Muy buena película dotada de la atmósfera y clima de la
guerra fría, con un Spielberg distinto a sus títulos más populares, más
frío, menos pasional, pero en el que palpas calidad en cada escena. Como argumento
de espías todo está soterrado, todo es sutil, en todo momento intuyes que
suceden muchas más cosas de las evidentes aunque la lectura final sí es
evidente: la desconfianza conduce a más desconfianza mientras que el respeto a
todo lo contrario. Y destacar también la mano de los Coen en el guión,
ayudan a dar verismo con cierta comicidad a una película muy seria, aunque Tom
Hanks y Mark Rylance también humanizan la trama pese a no soltar ni
una sonrisa.
Título original: Bridge of spies.
País: EEUU.
Duración: 141 min.
Género: Espionaje, histórica.
Reparto: Tom Hanks (James B. Donovan), Alan Alda (Thomas
Watters), Amy Ryan (Mary McKenna), Mark Rylance (Rudolf Abel).
Guión: Matt Charman, Ethan Coen y Joel Coen.
Producción: Kristie Macosko Krieger, Marc Platt y Steven
Spielberg.
Música: Thomas Newman.
Fotografía: Janusz Kaminski. E
streno en España: 4 Diciembre 2015.
Calificación por edades: No recomendada para menores de 12
años.
Recomendaría a todos aquellos con ganas de un relato
inspirado en hechos reales, con factura clásica, con verdadero clima de espías
y a los que no les importe que les den todas las implicaciones de un argumento
mascadas.
Todo gran autor deja su sello en cada una de sus obras y Steven
Spielberg no es menos, por supuesto (que el protagonista de “El
puente de los espías” sea una persona íntegra, buen padre de familia y buen
profesional es una de esas marcas de la casa); pero ¡cómo me gusta cuando
Spielberg abandona ese cine que sabe que le funciona y se arriesga! Aunque le
saliera un ladrillo con “Lincoln”
y “Atrápame si puedes”, “Inteligencia artificial” y “Munich”
no sean precisamente fáciles, todas estas películas han enriquecido su
filmografía con atmósferas y estilos distintos y en todas se nota calidad y un
trabajo enorme en cada fotograma.
“El puente de los espías” es otra de sus películas “a
contracorriente”. Aún diré más, apuesta decididamente por ser distinta, el
guión lo firman junto a Matt Charman los hermanos Coen (grandiosa
aportación), que yo diría que representan como nadie la vocación de autoría en
el cine de los Estados Unidos. Me apuesto lo que queráis a que esa frase
recurrente “¿Ayudaría?” de Rudolf Abel (magnífico y oscarizable Mark Rylance)
es idea de ellos, así como el surrealista encuentro del protagonista con el
emisario soviético en el Berlín de la RDA.
El caso es que Spielberg se saca de la manga una película
que no se parece a ninguna otra suya y que no se parece a ninguna otra que se
haya visto, salvo quizás a otra de espías, pero no a lo James Bond y tampoco en
plan parodia, como se estila ahora, ésta va en serio. Está inspirada en hechos
reales, nos alecciona sobre la situación de Alemania y el mundo en plena guerra
fría (año 1960), nos lleva al año en que se colocó el Muro de la vergüenza en
la capital alemana y penetra en los circunspectos y ceremoniosos procedimientos
judiciales de un Estados Unidos obsesionado con el comunismo.
La atmósfera del film es fría (de nuevo otro extraordinario
trabajo de Janusz Kamisnki y van...), la ambientación tan opresiva como
la propia guerra fría entre Estados Unidos y Rusia, el desarrollo minucioso
pero con mucha información soterrada que hay que hilar atendiendo a diálogos y
también a gestos y miradas...El desarrollo está perfectamente narrado pero no es
una película facilona, vamos, no te lo dan todo mascado y tienes que prestar
atención porque igual se te escapa algún detalle importante si no lo haces.
¡¡¡Qué menos en una película de espías, pero de espías de verdad!!! No es “El
topo”, ni “La conversación”, es más asequible que esas, pero yo
invitaría a que hagáis ese ejercicio de máxima atención porque si no algo os lo
perderéis. Hago cuatro preguntas (alguna más fácil que otra) a modo de ejemplo
para reflexionar tras el visionado ¿Es la familia de Abel su verdadera
familia? ¿Es fortuito el robo del
abrigo? ¿Ha piado el piloto norteamericano con los soviéticos? ¿Confían en Abel
los rusos cuando hacen el intercambio?
Si sabéis responderlas sin dudas es que habéis estado atentos.
No sólo es una película que respeta la inteligencia del
espectador, tiene una poderoso suspense interno y trata además un tema
fascinante (toda una época y el sentir entre dos bloques políticos) que tiene
su moraleja (otra marca Spielberg). Yo diría que la idea es que la desconfianza
genera más desconfianza que crece de forma geométrica y provoca una pescadilla
que se muerde la cola, mientras que el respeto, la humanidad, la comprensión y
la empatía rompen el círculo vicioso y provocan el efecto contrario. Atención a
la relación entre James B. Donovan y Rudolf Abel porque es la única sana y
verdaderamente humana que hay en toda la película (descarto la familia del
protagonista, que eso se da por supuesto). Ese “afecto” o llamémosle respeto
entre uno y otro es lo que salva a uno y termina siendo una recompensa para el
otro. Me encanta el momento en que Abel le cuenta a Donovan la historia del
hombre corriente que un día hace algo especial (otro “made in” Spielberg, pero
¡¡¡qué grande!!!).
Y como quien más quien menos puede sentirse defraudado de
que la película no sea el sumun del entretenimiento, decir que no todo puede
palpitar al ritmo endemoniado de las nuevas tecnologías y el nuevo mundo
audiovisual, que a veces una buena historia con algo que contar y de la que se
puede aprender algo, debe contarse con cierta pausa, al modo clásico, como ésta
y que no por eso es mejor ni peor, aunque sí sea necesaria para no olvidar
nuestro pasado cuando de todos modos, no está tan lejano, pero parece ya
pertenecer a otra época y otro mundo.
No sé donde leí o escuché que le fallaba el final a esta
película porque quedaba lánguido. A mí me pareció sensacional. No hace falta
remarcar siempre, ni acentuar los grandes momentos para que nos demos cuenta
que lo son, no queremos que sea siempre una rimbombante banda sonora la que nos
recalque un instante, no me gustaría ver siempre la misma película. Para mí el
final es perfecto, con dos detalles y el resumen de lo que les pasará a los
personajes no los dicen todo.
¡¡¡CUIDADO SPOILER!!!!
Spielberg hace dos paralelismos sin que nadie diga ni una
sola palabra. James B. Donovan viaja en el metro en Estados Unidos, una mujer
lee lo que ha hecho y le mira, pero ya no es con desprecio y esboza una sonrisa
y por la ventana Donovan ve a unos chicos saltando verjas, ya no el Muro que
vio en Berlín........Está todo explicado, a buen entendedor pocas palabras
bastan. ¡¡¡¡Chapeau!!! ¿Qué fácil, no? Pues eso es CINE