miércoles, 8 de octubre de 2008

"El niño con el pijama de rayas" (Mark Herman, 2008)

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Título original: The boy in the striped pyjamas

País: Estados Unidos, Reino Unido
Duración: 96 min.
Género: DramaReparto: David Thewlis, Vera Farmiga, Rupert Friend, Richard Johnson, Sheila Hancock, Jim Norton, Asa Butterfield, Jack Scanlon, David Heyman, Cara Horgan, Amber Beattie, Iván Verebély
Guión: Mark Herman
Distribuidora: Buena Vista International
Productora: Heyday Films, Miramax Films
Cásting: Leo Davis, Pippa Hall
Dirección artística: Mónika Esztán, Razvan Radu, Rod McLean, Szilvia Ritter
Diseño de Producción: Martin ChildsFotografía: Benoît Delhomme
Montaje: Michael Ellis
Música: James Horner
Productor: David Heyman, Gábor Váradi, Mary Richards, Péter Miskolczi, Rosie Alison
Productor ejecutivo: Mark Herman
Vestuario: Natalie Ward

Recuerdo que en aquel maravilloso programa que emitían en Antena 3 a la 1:00 de la madrugada, Carlos Pumares solía decir algo así como que ningún mal director puede estropear un buen guión (no sé si la cita es de su cosecha, pero recuerdo habérsela escuchado a él). Pues bien, esta película me lo ha recordado, con el apunte importante de que en este caso no se trata de que Mark Herman sea bueno o malo, se trata simplemente que el libro se ha adaptado sin correr ningún riesgo y que, por tanto, el guión y la película están por debajo de sus posibilidades aunque por encima de un estreno habitual alcanzando un nivel correcto y me pregunto ¿qué mérito tiene cuando el punto de partida era tan bueno?.

Pienso que la novela de John Boyne, de mismo nombre que la película, lo tenía todo para interesar a cualquier espectador y para conmoverlo, de hecho lo tenía todo para dejarnos K. O. en la butaca, sin palabras y con los ojos anegados de lágrimas y pienso que a la hora de llevar a cabo la adaptación los productores no se han complicado absolutamente nada y no lo han conseguido. La responsabilidad de ello probablemente recaiga sobre Miramax y Heyday, que contaban con un caballo ganador al conseguir los derechos del libro y se han limitado a poner la historia en imágenes, pero revisando los créditos me he dado cuenta que el guión lo firma el director lo cual ya es más serio porque cuando alguien firma como director y guionista de alguna manera asume lo que hace con una vocación de “autor” y ésta película sobretodo parece un encargo simplemente bien resuelto.

Quiero puntualizar que estoy hablando desde el punto de vista de alguien que pide mucho al cine cuando se tienen mimbres para ello porque quien vea la película con un interés puramente argumental la va a disfrutar. Aunque yo no pedía “La Lista de Schindler” ni “El diario de Ana Frank”, con los que “El niño con el pijama de rayas” puede emparentarse temáticamente (por cierto, si no las habéis visto son de visión obligatoria), sí que me hubiera gustado una narración más arriesgada, un mayor impacto emocional y un poquito de cosecha propia por parte del director. En cambio creo que se ha recurrido a lo fácil, una adaptación que expone las situaciones que se narran en la novela y que las recrea con mayor o menos fidelidad procurando siempre la máxima corrección. Por su puesto, literatura y cine son diferentes y una adaptación siempre exige cambios, pero en este caso casi todos ellos han eludido todo lo que suponía un riesgo y sobredimensiona la novela (ofrecer la perspectiva infantil de los hechos, la presencia de “el furias”, ahondar en el diferente punto de vista del niño protagonista respecto al de su amigo Shmuel, la huida de un planteamiento maniqueo etc) y por ello esta película me parece que no “rompe”, que no consigue en nosotros como espectadores todo lo que podría haber conseguido. Quiero pensar que si este argumento lo filma Spielberg el cine se inunda de lágrimas y las papeleras revosan cleanex y no es así. De hecho en el cine donde la vi, con un público mayoritariamente adulto y seguramente entregado, lo que más se oyeron fueron expresiones de sorpresa y no lamentos, lo cual me parece excesivamente poco para lo que vemos en esta historia.

Y en cambio y pese a todo, no me gustaría dejar con esta reseña la impresión de que esta es una película prescindible porque no lo es, merece la pena. De ella sacarán buenas impresiones muchas personas y especialmente quienes no hayan leído el libro porque argumentalmente engancha, emotivamente te atrapa y sí es cierto que los dos niños que ha escogido trasmiten la inocencia que se precisaba. El peso específico que se ha perdido en la adaptación sólo lo sentirán quienes devoraran la novela atrapados por todo lo que decía entre líneas y el resto podrá ver una película conmovedora y que se ve en un suspiro y eso pese a que todo resulta previsible desde el mismo momento en que se ve el cartel anunciador. La pena es que esta es una película pensada para quienes han leído la novela y es precisamente con quienes lo han hechos con quienes peor va a funcionar.