El director iraní logró con esta película su segundo óscar a la mejor película de habla no inglesa tras "Nader y Simin, una separación" (2011). Partiendo de un suceso más o menos cotidiano (no lo es tanto la causa), una mudanza, nos cuenta un suceso que trastorna por completo la vida de los protagonistas, un matrimonio de actores (él además es profesor) que interpretan en un teatro de Teherán la obra "Muerte de un viajante". Para mi gusto (opinión subjetiva y personal) la película hubiera ganado con menos metraje, pero realmente Farhadi cuenta exactamente lo que pretende (también es el guionista) y, sin duda, es un maestro de la precisión narrativa. Una vez más, como sucede con el mejor cine, no sólo importa lo que se cuenta, sino incluso más lo que no se cuenta, lo que no se dice y no se ve pero se sobreentiende y se anticipa. Es una película que habla sobre la sociedad iraní, sobre las relaciones personales, sobre prejuicios, sobre la humillación, sobre el matrimonio, sobre la violencia de género.....Que duda cabe que Farhadi es uno de los grandes de la actualidad.