente no falta ni sobra nada, la película tiene un metraje idóneo (hora y media) y en cada escena y cada toma se da la información precisa que como espectadores necesitamos para seguir la trama. Y por supuesto, el dilema moral, es el fuerte de la película y del género ¿Qué haríamos nosotros en el caso de encontrarnos en la situación del protagonista?
No funciona tan bien la película en algún otro aspecto, en concreto no me convence del todo la relación entre Morgan Taylor (Gene Tierney) y Max Dixon, es como si le faltara intensidad y el componente puramente dramático quedara aliviado; quizás porque el guión no desarrolla adecuadamente las escenas entre ellos o porque los actores no están a la altura de otras ocasiones (en este sentido creo que el recuerdo de “Laura” les perjudica aunque a decir verdad, Dana Andrews, con una actuación algo inexpresiva consigue no obstante, que su personaje nos enternezca de algún modo), el caso es que lo puramente policiaco es superior al resto. Y con esto sólo pongo un “pero” que evita que hablemos de la enésima obra maestra del género.
En cualquier caso es una buena película, injustamente olvidada, y que conviene reivindicar por lo bien desarrollada, por la atmósfera que se respira en ella, por la magnífica presentación de ambientes y personajes (fabulosos todos los secundarios), por lo bien desgranados que están los acontecimientos y por la excelente planificación de tomas (destacar en este sentido los magníficos primeros planos y lo bien que se sitúa la cámara en todo momento como cuando se ve entrar el coche en el ascensor o se indica que una casera no llega a ser fiel testigo porque se encuentra dormida).
Muy interesante película