lunes, 16 de septiembre de 2013

“La gran familia española” (Daniel Sánchez Arévalo, 2013)

¿A quién se le ocurre poner una boda el día de la final del Mundial? Te hace reír, te hace pensar y en algún momento los personajes te encojen la “patata” ¿Qué más puedes pedir? Encima es muy nosotros, imperfecta pero apasionada y divertida, muy “Marca España”.

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Guión: Daniel Sánchez Arévalo.
País: España.
Duración: 101 min.
Género: Comedia.
Reparto: Antonio de la Torre (Adán), Quim Gutiérrez (Caleb), Verónica Echegui (Cris), Miquel Fernández (Daniel), Patrick Criado (Efraín), Roberto Álamo (Benjamín), Sandra Martín (Mónica), Arancha Martí (Carla), Héctor Colomé (padre).
Producción: José Antonio Félez, Fernando Bovaira, Mercedes Gamero y Mikel Lejarza. Música: Josh Rouse.
Fotografía: Juan Carlos Gómez.
Montaje: Nacho Ruiz Capillas.
Dirección artística: Satur Idarreta.
Vestuario: Tatiana Hernández.
Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España.
Estreno en España: 13 Septiembre 2013.


Recomendada para quienes quieran reír, pero también para quienes quieran algo más, eso que se dice de que las buenas comedias tienen detrás un drama y ésta tiene varios porque aunque nos partamos la caja con ellos todos los personajes tienen sus problemas y sus taras....como tú y como yo y como cualquier español que se precie....pero el Mundial lo ganamos porque “era día de ganar”.



Dudo mucho que nadie que vea esta película la tenga luego entre sus títulos favoritos, sin embargo creo que quien más quien menos se divertirá y echará unas cuantas risas o al menos se sorprenderá sonriendo, padeciendo vergüenza ajena o meditando cuan absurdos y también cuan humanos somos todos...

“La gran familia española” es una comedia alocada, excéntrica, disparatada por momentos que habla sobre los españoles de forma genérica y sobre algunos de nuestros usos y costumbres como esa pasión por el fútbol que tenemos muchos. Realmente el cogollo del argumento no es la final del mundial que ganamos, sino una boda mal planeada que reúne a dos familias y una tropa de personajes que son para darles de comer a parte.

Francamente pensé que con su cosecha de once nominaciones en los Goyas se llevaría el premio gordo porque además creo que su director Daniel Sánchez Arévalo tras “AzulOscuroCasiNegro” (2006) ¡¡¡Qué buena era!!!, “Gordos” (2009) y “Primos” (2011) empieza a acumular méritos y sin duda tiene esa personalidad que tienen los grandes; pero no fue así. Pudo ser la película, el director, Antonio de la Torre como actor, Patrick Criado como actor revelación, el guión origina, el maquillaje y peluquería, el montaje, el sonido o los efectos especiales pero ni fue ninguno de esos los que ganaron el premio. Goyas sólo hubo dos, Roberto Álamo como mejor actor de reparto y "Do you really want to be in love?" de Josh Rouse como mejor canción. Podemos decir que fue la película derrotada de los Goyas.


Y sin embargo derrota la mínima porque la película habla de los días de victoria, es un soplo de esperanza para un montón de personajes que en el fondo son unos perdedores y también para nosotros como público, que no andamos con el ánimo muy boyante. El guión, como en las grandes comedias, oculta dramas, diversos, casi uno por personaje si es que no son más; pero la ironía y el desenfado envuelven todo y no dejan que nos quedemos tristes o apesadumbrados viendo el desarrollo, al revés.....se puede asegurar que uno disfruta la película y que se sale del cine con buen ánimo.

No me parece nada fácil hacer comedia y menos las comedias corales que hace Daniel Sánchez Arévalo, que poseen un estilo propio, un sello personal y destilan una locura simpática desbordante y contagiosa sin perder de vista que detrás de la risa se esconde a veces el llanto.

El repertorio de personajes está a la altura de sus películas anteriores, de nuevo con diálogos chispeantes repletos de momentos absurdos  y desde luego los actores reflejan en pantalla el buen rollo que seguramente hubo en el rodaje. Está todo como impregnado de un cachondeo sano que te termina atrapando aunque al comienzo andes entrando en harina un poco al ralentí, que es lo que a mí me pasó.

Reconozco que sufrí momentos de terrible vergüenza ajena (el baile preboda, lo siento no puedo con él) y otros de cierto bochorno por las situaciones que se plantean, pero todo forma parte de un pastel muy completo en el que la comedia se manifiesta de diversas formas....En cambio esas apariciones casi de cine mudo de Raúl Arévalo me parecían geniales. Esas y otras claro.

Como decía al principio no es una de mis películas favoritas ni de lejos, pero el buen rato que pasé viéndola mereció el precio de la entrada y hay ocasiones en las que no es preciso que nos brinden una película redonda, a veces basta que nos den lo que esperamos y uno lo que espera viendo el cartel y leyendo el título es una película gamberra, intrascendente y sin complejos, que es lo que termina siendo.