Título original: The town.
País: EEUU.
Género: Drama, thriller.
Reparto: Ben Affleck (Doug MacRay), Rebecca Hall (Claire Keesey), Jon Hamm (agente Adam Frawley), Jeremy Renner (James Coughlin), Blake Lively (Krista Coughlin), Pete Postlethwaite (Fergus “Fergie” Colm), Chris Cooper (Stephen MacRay), Slaine (Albert Magloan), Owen Burke (Desmond Elden), Titus Welliver (Dino Ciampa). Guión: Peter Craig, Ben Affleck y Aaron Stockard; basado en la novela “Prince of thieves” de Chuck Hogan.
Producción: Graham King y Basil Iwanyk.
Música: Harry Gregson-Williams y David Buckley.
Fotografía: Robert Elswit.
Montaje: Dylan Tichenor.
Diseño de producción: Sharon Seymour.
Vestuario: Susan Matheson.
Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España.
Estreno en USA: 17 Septiembre 2010.
Estreno en España: 29 Octubre 2010.
Se esperaba con bastante expectación la que es la segunda película de Ben Affleck como director tras el buen debut que tuvo con “Adiós pequeña, adiós” y por los comentarios que la emparentaban con “Heat”, lo cual era decir mucho porque la película de Michael Mann es ya todo un clásico del cine criminal que aprovecho para recomendar si alguien no la ha visto (a mí cada día que pasa me gusta más y en su estreno la vi dos veces en dos semanas, cosa que he hecho en contadas ocasiones).
El caso es que Ben Affleck es un tipo que desconcierta, seguramente con más fama que aciertos en su filmografía, y capaz de dar en cualquier momento una de cal y una de arena; pero hay dos cosas que le salvan: una es su capacidad de trabajo (en apenas veinte años lleva un ritmo de casi dos películas al año) y otra es la capacidad de reírse de sí mismo, un sentido del humor que lo ha rescatado del “fango” fílmico tras bodrios como “Armageddon”, “Daredevil”, “Paycheck” o “Gigli” (alguno también incluiría “Pearl Harbour, yo no) gracias casi siempre a su amiguete Kevin Smith con títulos como “Mallrats”, “Dogma” o “Jay y Bob el silencioso contraatacan”.
Sea como fuere el caso es que Affleck es una estrella de Hollywood, pero realmente sólo hacen peso específico en su carrera un puñado escaso de películas entre las que rescataría a “Persiguiendo a Amy” (también la mejor película de Kevin Smith, con permiso de “Clerks”), “Shakespeare enamorado” y sobretodo “El indomable Will Hunting”, con la que firmó el guión que ganaría el óscar en colaboración con su coleguilla Matt Damon. Y uno intuye vista su trayectoria que su verdadera valía está tras la cámara escribiendo o dirigiendo.
Evidentemente demostró que sabía escribir guiones con “El indomable Will Hunting” y lo ha refrendado con sus dos películas como director. “Adiós pequeña adiós” fue una agradable e inesperada sorpresa en 2007 y el caso es que con esta “The town” mantiene un buen nivel. Es como si el gamberrete se pusiera de pronto serio al tener que afrontar un proyecto propio y se dedicara a temas y argumentos más profundos, de mayor calado dramático.
En esta ocasión explora uno de los barrios de Boston, la ciudad a la que hace referencia el título y nos muestra a un grupo de cacos liderados por dos amigos, Doug (Affleck) y y James (Renner), que se dedican a robar bancos, pero no estamos ante una película de acción al uso (nada tiene que ver con los títulos adrenalíticos de ahora a pesar de que sí tenga escenas visualmente muy atractivas, las de los robos, con un planteamiento similar a la ya mencionada “Heat” o a títulos de Frankenheimer como “Ronin” u “Operación Reno”, en la que participó Affleck.
El argumento, entretenido cuando menos, le posibilita a Affleck hablar de temas importantes como la forma en que condiciona el lugar donde se nace, crece y vive; lo “atrapados” que estamos a este contexto muchas veces y que nos impide mejorar nuestras vidas (me ha parecido excepcional, en relación a ello el enfrentamiento entre el personaje de Ben Affleck y el de Pete Postlehwaite, como siempre soberbio en su actuación); habla sobre la amistad (Doug y James son amigos, pero sus motivaciones son diferentes y esto resquebraja su relación y la pone en peligro); habla sobre el enfrentamiento entre los dos lados de la ley (pero no planteado como una lucha entre buenos y los malos, sino de una manera diferente que enriquece la película) y también plantea una historia romántica que se asemeja mucho a la que se nos contaba en “Heat” entre el personaje de Robert de Niro y el de Amy Brenneman.
Es decir, estamos ante un policiaco muy serio, de corte clásico, que pretende explorar ambientes, personajes y un microcosmos muy concreto, con interesantes temas de fondo, siguiendo la línea de un cine reciente de este género que ha dado bastante buenos títulos como “Infiltrados”, “La noche es nuestra”, “Miércoles de ceniza” o “Antes de que el diablo sepas que has muerto”. Y aunque, en efecto, la película da la sensación de no aportar nada esencialmente nuevo y quizás le falta un poquito de intensidad (fijaros que la historia romántica queda un poco fría), hay que reconocer que está bien construida, que se ve con interés de principio a fin y que está por encima de la media de lo habitual.
Me ha gustado especialmente el choque de actuaciones entre Ben Affleck y Jeremy Renner (está que se “sale” desde “En tierra hostil”) y es brillante la escena en la que por fin Doug le revela a James cuál quiere que sea su futuro, pero sobretodo me gusta cómo se ha desarrollado de forma coral la historia y cómo se aprovecha para explicarnos todo lo atractivo que puede tener un lugar (esas tomas aéreas, el realismo de las calles) y a su vez todo por lo que alguien como el protagonista desea marcharse (ese honor malentendido que representa Pete Postlehwaite o la violencia y el temor que se respira en las calles).
En definitiva, una película que merece la pena aunque no sea redonda y que sigue augurando un futuro interesante para Ben Affleck detrás de la cámara. Seguiremos sus pasos.
El caso es que Ben Affleck es un tipo que desconcierta, seguramente con más fama que aciertos en su filmografía, y capaz de dar en cualquier momento una de cal y una de arena; pero hay dos cosas que le salvan: una es su capacidad de trabajo (en apenas veinte años lleva un ritmo de casi dos películas al año) y otra es la capacidad de reírse de sí mismo, un sentido del humor que lo ha rescatado del “fango” fílmico tras bodrios como “Armageddon”, “Daredevil”, “Paycheck” o “Gigli” (alguno también incluiría “Pearl Harbour, yo no) gracias casi siempre a su amiguete Kevin Smith con títulos como “Mallrats”, “Dogma” o “Jay y Bob el silencioso contraatacan”.
Sea como fuere el caso es que Affleck es una estrella de Hollywood, pero realmente sólo hacen peso específico en su carrera un puñado escaso de películas entre las que rescataría a “Persiguiendo a Amy” (también la mejor película de Kevin Smith, con permiso de “Clerks”), “Shakespeare enamorado” y sobretodo “El indomable Will Hunting”, con la que firmó el guión que ganaría el óscar en colaboración con su coleguilla Matt Damon. Y uno intuye vista su trayectoria que su verdadera valía está tras la cámara escribiendo o dirigiendo.
Evidentemente demostró que sabía escribir guiones con “El indomable Will Hunting” y lo ha refrendado con sus dos películas como director. “Adiós pequeña adiós” fue una agradable e inesperada sorpresa en 2007 y el caso es que con esta “The town” mantiene un buen nivel. Es como si el gamberrete se pusiera de pronto serio al tener que afrontar un proyecto propio y se dedicara a temas y argumentos más profundos, de mayor calado dramático.
En esta ocasión explora uno de los barrios de Boston, la ciudad a la que hace referencia el título y nos muestra a un grupo de cacos liderados por dos amigos, Doug (Affleck) y y James (Renner), que se dedican a robar bancos, pero no estamos ante una película de acción al uso (nada tiene que ver con los títulos adrenalíticos de ahora a pesar de que sí tenga escenas visualmente muy atractivas, las de los robos, con un planteamiento similar a la ya mencionada “Heat” o a títulos de Frankenheimer como “Ronin” u “Operación Reno”, en la que participó Affleck.
El argumento, entretenido cuando menos, le posibilita a Affleck hablar de temas importantes como la forma en que condiciona el lugar donde se nace, crece y vive; lo “atrapados” que estamos a este contexto muchas veces y que nos impide mejorar nuestras vidas (me ha parecido excepcional, en relación a ello el enfrentamiento entre el personaje de Ben Affleck y el de Pete Postlehwaite, como siempre soberbio en su actuación); habla sobre la amistad (Doug y James son amigos, pero sus motivaciones son diferentes y esto resquebraja su relación y la pone en peligro); habla sobre el enfrentamiento entre los dos lados de la ley (pero no planteado como una lucha entre buenos y los malos, sino de una manera diferente que enriquece la película) y también plantea una historia romántica que se asemeja mucho a la que se nos contaba en “Heat” entre el personaje de Robert de Niro y el de Amy Brenneman.
Es decir, estamos ante un policiaco muy serio, de corte clásico, que pretende explorar ambientes, personajes y un microcosmos muy concreto, con interesantes temas de fondo, siguiendo la línea de un cine reciente de este género que ha dado bastante buenos títulos como “Infiltrados”, “La noche es nuestra”, “Miércoles de ceniza” o “Antes de que el diablo sepas que has muerto”. Y aunque, en efecto, la película da la sensación de no aportar nada esencialmente nuevo y quizás le falta un poquito de intensidad (fijaros que la historia romántica queda un poco fría), hay que reconocer que está bien construida, que se ve con interés de principio a fin y que está por encima de la media de lo habitual.
Me ha gustado especialmente el choque de actuaciones entre Ben Affleck y Jeremy Renner (está que se “sale” desde “En tierra hostil”) y es brillante la escena en la que por fin Doug le revela a James cuál quiere que sea su futuro, pero sobretodo me gusta cómo se ha desarrollado de forma coral la historia y cómo se aprovecha para explicarnos todo lo atractivo que puede tener un lugar (esas tomas aéreas, el realismo de las calles) y a su vez todo por lo que alguien como el protagonista desea marcharse (ese honor malentendido que representa Pete Postlehwaite o la violencia y el temor que se respira en las calles).
En definitiva, una película que merece la pena aunque no sea redonda y que sigue augurando un futuro interesante para Ben Affleck detrás de la cámara. Seguiremos sus pasos.