domingo, 19 de mayo de 2013

“La mula” (Anónimo, 2012)


Pese a sus problemas de producción y a que Michael Radford abandonara el proyecto y exigiera que no se la considere como suya, esta comedia costumbrista ambientada en la guerra civil se puede ver gracias a Mario Casas y a un tono amable que la hace simpática, sin más.

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Países: España y Reino Unido.
Género: Comedia dramática.
Reparto: Mario Casas (Juan Castro), María Valverde (Conchi), Secun de la Rosa (el Chato), Chiqui Maya (Antonio), Mingo Ruano (Amor), Ignacio Mateos (Jesús), Tavi García (Cárdenas), Eduardo Velasco (sargento Barrionuevo), Pepa Rus (Pepi), Jesús Carroza (Churri), Luis Callejo (Troitiño).
Guión: Juan Eslava Galán; basado en su novela homónima.
Producción: Alejandra Frade y Bruce St. Clair.
Música: Óscar Navarro.
Fotografía: Ashley Rowe y Ángel Luis Fernández.
Montaje: Teresa Font.
Diseño de producción: Sophie Becher.
Vestuario: Nereida Bonmatí.
Distribuidora: Wanda Visión.
Estreno en España: 10 Mayo 2013.



Recomendada para quienes no les importe que la  guerra civil sea mero  telón de fondo para ver las andanzas insustanciales de un pobre gañán simpático y simplón, un buenazo atrapado en un mundo que ni le va ni le viene. 


 
Confieso que más que ir a ver “La mula” me llevaron, o mejor dicho aún, no quedó más remedio teniendo en cuenta horarios y oferta, lo cual, me temo que en estos momentos en los que la cartelera no anda muy boyante es algo desgraciadamente habitual. Esa es la gran ventaja con la que cuenta esta película.

Si uno se informa un poco los datos no son muy buenos a priori para ir a verla. El director que la comenzó a rodar fue el británico Michael Radford (en su haber “1984” o “El cartero (y Pablo Neruda)”, pero la acabó quién sabe quien después de que, enfadado con la productora por la escasez de medios y quizás por alguna cosita más que no viene al caso, pidiera que eliminaran su nombre de los créditos. A parte y debido al argumento y al Macguffin  del animal del título casi todo el mundo hace paralelismos con “La vaquilla”, pero cualquier comparación con la película de Berlanga solo puede ser mero ejercicio cinéfilo.


Vamos que si al final uno se decide a ir a verla ha de ser porque vista la cartelera poco más hay que echarse al cuerpo, porque te apetece echarle otro ojo al pasado y a la guerra civil o porque eres una fémina no muy entrada en años y se te cae la baba con Mario Casas. Sea cual sea la razón el caso es que al final ves la película y hasta puedes darle el aprobado.

Tiene para mi gusto dos cosas muy positivas “La mula”. Una es que la ambientación está bastante lograda, que en efecto parece que te llevan al año 39 (no sé si la fotografía lo pretende con esa factura que tiene o es una de las razones por las que se quejó Radford) y la otra es que te hace seguir los pasos de unos personajes que podrían ser tus vecinos en el pueblo y eso le da una cierta cercanía, te permite hacer tuyo lo que les ocurre. Ahora bien, eso  que les ocurre, francamente, me parece que tiene menos sustancia que un plato sin sal, es decir, asistí a la hora y media de proyección prácticamente sin un sobresalto, sin nada que me llamara la atención y las cuatro risas que te echas o el que te conmueva ese gañán que es Juan Castro, buenazo como un trozo de pan, es poco bagaje para una película que en cierto modo pretendía más cosas, aunque sólo sea demostrar por enésima vez que el enemigo en este caso no son los nacionales ni los republicanos.


Particularmente Mario Casas me parece que cumple, te lo crees perfectamente como soldado inocentón y le coges cariño, y sostiene bien la película con Secun de la Rosa (contrapunto cómico que hace que la película remonte cuando aparece), pero con lo que yo me quedo no es con ese rato de entretenimiento que pasas viéndola, sino con el mensaje que no por oído, leído y visto mil veces es menos importante y es que, en efecto, ya deberíamos saberlo todos (también en el día a día), el verdadero enemigo es la guerra misma.

Aunque sólo hay un cierto paralelismo la historia de Conchi y Juan me recuerda a la que cantaban El último de la fila en “Querida Milagros” y en concreto a ese fragmento que dice “No estaría de más que alguien me explicara que tiene que ver esto contigo y conmigo”.