lunes, 29 de julio de 2013

“Star Trek: En la oscuridad” (J.J. Abrams, 2013)

J. J. Abrams consigue de nuevo entretener y convencer con la segunda entrega del reboot de Star Trek no sólo porque filma vibrantes escenas de acción sino, lo que es mejor, diálogos en los que los personajes atrapan tu interés (gracias a los actores y gracias al énfasis que en ellos pone el director).

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Título original: Star Trek: Into darkness.
País: EEUU.
Duración: 132 min.
Género: Ciencia-ficción, acción.
Reparto: Chris Pine (capitán James T. Kirk), Zachary Quinto (Spock), Zoë Saldana (Uhura), Karl Urban (Bones), John Cho (Hikaru Sulu), Anton Yelchin (Pavel Chekov), Simon Pegg  (Scotty), Alice Eve (Dra. Carol Marcus), Bruce Greenwood  (Christopher Pike), Benedict Cumberbatch (John Harrison), Peter Weller (almirante).
Guión: Alex Kurtzman, Damon Lindelof y Roberto Orci; basado en la serie de televisión “Star Trek” creada por Gene Roddenberry.
Producción: J.J. Abrams, Bryan Burk, Alex Kurtzman, Damon Lindelof y Roberto Orci. 
Música: Michael Giacchino.
Fotografía: Dan Mindel.
Montaje: Maryann Brandon y Mary Jo Markey.
Diseño de producción: Scott Chambliss.
Vestuario: Michael Kaplan.
Distribuidora: Paramount Pictures Spain.
Estreno en USA: 16 Mayo 2013.
Estreno en España: 5 Julio 2013.
Calificación por edades: No recomendada para menores de 12 años.

Recomendada para los amantes de la ciencia-ficción y la acción, aunque la película puede resultar entretenida para todo el mundo. Los Trekkes disfrutarán con el nuevo impulso épico que adquiere el reboot y los que no lo sean dispondrán de dos horas de un buen pasatiempo fantástico trepidante y sin pausa.

RESEÑA COMPLETA YA DISPONIBLE




 

Seguramente lo que ha hecho que la saga de Star Trek se haya recuperado para el cine sea ese tono épico que J. J. Abrams ha sabido darle a las dos entregas que hemos visto hasta ahora del reboot y esas escenas de acción que se suceden una tras otra y que convierten estas películas en un entretenimiento de primer orden.

En cambio lo que a mí más me gusta no es que veamos huidas trepidantes de alienígenas en planetas de extraña vegetación; enfrentamientos, tiroteos y peleas en lugares inconcebibles; naves que huyen, giran sin gravedad o caen aparatosamente o seres humanos y vulcanianos desafiando las leyes de la física  sea en medio de un volcán en erupción o con un salto imposible entre naves....Todo eso está muy bien para mantenernos pegados a nuestra butaca con la boca abierta y el máximo interés puesto en la pantalla, claro que sí...pero lo que realmente pienso que hace que la nueva saga de Star Trek funcione es que hay personajes que despiertan un interés porque se enfrentan, colaboran, sufren, se pelean, se reconcilian, hacen bromas o se ponen serios con total credibilidad. 




Creo que hasta la fecha J. J. Abrams no ha hecho una película redonda, pero todas (en menor medida quizás “Misión imposible 3” que me parece la más floja hasta ahora) entretienen y poseen personajes con los que conectas, así que creo que anda cerca de alcanzar sus mejores logros (espero que sea con Star Wars).

Dejando a un lado las trepidantes pero en la mayoría de los casos “rebuscadas” escenas de acción (siempre digo que ese querer “rizar el rizo” constantemente para aprovechar los efectos visuales es el gran defecto del actual cine de evasión), me parece que la resolución que da Chris Pine a su Capitán Kirk; las soterradas emociones que Zachary Quinto sepulta bajo el rostro hierático de Spock; la indisimulada pasión que Zoe Saldana da a Uhura, el contrapunto cómico que aportan Simon Pegg y Anton Yelchin a Scotty y Chekov o ese Karl Urban haciendo de médico cascarrabias son los grandes aciertos de la nueva saga y en esta película el gran acierto es Benedict Cumberbatch haciendo de un malo que está más que a la altura.



Sin los actores y sin la determinación del director para que sean ellos el verdadero “efecto especial” del argumento, este reboot no sería lo mismo, por eso, sí, me lo paso bien cuando los acontecimientos se aceleran en esta  “Star Trek en la oscuridad”, pero cuando los personajes dialogan, discuten e interactúan yo me lo paso mucho mejor.

El argumento es rebuscadillo, pero no me parece tan difícil de seguir como he leído en alguna crítica aunque quiera abarcar muchas cosas. En definitiva pivota sobre dos cuestiones: la conveniencia o no de seguir las normas a toda costa y sin tener en cuenta las consecuencias y el enfrentamiento entre dos formas de entender el mundo. Lo demás son subtramas que condimentan el asunto principal, la aparición del personaje al que encarna Cumberbatch (atención Trekkes) y su enfrentamiento con la tripulación del Enterprise.

Lo que está garantizado es que las dos horas se pasan en un suspiro. Es sin duda una de las películas de este verano del 2013.