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Título original: Defiance
País: Estados Unidos
Duración: 137 min.
Género: Drama bélico
Reparto: Daniel Craig, Liev Schreiber, Jamie Bell, George MacKay, Tomas Arana, Rolandas Boravskis, Allan Corduner, Alexa Davalos, Mark Feuerstein, Iddo Goldberg, Iben Hjejle, Jacek Koman
Guión: Edward Zwick, Clayton Frohman
Distribuidora: Aurum Producciones S.A.
Productora: Grosvenor Park Productions, The Bedford Falls Company, Pistachio Pictures
Cásting: Arturas Zukauskas, Gail Stevens
Dirección artística: Daran Fulham, Yann Biquand
Diseño de Producción: Dan Weil
Fotografía: Eduardo Serra
Montaje: Steven Rosenblum
Música: James Newton Howard
Productor: Alex Boden, Andrew Litvin, Edward Zwick, Pieter Jan Brugge, Roland Tec
Productor asociado: Alisa Katz, Troy Putney
Vestuario: Jenny Beavan
Edward Zwick se ha convertido en uno de esos buenos ejemplos del quiero y no puedo. Todas y cada una de sus películas tienen interés argumental y están rodadas tratando de gustar al público y cuidando los detalles de la puesta en escena. Podríamos decir que todas ellas pretenden ser “grandes” en continente y contenido, pero siempre se queda a un paso de que las películas le salgan redondas o al menos esa es mi impresión.
Particularmente creo que tanto “El último samurai” como “Tiempos de gloria” le quedaron realmente bien y son sus dos mejores películas; “Diamante de sangre” y “Leyendas de pasión” están en una buena línea y ya un escalón por debajo dejaría “Estado de sitio” o “En honor a la verdad”. Todas ellas pueden verse, se pueden disfrutar, uno al menos se entretiene y puede sacar más o menos de cada una en función de gustos, pero ninguna termina de cuajar en una de esas películas “para siempre” a pesar de que se le nota en cada escena que es lo que intenta.
“Resistencia” es un ejemplo más y se nota desde el mismo comienzo con imagénes seudodocumentales de la persecución judía en el este de Europa, se nota por su argumento (una vez más la caza nazi de los judíos pero esta vez planteada desde una perspectiva distinta, la de un pequeño grupo que ofrece resistencia en los bosques de Bielorrusia), se nota en la puesta en escena (bien resuelta para mi gusto cada vez que se produce un enfrentamiento), en el cuidado de la fotografía (excepcional para mostrar las distintas estaciones del año en el campamento del grupo Bielski) o en la intensidad que busca James Newton Howard en algunos pasajes de la banda sonora, pero una vez más mi sensación es que está por debajo de lo que podría haber sido y, desde luego, de situarla en el particular ranking de sus películas que he comentado antes quedaría quizás pode detrás de todo el esto de su filmografía.
Lo más curioso es que es una película que se ve con interés de principio a fin puesto que argumentalmente tiene suficientes resortes dramáticos para atrapar nuestra atención de y por ello mismo es posible que funcione relativamente bien en taquilla (no creo que sea un bombazo de todos modos) y sin embargo una vez acaba te quedas con una cierta sensación de indiferencia. Me he puesto a pensar en los porqués y mi conclusión es que le falta emoción o intensidad y pienso que el reparto no da para mucho más y que narrativamente es muy simple, muy lineal, muy “lo de siempre” por lo que en tu recuerdo no deja de ser “una película más” cuando no debería haber sido así.
Pienso que todos estaremos de acuerdo en que hay algunas historias como ésta que ya están contadas (quizás no la que relata esta película en concreto pero sí muchas semejantes) y lo que hace especial a una película respecto a otras es cómo se cuenta. Zwick en esta ocasión no se ha complicado en absoluto, simplemente expone unos hechos siguiendo a unos personajes, sin más. Tampoco hay en las actuaciones de los protagonistas la intensidad suficiente como para que nos impliquemos en todo lo que les hace sufrir. Francamente, creo que ni Daniel Craig (Tuvia) ni Liev Schreiber (Zus) consiguen lo que si han hecho otros y para explicarme dejadme que me remita a esa obra maestra de la televisión que es “Hermanos de sangres” donde dos actores con personajes parecidos a los que indico (Winters y Speirs) sí lograban la intensidad requerida. En definitiva lo que le falta a esta película es algo que podrían haberle dado o su director o sus actores o, por supuesto, ambos a la vez, y creo que no están acertados lo suficiente. Con esto no estoy diciendo que Zwick sea un mal director, pero creo que ha estado por debajo de sí mismo y de lo que se esperaba y tampoco digo que Daniel Craig no pueda dar más de sí mismo como ha demostrado en otras películas (respecto a Schreiber siempre he tenido más dudas y me parece que lo que destaca es su presencia por encima de su capacidad para trasmitir intensidad dramática). Por otro lado el joven Jaime Bell sí que por momentos está más inspirado y nos contagia una cierta intensidad, pero la película en general creo que adolece de ella y no debería.
Sí me gustaría destacar algo que me parece bueno en esta película y es que podemos ver a través de los protagonistas como la guerra nos transforma a todos en asesinos porque en definitiva es un matar o ser matado. Creo que es la mejor lección que se puede sacar de esta película y más en momentos como los actuales con el conflicto entre Israel y Palestina. Nunca hablo de política, pero por esta vez y aprovechando el jugo que le saco a “Resistencia” creo que está claro que ninguno de los bandos en un conflicto es el “malo”, el verdadero enemigo siempre es la propia guerra.
Edward Zwick se ha convertido en uno de esos buenos ejemplos del quiero y no puedo. Todas y cada una de sus películas tienen interés argumental y están rodadas tratando de gustar al público y cuidando los detalles de la puesta en escena. Podríamos decir que todas ellas pretenden ser “grandes” en continente y contenido, pero siempre se queda a un paso de que las películas le salgan redondas o al menos esa es mi impresión.
Particularmente creo que tanto “El último samurai” como “Tiempos de gloria” le quedaron realmente bien y son sus dos mejores películas; “Diamante de sangre” y “Leyendas de pasión” están en una buena línea y ya un escalón por debajo dejaría “Estado de sitio” o “En honor a la verdad”. Todas ellas pueden verse, se pueden disfrutar, uno al menos se entretiene y puede sacar más o menos de cada una en función de gustos, pero ninguna termina de cuajar en una de esas películas “para siempre” a pesar de que se le nota en cada escena que es lo que intenta.
“Resistencia” es un ejemplo más y se nota desde el mismo comienzo con imagénes seudodocumentales de la persecución judía en el este de Europa, se nota por su argumento (una vez más la caza nazi de los judíos pero esta vez planteada desde una perspectiva distinta, la de un pequeño grupo que ofrece resistencia en los bosques de Bielorrusia), se nota en la puesta en escena (bien resuelta para mi gusto cada vez que se produce un enfrentamiento), en el cuidado de la fotografía (excepcional para mostrar las distintas estaciones del año en el campamento del grupo Bielski) o en la intensidad que busca James Newton Howard en algunos pasajes de la banda sonora, pero una vez más mi sensación es que está por debajo de lo que podría haber sido y, desde luego, de situarla en el particular ranking de sus películas que he comentado antes quedaría quizás pode detrás de todo el esto de su filmografía.
Lo más curioso es que es una película que se ve con interés de principio a fin puesto que argumentalmente tiene suficientes resortes dramáticos para atrapar nuestra atención de y por ello mismo es posible que funcione relativamente bien en taquilla (no creo que sea un bombazo de todos modos) y sin embargo una vez acaba te quedas con una cierta sensación de indiferencia. Me he puesto a pensar en los porqués y mi conclusión es que le falta emoción o intensidad y pienso que el reparto no da para mucho más y que narrativamente es muy simple, muy lineal, muy “lo de siempre” por lo que en tu recuerdo no deja de ser “una película más” cuando no debería haber sido así.
Pienso que todos estaremos de acuerdo en que hay algunas historias como ésta que ya están contadas (quizás no la que relata esta película en concreto pero sí muchas semejantes) y lo que hace especial a una película respecto a otras es cómo se cuenta. Zwick en esta ocasión no se ha complicado en absoluto, simplemente expone unos hechos siguiendo a unos personajes, sin más. Tampoco hay en las actuaciones de los protagonistas la intensidad suficiente como para que nos impliquemos en todo lo que les hace sufrir. Francamente, creo que ni Daniel Craig (Tuvia) ni Liev Schreiber (Zus) consiguen lo que si han hecho otros y para explicarme dejadme que me remita a esa obra maestra de la televisión que es “Hermanos de sangres” donde dos actores con personajes parecidos a los que indico (Winters y Speirs) sí lograban la intensidad requerida. En definitiva lo que le falta a esta película es algo que podrían haberle dado o su director o sus actores o, por supuesto, ambos a la vez, y creo que no están acertados lo suficiente. Con esto no estoy diciendo que Zwick sea un mal director, pero creo que ha estado por debajo de sí mismo y de lo que se esperaba y tampoco digo que Daniel Craig no pueda dar más de sí mismo como ha demostrado en otras películas (respecto a Schreiber siempre he tenido más dudas y me parece que lo que destaca es su presencia por encima de su capacidad para trasmitir intensidad dramática). Por otro lado el joven Jaime Bell sí que por momentos está más inspirado y nos contagia una cierta intensidad, pero la película en general creo que adolece de ella y no debería.
Sí me gustaría destacar algo que me parece bueno en esta película y es que podemos ver a través de los protagonistas como la guerra nos transforma a todos en asesinos porque en definitiva es un matar o ser matado. Creo que es la mejor lección que se puede sacar de esta película y más en momentos como los actuales con el conflicto entre Israel y Palestina. Nunca hablo de política, pero por esta vez y aprovechando el jugo que le saco a “Resistencia” creo que está claro que ninguno de los bandos en un conflicto es el “malo”, el verdadero enemigo siempre es la propia guerra.