Interesante como denuncia del deterioro físico y psicológico al que llegaron los tres presos protagonistas, pero también por basarse en hechos reales y ser uno de ellos Pepe Mújica, expresidente de Uruguay. No obstante hay que advertir que no es una narración al uso porque el director opta por prescindir de discursos, datos, nombres y fechas y monta una sucesión de escenas cuyo objetivo primordial es transmitirnos la soledad, desamparo, sufrimiento íntimo y desequilibrio personal al que se llega en un cautiverio de tal duración. El interés por conocer el destino de los tres implicados ayuda a ir avanzando, pero la estructura de la película y su tempo interno no la hacen nada grata por lo que sus dos horas se hacen muy largas, sin duda, algo intencionado. Personalmente me habría conquistado, pese a ello, si hubiera logrado mayor empatía con los personajes, pero no es lo que pretende Brechner así que en mi caso la aprecio más como experimento fímico y como grito contra la inhumanidad. Consiguió el Goya a mejor guión adaptado.
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