viernes, 12 de agosto de 2011

“Medianoche en París” (Woody Allen, 2011)

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Guión: Woody Allen.
Países: España y EEUU.
Duración: 94 min.
Género: Comedia romántica, fantástico.
Reparto: Owen Wilson (Gil), Marion Cotillard (Adriana), Rachel McAdams (Inez), Kathy Bates (Gert), Michael Sheen (Paul), Adrien Brody (Salvador), Nina Arianda (Carol), Mimi Kennedy (Wendy), Kurt Fuller (John), Carla Bruni (guía del museo), Léa Seydoux (Gabrielle), Tom Hiddleston.
Producción: Letty Aronson, Stephen Tenenbaum y Jaume Roures.
Fotografía: Darius Khondji.
Montaje: Alisa Lepselter.
Dirección artística: Anne Seibel.
Vestuario: Sonia Grance.
Distribuidora: Alta Classics.
Estreno en USA: 20 Mayo 2011.
Estreno en España: 13 Mayo 2011.
Apta para todos los públicos.


No sé si lo hará así, pero me imagino a Woody Allen siguiendo año a año una misma rutina, como si hacer películas fuera sencillo..... Lo visualizo una vez acabadas las promociones de su último estreno pasando unos días por Europa o tocando el jazz en algún local de Manhattan y al poco, con la chispa de una idea en la cabeza, de nuevo enfrascado en su escritorio preparando un nuevo guión, diseñando el rodaje, dialogando con la productora para buscar actores, localizaciones..... Ahora mismo tendrá avanzada ya la siguiente y así un año tras otro y que dure.

Es evidente que ese ritmo creativo sólo puede seguirlo un auténtico genio capaz de idear uno tras otro un guión interesante al año y resulta literalmente imposible mantener el nivel siempre por lo que en ocasiones se le perdona a Allen que su última película en lugar de brillante se quede en meramente entretenida o ingeniosa, un poco lo que pasó con la anterior, “Conocerás al hombre de tus sueños” que para mi gusto le quedó ligeramente insulsa sobretodo teniendo en cuenta que en 2009 rodó esa delicia del humor irónico que es “Si la cosa funciona” y que os recomiendo efusivamente.
























Este año su película se ha convertido en algo especial, en un acontecimiento y es así porque no sólo nos regala un argumento entretenido como pocos sino porque parece que ha dado en la diana y se ha metido en el bolsillo a público y crítica a los dos lados del gran charco, lo cual, muy pocas veces le había pasado hasta ahora.

“Midnight in Paris” nos gusta a los europeos, les gusta a los estadounidenses (es su película más vista por allí), gusta a grandes, a jóvenes y a chicos y es que en esa constante reinvención que Allen lleva a cabo en su cine con cada título, en esta ocasión ha metido en el cocktail un poquito de todo lo que antes le ha funcionado en una mezcla con muchos ingredientes que podemos reconocer en su cine anterior: ironía, romanticismo, guerra de sexos, evocación del pasado, esteticismo, fascinación por los viajes y incluso fantástico.

Particularmente y sólo porque a tramos decae un poco para mi gusto la encuentro un peldaño por debajo de sus mejores títulos, entre los que citaría “Manhattan”(1979), “Hannah y sus hermanas” (1986), “Annie Hall”(1977), Match Point (2005), “Broadway Danny rose”(1984) y “Si la cosa funciona” (2009) pero seguro que está entre sus mejores títulos.

La película comienza con unos minutos en los que se recorre París a golpe de bellas imágenes yuxtapuestas una tras otras que nos llevan a los lugares más emblemáticos como si estuviéramos recorriendo un álbum de postales y con música de jazz de fondo (exquisita como siempre la banda sonora con temas magníficos de Cole Porter, Sydney Bechet o Josephine Baker que resuenan en tu mente al salir del cine). No se puede empezar mejor, se gana desde ese momento al público y penetramos en la película por las calles de la ciudad más bella del mundo. Es imposible ir a París y que no te enamore, pero mucho más haberla visitado y que las imágenes de esta película te dejen indiferente (Allen sabe muy bien lo que hace, nos conquista con lo que pone delante de su cámara y de paso viaja por los lugares más atractivos del mundo).






















A continuación nos encontramos con Gil e Inez, una pareja prometida que se encuentran de viaje en París con los padres de ella. Parte del atractivo a priori de la película es ese giro que nos pide la publicidad de la película que no contemos. Yo tampoco lo voy a hacer, pero es lo que le da la chispa al argumento y lo convierte en único. Intuyo que gracias a él y a los diálogos es muy probable que Woody Allen acumule una nueva nominación al óscar como mejor guionista (al menos es lo que ya se rumorea). Particularmente no es eso sólo lo que me convence sino además las reflexiones en alto que nos cuela de tapadillo Woody Allen en su cine y que tienen un poso existencialista y serio aunque nos lo disfrace de comedia romántica: la, en ocasiones, falsa y a la vez muy humana sensación que todos tenemos de que podríamos estar mejor viviendo otro tipo de vida o con otra compañía y eso tan manido de que “cualquier tiempo pasado fue mejor”. Lo que me gusta es que precisamente porque comprobarlo es imposible sin arriesgar el presente, Woody Allen ironiza sobre ello y lo convierte en una fantasía muy divertida.

Como viene siendo habitual en muchas de sus últimas películas Allen ya no se dirige a sí mismo, pero vuelve a “salir” encarnado en el cuerpo de Owen Wilson y pienso que esta elección de casting es otro acierto de la película de cara a enganchar a más gente y lo cierto es que Wilson cumple a la perfección con su personaje y conecta bien con nosotros porque es un tipo muy normal, muy como cualquiera de los que estamos en el cine.




















Las otras grandes bazas del reparto, sin contar con que, como en todas las películas de Allen, el elenco al completo está magnífico, son por motivos distintos Marion Cotillard, Michael Sheen y Carla Bruni. La primera porque es una actriz que por sí misma hace subir enteros cualquier título en el que participa, el segundo porque su personaje de galán intachable es fuente inagotable de momentos de una ironía desbordante y la tercera porque su fama como primera dama de Sarkozy seguro que va más allá de lo puramente fílmico. Con esto no digo que Rachel McAdams, Kurt Fuller, Kathy Bates o Adrian Brody no estén brillantes, que también. Al loro con Adrian Brody en concreto, su personaje tiene unas intervenciones inolvidables jeje

Y a parte de la dirección, del guión, de los actores, de la banda sonora me gustaría destacar también la puesta en escena....La verdad es que esta película lo tiene todo....El equipo artístico de Woody Allen en esta película hace un grandioso trabajo y nos traslada literalmente a lugares lejanos con todo su glamour y encanto haciendo que las imágenes no deleiten la visual.

Vamos, que esperando encontrar una buena película más de Woody Allen a comienzo de este verano (se estrenó con éxito en cannes) nos topamos con algo así como un dulce, un comedia deliciosa e inolvidable con un París resplandeciente, una música y unos escenarios evocadores y nostálgicos y un argumento entretenido ante todo pero también inspirador para que le demos al coco......es posible que ningún otro lugar y ningún otro tiempo pasado fuera realmente mejor, pero sin duda mereció la pena vivirlo.



MIS ESCENAS FAVORITAS ¡¡¡¡CUIDADO, CONTIENE SPOILERS!!!!!!

- Las imágenes iniciales del recorrido por los lugares emblemáticos de París culminados por la ciudad bajo la lluvia con la música de jazz de fondo.

- Esas en las que Gil tiene que aguantar al pedante e insoportable de Paul mientras a Inez se le cae la baba sobretodo el momento en que Gil trata de zafarse de él sin fortuna porque tienen muchos “compromisos”, el de la fiesta nocturna y ese en el que discute con la guía (Carla Bruni) acerca de Rodin.
- La primera noche en la que Gil se marcha caminando por las orillas del Sena y el momento en que le invitan a subir al coche.
- Los encuentros con Dalí, Luis Buñuel, Picasso y Man Ray.
- Al final de la película el detective perdido en la corte de Luis XIV.
- Gil encontrando pareja de forma insospechada en París.