martes, 15 de abril de 2008

"No es país para viejos" (Joel & Ethan Coen, 2007)

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Título original: No country for old
País: Estados Unidos
Duración: 122 min.
Género: Drama
Reparto: Barry Corbin, Tommy Lee Jones, Woody Harrelson, Josh Brolin, Kelly MacDonald, Javier Bardem, Stephen Root, Rodger Boyce, Beth Grant, Garret Dillahunt, Tess Harper, Ana Reeder, Kit Gwin, Zach Hopkins, Chip Love, Eduardo Antonio Garcia, Gene Jones
Guión: Joel Coen, Ethan Coen
Productora: Scott Rudin Productions, Paramount vantage, Miramax Films, Mike Zoss Productions
Dirección artística: John P. Goldsmith
Diseño de Producción: Jess Gonchor
Fotografía: Roger Deakins
Montaje: Ethan Coen, Joel Coen
Música: Carter Burwell
Productor: Ethan Coen, Joel Coen, Scott Rudin
Productor asociado: David Diliberto
Productor ejecutivo: Mark Roybal, Robert Graf
Vestuario: Mary Zophres

4 óscars (Película, director, guión, actor secundario)

Reconozco que una película como “No es país para viejos” sólo puede ganar un premio como el óscar en un año flojo en que no hay títulos populares alabados por la crítica (“Fargo”, también de los Coen no ganó en su año porque no podía vencer a “La Lista de Schindler”) y cuando sus directores llevan años acumulando méritos (“Muerte entre las flores”, Barton fink”, “El gran Leboski”, “El hombre que nunca estuvo allí”, “Crueldad intolerable”, “Ladykillers”), pero sea como fuere, aunque sea una película poco “glamourosa” por así decirlo y exigente para el gran público a mí me pareció excepcional.

Desde luego y fijándose en las nominadas de este año es menos divertida pero más sofisticada que “Juno”, más asequible que “Pozos de ambición”, más redonda que “Michael Clayton” y “Expiación”, que podría haber sido su gran rival carece del alma” suficiente para arrebatar el premio a una película perfecta en sí misma.

La comparación de “No es país para viejos” con “Fargo” no es gratuita. Ambas comparten un estilo similar, su género podría definirse como suspense policiaco costumbrista, las dos son de los hermanos Coen (Ethan y Joel) y todo el mundo las emparenta porque resulta fácil hacerlo cuando su acogida entre la crítica especializada ha sido similar.

Lo que sorprendía en aquella “Fargo” viene a ser lo mismo que sorprende en “No es país para viejos”. Se tratan de historias sobre crímenes en las que se desarrolla una investigación policiaca pero todo se plantea no al uso de las películas de acción, sino con un peculiar sentido del suspense que parte de lo cotidiano, del costumbrismo. Los Coen no usan el paisaje y el entorno sólo como escenario de lo que acontece sino como protagonista mismo porque el entorno hace al individuo y por eso Moss (Josh Brolin) y Chigurn (Javier Bardem) son como son. En cuanto a esto hay que estar muy atentos a ese final anticlímatico con el sheriff Ed Tom Bell (Tommy Lee Jones) reflexionando en alto porque no es un final sin sentido, aunque cada cual debe darle uno en función de lo que ha visto.

La clave del disfrute o no de la película reside precisamente en dar un sentido a las imágenes porque quedarse sólo con el argumento sabrá a poco, muy poco. No es una película de evasión, de masas, con el ritmo acostumbrado. Es una película que se toma su tiempo, que se recrea en ambientes y situaciones, que explora las inquietudes de personajes a través de conversaciones o actitudes. Existe algo así como un suspense interno que te va llevando de escena en escena. No se te da todo mascado, no se te ofrece toda la información de manera fácil y por eso como espectador participas en lo que se te está contando, atas cabos, vas comprendiendo lentamente las interrelaciones entre los personajes y teniendo una visión de conjunto de lo que va pasando y de por qué pasa. Como espectador este tipo de cine me gusta porque me siento apreciado, porque comprendo que los responsables de la película juegan con nuestra capacidad de comprensión y cuentan con mi inteligencia (la de todos) y sensibilidad a la hora de hacer la película.

Como creadores Los hermanos Coen siempre han sido apreciados por eso. Como guionistas son magníficos (también ganaron el premio en los últimos óscars), pero es que como directores son de los pocos que pueden llamarse “autores” en el cine norteamericano actual porque construyen sus películas con un mimo y una minuciosidad apabullantes, porque se nota que “quieren” a sus personajes y diseñan las tomas de manera milimétrica para adecuarlas a lo que quieren contar. Sobre ello hay multitud de ejemplos a lo largo de la película pero por citar dos yo destacaría momentos grandiosos como la huida de Chigurn de la comisaría, el diálogo de Chigurn con el propietario de la gasolinera, el descubrimiento de Moss de los coches abandonados o la persecución de Chigurn a Moss aunque la película está repleta de grandes momentos.

Pienso que lo que para algunos como yo será minuciosidad y una suerte de suspense basada en pequeños detalles para otros supondrá un ritmo lento de acontecimientos, una pausa excesiva en el devenir de la historia, pero me gustaría distinguir que una cosa muy distinta es que pasen o no muchas cosas y otra que estén bien o no contadas las cosas que pasan. Por así decirlo el argumento de esta película podría contarse en tres líneas y no es demasiado relevante, lo verdaderamente importante es como se narra lo que pasa, el detalle, lo bien que está explicado y el suspense e interés que se consigue en nosotros como espectadores con cada imagen y cada escena. Me refiero a que en el mero hecho de ocultar una maleta en un respiradero no hay nada relevante pero la minuciosidad con que la se cuenta y el clima de tensión y suspense que genera tal y como está contado es lo que a mí me atrapa.

A todo lo dicho, con lo que creo que queda claro que la película a mí me parece magnífica, habría que sumar la fascinación que provocan los personajes que pueblan esta historia y los magníficos papeles que hacen todos y cada uno de los actores aunque particularmente creo que hay que aplaudir y reverenciar tanto a Josh Brolin como a Javier Bardem, que se “comen” literalmente la pantalla. De Brolin se ha hablado relativamente poco y ni si quiera fue nominado en los óscar, cosa que resulta sorprendente después de ver este trabajo y el que hace en “American gangster”. Su actuación es memorable y durante gran parte del metraje de la película como espectadores vamos descubriendo los entresijos de la trama a su lado y nos identificamos con él, pero la gran estrella de la función es Javier Bardem.

Quien no haya visto esta película o no viera en su día “Antes que anochezca” (2000) pueden no entender las razones de su óscar como secundario, pero quien ha visto ambas no le queda otra que rendirse ante él. Su personaje de Antón Chigurn es antológico, es historia del cine, es un personaje que traspasa la pantalla, que se apodera de tu interés y se aloja en tu mente por mucho tiempo, trasciende más allá de lo puntual y de las modas. La actuación de Bardem es magnífica y no es una impresión personal, todo el mundo está de acuerdo y lo han aceptado como tal los grandes de Hollywood caso de Jack Nicholson por ejemplo que se deshizo en elogios. Seguramente no ganó la estatuilla por casualidad o por unos pocos votos, seguramente lo hizo por unanimidad y sólo de irrepetible cabe definir lo que ha logrado. “No es país para viejos” es en gran parte Antón Chigurn y por tanto Javier Bardem.