domingo, 5 de julio de 2009

"Mi nombre es Harvey Milk" (Gus Van sant, 2008)



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Título original: Milk.
País: USA.
Duración: 128 min.
Género: Biopic, drama.
Interpretación: Sean Penn (Harvey Milk), James Franco (Scott Smith), Emile Hirsch (Cleve Jones), Josh Brolin (Dan White), Diego Luna (Jack Lira), Alison Pill (Anne Kronenberg), Victor Garber (alcalde Moscone), Denis O’Hare (John Briggs), Joseph Cross (Dick Pabich).
Distribuidora: Universal Pictures International Spain.



Pocos directores hay tan inclasificables como Gus Van Sant, un tipo capaz de sorprender con títulos "indies" y de "autor" como "Drugstore cowboy", "Mi idaho privado" o "Elephant" o de marcarse un remake de "Piscosis" que cabreó a la mayoría de los espectadores porque era un auténtico calco pero en color. Para colmo, de vez en cuando se saca de la manga títulos como "El indomable Will Hunting" o "Mi nombres es Harvey Milk", que dan en la diana de público y crítica y, más asequibles, se convierten en grandes títulos reconocidos en los óscars y nominados a mejor película y mejor director. Uno nunca sabe qué se va a encontrar con este director.

En este caso, he de reconocerlo, la película sobre el activista político de la liberación gay Harvey Milk, que se convirtió en concejal de distrito en san Francisco me echaba para atrás inicialmente y no por ningún tipo de complejo ni reticencia sobre la temática, que no la tengo, sino porque me temía una película farragosamente política y aburrida. Para mi alegría se trata de todo lo contrario, invito a verla y me parece uno de los mejores títulos del 2008 sin ninguna duda. Voy a decir más, hasta ahora me parece la mejor película de Gus Van Sant.

La película cosechó ocho nominaciones en los óscars (mejor película, director, actor principal, actor de reparto, guión original, banda sonora, diseño de vestuario y montaje) y se alzó con el triunfo de Sean Penn como actor (su segundo óscar tras el que lograra en "Mystic river" en 2003) y con el de mejor guión original para Dustin Lance Black.

Van Sant recorre los años en que Harvey Milk lideró la revolución gay en el distrito de Castro en la ciudad de San Francisco y consigue no sólo una magnífica reconstrucción de época sino también una minuciosa radiografía sobre los entresijos políticos y un emotivo relato sobre una personalidad de enorme tirón popular, de gran fuerza y de la que emana una extraordinaria energía positiva. Es indudable que la película se beneficia del carácter de Milk, abierto, con desparpajo, con una alegría de vivir que se contagiaba meramente observando su rostro y esa sonrisa incondicional y próxima. El milagro es que Sean Penn logra hacer suya esa forma de ser y se transforma literalmente en el personaje en una identificación maravillosa e inolvidable que le ha valió un rotundo reconocimiento y casi todos los premios de interpretación de la industria cinematográfica y con todo merecimiento (¡¡¡Qué grandísimo actor es Sean Penn!!). En cualquier caso no es sólo Penn el que está excepcional, hay que fijarse también en el fabuloso trabajo de Josh Borlin (también nominado, aunque como secundario), James Franco (magnífica la progresión de este actor), Emile Hirsch (revelación de "Hacia rutas salvajes", una película que recomiendo) o Diego Luna, todos ellos en estado de gracia interpretativa.

El caso es que una película que corría el riesgo de ser farragosa y tediosa se revela como todo lo contrario. Viene a ser lo que podríamos denominar una película "total" en el sentido de que Van Sant y su equipo (extraordinario en todos los apartados) aciertan a todos los niveles. La película es entretenida, reveladora, profundamente humana y próxima, interesante y combina a la perfección el intimismo del personaje principal y su entorno con lo que es puramente historia de norteamérica. Y además su visionado revela un extremo cuidado en todo lo que tiene que ver con la confección de la película, desde el montaje a la fotografía pasando por todos los departamentos.
Sin duda una gran película de muy recomendable visionado.