Pese a sus problemas de producción y a que Michael Radford abandonara el proyecto y exigiera que no se la considere como suya, esta comedia costumbrista ambientada en la guerra civil se puede ver gracias a Mario Casas y a un tono amable que la hace simpática, sin más.
Países: España y Reino Unido.
Género: Comedia dramática.
Reparto: Mario Casas (Juan Castro), María Valverde (Conchi), Secun de la Rosa (el Chato), Chiqui Maya (Antonio), Mingo Ruano (Amor), Ignacio Mateos (Jesús), Tavi García (Cárdenas), Eduardo Velasco (sargento Barrionuevo), Pepa Rus (Pepi), Jesús Carroza (Churri), Luis Callejo (Troitiño).
Guión: Juan Eslava Galán; basado en su novela homónima.
Producción: Alejandra Frade y Bruce St. Clair.
Música: Óscar Navarro.
Fotografía: Ashley Rowe y Ángel Luis Fernández.
Montaje: Teresa Font.
Diseño de producción: Sophie Becher.
Vestuario: Nereida Bonmatí.
Distribuidora: Wanda Visión.
Estreno en España: 10 Mayo 2013.
Recomendada para quienes no les importe que la guerra civil sea mero telón de fondo para ver las andanzas insustanciales de un pobre gañán simpático y simplón, un buenazo atrapado en un mundo que ni le va ni le viene.
Confieso que más que ir a ver “La mula” me llevaron, o mejor
dicho aún, no quedó más remedio teniendo en cuenta horarios y oferta, lo cual,
me temo que en estos momentos en los que la cartelera no anda muy boyante es
algo desgraciadamente habitual. Esa es la gran ventaja con la que cuenta esta
película.
Si uno se informa un poco los datos no son muy buenos a
priori para ir a verla. El director que la comenzó a rodar fue el británico
Michael Radford (en su haber “1984” o “El cartero (y Pablo Neruda)”, pero la
acabó quién sabe quien después de que, enfadado con la productora por la
escasez de medios y quizás por alguna cosita más que no viene al caso, pidiera
que eliminaran su nombre de los créditos. A parte y debido al argumento y al
Macguffin del animal del título casi
todo el mundo hace paralelismos con “La vaquilla”, pero cualquier comparación
con la película de Berlanga solo puede ser mero ejercicio cinéfilo.
Vamos que si al final uno se decide a ir a verla ha de ser
porque vista la cartelera poco más hay que echarse al cuerpo, porque te apetece
echarle otro ojo al pasado y a la guerra civil o porque eres una fémina no muy
entrada en años y se te cae la baba con Mario Casas. Sea cual sea la razón el
caso es que al final ves la película y hasta puedes darle el aprobado.
Tiene para mi gusto dos cosas muy positivas “La mula”. Una
es que la ambientación está bastante lograda, que en efecto parece que te
llevan al año 39 (no sé si la fotografía lo pretende con esa factura que tiene
o es una de las razones por las que se quejó Radford) y la otra es que te hace
seguir los pasos de unos personajes que podrían ser tus vecinos en el pueblo y
eso le da una cierta cercanía, te permite hacer tuyo lo que les ocurre. Ahora
bien, eso que les ocurre, francamente,
me parece que tiene menos sustancia que un plato sin sal, es decir, asistí a la
hora y media de proyección prácticamente sin un sobresalto, sin nada que me
llamara la atención y las cuatro risas que te echas o el que te conmueva ese
gañán que es Juan Castro, buenazo como un trozo de pan, es poco bagaje para una
película que en cierto modo pretendía más cosas, aunque sólo sea demostrar por
enésima vez que el enemigo en este caso no son los nacionales ni los
republicanos.
Particularmente Mario Casas me parece que cumple, te lo
crees perfectamente como soldado inocentón y le coges cariño, y sostiene bien
la película con Secun de la Rosa (contrapunto cómico que hace que la película
remonte cuando aparece), pero con lo que yo me quedo no es con ese rato de
entretenimiento que pasas viéndola, sino con el mensaje que no por oído, leído
y visto mil veces es menos importante y es que, en efecto, ya deberíamos
saberlo todos (también en el día a día), el verdadero enemigo es la guerra misma.
Aunque sólo hay un cierto paralelismo la historia de Conchi
y Juan me recuerda a la que cantaban El último de la fila en “Querida Milagros”
y en concreto a ese fragmento que dice “No estaría de más que alguien me
explicara que tiene que ver esto contigo y conmigo”.