Drama doméstico que nos representará este año en los óscars sobre un adolescente rebelde de catorce años al que Gracia Querejeta aporta el tono melancólico habitual en ella y un cierto suspense y que se resuelve con una naturalidad que puede resultar previsible o con menos intensidad de la que nos conmovería a tope.
País: España.
Género: Drama.
Reparto: Maribel Verdú (Margo), Tito Valverde (Max), Arón Piper (Jon), Belén López (inspectora Aledo), Susi Sánchez (Cati), Boris Cucalón (Toni), Pau Poch (Nelson). Guión: Antonio Santos Mercero y Gracia Querejeta.
Producción: Gerardo Herrero y Mariela Besuievsky.
Música: Pablo Salinas.
Fotografía: Juan Carlos Gómez.
Montaje: Nacho Ruiz Capillas.
Dirección artística: Laura Musso.
Vestuario: Maiki Marín.
Distribuidora: Universal Pictures International Spain.
Estreno en España: 7 Junio 2013.
Calificación por edades: No recomendada para menores de 12 años.
A mí me parece plausible y me gusta que Gracia Querejeta filme este tipo de películas, en las que lo cotidiano y familiar es protagonista, sobretodo cuando parece estar de moda todo lo contrario; pero su sutileza, su exploración de sentimientos a través de simples miradas o silencios le resultara tibio a muchos espectadores que buscan emociones intensas en un cine. Le parecerá mejor la película quien no disfrute sólo con lo explícito.
Lo reconozco, los resortes argumentales ambientados siempre
en familias con trapos sucios que urde Gracia Querejeta en sus películas me
gustan y me interesan y su forma de ir tirando de los hilos de los argumentos
creando suspense y un cierto congojo emotivo también, más incluso en los
tiempos que corren en los que el cine de sentimientos parece ir a
contracorriente del gran público.
No se hace ya mucho cine de este tipo, el
drama familiar, lo nostálgico y emotivo es patrimonio de otras épocas como los
ochenta o de filmografías muy concretas como el cine argentino que es más tendente a ello, así que para
los que nos gusta que nos encojan un poco la “patata” es grato ver películas
como “15 años y un día”.
Pero también he de reconocer que en todas las películas marca "Gracia Querejeta" me quedo ligeramente insatisfecho. Quizás porque cuando
arrancan intuyes que se te va a echar encima un torrente emocional y al final
la cosa se queda en riachuelo. Justo eso es lo que me ha vuelto a pasar.
De entrada me llama la atención el chaval protagonista, Jon,
pero no porque sea un descarriado, sino porque rápidamente intuyes que sólo es
un chico desorientado, buscando su camino y que ni de lejos va a ser el
problema esencial para una familia que ya tiene otros, tampoco especiales, que todas las
casas tienen sus cosas.
La película se ve con interés, es agradable de ver y
desarrolla adecuadamente todas las subtramas, pero uno se queda con una cierta
sensación de insatisfacción, como esperando más. Quizás es también porque la ficción nos malacostumbra con fuertes emociones y la vida no siempre es así. Como relato realista y verosímil de corte familiar no habría nada que reprochar, cumple.
Pienso yo que tampoco le va a venir nada bien a la película
haber sido escogida para que represente a España en los óscars. Primero porque
no creo que la seleccionen entre las cinco finalistas (y ya digo que ojalá me
equivoque) y segundo porque si alguien va a verla creándose por ello ciertas expectativas
puede salir del cine bastante decepcionado.
Es una película correcta, bien hecha, de tono amable y de
visionado agradable, pero dudo que nadie salga encantado con ella....Me
fastidia que eso se traduzca en un saldo negativo en la percepción general
porque como ya he dicho me gusta el cine de Gracia Querejeta y creo que es
importante que exista este tipo de cine, simplemente sucede que uno no siempre
acierta y estoy convencido que será con otra película con la que logrará el
reconocimiento que merece. Que esa es otra, Gracia posee una filmografía muy
sugerente y en cambio he tenido siempre la sensación de que no se valoraba lo
suficiente, quizás solo con “Siete mesas de billar francés”.
Casi sobra decir lo evidente, lo mejor de la película son sus
actores y en especial y para mi gusto Maribel Verdú y Tito Valverde, aunque me
gustan mucho las entradas en escena de Belén López. Lógicamente en una película
en la que miradas y silencios son tan importantes tener actores que trasmitan emociones
simplemente con su expresión facila es crucial, pero es que además la Verdú
sigue en estado de gracia y logra darle verosimilitud y calado a todo, como en
ese momento en que hace el monólogo a la vera de su hijo y que realmente te
llega.