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Viendo la filmografía de Spike Lee esta película es una rareza porque no es su estilo filmar con la vista tan puesta en el gran público y con la intención primordial de entretener, pero me sigue pareciendo uno de sus títulos más recomendables. Se trata de un thriller policiaco-criminal de acción sobre un "robo perfecto" a un banco en Nueva York y enfrenta, como en el mejor cine de este género, a un bueno (Denzel Washington) y un malo (Clive Owen) que, a ambos lados de la ley, te hipnotizan siendo los mejores en lo suyo. Lee filma con nervio, acierta en la puesta en escena y consigue mantenernos con sumo interés durante todo el desarrollo aprovechando un guión que depara varias sorpresas (hay quien le ve pegas, a mí me parece que cumple), pero lo mejor es que a eso une sus inquietudes habituales incorporando cierta denuncia y crítica social y mostrando las complejidades que nos quedan ocultas en cualquier suceso de este tipo.
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