martes, 2 de junio de 2015

“Whiplash” (Damien Chazelle, 2014)

La sorprendente e inesperada revelación del último año y los últimos óscars (ganó con todo merecimiento actor secundario, montaje y sonido), un drama personal en torno a un joven y ambicioso batería que se topa con un profesor a medio camino entre el Sargento Hartman de "La chaqueta metálica" y el Highway de "El sargento de hierro". El resultado del encuentro es un puñado de escenas hipnóticas y un dilema ético de rabiosa actualidad en el mundo políticamente correcto que vivimos.

*****

Guión: Damien Chazelle.
País: EEUU.
Duración: 106 min.
Género: Drama.
Reparto: Miles Teller (Andrew), J.K. Simmons (Fletcher), Melissa Benoist (Nicole), Paul Reiser (Jim), Austin Stowell (Ryan), Nate Lang (Carl).
Producción: Jason Blum, Helen Estabrook, Michel Litvak, David Lancaster.
Música: Justin Hurwitz.
Fotografía: Sharone Meir.
Montaje: Tom Cross.
Diseño de producción: Melanie Jones.
Vestuario: Lisa Norcia.
Distribuidora: Sony Pictures Releasing de España.
Estreno en España: 16 Enero 2015.

Calificación por edades: No recomendada para menores de 12 años.

Si hay una película reciente que no me da miedo recomendar a todo el mundo es ésta. Si alguien no ha oído hablar sobre ella o tiene reparos por lo poco que se ha publicitado, por lo críptico del cartel o por la poca incidencia en taquilla yo le diría que deje a un lado sus medios porque merece la pena.




Casi todos los años hay un título sorpresa en los Óscars del que casi nadie ha oído hablar hasta que se hacen públicas las candidaturas y entonces colecciona unas cuantas nominaciones y hasta alguna estatuilla. Otro caso habitual es el de la película independiente que de pronto se convierte en título de culto porque todos los que la ven se quedan impactados y sobredimensionan sus virtudes por el mero hecho de ser una película a contracorriente o lejana a los gustos que dominan la taquilla.

“Whiplash” ha conjugado en 2014 ambas cosas, ganó tres óscars, ha estado apestada en las carteleras con horarios prohibitivos a causa de la mala acogida popular, pero es una película que yo recomendaría vivamente y que se convertirá en obra de culto seguro. Con la duración milimétricamente ajustada para que sepa a poco, se pasa en un suspiro y está magníficamente hecha y fantásticamente interpretada. Es de esos títulos perfectos en sí mismos y me explico: un director puede contar una historia que guste más o menos, pero cuando lo que se relata difícilmente se puede relatar mejor estamos ante una película redonda.


El argumento se puede explicar en dos líneas. Para no destripar cosas digamos que un joven y ambicioso batería se topa de pronto con un profesor que metería miedo al mismísimo sargento de hierro y hasta ahí se puede contar. No importa tanto lo que sucede como el choque de personalidades y cómo nos lo cuentan (el trabajo tras la cámara y con el montaje son excepcionales) y por eso mismo esta película hay que verla porque es toda una experiencia.

Podría rellenar líneas y líneas de reseña alabando la brillante actuación de J. K. Simmons (premiada con un óscar a mejor actor secundario con todo merecimiento) o la excelente réplica del joven Miles Teller (algunos los conoceréis por su antipático personaje en la saga “Divergente” por ejemplo), pero baste con apuntarlo porque lo que realmente me gustaría destacar es el enfrentamiento entre personalidades que se ha propuesto desde el guión.


La pregunta que nos susurra la película tiene relación directa con el choque de trenes que se produce entre los personajes: ¿necesita un talento por pulir el empuje obsesivo de un maestro sin escrúpulos? O en términos más absolutos ¿saca el ser humano lo mejor de sí mismo con extrema presión o con comprensión y un tutelaje amable?

Difícil de responder, supongo que como todo depende, pero es curioso comprobar como esta película se sitúa a medio camino entre el sangre, sudor y lágrimas que se estiló en otras épocas y esa teoría que dice que sólo en un ambiente confortable y comprensivo puede sacarse lo mejor del individuo. El guión parece insinuar que sí, que la agresión psicológica en la enseñanza es repudiable, pero que habrá personalidades que lograrán más sometidas a ella. Yo no sé qué es mejor ni más adecuado, no me parece siempre un buen método el de la letra con sangre entra, pero me parece que este es un tema fascinante que esta película ha sabido exponer a la perfección para invitar al debate.



Ya digo, yo no me la perdería, es algo más de hora y media de cine con mayúsculas, encontronazo de personalidades, buena música, escenas contundentes, intensidad dramática....Puedo entender que sin información, sin los aparatos publicitarios de otros estudios no se haya ido a verla, pero lo que no entendería tanto es que vayáis a verla y no os guste. Me la juego, yo se la recomendaría a todo el mundo.