martes, 25 de octubre de 2011

“La voz dormida” (Benito Zambrano, 2011)

****
País: España.
Duración: 128 min.
Género: Drama.
Reparto: Inma Cuesta (Hortensia), María León (Pepita), Marc Clotet (Paulino), Daniel Holguín (Felipe), Ana Wagener (Mercedes), Susi Sánchez (Sor Serafines), Berta Ojea (La Zapatones), Lola Casamayor (Reme), Ángela Cremonte (Elvira), Antonio Dechent (juez).
Guión: Ignacio del Moral y Benito Zambrano; basado en la novela homónima de Dulce Chacón.
Producción: Antonio Pérez.
Música: Magda Rosa Galván y Juan Antonio Leyva.
Fotografía: Alex Catalán.
Montaje: Fernando Pardo.
Dirección artística: Javier Fernández.
Vestuario: María José Iglesias García.
Distribuidora: Warner Bros.
Pictures International España.
Estreno en España: 21 Octubre 2011.
Calificación por edades: No recomendada para menores de 12 años.

Nada más ponerme a escribir sobre esta película ya tengo la sensación de estar metiéndome en un fregao porque aunque me ha gustao, le encuentro peros y esos peros son difíciles de explicar y aún más de entender.

Fui a ver esta película con buenas sensaciones, con la intuición de que podía ser la película española del año, la multipremiada en los Goya (aún puede serlo); pensaba que con lo que se había hablado de sus actrices (sobretodo de María León), con lo que se comenta de la novela en que se basa de dulce Chacón y con lo que ya sabemos de Benito Zambrano (aplaudidísimo por “Solas” y bien recibido por “Habana blues”) iba a ser un drama de esos que te dejan tiritando en la butaca y que recuerdas durante años...

Una vez vista, en efecto, muchas escenas te dejan tiritando, te encogen el ánimo y te dejan KO porque estamos ante un drama de esos de “tomo y lomo” con el que es inevitable apretar los dientes de rabia y de impotencia. El argumento, centrado en un grupo de presas en la cárcel de mujeres de Ventas en el Madrid de la postguerra, lo tiene todo para ello, te zarandea, te crispa, te hace sentir y te emociona, máxime cuando sabes que parte de hechos reales, en una línea similar en cierto modo a “Las 13 rosas”, película de Emilio Martínez Lázaro de temática muy próxima.

Ocurre que pese a que me gustó algo me cojeaba, algo que va más allá de lo puramente visceral y anímico y que tiene que ver más con la cabeza que con las tripas.

Dejémonos de partidismos y de posiciones políticas, me parece estupenda y necesaria la memoria histórica, que se sepa la verdad, que se conozca como sufrieron los que lo hicieron y cómo se sobrepasaron los límites de lo humano y lo racional para imponer un régimen sobretodo porque nunca puede volver a ocurrir, pero la sensación que me produjo esta película es la equivalente a otro nivel a las películas de propaganda de los que apoyaban el franquismo.























Entiendo que Zambrano ante todo está interesado en el drama de las protagonistas y en su sufrimiento y que por eso su película no es tanto un drama sobre la postguerra como un drama “ambientado” en la postguerra, que parece lo mismo pero no lo es. No se busca recrear esa época y hablarnos de los dos bandos desde una posición omnisciente, no se hace una reconstrucción histórica, no se describen época o lugar, la cámara del director toma posición, se entremezcla con esas mujeres encarceladas, hace un zoom y se recrea en primeros planos despreciando ambientes, porque lo que le interesa es única y exclusivamente el drama de esas mujeres, zarandeadas por las circunstancias como medio para llegar al público, para hacerle sentir y estremecerse, para llenar el cine de cleenex y emocionar. Como drama es impecable y eficaz.

Lo malo es que no creo que haya todavía una perspectiva suficientemente alejada de los hechos para que estos se entiendan simplemente como un drama. El argumento está situado en un momento histórico quizás demasiado reciente aún, cuando aún no se han cicatrizado las heridas del todo (parece mentira, pero es así, aún hay gente que simpatiza con uno u otro bando por pura pertenencia a un árbol genealógico o a unas ideas a veces heredadas, sin darse cuenta que el enemigo no eran “los otros” sino la guerra primero y la dictadura después). En mi opinión no ha sido buena idea desplegar en esta película tal rosario de malos malosos por mucho que con ello se consiga un drama de esta intensidad, sobretodo cuando por lo que he leído no es así la obra de Dulce Chacón (y si no que me corrija quien la haya leído) y no lo ha sido porque es inevitable tener la sensación de que te están manipulando aun cuando no sea la verdadera intención (que no lo sé).

He leído y escuchado por ahí críticas que hablan de “clichés” (Oti Rodríguez Marchante) o de “teatro rancio” (Carlos Boyero) y no puedo estar más de acuerdo. Pese a que la película está bien hecha ese convertir a los antagonistas en diablos para subrayar la carga emotiva de cada escena hace que la historia me chirríe. Es lícito, claro, incluso puede ser fiel a la realidad (no lo dudo), pero otra cosa es que sea verosímil tanta maldad, tanto ser despiadado en una película que pretende ser realista. No sé si lo estoy sabiendo explicar, lo que trato de explicar tiene que ver más con los propios mecanismos de construcción de una narración que con los hechos en sí. Es decir, si quieres contar un drama realista no puede ser todo terrible porque la realidad tiene luces y sombras, alegrías y penas....A Pepita, a Hortensia, a Paulino me los creo, ríen y lloran; pero en el bando contrario semejante procesión de hijosdeputa (entiéndase el término en su justa medida) por metro cuadrado hacen que desconecte de la magia del relato. No sería así en el caso de que no se pretendiera un tratamiento “realista” como hizo por ejemplo Guillermo del Toro en su “El Laberinto del fauno”, pero aquella era una película de corte fantástico donde en el fondo todo era posible. Es una cuestión de que para tratar de ser realista es indispensable ser verosímil y para serlo quizás no resulte conveniente forzar tanto lo dramático.
























He escuchado en alguna entrevista que Zambrano justifica sus decisiones en virtud de que en las películas sobre nazis no nos planteamos este tipo de cosas. No estoy de acuerdo del todo porque generalmente hasta el asesino nazi más despiadado, y se me ocurre a bote pronto el Leopold Goeth que interpretaba Ralph Fiennes en “La lista de Schindler”, suele ser un personaje con tanto magnetismo como maldad y en “La voz dormida” lo que nos encontramos en muchos casos son auténticos esperpentos. Por no hablar de que lo que chirría es la acumulación de personajes al filo de lo inhumano y no el que se cometieran crueldades, que se cometieron y eso es indiscutible.

Y regreso al comienzo, esta impresión no tiene nada que ver con posiciones ideológicas ni partidismos. Sin duda los torturadores y muchos mandos del bando franquista eran como nos los pintan o peores incluso (ahí coincido por completo con Boyero) así que los personajes me los creo, me parecen posibles, seguramente todo fue parecido a como se muestra, lo que no me funciona y me aleja de este drama y me parece inverosímil es que todos, gente de a pie, mandos, curas, enfermeras, monjas, torturadores y guardianas sean todos de semejante índole, que de tan inhumanos todos terminan siendo caricaturas (véase a las monjas o al cura de la prisión). En el bando franquista sólo el personaje de Ana Wagener (magnífica secundaria) parece tener un poquito de humanidad y sentido común. Repito, esto no es romper una lanza a favor de unos, es poner en tela de juicio el equilibrio interno del contenido dramático. Estoy convencido que sólo con haber reducido el zoom mostrando algo más de lo colateral del momento y el lugar habría sobredimensionado la película, para mi gusto una pena.

Por supuesto todo lo demás raya a gran nivel, sobretodo en lo que a interpretaciones se refiere, con una María León (la hermana de Pedro León me han dicho, vaya par) que es el grandioso descubrimiento de esta película por su capacidad para aunar desparpajo y sentimiento, dejando salir ambos a borbotones incluso solapándose en una misma escena. Y me gustaría también destacar a Inma Cuesta, a la que parece que todo el mundo ha olvidado por “culpa” de María León y que hace igualmente uno de sus mejores trabajos.

En el apartado de secundarios en España tenemos el lujo de contar con actores tan grandiosos como todos los que aparecen en esta película, que contribuyen decididamente a transmitir algo tan inasible como la sensación de crispación e inseguridad de un momento histórico de sentimientos encontrados y emociones muy intensas.

Creo que eso es lo que mejor se le da a Benito Zambrano, transmitir emociones y sentimientos a través de sus personajes, es su arma y su tanto a favor y no es poco, es en el fondo la esencia de ese cine que nos gana y nos atrapa.

Me da la sensación que “La voz dormida” se ha quedado a muy pocos retoques de ser una obra mayúscula. Es una película necesaria y recomendable en cualquier caso, seguramente de las más intensas que haya ahora en cartelera. Pese a mis peros la recomiendo, seguro que emociona y mucho a muchísima gente.



MIS ESCENAS FAVORITAS (¡¡CUIDADO, CONTIENE SPOILERS!!!)

- Las conversaciones a ambos lados de las verjas entre Pepita y Hortensia.
- Los encuentros furtivos entre Paulino y Pepita, sobretodo aquel en el que se declara y en el que ella le da su respuesta.
- La llegada de Pepita a casa de los señores donde va a trabajar con esa ama fría, distante y altiva.
- El juicio en el que se condena a las mujeres.
- La escena de la cena en la casa de los señores, tras la que Pepita hace un intento desesperado y conmovedor de ayuda a su hermana.
- Las escenas de torturas, que son demoledoras.
- Los fusilamientos, rematados por el disparo de gracia.

jueves, 13 de octubre de 2011

Grandes escenas - "Colgadores metálicos"

EJEMPLO DE COMEDIA INVOLUNTARIA

Escena de la película "Queridísima mamá" en la que Faye Dunaway interpreta a la actriz Joan Crawford, que tenía fama de ser un ¿puntín? "hitleriana" con sus hijos adoptivos. Esta escena se supone que se basa en la noche del día en que Joan Crawford ganó el óscar por "Alma en suplicio" (Mildred Pierce), vamos, que estaba especialmente contenta BUFFF

¡¡¡QUÉ YUYU!!!

Agradecimientos a Richard y David "descubridores" de esta grandiosa escena ;)

Trailer - "Contagio" (Steven Soderbergh, 2011)

domingo, 9 de octubre de 2011

The walking dead - Webisodies











“No habrá paz para los malvados” (Enrique Urbizu, 2011)

****
País: España. Año: 2011.
Duración: 109 min.
Género: Thriller.
Reparto: José Coronado (Santos Trinidad), Rodolfo Sancho (Rodolfo), Juanjo Artero (Leiva), Helena Miquel (juez Chacón), Pedro María Sánchez (Ontiveros), Nadia Casado (Celia).
Guión: Enrique Urbizu y Michel Gaztambide.
Producción: Gonzalo Salazar-Simpson y Álvaro Augustín.
Música: Mario de Benito.
Fotografía: Unax Mendía.
Montaje: Pablo Blanco.
Dirección artística: Antón Laguna.
Vestuario: Patricia Monné.
Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España.
Estreno en España: 23 Septiembre 2011.
No recomendada para menores de 12 años.


Según con quien habléis os dirá de esta película que comienza muy fuerte y luego es aburrida (no os llevéis a engaño NO es una película de acción) o que es un thriller magnífico. Unos y otros os reconocerán que el arranque impacta y que José Coronado está magnífico, todo puede ser cierto según el ángulo con el que se juzgue, pero podríamos decir que esto último es indiscutible.

Yo diría que este último trabajo de Enrique Urbizu, a quien se deben propuestas anteriores tan interesantes aunque no muy conocidas por el gran público como “Todo por la pasta” (1991), “La caja 507” (2002) o “La vida mancha” (2003), es un thriller magnífico. No es una película redonda, no es el no va más, no es trascendente, es simplemente cine de género, un thriller sobre un asunto criminal sin más, pero está desarrollado con fuerza, con verosimilitud, con pulso y va a gustar mucho a aquellos que les guste sumergirse en personajes e historias de cine negro llenas de recovecos.

La historia arranca con fuerza, de pronto sucede algo (no decimos qué) que prende fuego al argumento y a partir de ese momento cualquier cosa puede suceder. El director se centra desde el primer fotograma en Santos Trinidad, un policía que es la quintaesencia del macarra sin escrúpulos, un auténtico hijodeputa (léase seguido, que es como se entenderá) que está de vuelta de todo, más allá del bien y del mal y que va a hacer justicia, la suya, sea como sea antes de que alguien o el alcohol mismo le manden para el otro barrio.













Argumentalmente no se nos van a dar más datos que los que vayamos descubriendo a lo largo de unos días, los que seguimos a Santos Trinidad deambular de aquí para allá (casi nunca haciendo lo que se le supone, para desesperación de su compañero Rodolfo en “desaparecidos” de la policía, que tiene que cubrirle con sus superiores) o los que vamos averiguando con la investigación que llevan a cabo sobre un tiroteo con varios muertos la juez Chacón (muy profesional, muy fría, sorprendente debut como actriz de la cantante de “Facto Delafé y las flores azules”) y el agente Leiva (eficaz siempre Juanjo Artero). El trasfondo de los acontecimientos es denso, para que nos vamos a engañar, y como no estéis un poco atentos a nombres y detalles es posible que se os pierda información relevante sobre la historia (esto para mí es positivo porque se crea una suerte de suspense que me gusta, me motiva eso de ir atando cabos).

La narración que imprime Urbizu a mí me parece que tiene mucha fuerza y que va saltando muy acertadamente de personajes para dar información con cuentagotas que va alimentando la intriga y el interés, pero habrá quien considere que la película es lenta, seguramente es una cuestión de preferencias personales.

Hay dos preguntas que me hice una vez finalizada la proyección. Una de ellas me sonroja porque me da la impresión de que me he perdido algo, pero es posible que sea una licencia para dejar la historia abierta a interpretaciones: ¿entra Trinidad por casualidad en el puticlub? (podría ser que no y eso modificaría en parte el juicio que pueda hacerse sobre él ¿realmente es tan hijodeputa o está llevando a cabo una venganza personal?). La otra pregunta es ¿A quién se refiere el título cuando habla de “malvados”? ¿O quizás es otra licencia con la que Urbizu quiere hacernos pensar? Porque ¿quiénes son los verdaderos malvados? ¿quiénes merecen morir? Por supuesto el final de la película es terrible, nadie lo merece, pero viendo cómo es Santos Trinidad y cómo son sus enemigos ¿nos podemos poner claramente de un bando?

José Coronado hace seguramente la interpretación de su carrera no sólo porque hace de hijodeputa (¡¡¡ay que decirlo más!!!) a las mil maravillas sino porque aún siéndolo se nos gana, despliega algo así como un halo magnético que atrapa nuestra atención y no nos suelta. Estamos deseando que entre en acción para disfrutar de su personaje incluso a pesar de que no nos gustaría cruzarnos con él en la realidad, es uno de esos milagros que tiene el cine, que hace que nos interese alguien que querríamos lejos de nosotros. Me ha recordado mucho al Chigurth de “No es país para viejos” que le valió el óscar a Javier Bardem y como se descuide Antonio Banderas le hará ganador del Goya (impresionante la pugna de este año en estos premios en el apartado a mejor actor).
























Particularmente viví la película con gran intensidad de inicio a fin, disfrutando como pocas veces de ese suspense que consiste en no saber qué te vas a encontrar en la siguiente escena. Para mi gusto esto es cine del bueno, aunque sea intrascendente (o quizás no tanto, que hay estopa para todos los estamentos de la seguridad nacional y todo parece estar en perpetuo equilibrio entre lo que es ético y legal y lo que no) y ¿sólo? desarrolle una historia de criminales y policías, de tipos sin escrúpulos a ambos bandos de la ley. De soslayo está el tema del 11-S y la problemática actual del terrorismo, pero no es el realmente el cogollo del argumento, sino más bien el McGuffin, realmente lo que importa es ese personaje que fue ejemplar en otro tiempo (lo sabemos por el interrogatorio de la juez) que se ha sumido en su propio drama y está dispuesto a ser juez y verdugo como haría Harry el sucio porque cree que es su sino. Las razones de ello son otra historia y aunque se vislumbre Urbizu no nos la quiere contar, seguramente porque de esta manera su historia y su película son mucho más negras, impactantes, secas, directas y dramáticas.

Lo que realmente te zarandea de esta película al margen de que guste o no es que suena a real, que es verosímil, que como he leído al propio director en una revista “a poco que pises las calles se te ponen los pelos de punta. Y, por oficio o deformación, todo eso se acaba convirtiendo en material cinematográfico”. Ese mundo terrible que retrata es mucho más cerca de nosotros de lo que nos gustaría y quizás haya más Santos Trinidad de los que pensamos porque ¿es realmente un hijoputa o está buscando redimirse a toda costa? La respuesta seguramente sea única y personal para cada espectador que vea esta soberbia película.




MIS ESCENAS FAVORITAS ¡¡¡CUIDADO, CONTIENE SPOILERS!!!!

YO NO VERÍA EL TRAILER




- La escena del puticlub al completo, una de esas escenas que hacen grande al cine español.
- Santos Trinidad haciendo desaparecer las pruebas que le incriminan en un vertedero.
- Santos Trinidad cosiéndose una herida frente al espejo de su casa.
- Las conversaciones de Santos con Rachid en el coche para irle sonsacando información.
- El momento en que la juez Chacón se quita su apariencia fría, distante y profesional para hablar con sus hijos con la máxima normalidad y calidez.
- La persecución por las instalaciones del cercanías que acaba de forma inesperada.
- La escena final, por supuesto, un final digno de una gran película con ese epílogo terrible e inquietante que te deja con mal cuerpo a la salida del cine.

miércoles, 5 de octubre de 2011

“Amador” (Fernando León de Aranoa, 2010)

***
Guión: Fernando León de Aranoa.
País: España.
Duración: 110 min.
Género: Drama costumbrista.
Interpretación: Magaly Solier (Marcela), Celso Bugallo (Amador), Pietro Sibille (Nelson), Sonia Almarcha (Yolanda), Fanny de Castro (Puri).
Producción: Fernando Léon de Aranoa y Jaume Roures.
Música: Lucio Godoy.
Fotografía: Ramiro Civita.
Montaje: Nacho Ruiz Capillas.
Dirección artística: Llorenç Miquel.
Vestuario: Fernando García.
Distribuidora: Alta Classics.
Estreno en España: 8 Octubre 2010.


“Familia” (1996) fue en su día una de las óperas primas más sorprendentes e inesperadas del cine español, presentación además de Elena Anaya y seguramente la mejor película de Juan Luis Galiardo y la malograda Ámparo Muñoz (mucho decir es eso, pero yo lo suelto). Con “Barrio” (1998) y sobretodo “Los lunes al sol” (2002), con las que ganó dos Goyas como mejor director y uno como mejor película del año entre otros, Fernando León de Aranoa se convirtió en el director de moda; pero después llegaron “Princesas” (2005) y esta “Amador” (2010), también dos dramas con compromiso social pero quizás con menos gancho popular y parece haber quedado un poco en segundo plano, cosa a la que también contribuye el hecho de haber espaciado sus trabajos.

En cualquier caso Fernando León de Aranoa (mira que cuesta decir su nombre) me parece una de las personalidades más interesantes que pululan por el cine español, cosa que constaté hace unos años en una charla que dio en Zaragoza. Parece un tipo sensato, parece buena persona, tiene muchas cosas que decir, tiene inquietudes sociales y encima hace buen cine. Creo que como mínimo merece un poco de atención ante cada filmación que hace, sea película o documental (ya lleva tres que yo sepa, el último sobre Joaquín Sabina).

Me ha costado ver “Amador”, ha terminado siendo una de esas películas que se te van quedando en el tintero por mil razones, entre ellas porque cometí el sacrilegio de no irla a ver al cine en su día y hombre, me fastidia, porque no hay dinero mejor pagado que con este hombre y bueno, efectivamente, no es su mejor título, quizás sea incluso el que menos me gusta, pero aún así tiene su encanto.

La película trata sobre una inmigrante, Marcela (Magali Solier, que se hizo famosa por estos lares gracias a “La teta asustada”) que vive en Madrid con su pareja (vendedor de flores) en una situación económica bastante apurada, por la que tiene que trabajar cuidando a un anciano, Amador, a quien su familia deja solo en casa durante las vacaciones de verano.













A priori el argumento es bastante simple y tiene poco gancho, pero tiene alguna sorpresa inesperada y el director, que también es guionista lo aprovecha para retratar un drama personal que se desarrolla con mucha sensibilidad (como siempre suele hacer), para hablar sobre la crisis económica, para desarrollar un relato costumbrista que tiene su parte de drama y su puntito de comedia (sobretodo gracias a esa prostituta tan Almodovariana entrada en años a la que da cuerpo Fanny de Castro) y el conjunto resulta de visión agradable y muy conmovedor.

Ésta no es de esas películas que te dejan huella, incluso tiene varias cosas que hay que pasar por alto (lo de ocultar el olor con flores y un ventilador y la situación en sí no se la cree nadie) y no me parece de las mejores del director, pero estando uno o dos escalones por debajo de su mejor cine sigue siendo recomendable para quien guste de un cine “amable” y comprometido. León de Aranoa tiene un don para hablarnos de cosas dramáticas sin resultar trágico, tiene sensibilidad y buen pulso narrativo (aunque en esta ocasión la duración se le queda un poco larga o la trama un poco corta, todo hay que decirlo) y desde luego un ojo fantástico con sus actores y el tacto preciso para acomodarse a cualquier público. Eso sí, es una película para todos los públicos pero que no va a gustar a cualquier público sobretodo si lo que quieres es cine de evasión, esto es otra cosa, una película muy testimonial de la sociedad que vivimos, con la crisis siempre como telón de fondo (y eso que se rodó antes de que lo gordo comenzara).

MIS ESCENAS FAVORITAS ¡¡¡CUIDADO SPOILERS!!!!



- La escena inicial con los inmigrantes tratando de apoderarse de flores y recriminando a sus compatriotas guardas de seguridad.
- Marcela fingiendo que le llama su novio.
- La escena en la iglesia en la que el sacerdote habla con Marcela aunque cada uno de ellos se refiere a cosas distintas.
- Amador explicándole a Marcela que la vida es como los puzzles, que uno tiene las piezas antes de nacer y que todo consiste en colocarlas en su sitio para que encajen.
- La escena “sorpresa” del final en la cafetería, en la que descubrimos algo que aclara algunas de las incongruencias que creíamos percibir antes en el argumento.

Grandes escenas - "Moonriver" (Desayuno con diamantes, 1961)

martes, 4 de octubre de 2011

"El árbol de la vida" (Terrence Malick, 2011)

*****
Título original: The tree of life.
Guión: Terrence Malick.
País: EEUU.
Duración: 141 min.
Género: Drama.
Reparto: Brad Pitt (Sr. O’Brien), Sean Penn (Jack), Jessica Chastain (Sra. O’Brien), Fiona Shaw (abuela), Irene Bedard (mensajera), Hunter McCracken (Jack joven), Laramie Eppler (R.L.), Tye Sheridan (Steve).
Producción: Dede Gardner, Sarah Green, Grant Hill, Brad Pitt y William Pohlad. Música: Alexandre Desplat.
Fotografía: Emmanuel Lubezki.
Montaje: Mark Yoshikawa.
Diseño de producción: Jack Fisk.
Vestuario: Jacqueline West.
Distribuidora: Tripictures.
Estreno en USA: 27 Mayo 2011.
Estreno en España: 16 Septiembre 2011.

Sorprendente, nunca había experimentado algo así en un cine, nada más salir los créditos el 80% de la sala dio un resoplido de alivio como quitándose un peso de encima, libre ya de ese reto personal que sin duda consistía en ver esta película. Días antes los medios de comunicación habían dado cuenta de las deserciones en masa de espectadores a la media hora de su inicio en muchos cines y en concreto en Barcelona alguna empresa ofrecía la posibilidad de entrar a ver otra película a cambio para evitar los abucheos que impedían a los fieles verla a su gusto.

“El árbol de la vida” ganó la Palma de oro en Cannes, lo cual no es garantía precisamente de que una película sea fácil de digerir, habida cuenta de la costumbre del festival francés a premiar el cine de autor, que a menudo dista mucho de los gustos del gran público. Además había provocado ya tantos aplausos como pitos y tantas críticas a favor como en contra según se podía leer o escuchar en las noticias. No debería haberme pillado de sorpresa, pero lo hizo el hecho de sentirme parte de una minoría tan minúscula tras la proyección porque a mí sí me gustó, así que mejor salí del cine sin mover músculo facial alguno para que nadie me apedreara (es un decir).














Bromas a parte cuando te pasa algo así empiezas a plantearte si no te habrás convertido en un bicho raro (ahora entiendo mejor “La metamorfosis” de Kafka) y te planteas si no habrás traspasado esa línea invisible que te convierte de pronto en un pedante, un snob o un frikie a ojos de los demás (seguro que sí, con esta reseña ya no me libro). El caso es que, a pesar de que me haya gustado “El árbol de la vida” me considero alguien bastante del montón con la única particularidad de haber visto bastante cine y conectar con ese afán por perderse en lo trascendente que parece tener Terrence Malick ¿Tan malo es? ¿Cuándo crucé esa frontera si yo veía cine por puro entretenimiento? ¿Es incompatible que te guste Terrence Malick por un lado y Spielberg, James Cameron, incluso John Hughes por otro?

El caso es que entiendo perfectamente a quienes “El árbol de la vida” les ha parecido un ladrillo, es la antítesis del cine actual al uso: más que contar una historia transmite sensaciones y reflexiones; se demora en algunas escenas por el mero hecho de que resultan emotivas, bellas o crean un ambiente lírico; utiliza la metáfora visual para lanzar ideas; no es explícita, exige un visionado atento y escrutador que descifre significados ocultos; salta en el tiempo y el espacio, juega con la memoria y los pensamientos profundos de los personajes y yuxtapone una infinidad de escenas que son momentos cruciales pero que no siempre guardan una relación causa-efecto. Curiosamente, lo que para algunos es un estilo insufrible y un tema pedante, para otros nos resulta apasionante y bello simplemente porque habla de la vida y la muerte, del individuo y el Universo, de nuestra esencia y nuestros anhelos...


Terrence Malick es seguramente uno de esos directores con los que mejor casa eso que se llama “cine de autor”. A lo largo de cuarenta años ha filmado sólo cinco películas que, debido a su peculiar estilo, lo han convertido en uno de los autores más reputados y peculiares: “Malas Tierras” (Badlands, 1973), “Días del cielo” (Days of Heaven, 1978), “La delgada línea roja” (The Thin Red Line, 1998) y “El nuevo mundo” (The New World, 2005) antes que la película que nos ocupa, aunque últimamente parece dispuesto a cambiar esta tónica porque tiene en post-producción “The Burial” (2012) y está trabajando en un documental sobre el universo y la naturaleza que estará narrado por Brad Pitt y se estrenará en 2014 en salas Imax bajo el título de “Voyage of Time” (2014) y que, no sé por qué me da, que va a tener mucho que ver con “El árbol de la vida”.






















Particularmente es un director que me fascina desde que vi “Días del cielo” y al que me rendí definitivamente tras ver “La delgada línea roja” (quien lea esto ya sabe a qué atenerse con mi opinión), con una personalidad fuera de lo común, enemigo de la vida pública (en sus contratos obliga a quedar eximido de cualquier aparición en entrevistas o promociones) y enamorado de la filosofía, la naturaleza y la esencia del ser humano. En todas su películas crea atmósferas únicas y suele detenerse en imágenes de gran belleza con las que lanza ideas a través de metáforas visuales. Podríamos decir que su manera de filmar vendría ser para el cine lo que la poesía es para la literatura, se ayuda mucho de la fotografía, el encuadre y la banda sonora y no le importa detenerse lo que sea preciso en una escena. Evidentemente su forma de trabajar no tiene nada que ver con el modus operandi del cine comercial, generalmente su cine se tacha de “lento” y “moroso” pero ¿cómo adentrarse con una cámara en el mundo del pensamiento y lo trascendente si no es de éste modo?

“El árbol de la vida” es una película que te sumerge literalmente en un estado de ánimo, que te invita a reflexionar sobre cosas importantes, que te empuja a divagar y como tal es tremendamente arriesgada y ambiciosa porque desde su misma concepción queda ya al margen de los gustos de muchas personas que no van al cine a eso, sino a entretenerse y olvidarse de sus problemas y lo hace porque pretende ir más allá de lo cotidiano y del divertimento y hablar de sentimientos y pensamientos universales.

Malick ha utilizado una familia y la muerte de uno de sus miembros como espina dorsal argumental para desarrollar todo sobre lo que quería hablar a través de imágenes y sonidos y eso algo denso, muy denso: con las imágenes que va mostrando, siempre realzadas por una extraordinaria banda sonora compuesta por temas clásicos podemos reflexionar sobre lo divino y lo humano, la relación del hombre con Dios, la importancia del ser humano en la creación, el poder de la Naturaleza, el milagro mismo de la vida, nuestro crecimiento, las relaciones con nuestras familias o la convulsión que siempre supone la muerte.

No es película para entretenerse, no es película de evasión, ni de visionado fácil y como recomiendan muchos críticos hay que verla consciente de lo que se va a ver, dispuesto a dejarse llevar y a entrar en su juego, a ser posible descansado, con la mente despejada y el ánimo en paz y desde luego en un cine, ya que considero imposible disfrutarla en ningún otro lugar ni circunstancia en la que cualquier cosa pueda distraernos y nos rinda.

Terrence Malick puede ser uno de los directores más “aburridos” de la historia del cine si no gusta su estilo, pero si te engancha te convulsiona. Llevo días dándole vueltas a las imágenes e ideas que brotan de “El árbol de la vida”. No sé dónde leí que lo importante no es la historia de la familia protagonista, sino lo que te hacen sentir las imágenes: el despertar a la vida, los primeros juegos, los paraísos perdidos, la forma en que nos determina la infancia, los celos por un hermano pequeño, la rebeldía ante la autoridad, el afán de aventura, el compañerismo, las relaciones filio-paternales y maritales, el deseo de destacar y ser especial, la derrota personal, el abatimiento, la sensación de pérdida y el miedo ante la muerte y finalmente la autorredención cuando aceptas tu destino, que es el mismo que el de todos tus iguales.....Es como si hubiera concentrado todo lo que te zarandea a lo largo de una vida en dos horas y cuarto.


















Esencialmente la película pivota sobre la relación de Jack (de mayor Sean Penn) con su familia y especialmente con su padre (un inesperadamente adusto y estricto Brad Pitt), pero las intenciones de Malick van más allá, utiliza a un individuo para hablar sobre todos nosotros, sobre la humanidad y la vida en general y lanza muchas ideas de corte filosófico y existencial: quizás deberíamos ser más espirituales, pero escogemos generalmente vivir una vida más acorde a lo natural que a lo divino (entenderéis esto después de oír una de las reflexiones de la madre, magnífica Jessica Chastain); sólo nos acordamos de Dios cuando las cosas se tuercen, pero si hay un Dios siempre habrá estado ahí; exigimos mucho, pero no siempre somos capaces de estar a la altura de lo que pedimos a los demás; nos creemos importantes, pensamos que cada una de nuestras vidas individuales es trascendente, pero sólo somos gotas minúsculas en un inmenso mar; pensamos que nuestros planeta y el presente son lo más importante, pero sólo es una mota en el Universo y lleva aquí millones de años y nos creemos con derecho de juzgar a los demás y a Dios cuando quizás todo responde a una simple cuestión de libre albedrío.

Al margen de que guste o no esta película cualquiera puede darse cuenta que filmar todo esto es tremendamente complicado y Terrence Malick en cambio logra hacerlo con un estilo propio, ajeno a cualquier moda, basado siempre en la yuxtaposición de imágenes y escenas muy trabajadas, con una acentuada pulsión lírica, recreándose siempre en lo que considera hermoso, ayudado por melodías de corte clásico y haciendo que su cámara planee literalmente por escenarios y lugares. Estamos ante lo que podríamos llamar un cine “etéreo” y trascendente que en esta película encuentra su máxima expresión en ese fragmento que habla sobre la creación de la Tierra y la evolución, veinte minutos más o menos que para muchos resultan insoportable y para otros en cambio son fascinantes o en ese final lleno de simbología en el que el personaje de Jack parece asimilar por fin su propio destino, que a fin de cuentas es el destino de todos.

Se puede hablar de esta película escribiendo auténticos ríos de tinta, de hecho creo que va a ser una de las que más se va a hablar de las estrenadas este 2011. Va a tener muchos detractores y pocos fans, como el cine mismo de su director y en efecto es porque resulta una película difícil y exigente que yo al menos no recomendaría a cualquiera porque no todo el mundo va a disfrutarla como no todo el mundo disfruta el Quijote o el Ulises de James Joyce. Y con esto no quiero decir que ésta película sea el “Quijote” del cine que para eso ya tendríamos por ejemplo a “Ciudadano Kane”, lo que digo es que tan lícito es querer ver una mera película de entretenimiento como querer ver una película que te remueva por dentro, pero es más fácil que guste la primera que la segunda y “El árbol de la vida” vendría a ser la campeona del segundo estilo. Al final todo se reduce a una cuestión de gustos y preferencias....a mí me encanta Malick, definitivamente, que le voy a hacer, soy la cucaracha de “La metamorfosis”, pero me consta que somos más de una J

MIS ESCENAS FAVORITAS ¡¡¡CUIDADO, SPOILERS!!!!



- La película está repleta de escenas espectaculares y es muy complicado quedarse únicamente con unas pocas, pero sobretodo yo diría que el trailer resume muy bien lo que es el conjunto con bellísimas imágenes, un compendio de lo que se va a ver y unas cuantas frases para meditar y todo mientras suena esa maravilla que es “Má Vlast Moldau” de Bedrich Smetana, una melodía que escuché por primera vez en “La llama sagrada” (George Cukor, 1942) y desde entonces me fascina. La primera vez que lo vi terminé con los pelos como escarpias:

"Las monjas nos enseñaron que hay dos caminos que puedes seguir en la vida: el de la naturaleza y el de lo divino, debes elegir cuál vas a seguir.

Lo divino no busca agradarse a sí mismo, acepta ser desairado, olvidado, no agradar, acepta los insultos.

La naturaleza sólo busca agradarse a sí misma y conseguir que otros la agraden, le gusta dárselas de gran señora, salirse con la suya, encuentra razones para ser infeliz cuando todo el mundo que la rodea resplandece y el amor sonríe a través de todas las cosas.

Nos enseñaron que nadie que amara el camino de lo divino acabaría mal. Yo te seré fiel, no importa lo que me suceda".

“Hay dos caminos que puedes seguir en la vida, el de la naturaleza y el de lo divino, debes elegir cual vas a seguir....Serás mayor antes de que ese árbol crezca....Hay que tener fuerza de voluntad para salir adelante....Vamos pégame, vamos hijo....Te tiene miedo, esperas de él cosas que sólo un adulto podría cumplir...Siempre he querido que seas fuerte, que seas tú mismo....Papá, mamá, siempre estáis conmigo y siempre lo estaréis.....Algún día caeremos, lloraremos y entenderemos todas las cosas....Guíanos hasta el fin de los tiempos....Si no sabes amar tu vida pasará como un destello”

- La sucesión completa de escenas del comienzo del Universo, de la formación de la Tierra, de los primeros animales y dentro de ella aquella en la que aparecen los dinosaurios y un velocirraptor se acerca por el cauce de un río a otro dinosaurio moribundo.

- El niño enfadándose al sufrir el síndrome del príncipe destronado al comprobar que su hermano pequeño le ha quitado protagonismo en el jardín de su casa.

- El padre pegando a su hijo y pidiéndole que le devuelva el golpe // El padre encerrando a su hijo en su habitación después de un mal comportamiento en la mesa // La madre perseguida por sus hijos con una lagartija, sin poderlos controlar, ante la ausencia del padre //El padre derrotado por el cierre de su empresa.

- Los niños jugando en la calle y la cámara vuelta del revés, mostrando sus sombras del derecho.

- Los chicos jugando en el río con el sol a trasluz, una escena bellísima y de una gran fisicidad.

- El final en la playa con los protagonistas reencontrándose.

MIS RESEÑAS FAVORITAS:

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Terrence/Malick/poetica/pantalla/elpepicul/20110517elpepicul_2/Tes

http://www.abc.es/20110916/cultura/abcp-universo-ombligo-20110916.html

Reacción al final de "El imperio contraataca"

Evangeline Lilly hablando de su papel en "El Hobbit"