lunes, 31 de mayo de 2010

“Stalingrado” (Joseph Vilsmaier, 1993)

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Año: 1993.
Título Original: Stalingrad
Nacionalidad: Alemania-Suecia.
Género: Bélico, drama
Fotografía: Joseph Vilsmaier
Música: Norbert J. Schneider
Montaje: Hannes Nikel
Guión: Johannes Heide, Jürgen Büsche y Joseph Vilsmaier.
Actores: Dominique Horwitz, Thomas Kretschmann, Jochen Nickel, Dana Vavrova y Martin Benrath.
Producción: Joseph Vilsmaier, Hanno Ruth, Günter Rohrbach
Duración: 135 minutos.

“Stalingrado” es una auténtica rareza dentro del género de cine bélico. Lo fue en el momento del estreno y lo es todavía, porque han sido muy escasas las películas sobre la segunda guerra mundial que se han filmado desde la perspectiva alemana; no todas poseen su profundo calado dramático y mucho menos se ha trabajado la idea de que en el ejército alemán también hubo soldados que padecieron con el conflicto (recientemente sí contamos con la magnífica “El hundimiento”, que explica los últimos días de Adolf Hitler y su entorno).

“Stalingrado” cuenta además un episodio muy cruento pero poco habitual en las crónicas bélicas cinematográficas (salvo en “Enemigo a las puertas”), que se centra en el cerco a la ciudad rusa que actualmente se denomina Volvogrado, un punto que los alemanes consideraban estratégico para dominar el Cáucaso y el Volga. En esta localización tuvo lugar el enfrentamiento más sanguinario quizás de la historia, con una cifra de entre uno y cuatro millones de muertos.

El director de la película es Joseph Vilsmaier (aunque no es muy conocido por España si tiene una notable fama en Alemania) que se encargó del proyecto bajo los auspicios económicos del productor Günter Rorhbach, que ya había alcanzado tiempo atrás un gran éxito con “El submarino”, una magnífica película que lanzó a la fama a Wolfgang Petersen y con la que ésta guarda gran parentesco estilístico. Director y productor dan a la película un tono dramático y realista que no elude ni momentos dolorosos, ni solapa el sufrimiento de los personajes y por su puesto tampoco edulcora una puesta en escena que muestra bien a las claras lo terrible del escenario: el frío inmisericorde del invierno ruso y lo destartalado y herrumbroso de los lugares asolados por bombas y ráfagas de ametralladora.

Por su puesto esta película es un alegato antibelicista en toda regla y refleja el sinsentido de la guerra no solo mediante las imágenes sino también a través de un guión en el que se ponen en entredicho las jerarquías militares, la coherencia misma del mando y el sentido del enfrentamiento. Evidentemente no es una película fácil de ver y tampoco es fácil de digerir, pero como contrapunto a otras con fines propagandísticos o que realzan el tono épico de toda confrontación consigue a la perfección su objetivo y deja una huella profunda en el espectador.

No fue en su día un título excesivamente apreciado, se estrenó en España en época de “vacas flacas” en pleno verano del 93 y pasó sin pena ni gloria por los cines, pero el tiempo ha ido ubicándola en un lugar más destacado dentro de nuestra memoria de películas bélicas, quizás por su magnífica labor desmitificadora y su tono dramático.

El proyecto fue uno de los más caros del cine alemán en su día, se grabó en la antigua Checoslovaquia, Finlandia e Italia y se convirtió en una de las producciones europeas más destacadas del año 1993.

La historia se centra en un grupo de soldados alemanes que, recién llegados de la batalla del Alamein, se encuentran reposando en la Riviera italiana, cuando se les envía al frente ruso bajo las órdenes de un teniente interpretado por Thomas Kretschmann (un actor alemán al que después hemos visto en infinidad de películas como “U-571”, “La reina Margot”, “Blade II”, “El pianista”, “El hundimiento”, “King Kong”, “Next”, “Wanted” o “Valkiria”).

Desde el principio la lectura de la película está clara: la guerra tiene poco de reconfortante o glorioso. Es algo que se observa en cada fotograma, en cada lugar destartalado e inhumano por el que pasan los personajes y que se refleja en cada suceso. El argumento de hecho conduce a los protagonistas a una creciente desesperación que les lleva a un final dramático. No hay héroes, sino seres humanos, personas normales y corrientes soportando estoicamente los mazazos que les va dando la guerra hasta acabar sumidos en la desesperación personal. Psicológicamente los hechos y el ambiente hostil que les rodea los van hundiendo de manera inmisericorde: sin tiempo para el descanso deben dejar la Riviera para ir a luchar en el peor escenario posible, un retraso en la formación hace que algunos de ellos pierdan una condecoración, se desplazan en trenes de ganado insalubles hasta su destino, los superiores no atienden a las injusticias cometidas por los oficiales (son incidentes a los que no hay que prestar importancia), en la locura de los enfrentamientos es habitual que se disparen y maten entre ellos, muchos avances son auténticos suicidios en masa, los altos el fuego para recoger heridos se convierten en masacres, los heridos quedan hacinados en hospitales sin condiciones y sin médicos que puedan atenderles, los fusilamientos son impuestos....

Es una película dura y sin concesiones, que explica claramente lo terrible de la guerra, muy bien dirigida y magníficamente interpretada que seguramente no ha tenido el reconocimiento que merece.

Me quedo esencialmente con dos momentos en los diálogos que explican muy bien el conjunto, aunque escenas hay muchas y muy buenos (véase el enfrentamiento en la nieve contra los tanques con las bombas lapa, que es uno de los momentos más recordados):

- ¿En qué piensas?
- En nada, porque si piensas puedes volverte loco

- ¿Cómo te llamas?
- Muller
- Hay muchos con ese nombre, al menos hasta el próximo ataque

Magnífica película a reivindicar. Eso sí, dura, intensa y descorazonadora como pocas.

RECORDATORIO DE ESCENAS ( ¡¡¡cuidado!!! No leer. contiene spoilers)

- En la Riviera italiana con amigo herido en el Alamein
- Condecoraciones en el cuartel
- En un tren de ganado hacia Stalingrado
- Llegada al frente / dantescas imágenes de soldados heridos/ Incidente con un prisionero / Los superiores evitan responsabilidades
- Primer asalto en la ciudad a un nido de ametralladoras / Disparo a un compañero
- Se refugian en un edificio destartalado tras numerosas bajas /Abandonado por su esposa.
- Se acuerda un alto el fuego para recoger a los heridos y atrapan a un chico joven.
- Persecución en las alcantarillas
- Detenidos en el hospital militar por el alto el fuego no permitido.
- Al batallón de castigo buscando minas en la nieve.
- Batalla contra los tanques con minas lapa.
- Les obligan a fusilar a un grupo de rusos entre los que está el niño que conocen.
- Deserción con salvoconductos médicos.
- Intento fallido de fuga en avión.
- Heridos y maltrechos por el frío
- Descubren un refugio de oficiales.
- Intentan el regreso campo a través.



domingo, 30 de mayo de 2010

Dennis Hopper (1936 - 2010)



Dodge City, Kansas, Estados Unidos, 17 de mayo de 1936

Venice, California, Estados Unidos, 29 de mayo

Director
Actor





Dennis Hopper nunca fue una estrella, pero su rostro se hizo famoso en 1969 con una película de culto hoy mítica que también dirigió, titulada "Easy rider" en la que compartía protagonismo con Peter Fonda y desde entonces apareció a menudo en papeles secundarios y/o de malo en algunos títulos básicos como "Apocalypse now", "La ley de la calle", "Terciopelo azul", "Hoosiers" (por la que estuvo nominado al mejor actor secundario, aunque no ganó), "Speed" o "Waterworld".

Particularmente no es de mis actores favoritos, pero hay que reconocer que personificaba como nadie la figura del rebelde, del indomable y que por ello mismo fue un magnífico "malo" inquietante y peligroso en "Speed", en "Waterworld" y sobretodo en "Terciopelo azul", donde se convierte en una presencia turbadora, peligrosa, desasosegante.

También es posible encontrarlo en papeles secundarios en series de televisión y en varios títulos míticos del cine, los primeros de su carrera entre 1955 y 1967, en los que no tiene muchos minutos, pero que son títulos que enriquecen su filmografía por su calidad incontestable.


FILMOGRAFÍA

* Rebelde sin causa (1955) dirigida por Nicholas Ray *****
* Gigante (1956) dirigida por George Stevens *****
* Duelo de titanes (1957) dirigida por John Sturges ****
* Los cuatro hijos de Kati Elder, de Henry Hathaway (1965) ****
* Cometieron dos errores (1967) dirigida por Ted Post
* La leyenda del indomable (1967) dirigida por Stuart Rosenberg *****
* Easy Rider: Buscando mi destino (1969) ****
* Valor de ley. (1969) dirigida por Henry Hathaway ****
* Kid Blue (1973) dirigida por James Frawley
* El amigo americano (1977) dirigida por Wim Wenders
* Apocalipsis Now (1979) dirigida por Francis Ford Coppola *****
* Caído del cielo (1980)
* La ley de la calle (1983) dirigida por Francis Ford Coppola ****
* Omega: encuentro final (1983) dirigida por Sam Peckinpah
* La viuda negra (1986) dirigida por Bob Rafelson
* Blue Velvet/Terciopelo azul (1986) dirigida por David Lynch ****
* La matanza de Texas 2 (1986) dirigida por Tobe Hooper
* Hoosiers (1986) ***
* Straight to Hell (1987) dirigida por Alex Cox
* Camino de retorno (1990) dirigida por Alan Smithee *
* El sucio (1992)
* Flashback
* Amor a quemarropa (1993) dirigida por Tony Scott **
* Super Mario Bros. (1993) dirigida por Annabel Jankel Rocky Morton
* Traición perfecta (1993)
* Speed (1994) dirigida por Jan de Bont ****
* Waterworld (1995) dirigida por Kevin Reynolds ***
* Search and Destroy (1995)
* Sansón y Dalila (1996)
* Basquiat y Space Truckers (1996) dirigida por Julian Schnabel
* The Blackout (1997)
* EDtv (1999) dirigido por Ron Howard **
* Asfixia (2001)
* Knockaround Guys (2001)
* El vigilador (2004)
* The Last Ride (2004)
* Tierra de los muertos (2005)
* An American Carol (2008)
* Palermo Shooting (2008)


Como director

* Easy Rider: Buscando mi destino (1969) ****
* Caído del cielo (1980)
* Colors (1988) ***
* Camino de retorno (1990) *
* Labios ardientes (1990) ***


jueves, 27 de mayo de 2010

“Prince of Persia: las arenas del tiempo” (Mike Newell, 2010)

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Título original: Prince of Persia: The Sands of Time. País: EEUU.
Duración: 117 min.
Género: Acción, aventuras, fantástico, romántica.
Interpretación: Jake Gyllenhaal (Dastan), Gemma Arterton (Tamina), Alfred Molina (jeque Amar), Ben Kingsley (Nizam), Steve Toussaint (Seso), Toby Kebbell (Garsiv), Richard Coyle (Tus), Ronald Pickup (rey Sharaman), Reece Ritchie (Bis). Guión: Doug Miro, Carlo Bernard y Boaz Yakin; basado en un argumento de Jordan Mechner sobre los videojuegos de “Prince of Persia”.
Producción: Jerry Bruckheimer.
Música: Harry Gregson-Williams.
Fotografía: John Seale.
Montaje: Martin Walsh, Mick Audsley y Michael Kahn.
Diseño de producción: Wolf Kroeger.
Vestuario: Penny Rose.
Distribuidora: Walt Disney Studios Motion Pictures Spain.
Estreno en USA: 28 Mayo 2010.
Estreno en España: 21 Mayo 2010.

Saber de antemano como es esta película es tan sencillo como pensar en dos apuntes:

- Es adaptación cinematográfica de un videojuego (como eran “Silent hill”, “Resident evil”, Tomb raider”, “Final fantasy”, “Mortal Kombat”, “Super Mario bros”, “Double dragon” o “Street fighter”) ¿Por qué hacen películas de videojuegos? ¿No es mejor jugarlos?
- La produce Jerry Bruckheimer (productor también de “Piratas del Caribe”, “La búsqueda”, “Deja vu”, “Pearl harbour”, “Armageddon”, “Con air” o “La roca”).

Con esos dos datos podemos más o menos intuir cómo va a ser la película antes de verla y esa impresión que tengais cuadra casi con total exactitud con lo que luego se ve en pantalla. Es decir, aventuras, acción, lo último en efectos especiales (que no quiere decir que sea bueno, simplemente es espectacular) y un argumento para pasar el rato.

Hay un tercer dato que añado yo, la dirige Mike Newell, responsable entre otras de “Cuatro bodas y un funeral”, “Donnie Brasco”, “La sonrisa de Mona Lisa” y “Harry Potter y el cáliz de fuego” y lo añado porque era la principal razón para que esta película me interesara mínimamente ya que concebía ciertas esperanzas de que el director británico convirtiera el argumento en una aventura digerible o, como poco, entretenida. Lamentablemente Newell no ha repetido los éxitos de antaño (a mí “Cuatro boda y un funeral” me parece una delicia de comedia y “Donnie Brasco” no está nada mal) y se ha convertido en un director “de encargo”, a disposición de lo que los estudios le pidan, como ya hizo en “Harry Potter y el cáliz de fuego” y como hace ahora bajo el ojo clínico comercial de Bruckheimer para llenar salas de cine, virtud que para mi gusto nunca se ha visto acompañada de acierto a otros niveles, pero bueno, es cuestión de gustos.

“Prince of Persia” está pues concebida para un público esencialmente joven, como un entretenimiento visualmente de primer orden, que no repara en gastos para efectos especiales ni en recursos para las escenas más ruidosas y circenses posibles (lo del príncipe Dastan dando brincos por los tejados y lo de los malos malosos jugueteando con serpientes a mí me produce sonrojo, pero oye, ya sabes que no vas a ver una película realista si entras al cine).

De acuerdo, la película es entretenida y hasta puedo admitir que Bruckheimer se va corrigiendo a sí mismo y ya no marea con el montaje (aunque esto más bien pienso que es mérito del montador habitual de Spielberg, Michael Kahn) porque ya no lo necesita contando con el pedazo de equipo técnico que tiene a sus órdenes (parece que efectivamente la Disney se ha puesto las pilas en lo que a grandes superproducciones se refiere). Admito también que vista de una manera desenfadada, sin tomársela muy en serio, tiene su aquel como película palomitera, sí, es válida para verla con los colegas a modo de pasatiempo sin pretensiones, pero vale porque como te la veas sacando punta al argumento, a los diálogos, o a la resolución de algunas escenas pues......en fin, que no se trata de eso en esta ocasión.

Por su puesto la gran decepción no es todo esto, con lo que ya contábamos a priori, sino el observar lo poquito que se ha aprovechado a ese gran actor que es Ben Kingsley (bendito “Gandhi”) que aquí sólo regala presencia, pero poco más, ya que está completamente desaprovechado porque a Bruckheimer le parece que hace más “cash” darnos miedo con serpientes, malosos y ruido ruidoso antes que con su interpretación y lo malo es que seguramente esté en lo cierto (ya veremos recaudaciones). En cuanto a Jake Gyllenhaal lo mejor que puede decirse de él es que las pesas que ha hecho para el papel se notan y mucho y que mueve muy bien un ojo para ser expresivo (realmente da la percha precisa, pero parece metido en un papel que no le va del todo) y de Gemma Arteton mejor no digo nada porque no me gusta un pelo. El que sí me parece grandioso haga el papel que haga es Alfred Molina, que da el contrapunto cómico y es, con su tono cachondo, probablemente lo mejor de la película.

Vamos, que para verla en las calurosas tardes veraniegas tras resaca sabatina, echando unas risas con los colegas está bien, pero siempre sin buscarle tres pies al gato porque en serio en serio es imposible tomárselo, ni la película, ni el argumento y menos cuando lo de la daga da lugar a escenas tan absurdas como aquella en la que Dastan salva a sus colegas de unas serpientes mientras duermen (sí, os lo anticipo porque así estáis atentos y no os atragantareis con las palomitas).


Trailer - "Splice" (2010)

Trailer - "The American" (2010)

Trailer - "You will meet a tall dark stranger" (2010)

Trailer - "Piranha 3D" (2010)

martes, 25 de mayo de 2010

El final de "Perdidos"



¡¡¡¡Impresionante el final de “Perdidos”!!!!! Y ahora me explico a fondo....

Ayer no fui uno de los afortunados que pudieron madrugar para ver la televisión en los puntos de encuentro habilitados para ello (cines y bares sobretodo) o en su casa, así que tuve que ver el colofón más esperado de la historia de la televisión en España en “diferido”. Y sí, habéis leído bien, digo “afortunados” porque aunque la cadena Fox se quedara sin parte del audio y Cuatro tuviera problemas con los subtítulos (no debe ser nada fácil la sincronización) y con cinco minutos “perdidos” (ja ja qué ironía) que no emitió, a ver quién es el guapo que puede decir que ha visto el final de una serie norteamericana incluso antes de que se emitiera por aquellos lares (y esto es rotundamente cierto porque Cuatro al no emitir apenas anuncios se adelantó a las cadenas estadounidenses en dar la conclusión). Además somos “afortunados” también porque el mero hecho de haber disfrutado de una serie que nos ha hecho esperar como lo hemos hecho su final es razón suficiente para estar contentos.

Hoy los periódicos nacionales han titulado, incluso en portada, cosas como “Más perdidos con perdidos” (la Vanguardia), “Un final que deja incógnitas sin resolver desata la polémica entre los seguidores” (El País), “Cuatro, perdida en el final de Lost” (El Mundo), “Los(t) 6 minutos perdidos” (ABC), “Perdidos en Perdidos” (La Razón), “Un final cobarde malogra el genio creativo de seis años de Perdidos” (El periódico de Aragón). Yo, particularmente, estoy de acuerdo en que el final ha sido desconcertante, sorprendente, inesperado y que te deja noqueado literalmente, pero para nada estoy de acuerdo con las valoraciones negativas y mucho menos con que sea un final “cobarde” sino precisamente todo lo contrario.

Al margen de que guste o no guste la conclusión nadie puede negar que la serie ha sido un acontecimiento social y que también lo está siendo su final sobretodo porque después de habernos tenido a toda la audiencia “cogida de la mano” esperando respuestas, sin aliento frente al televisor, contando los días para una nueva emisión, hablando unos con otros, maquinando teorías, dejándonos los dedos en opiniones en foros de internet o la lengua en parrafadas a veces infinitamente más rebuscadas que su argumento, al final nos ha zarandeado de tal modo que nos ha desasido y ahora los perdidos no son los habitantes de la isla sino nosotros fuera de ella (si no te tomas las cosas demasiado en serio hay que reconocer que tiene su gracia e incluso su punto de coherencia).

El caso es que la legión de incondicionales se ha escindido en dos bandos: los que están indignados por el final y lo consideran una tomadura de pelo y los que le vemos a la resolución una total coherencia con lo que es la serie realmente. No voy a tratar de convencer a nadie de mi punto de vista, allá cada cual porque además yo también me quedé desconcertado con el final y aún lo estoy rumiando y porque considero que es sano y positivo que haya diferentes puntos de vista, que en definitiva todos somos distintos y es lógico que las cosas no gusten a todos por igual. Es comprensible por ejemplo que mucha gente esperara una solución para todas sus preguntas, máxime cuando parecía que era eso lo que se prometía. Lo que sí pretendo con este comentario es que se entienda que la opción escogida es tan válida como otra cualquiera.

Por darle un poco de estructura al comentario anticipo que desde mi punto de vista el final es coherente con la serie tanto como producto comercial como creativo. Quizás no tanto como fenómeno mediático y televisivo, pero estoy convencido que a los productores, creadores y guionistas eso es lo que menos les ha importado una vez que acordaron que la serie concluiría definitivamente con la sexta temporada. Es decir, si les importara la audiencia, si necesitaran continuar con la serie esta conclusión sería la menos acertada porque han dividido la opinión aunque, eso sí, han dejado a una legión de espectadores con ganas de saber más (lo que les vendrá muy bien en la venta de DVDS en los que, por otro lado, ya han anunciado que habrá información adicional como la había en el juego “The lost experiencie”).

Desde un punto de vista creativo pienso que el final es coherente porque concluye las líneas argumentales que realmente deberían importar a la audiencia televisiva (el destino de los protagonistas esencialmente) y han contado todo lo que querían contar dejando para la interpretación personal los aspectos más peliagudos, que esos sí, exigen seguramente más de un visionado y atar muchos cabos sueltos a idea, en una tarea de auténticos frikies. Harina de otro costal es que guste o no esa conclusión, sobretodo cuando se esperaba algo completamente diferente, mucho más mascadito, razonado y transparente. El caso es que no lo es y si uno quiere buscar más respuestas ha de buscar las suyas propias y no es tan difícil alcanzarlas, aunque requiera un esfuerzo complementario (a mí me gusta cuando me obligan a ello porque siento que me consideran inteligente). El mío creo que ya lo tengo, aunque no pienso compartirlo, al menos de momento y hasta que el puzzle me cuadre del todo, que uno nunca sabe si se le ha colado alguna pieza donde no es y éste es puzzle de muchas piezas.

La pregunta es ¿cómo debería haber sido el final de “Perdidos” para que hubiera gustado de forma mayoritaria? Yo pienso que ese final no existe porque siempre algún sector de opinión habría quedado defraudado con las explicaciones y que, ante esa perspectiva, ante las expectativas despertadas, ante los ríos de comentarios vertidos, los guionistas han optado por un final que procura contentar a todos: quien no busca extraños intríngulis a las historias debería bastarle el reencuentro de los personajes, la emoción desbordante del capítulo final, la comprensión de que el amor es el que hace posible una realidad o no realidad mejor y quien busca dobles sentidos e interpretaciones, conclusiones abstractas, metafóricas, míticas o científicas quedan numerosas posibilidades para infinitas lecturas. Si se piensa de este modo ha de admitirse que el final de “Perdidos” tiene una conclusión sencilla (quizás en exceso) por un lado y otra más compleja, más rica, más profunda y llena de recovecos para quien quiera seguir participando en el juego que propone la serie.

Reflexionando en alto pienso que realmente lo importante de las series de televisión (e incluso de todo lo que hacemos) no es la meta, sino el proceso, el camino hasta ella. En una serie lo realmente importante no es como acaba que, en definitiva, es algo fugaz y efímero que queda para el recuerdo, sino todo el tiempo que la hemos disfrutado (quizás por eso muchas grandes series defraudan en su último capítulo, porque nunca la conclusión está a la altura de lo esperado). En ese sentido “Perdidos” es una serie modélica porque incluso para los que ahora se sienten defraudados ha conseguido que permanecieran hipnotizados durante años por su trama, un poco en la línea de lo que consiguió en menor medida “Twin peaks” en los 90’s (con la que, por cierto, “Lost” guarda una cierto paralelismo en lo que a final desconcertante se refiere).

Y por su puesto yo no creo que la conclusión sea torpe, improvisada o una tomadura de pelo, sino todo lo contrario. Me resisto a pensar que la espina dorsal de la serie no estuviera pensada desde el principio como así nos aseguraron. Sí que parece obvio que la serie se alargó a seis temporadas y muchas subtramas de las temporadas cuarta y quinta especialmente parecen un intento por despistar a una audiencia probablemente más inteligente de lo que los guionistas pensaron. Probad a pensar globalmente en la serie prescindiendo de las temporadas centrales ¿no os parece que si hay una mayor unidad argumental? ¿no os parece que sí se nota una mayor coherencia entre inicio y conclusión? Es cuestión de pensarlo. Estoy convencido que de la reflexión, de las teorías que se viertan a partir de ahora y de los fabulosos comentarios que irán surgiendo irá ofreciéndose un poco de luz para los que ahora solo ven tinieblas argumentales (Para empezar remito al fantástico artículo de Nacho Vigalondo: http://blogs.elpais.com/nachovigalondo/2010/05/live-alone-die-together-el-final-de-lost.html). Esto es sin duda lo mejor, “Perdidos” no ha acabado, no ha hecho más que empezar. Si lo mejor de la serie eran las teorías, las charletas con los amigos, las discusiones y los puntos de vista contrastados, eso no ha muerto....el final del camino no ha llegado, los personajes se han encontrado, pero nosotros seguimos “Perdidos”.

Grandiosa explicación: http://pjorge.com/2010/05/24/lost-17-18-the-end/

sábado, 22 de mayo de 2010

“El limpiabotas” (Vittorio de Sica, 1946)


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Título original: Sciuscià
País: Italia
Duración: 93 minutos
Ficha técnica.
Dirección: Vittorio De Sica
Guión: Sergio Amidei, Adolfo Franci, Cesare Zavattini, Cesare Giulio Viola.
Fotografía: Anchise Brizzi
Música: Alessandro Cicognini.
Producción: Giuseppe Amato, Paolo William Tamburella.
Productora: Societa' Cooperativa Alfa Cinematografica.
Reparto: Franco Interlenghi (Pasquale), Rinaldo Smordoni (Giuseppe), Aniello Mele (Raffaele), Bruno Ortensi (Arcangeli), Emilio Cigoli (Staffera), Gino Saltamerenda (Il Panza), Anna Pedoni (Nannarella), Leo Garavaglia (Commissario P.S.), Enrico De Silva (Giorgio), Antonio Lo Nigro (Righetto), Angelo D'Amico (Il siciliano), Antonio Carlino (L'abruzzese), Francesco De Nicola (Ciriola), Pacifico Astrologo (Vittorio), Maria Campi (La chiromante), Peppino Spadaro (Avvocato Bonavino), Irene Smordoni (Mamma di Giuseppe), Antonio Nicotra (Bartoli, l'assistente sociale).



Ver “El limpiabotas” hoy en día constituye, como con muchas otras películas clásicas, una auténtica hazaña de espeleología fílmica. Este tipo de películas ya no se emiten en las televisiones o no al menos en las públicas, menos aún en hora punta. ¿A quién le interesan las películas en blanco y negro? ¿A quién le interesan las películas de los años 40’s? Y me parece injusto, francamente, que algunos directores como Vittorio de Sica queden relegados al olvido o al pago por visión que sólo unos pocos se pueden permitir.

Soy consciente de que no todos tenemos el interés por recuperar clásicos y que la gran mayoría ve cine para entretenerse, pero no me parece lógico que las modas y las audiencias se impongan de tal modo que películas que son imperecederas queden fuera del alcance de casi todos. No sé si se ha meditado sobre esto, pero en definitiva las audiencias, las modas, los gustos apriorísticos provocan de manera indirecta una suerte de censura que me parece reprochable. Es decir, el programador de televisión elimina ciertas películas del prime time porque “a priori” no van a gustar a una gran mayoría, que va a cambiar el canal al ver una película en blanco y negro, es decir, la censura y la relega a horario de madrugada o simplemente la descarta. De ese modo muy poca gente puede llegar a ver “El limpiabotas”, o “El ladrón de bicicletas”, o “El halcón maltés, ”Cayo largo”, “Casablanca” y tantas y tantas películas.

El otro día vi “El limpiabotas” de Vittorio de Sica, rebuscando entre bases de datos de cine clásico y por supuesto no porque la programara ninguna televisión y me topé con una película inolvidable, conmovedora y capaz de dejar una profunda huella anímica y artística.

El logro cabe apuntárselo a la par a la maestría tras la cámara de Vittorio de Sica y tras el guión de Cesare Zavattini (¡¡grandioso siempre este guionista!!! aunque en este caso comparte honores con Sergio Amidei, Adolfo Franci y Cesare Giulio Viola.

La película se centra en dos niños, Pasquale y Giussepe, que viven en el Nápoles ocupado por los norteamericanos de la postguerra (2ª guerra mundial) ganándose la vida como limpiabotas, aunque un término más adecuado sería “malviviendo” como tales. El asunto le sirve a De Sica para hacer un acertado retrato de época y desarrollar un drama de corte realista y con una fuerte carga emotiva. Pienso que lo mejor de esta película es que te impacta profundamente, sobretodo porque su tono realista, pseudo-documental te recuerda que hubo un momento en que Italia pasó por el trance que vemos en pantalla. Hoy vemos grandes series y películas actuales que muestran la tragedia de la segunda guerra mundial y otros conflictos, pero tamizados muchas veces por técnicas modernas, por un ritmo adecuado a los gustos audiovisuales de hoy en día; pero “El limpiabotas” viene a ser un viaje en el tiempo, al pasado, a la época en la que se relatan los hechos y permite penetrar en el ambiente de la época, observar las penurias y el espíritu de lucha personal pese a ellas, emana de ella un aroma de fatalidad, muestra un panorama desolador....son sensaciones que difícilmente puede plasmar un cineasta actual, pero es que además De Sica muestra en cada una de sus películas una sensibilidad muy especial que hace que sus personajes nos sean cercanos, nos interesen, nos conmuevan. Seguramente “conmovedor” sea uno de los calificativos que mejor definen al director italiano y “El limpiabotas” es uno de los mejores ejemplos de ello.

Este film sigue la estela de otros dos clásicos del neorrealismo italiano como son “Roma ciudad abierta” y “Paisa”, ambas de Roberto Rossellini y anticipa otros grandes títulos posteriores del propio De Sica que hoy son grandes clásicos como “El ladrón de bicicletas” (1948), “Milagro en Milán” (1951), “Umberto D” (1952) o “Estación Termini” (1953). Estilísticamente la base del neorrealismo, identificable en esta película, se basa en el tono realista, en la ambientación argumental en los entornos más desfavorecidos de la sociedad, en el desarrollo de dramas personales en los que los protagonistas han de hacer frente a la fatalidad derivada de la situación político-social que les ha tocado vivir.

Los niños de esta película, Pasquale y Giussepe, tienen que limpiar botas para ganarse la vida, viven en una Italia pobre, masacrada por la segunda guerra mundial y el fascismo, pero disponen de dos grandes tesoros: la ilusión (representada en este caso en un caballo que quieren comprar) y su amistad. Sin embargo la fatalidad y la sociedad ponen ambas cosas en peligro y terminan en una cárcel para menores en la que el pillaje, las mentiras, el afán por sobrevivir a toda costa los cambia radicalmente. Como espectador la historia te hace sentir rabia, te zarandea, te hace tomar conciencia de las dificultades de una época por lo que ganas un valor añadido con esta película que no consiguen otras de planteamiento similar.

Pese a que los actores no son profesionales todos ellos poseen una gran naturalidad y emotivamente la película gana muchos enteros. Esa fusión perfecta entre lo emotivo y lo documental son las claves de su éxito, que le valió para ganar el óscar a mejor película de habla no inglesa en 1948 y la ha encumbrado como uno de los títulos básicos del neorrealismo en particular y del cine europeo en general.

jueves, 20 de mayo de 2010

“El erizo” (Mona Achache, 2009)


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Título original: Le hérisson.
País: Francia.
Duración: 100 min.
Género: Comedia dramática.
Interpretación: Josiane Balasko (Renée Michel), Garance Le Guillermic (Paloma Josse), Togo Igawa (Kakuro Ozu), Anne Brochet (Solange Josse), Ariane Ascaride (Manuela López), Wladimir Yordanoff (Paul Josse), Sarah Le Picard (Colombe Josse), Jean-Luc Porraz (Jean-Pierre), Gisèle Casadesus (señora de Broglie), Mona Heftre (señora de Meurisse).
Guión: Mona Achache; inspirado libremente en la novela “La elegancia del erizo”, de Muriel Barbery.
Producción: Anne-Dominique Toussaint.
Música: Gabriel Yared.
Fotografía: Patrick Blossier.
Montaje: Julia Grégory.
Dirección artística: Yves Brover.
Vestuario: Catherine Bouchard.
Distribuidora: Alta Classics.
Estreno en Francia: 3 Julio 2009. Estreno en España: 11 Diciembre 2009.

Cada vez se abre más la brecha en el cine moderno entre el cine de evasión y el cine de autor, entre el cine de los grandes estudios norteamericanos y el cine del resto del mundo y esta película es una prueba de ello como tantas otras europeas, sudamericanas o asiáticas.

No me gusta y no me parece justo encasillar porque el cine USA también hace sus películas “de autor”, pero en el caso de “El erizo” parece difícil que pudiera haber surgido en una industria como la estadounidense. De hecho es difícil concebir una película como ésta en otra cinematografía que no sea la francesa (quizás la argentina, pero hubiera tenido una sensibilidad diferente).

La película es una adaptación de la novela “La elegancia del erizo”, que la escritora Muriel Barbery publicó en 2006 a través de la editorial Gallimard y en líneas generales trata de dos vecinas, la portera Renée (mujer cincuentona de apariencia simple y desmañada) y Paloma (una niña de doce años con inquietudes de superdotada). Poco más voy a decir para no destripar intríngulis que forman parte del encanto de la película, sólo que Paloma nos quiere contar con su cámara cuál su entorno, los por qués de su última decisión (imprescindible que no la cuente aquí porque no se interpretaría adecuadamente) y por qué piensa que la señora Renée es como un erizo.

El caso es que uno comienza a ver “El erizo” desde el primer momento sabiendo que es una película ajena a modas y peculiar en cierto modo. Me pregunto ¿Quién puede ir a ver una película que se titula así sin saber un poco más? Reconozco que a mí me ha costado verla aunque había leído y oído buenas cosas de ella, pero ¿con ese título mas propio de un episodio de fauna o National geographic?

Si conviene aclarar que pese a su temática y a su concepción sorprenderá sobretodo por su sensibilidad, por su tono desenfadado y porque lejos de ser un drama se acerca mucho más a la comedia costumbrista, lo cual la hace cercana a algunos títulos recientes del cine francés como “Bienvenidos al norte” (no tienen nada que ver argumentalmente pero sí genéricamente).

La directora, Mona Achache, consigue en su ópera prima una película que nadie más ha hecho y que nadie más podría hacer como ella, tiene un sello personal, un poso agridulce (subrayado por la fantástica banda sonora de Gabriel Yared) que termina por conquistarte, por atraparte en las redes de la realidad cotidiana de unas personas que están lejos pese a estar cerca. Por así decirlo la cámara abre puertas para que esencialmente tres personajes se encuentren (el tercero en discordia hay que descubrirlo viendo la película, pero adelanto que resulta elegante, magnético y cercano y no podría ser de otro modo porque parece personificar toda la experiencia y sabiduría de su cultura). Los actores, por su puesto, tienen mucho que ver en que la película emocione y conmueva y especialmente una Josiane Balasko que hace uno de los mejores papeles de su carrera.

Por su puesto no recomiendo esta película a quien crispe en la butaca o el sillón el que una película se base en diálogos o en reflexiones, quien acuda al cine a evadirse con una subida de adrenalina (para eso mejor “Crank”, que es más de ese tipo) o quien prefiera aventuras y acción. Un sí sin paliativos para quien disfrute indagando en personajes y situaciones, en sus relaciones y en encuentros y desencuentros. “El erizo” encierra en sí misma una metáfora y el querer descubrirla es condición sine qua non para que esta película pueda gustar.

Una pregunta al aire ¿cuántos erizos conoces?

NOTA: El trailer recoge bien el espíritu de la película, pero yo prefiriría no haberlo visto antes de verla.


martes, 18 de mayo de 2010

Trailer - "Habitación en Roma"

Trailer - "Eclipse" (2010)

Trailer - "Knight and day" (2010)

Trailer - "Despicable me" (2010)

Trailer - "Origen" (2010)

Trailer - Prince of Persia

Traileer - "Tron legacy" (2010)

Trailer - "Tle last airbender" (2010)

Trailer - "Centurion"

“Un ciudadano ejemplar” (F. Gary Gray, 2009)

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Título original: Law abiding citizen.
País: EEUU.
Duración: 109 min.
Género: Thriller judicial
Interpretación: Jamie Foxx (Nick Rice), Gerard Butler (Clyde Shelton), Colm Meaney (detective Dunnigan), Bruce McGill (Jonas), Leslie Bibb (Sarah Lowell), Viola Davis (April), Michael Irby (Sean Garza), Gregory Itzin (Warden Iger), Regina Hall (Kelly Rice), Christian Stolte (Clarence).
Guión: Kurt Wimmer.
Producción: Gerard Butler, Mark Gill, Lucas Foster, Robert Katz, Alan Siegel y Kurt Wimmer.
Música: Brian Tyler.
Fotografía: Jonathan Sela.
Montaje: Tariq Anwar.
Diseño de producción: Alex Hajdu.
Vestuario: Jeffrey Kurland.
Distribuidora: Warner Bros. Pictures International
España. Estreno en EEUU: 16 Octubre 2009.
Estreno en España: 7 Mayo 2010.

En plenas vacas flacas, lo es esta época post-óscars, antes de la llegada de los grandes títulos de la temporada veraniega de los que el “Robin Hood” de Ridley Scott debería ser un anticipo (lo comprobaremos en breve), la última película de Gerard Butler y el oscarizado Jaime Foxx arrancó fuerte la semana pasada....
pero era un espejismo porque en su segunda semana en cartelera se ha desplomado, seguramente porque no ha estado a la altura de lo que se esperaba y los comentarios iniciales, claves para la posterior marcha comercial de todo estreno, no la han beneficiado.

El caso es que a priori la película tenía su gancho porque ya en el trailer se intuye el tema de la traición, se intuye el clima de suspense, el asunto judicial y policiaco, que son argumentalmente atractivos aunque quizás se han repetido en exceso últimamente en el cine norteamericano en otros títulos similares como la “Venganza” de Liam Neeson, “Al límite” de Mel Gibson” o “Sentencia de muerte” de Kevin Bacon. A parte Gerard Butler parece que está de moda y no para de rodar desde “300” aunque para mi gusto con más pena que gloria y siempre títulos de segunda fila salvo quizás con la excepción de “Rockanrolla”.

Una vez vista pues es otra más, de esas películas que prometen mucho y luego se quedan en mediocres, que parten de una buena idea y que después el desarrollo hace normalitas porque el argumento no aprovecha del todo las posibilidades.

En una película de este tipo es clave hablar del argumento, pero para no chafar nada sólo decir que inicialmente se plantea como el drama de un hombre al que un atraco le cambia la vida y que tras unos minutos cambia de registro de forma radical y se convierte en un policiaco judicial. Como giro no está mal, como espectadores debemos reconocer que nos gustan las sorpresas y esta película tiene varias inesperadas e impactantes, no sólo esa, pero no se puede poner en peligro la coherencia de una historia para ser sorprendente a toda costa porque te cargas la verosimilitud y corres el peligro de que el espectador se sienta engañado y pierda interés (acabo de describir lo que a mí me pasó conforme avanzaba la película).

Tiene una baza a favor la película y es que resulta entretenida a costa de esos giros y sorpresillas y a costa de las escenas de impacto (que las tiene porque todas las películas con psicópatas y asesinos las tienen); pero desde luego está muy por debajo de lo que pretendían y también está por debajo de otras películas de su director, el neoyorquino F. Gary Gray, que había firmado “El negociador” y “The italian job” (la segunda fue una película en la línea de entretenimiento de ésta pero muy entretenida y bien resuelta).

También tiene la baza de los dos actores principales, aunque a Butler le han caído las críticas como chuzos en punta porque terminas por no creértelo y está más a tono un Jaime Foxx que, al margen de cómo está en esta película, es más actor aunque menos estrella.

La sensación general ya digo que flojea porque empiezas fuerte y vas perdiendo gas conforme avanza y el final no hay por donde cogerlo si te pones exigente. Es lo que creo que pasa en muchas películas de entretenimiento como es ésta, que la idea inicial es interesante, pero después el guión no está a la altura y se pierde en requiebros poco creíbles y poco coherentes. En esta película es fácil saber cuáles son esos requiebros porque uno se pregunta ¿cómo ha podido este personaje hacer esto o aquello? Son demasiadas licencias argumentales las que se toman y terminas por perder interés o ¿acaso no os dejan un poco indiferentes algunos de los asesinatos del tramo final? Pues no debería (no quiero dar más detalles para no chafar nada).

Al final ni el argumento ni el dilema moral que se propone al principio terminan por funcionar y la película termina por ser entretenida pero fallida.

sábado, 1 de mayo de 2010

"The man from earth" (Richard Schenkman, 2007)


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"The man from earth" (Richard Schenkman, 2007)

Título original: Jerome Bixby's The Man from Earth.
Duración: 87 min.
País: Estados Unidos.
Guión: Jerome Bixby.
Música: Mark Hinton Stewart.
Fotografía: Afshin Shahidi.
Reparto: John Billingsley, Ellen Crawford, William Katt, Annika Peterson, Richard Riehle, David Lee Smith, Alexis Thorpe, Tony Todd, Steven Littles, Robbie Bryan, Chase Sprague.
Productora: Falling Sky Entertainment.
Género: Drama, ciencia-ficción, cine independiente, película de culto


Acabo de ver una película fascinante, hipnótica, incluso mágica diría. Y se me ocurren muchas cosas que comentar que es lo mejor que pienso que se puede decir de una película como ésta.

He tardado un poco en conseguirla y algo más en verla. Se rodó en 2007 y fue estrenada a finales de ese año, pero nunca ha llegado a España en los circuitos comerciales, nunca ha sido estrenada en un cine, ni emitida en televisión (creo), así que sumando dos más dos todos podemos deducir cuan difícil es conseguirla o, mejor dicho, cuando difícil es llegar hasta ella. En el título de agradecimientos figura Mañik (rastreador incansable y a menudo descubridor de obras tan fascinantes como ésta), que fue quien me la recomendó, aunque ha pasado demasiado tiempo desde que lo hizo hasta que la he visto como puede que ocurra también con esta recomendación que ahora os hago.

Aquí viene la primera reflexión: en el cine todo gira en torno a los circuitos comerciales y de distribución. Si lo pensamos detenidamente incluso las películas independientes han necesitado siempre el sello como tales para distribuirse. No sé si me explico, películas como “Los hermanos McMullen”, “Clerks”, “Donnie Darko”, “Reservoir dogs”, “Sexo, mentiras y cintas de video”, “Malas calles”, “Lone star”, “Easy rider”, “Happiness”, “Drugstore cowboy”, “The Blair witch project” y tantas otras mucho menos conocidas que éstas se estrenaron en los cines y se vieron con su marca de cine de autor o de cine independiente a sabiendas de que eso las convertía en potencialmente interesantes para un sector del público que pagaría su entrada por verlas; pero ¿qué ocurre con esas películas que por su temática, planteamiento o concepción no se distribuyen? ¿Nos hemos perdido muchos “The man from earth” por el hecho de que ningún distribuidor se ha querido arriesgar con ellas?

A estas alturas de reseña cualquier habrá comprendido que la película me ha encantado, pero debo puntualizar algo más. Quizás esto sea algo inexacto porque lo que realmente consigue esta película es hipnotizarte, noquearte literalmente si el asunto del que trata te interesa (por su puesto, a quien no le interese no soportará más de media hora y ahora explico por qué). Me he dado cuenta viéndola porque, cerca de su final, hay un giro de guión. No quiero contar nada, porque lo que se cuenta y sucede forma parte de la magia de esta película, pero sí puedo adelantar que cuando la situación se torna más tensa ocurre algo que de pronto hace que todo cambie y de nuevo todo se relaje y alivie, pero en ese momento como espectador deseas con todas tus fuerzas que el giro no se produzca, deseas seguir inmerso en la ensoñación, en la hipnosis que se ha obrado con un simple relato.

Para los que no tenéis ni idea de qué va esta película sólo decir que trata sobre John Oldman, un profesor de historia que decide mudarse y mientras carga sus pertenencias en su vehículo ve llegar a sus compañeros de trabajo, que han decidido hacerle una despedida sorpresa en su casa. Tras diez años con ellos la marcha de John resulta extraña e inesperada así que todos le insisten que cuente sus motivos, pero ninguno de ellos está preparado para asimilar lo que John tiene que contarles.

La película dura unos ajustadísimos 86 minutos que suceden única y exclusivamente en casa del protagonista, a media luz, con la caída de la tarde y la luz del fuego de una hoguera en su chimenea llegada ya la noche. No hay acción, no hay escenas en exteriores y todo lo que de fascinante tiene la película sucede a través de los diálogos y de la interpretación de los actores, pero te atrapa literalmente. Esta descripción es la típica de una película “de culto” porque realmente es lo que es. De hecho tendréis mucha suerte si alguna vez la véis doblada porque como no se ha distribuido comercialmente tampoco se ha doblado, pero cada vez somos más los que la vamos recomendando y disfrutando buscándonos la vida. Surge así otra reflexión: lejos de ser algo nocivo culturalmente ¿no os parece maravilloso que a través de la investigación personal o de las recomendaciones de los demás, alguien como nosotros, podamos disfrutar de lo que alguien como el director de esta película ha hecho al otro lado del gran charco? Esto nunca ha sido así hasta la llegada de internet que realmente ha hecho posible que todo estemos realmente interconectados. Y a parte de esto ¿No merecerían realmente Richard Schenkman y todo su equipo el premio económico por su magnífico trabajo a pesar de no haber sido distribuida su película mucho más que otras que sí vemos y que son verdaderas bazofias? Sé que es imposible y que mucho tienen que cambiar las cosas pero ¿no sería más lógico que pagáramos por la película que nos gusta? Yo estaría dispuesto a pagar por esta mucho más que por otras. Si se plantea el cine como un producto comercial ¿no deberíamos comprobar que realmente nos gusta antes de pagar por él? En fin....me estoy yendo por los cerros de Úbeda.....

El caso es que es que con cuatro duros pero con un magnífico guión de Jerome Bixby (ha creado historias para Star Trek y “The twilight zone” y concluyó este guión en su lecho de muerte) y un reparto poco conocido pero eficaz (aparece William Katt, “El gran héroe americano”, como actor más conocido) el director logra descolocarnos y convertir una velada de diálogos en una historia sorprendente y casi un tratado sobre el ser humano.

Y de lo que es puramente argumental me surgen infinidad de reflexiones más que quiero englobar en una sola: ¿no sería más interesante que el mero entretenimiento un cine basado en la exploración del individuo, de la historia, de sus posibilidades? Sí, ya sé que eso no vende entradas y que soy un frikie por preferirlo y también sé que es muy complicado urdir un guión interesante y que funcione a partir de esas premisas, pero “The man from earth” abre muchísimas posibilidades. Se me ocurre a bote pronto lo excepcional y extraordinaria que podría ser una serie basada en lo que esta película expone. Además hay un montón de temas de debate que pone sobre la mesa esta película: nuestra noción del mundo y la historia, la construcción de los mitos, el papel social de cada uno de nosotros, la esencia de la religión, el desarrollo del ser humano....

En fin, estoy sobrepasado por esta película, me ha noqueado literalmente y me parece altamente recomendable para cualquier que sienta inquietud por cualquier de los temas que he ido desglosando. Pienso que no engaño a nadie, es una película “de culto”, basada en diálogos, trascendente en más de un sentido. Es decir, exige un cierto compromiso, el deseo de dejarse atrapar por algo que sucede en una habitación y como producto de la interrelación y el diálogo de varios personajes, pero si eso interesa la película garantizo que no defraudará.

No me extraña que esté arrasando entre los internautas, que sea una película comentadísima en foros, que sus puntuaciones sean altísimas....A parte de lo fascinante de su argumento tiene la ventaja de ser una película pequeña y de no haber sido distribuida y eso la convierte también en una experiencia personal de descubrimiento y a todos nos encanta que en un mundo globalizado como éste no nos digan lo que nos tiene que gustar, si no decidirlo por nosotros mismos.


NO VEAIS EL TRAILER: CONTIENE SPOILERS