domingo, 28 de febrero de 2010

“Shutter island” (Martin Scorsesse, 2010)

****
País: USA.
Duración: 139 min.
Género: Drama, thriller, suspense
Interpretación: Leonardo DiCaprio (Teddy Daniels), Mark Ruffalo (Chuck Aule), Ben Kingsley (Dr. John Cawley), Michelle Williams (Dolores Chanal), Patricia Clarkson (Rachel), Max Von Sydow (Dr. Naehring), Jackie Earle Haley (George), Emily Mortimer (Rachel).
Guión: Laeta Kalogridis; basado en la novela de Dennis Lehane.
Producción: Mike Medavoy, Arnold W. Messer, Bradley J. Fischer y Martin Scorsese. Fotografía: Robert Richardson.
Montaje: Thelma Schoonmaker.
Diseño de producción: Dante Ferretti.
Vestuario: Sandy Powell.
Distribuidora: Vértice Cine.
Estreno en USA: 19 Febrero 2010.
Estreno en España: 19 Febrero 2010. No recomendada para menores de 13 años.



Desde el minuto uno de película de lo último de Scorsesse te meten de lleno en un ambiente de pesadilla que se deja ver ya en un arranque con cielo surreal, banda sonora inquietante (imitando el sonido de los barcos) y de fondo con la isla del título, toda ella un centro penitenciario del que presumiblemente y a juzgar por los acantilados que lo rodean es imposible escapar. Como espectadores avispados que somos sabemos desde el trailer y los anuncios de promoción que los agentes federales que interpretan Leonardo di Caprio y Mark Ruffalo se meten de lleno en un zancocho del quince, por lo que aunque comienza como policiaco a nadie escapa que “Shutter island” tiene mucho de suspense y de thriller claustrofóbico. Los críticos dicen que ésta es la película más hitchcockiana de Scorsesse.

Una vez en la isla hay esencialmente dos recursos que Scorsesse utiliza para mantener alto el listón del suspense con el que arranca y que funcionan a la perfección: por un lado una serie de flashbacks del protagonista que no anticipan nada bueno (me refiero a que rezuman drama denso) y por otro una serie de tipos (policías, médicos y enfermeros) que tienen una geta que no provoca la más mínima confianza, siendo especialmente desconcertantes Ben Kingsley y Max Von Sydow (los doctores Cawley y Naehring), aunque quien se lleva la palma es una paciente anciana en los jardines que con unos ojos de alma en pena recomienda a Teddy que sea discreto (desde que la ves sabes que lo que se te viene encima es algo insano, mórbido y para nada plácido). En ese momento comprendes que estás en manos de Scorsese y que te va a conducir por los recovecos argumentales de una historia asfixiante.

Anticipo desde ya que lo mejor de la película es mejor no contarlo, así que me quedo con las ganas de explicar qué te supone como espectador el plato fuerte, que llega avanzada la mitad de la película; pero sí puedo avanzar que cuando crees tener en tu mano todos los cabos para atarlos, el argumento da un bandazo y te los desata todos de golpe con lo que tienes que volver a recogerlos y empezar de nuevo.

Reconozco que pese a los indudables aciertos de esta película hubo un momento en que me desenganché ligeramente, quizás porque me empezó a pesar el tono kafkiano y la atmósfera de irrealidad que invaden todo hacia la mitad (el pasaje del pabellón de alta seguridad a mí particularmente me distancia), pero recomiendo que no se pierda la fe porque todo adquiere un sentido y cada hecho termina por cobrar lógica dentro del relato.

Scorsesse sin duda ha conseguido una de las películas más impactantes de su carrera y es muy probable que tenga su efecto en taquilla porque se verá beneficiada casi con toda seguridad por el boca a oreja.

Hay que destacar que Leonardo di Caprio realiza una interpretación muy convincente e intensa, que ayuda a que el relato posea la fuerza que tiene y convenza. Seguramente con otro actor el resultado no hubiera sido el mismo y si se piensa detenidamente borda un personaje que le permite desarrollar un abanico de matices y estados de ánimo. Por contra Mark Ruffalo y Emily Mortimer me parecen sólo correctos y sí están bien, como casi siempre, Ben Kingsley, Max Von Sydow y Jackie Earle Haley.

Como curiosidad decir que la película estaba previsto que se estrenara en octubre de 2009 en Estados Unidos, pero su distribuidora allí decidió postponer el estreno a este mes de febrero para, según razonamientos “oficiale”, no perjudicar comercialmente a la película alejándola en el tiempo a los estrenos fuertes de las candidatas a los óscars que por allí son entre octubre y diciembre (aunque la verdadera razón es que coincidía con el estreno de “Up in the air” y no tenían dinero para promocionar ambas, siendo además que Leonardo di Caprio no podía dar entrevistas de promoción por estar rodando la nueva película de Christopher Nolan; es decir, razones económicas, vamos).

Por cierto, un buen consejo, no veais el trailer antes de ver la película.