jueves, 6 de octubre de 2016

“Julieta” (Pedro Almodóvar, 2016)


Por su contención sentimental y estilística está en las antípodas de su película anterior "Los amantes pasajeros", quizás por eso su acogida ha sido diametralmente opuesta y ha tenido notable éxito en el extranjero porque recuerda en cierto modos a los títulos de la mejor etapa de Almodóvar. En cambio a mí no me llega todo ese torrente acallado de sentimientos que entierra en sus silencios y elipsis, se me hace larga y el apoyo de la Academia española me resulta compensatorio y muy político.

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Guión: Pedro Almódóvar.
País: España.
Duración: 95 min.
Género: Drama.
Reparto: Emma Suárez, Adriana Ugarte, Inma Cuesta, Rossy de Palma, Michelle Jenner, Pilar Castro, Nathalie Poza, Darío Grandinetti, Daniel Grao.
Música: Alberto Iglesias.
Estreno en España: 8 Abril 2016.
Calificación por edades: No recomendada para menores de 12 años.



Después de ver “Julieta” mi principal conclusión es que me siento ajeno a su público. No puede ser de otro modo dado que la sensación final es que no me ha llegado como seguramente pretendía ese torrente de emociones sepultadas con el silencio de la protagonista, una mujer que prefiere enterrar su dolor con el paso de los años con una resignación estoica que, a mi juicio,  resulta fría y distante y difícil de hacer tuya. No me aburre (aunque puede hacerlo a causa de su ritmo) y no me provoca rechazo, pero es una película que me va perdiendo poco a poco y que terminé viendo con lánguido desinterés en su tramo final.

Y en cambio, como espectador intuyes que Almodóvar era justo lo que quería hacer, quizás en contraposición con el desparrame de su denostada película anterior “Los amantes pasajeros”, quizás porque quería transmitir sentimientos que son muy suyos y no le importaba que no conectaran con el público mayoritario o quizás porque pretendía hacer un ejercicio de estilo convirtiendo los silencios en recurso expresivo, no en vano su película iba a llamarse precisamente “Silencio”.

Sea como fuera me debato al escribir sobre la película entre una cierta indeferencia personal y la necesidad de destacar la valentía como “Autor” del director manchego. Creo que es un poco lo que le va a ocurrir en su carrera comercial, no gustará demasiado en general, pero sí conquista a sus seguidores y a la crítica especializada. La recepción de hecho en festivales y países habitualmente rendidos a Almodóvar como Francia, ha sido buena. La Academia española del cine la ha elegido además para representar a España en los óscars en detrimento de “La novia” y “El olivo” que personalmente me gustan más y me parece que tenían más opciones de ser elegidas en el quinteto final de escogidas y eso sólo puede significar que también tendrá el beneplácito en los Goyas para recibir nominaciones importantes. Desde mi punto de vista no se podrá quejar Almodóvar porque lo que antes le negaron ahora se lo van a devolver con menos méritos.


No sé dónde ni a quién leí que “Julieta” tiene mucho de autobiográfico, en el sentido de que Almodóvar con los años se ha refugiado en su propia soledad y en su silencio, como su protagonista. No me extrañaría porque todo su cine está salpicado de cosas suyas e intuyo que cuando escribe sus guiones lo hace volcando parte de su ánimo. El caso es que eso convierte a “Julieta” en una película no apta para todos los públicos, en el sentido diametralmente opuesto a su cine más irreverente y transgresor, porque es todo lo contrario, un remanso empapado de melancolía y tristeza interior. A mí lo que no me termina de convencer es que espero de un argumento así que me emocione y me conmueva y lo primero casi nada, más lo segundo.

Sí le veo a la película más méritos en el terreno puramente artístico. Su atmósfera delicadamente amarga me parece que está bien conseguida, las actrices cumplen (aunque personalmente me ha gustado Emma Suárez mucho más en otros trabajos y seguramente pueda premiársele en éste) y narrativamente me gusta el vaivén entre pasado y presente y esa elipsis tan comentada por la que la protagonista se hecha unos años encima quitándose una toalla que lleva en la cabeza y pasa de ser Adriana Ugarte a Emma Suárez (se va a convertir en el icono de esta película). El guión me parece bastante interesante y me gusta la simbología que usa por el suspense que provoca, aunque lo del ciervo por ejemplo te deje momentáneamente desconcertado. Reconozco que Almodóvar sabe además lo que tiene entre manos, lo que quiere conseguir y cómo lograrlo, pero de la misma manera que en otros melodramas tan suyos yo me sentía ajeno porque no conectaba emotivamente con sus personajes en esta ocasión me vuelve a pasar lo mismo. Donde yo querría desgarro interior y emoción, él se limita a una resignación casi mística, que será muy loable desde un punto de vista crítico, pero a mí me pierde.

Creo también que muchas películas han de verse en un momento concreto para disfrutarlas como merecen. También creo que cada título tiene su público. El caso es que en mi caso ni era éste el momento ni soy un buen público potencial y, desde luego, en mi experiencia como seguidor del cine de Almodóvar no es ésta de mis películas favoritas.